viernes, 18 de mayo de 2018

“LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS DE LA MALA POLÍTICA”


-Apuntes para una Historia del Mundo Entrerriano (Cap. 4 - 1876/1943)


...Ibamos a las máquinas trilladoras para que nos diesen
mate cocido y galleta. Recorríamos las cimbras para cazar
perdices. Comprábamos pasas de uva. Las mañanas olían a
trébol y a manzanilla. Siempre he pensado que el infierno
debe ser, sencillamente la privación de esas mañanas...”
FERMÍN CHÁVEZ, “Fondo del Bolicho (1954)”

...Con la equivocación, los ingleses ganaron ocho leguas
de vías y ahorraron miles de pesos -de aquella época- en
jornales. Los italianos quisieron protestar, o hacerlos
entrar en razón. Pero en ese punto, los ingleses demostraron
su carácter: no transaron. Desde entonces hasta hoy, en el
pueblo quedó la expresión “equivocarse como uninglés”,
o “éste se las da de inglés...”
MARÍA ESTHER DE MIGUEL, “El Pueblo”, en
Los que comimos a Solís”

...El descubrió este arrabal -lo era entonces, yo lo recuerdo- y
las orillas de Buenos Aires. El -Evaristo Carriego- descubrió
ese tema. Y luego tenemos su libro “El alma del suburbio”
incluido en “Misas Herejes”, del cual guardo un ejemplar
en casa dedicado a mi padre, a quien le pone:
Mi compatriota, en la República de Entre Ríos”...”
JORGE LUIS BORGES, “En el patio de Carriego” (1975)

...Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy
simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial
es invisible a los ojos...”
ANTOINE DE SAINT-EXUPERY
El Principito” (1943)


Desde la muerte revolucionaria de Urquiza en 1870, y sobre todo, desde la derrota de la última rebelión jordanista, en 1876, Entre Ríos estuvo dominada políticamente por el liberalismo mitrista primero y por el conservadurismo -no menos liberal- que en 1880 queda bajo la conducción indiscutible de Julio Argentino Roca, quien consigue su última condecoración estatal y accede a la presidencia argentina después de concretar la campaña criminal al “desierto”, al rico territorio del sur molestamente habitado por esos otros “salvajes” que eran los pueblos nativos de la región. El General Eduardo Racedo fue su lugarteniente entrerriano. Después de la retirada Urquicista en Pavón (1861), Racedo fue el gran intérprete político de la decisión final de Urquiza, es decir, de la decisión de los hacendados y empresarios de Entre Ríos y del Litoral que optaron por la comodidad de una alianza como subalternos en los negocios de la clase dominante porteña y nacional.

RACEDO Y LOS EXPEDIENTES NO TAN SECRETOS DEL ROQUISMO

Racedo expresa históricamente esa opción política de clase, que es también la interpretación conservadora de la Constitución de 1853. López Jordán (h) expresó la tardía y desorganizada interpretación federalista de esa misma Ley Máxima. El último guerrero autonomista terminó derrotado, traicionado y encarcelado. Se escapa de la prisión disfrazado de mujer, se exilia, vuelve con una de las tantas amnistías de la época, y termina asesinado en la calle en BsAs en 1888, mientras gestionaba reconocimiento militar al gobierno nacional del concuñado de Roca, Miguel Juarez Celman. Los caminos de los dirigentes jordanistas marcharon al roquismo, y de allí algunos después al radicalismo naciente. Los caminos de los gauchos jordanistas caminaron a un destino de peones del nuevo modelo agropecuario y de personajes rebeldes de leyendas literarias, musicales e historiográficas.

Parece que, para unos cuantos ex federalistas de la política, Roca era algo así como una forma extrema o consolidada de Urquiza. En cualquier caso, ni Roca ni Racedo se perdieron de participar en cuanta represión y genocidios fueran necesarios en esos años. Ya como gobernador de Entre Ríos, Racedo promovió la convocatoria a una convención constituyente que reformó la carta magna provincial y que trasladó polémicamente la capital de Concepción del Uruguay a Paraná. Un atentado no lo pudo alcanzar a Racedo, que se salvó, pero nunca pudo curar la bronca y el resentimiento de los uruguayenses (1).

Paradójicamente, el prontuario conservador contiene también páginas importantes que a muchos les hizo pensar apresuradamente en una absolución. La ley de educación gratuita, laica y obligatoria es una de ellas, tal vez la más importante, junto al desarrollo municipalista, que hoy hay que revisar, democratizar y profundizar. Sobre los riquísimos y decisivos debates educativos volveremos más adelante.

El homenaje del Estado argentino al roquismo


LA CONTINUIDAD DE LA BATALLA DE PAVÓN POR OTROS MEDIOS

...Culpables e inocentes, míseros y fieros, transitando de
heroísmo en heroísmo, iban a hacer patria para otros, puesto
que a sus hijos los vio Martín Fierro “arando pa que otros
coman”…
AMARO VILLANUEVA
La Marca de Gualeguay”

No se mezquinó violencia en las disputas políticas de esa república posible conservadora, esa república capitalista agropecuaria y periférica. Hubo enfrentamientos entre los propios conservadores, a la par de las intentonas revolucionarias del radicalismo contra el régimen, y de la represión contra las luchas del movimiento obrero, que siempre que pudo organizó su defensa propia.

Los políticos del régimen se agrupaban en “clubes”. Desde allí se iniciaba o se potenciaba la acumulación de fuerzas para avanzar en las listas electorales, en los comicios a cara de perro y sin secreto, y en el acceso a los cargos a nivel provincial y nacional. Varios dirigentes destacados tuvo el conservadurismo entrerriano en la política nacional de ese momento. También el radicalismo y el socialismo los tendrán. Entre 1880 y 1943 -y más adelante también, pero eso lo veremos después- hubo políticos entrerrianos ocupando ministerios nacionales clave, ocupando lugares en la Corte Suprema de Justicia, disputando candidaturas presidenciales y llegando incluso al ejecutivo nacional, en el caso de Agustín P. Justo y del Gral. Pedro Pablo Ramírez.

También en la educación, el periodismo, el folklore y la cultura en sus distintas manifestaciones también hubo una fuerte presencia entrerriana. A nivel nacional y provincial, en forma dialéctica, se debatía el rumbo del país, de la sociedad y de la cultura. La discusión fue amplia y compleja. La idea nacional centralizada desde BsAs y los aportes culturales provinciales se trenzaron allá y acá en una batalla formidable. Para nosotros, era una continuidad política y cultural de la Batalla de Pavón, que Urquiza había dejado inconclusa aunque favorable al poder nacional porteño. Podemos leer cada página de Martiniano Leguizamón, de Fray Mocho, de Evaristo Carriego, de Benigno Teijeiro Martínez, de Juan Bautista Ambrosetti, de Carlos Mastronardi, de Julio y Rodolfo Irazusta o de Alberto Gerchunoff, como una continuidad trenzada de esa larga batalla.

Lo nacional-centralizado y lo provincial-simbólicamente federal, junto a la comparación entre los viejos y los nuevos tiempos, se trenzan no sólo en los debates públicos sino en una misma obra y en el pensamiento de un mismo autor. Una obra historiográfica o literaria puede verse como una discusión inconsciente con sí misma. Las expresiones del personaje de “el Aguará”, de Fray Mocho, o el “Chabaré” de Martiniano Leguizamón son una muestra interesante de la reflexión crítica que estamos proponiendo.

FORMA Y CONTENIDO DEL CAUDILLISMO ELECTORALERO

...El 3 de mayo de 1887 asciende el vicegobernador Clemente
Basavilbaso (1841-1907), ex jefe político de Gualeguaychú y
senador por ese departamento. Le toca recibir la línea férrea
construída: el tramo Paraná-Nogoyá el 15 de mayo de 1887; el
que une ese punto con Rosario del Tala el 2 de junio y el que
termina en C. del Uruguay el 30 del mismo mes. Colocan las vías
jornaleros italianos. Muchos de ellos arraigan y forman hogar en
los pueblos del trayecto. Las paralelas de hierro cruzan ahora las
cuchillas hasta hace poco holladas por el tropel de las cabalgaduras
guerreras...”
BEATRIZ BOSCH, “Historia de Entre Ríos”, Cap.XIII

Uno de los caudillejos conservadores que supo rebelarse contra el cierre del juego político de parte de los dirigentes de su misma especie fue Sabá Z. Hernández. Llegó a la gobernación en 1891 y cumplió su mandato de cuatro años sin reelección, como era en ese momento y como lo fue hasta el 2008. El diamantino Hernández ocupó casi todos los cargos políticos y judiciales en la escala estatal de esa época, llegando a legislador nacional. Era un hombre de decisiones drásticas: frente a la crisis de deuda con la que se encontró y los números en rojo de la administración provincial, privatizó el ferrocarril entrerriano en 1892, entregándoselo al capital británico. Una pintura política de la época conservadora.

Después se enfrentó al gobernador Salvador Maciá -quién había sido ministro suyo- disgustado porque Maciá, sus amigos y familiares se habían repartido todos los cargos importantes y controlaban los tres poderes del estado. El gobierno de Maciá, explica Beatriz Bosch, “mostrará todas las corruptelas del régimen oligárquico: fraude electoral, comicios sangrientos, enjuiciamiento de diarios opositores, prisión de periodistas, empastelamiento de imprentas, falseamiento del registro cívico, coacción policial, nepotismo” (2). Es extraño que la Escuela de Policía de Paraná todavía lleve el nombre de Maciá, porque su política no se limitó a formalizar un reglamento policial.

En Victoria, en Crespo y en otros pueblos sonaron los tiros de los hernandistas en 1898 y en 1900 contra el gobierno de Maciá primero y contra el de Leónidas Echagüe después, pero fueron derrotados. Igual, siempre había una amnistía entre políticos de la misma clase y de la misma raza, y Hernández siguió ocupando otros cargos no mucho tiempo después. Los dueños del poder se ponían de acuerdo rápido, como lo hicieron para entregar la riqueza entrerriana.


Sabá Z. Hernández (a la izq) y Salvador Maciá

MARCAS DE GUERRA POLÍTICA Y SOCIAL

Como aliado de Hernández aparece en esa intentona revolucionaria, Miguel Laurencena que sería el primer gobernador radical en 1914, cuando se estrenara la democracia electoral después de aprobada la Ley Sáenz Peña.

Hernandistas y racedistas se disputaron esos años la conducción del conservadurismo. Se sabe que el sello político nacional del roquismo era el P.A.N, el Partido Autonomista Nacional. Igualmente, como toda hegemonía, nunca fue absoluta: en Gualeguay, por ejemplo, el racedismo no pudo con la “marca” política lugareña. Contó alguna vez Amaro Villanueva que el único lugar donde no pudo ganar el racedismo fue en Gualeguay, y que en esa ciudad algunos jóvenes habían organizado “una especie de milicia vecinal o popular” para enfrentar los desmanes que organizaban los “destinados”, aquellos gauchos sin ley que tenían que purgar ciertos delitos cuidando la frontera enfrentando a los nativos -como el personaje Martin Fierro-, y que después el gobierno los destinó a marchar a la infame guerra del Paraguay.

Para ahorrar costos, el gobierno licenció a los “destinados” en Entre Ríos, a la vuelta de la guerra. Y esos matreros-soldados sólo encontraron límites a sus saqueos con esa milicia vecinal. Pero la justicia popular no mataba, dice el relato recuperado por Villanueva, sino que los marcaba en la cara. A los marcados se les negaba el pan y la sal, y así fue bajando el índice de inseguridad de esa época. Tiempo después, en el marco de las elecciones para gobernador en 1883, el racedismo -que disputaba la cosa política con los partidarios de Febre- empezó a traer “gente de avería” para presionar al electorado. Una vez más, la milicia vecinal -de mozos que ya eran hombres- hizo sus marcas y los de Racedo se quedaron con las ganas en Gualeguay (3).

El conservadurismo entrerriano tuvo grandes figuras a finales del Siglo XIX y principios del S.XX. Al propio Racedo, que fue ministro de Roca después de gobernar nuestra provincia, se le suman los hermanos Leguizamón: Onésimo fue ministro de instrucción pública del Presidente Avellaneda y después miembro de la Corte Suprema, Honorio fue destacado educador y promotor de la yerba mate y Martiniano, notable escritor, educador y folklorólogo que llegó a presidir la Junta de Historia que después se transformaría en la Academia Nacional de la Historia. Al morir, en 1935, sus familiares donaron todas sus colecciones de materiales bibliográficos y culturales a su provincia, y con ese capital intelectual generoso se organizó en Paraná el Museo que lo honra.

Por lo demás, Enrique Carbó -hermano de Alejandro- fue gobernador, legislador y ministro de hacienda nacional en las presidencias de Roque Saenz Peña y de Victorino de la Plaza. Como integrante del clan “catalán” Carbó-Maciá fue parte de la vieja política conservadora, y como ministro de Saenz Peña fue parte de la nueva política democratizadora en el aspecto electoral. El paranaense Enrique Berduc, por su parte, ocupó el mismo ministerio nacional durante la segunda presidencia de Roca (1898-1904) y al morir, en 1928 legó al CGE los parques que hoy recuerdan su nombre.




RESPONSABLES Y CÓMPLICES DE LA INFAMIA POLÍTICA

El Presidente de la República, Agustín P. Justo, quién llegó al poder en 1932 lamentablemente también era de origen entrerriano -ya que nació en Concepción del Uruguay- lo mismo que el Presidente militar -paceño- Pedro Pablo Ramírez, designado jefe del ejecutivo nacional entre 1943 y 1944 por el Grupo Obra de Unificación (GOU) del que formaba parte el Coronel Juan Perón. Justo protagonizó, después del golpe de Uriburu, la denominada “década infame”: su vicepresidente Roca (h) firmó aquel tratado nefasto -estatuto legal del coloniaje, como dijo Arturo Jauretche- con el representante británico Walter Runciman en 1933. Ramírez fue parte del grupo que intentó cerrar esa época con un golpe militar de discurso nacionalista.

En medio de éste proceso, de una república que no le encontraba la vuelta a ser algo más -o algo menos- que una república posible, aparecen radicales alvearistas, antipersonalistas, antiyrigoyenistas, que adhirieron con fervor al conservadurismo y al golpismo cuando fue necesario. Así, Antonio Sagarna, político, docente, legislador e historiador oriundo de Nogoyá, que es nombrado ministro de la Corte Suprema por el presidente radical Alvear con acuerdo del Senado. La descontrolada pasión política antiyrigoyenista de Sagarna lo llevó a firmar la maldita “acordada” de la Corte que legitimó todos los actos del golpe militar encabezado por el Gral. Uriburu en 1930. Fue uno de los primeros hechos políticos lamentables de esa década infame. La política de legitimar dictaduras incluyó al golpe de 1943. Paradójicamente, el gobierno democrático de Perón -que había sido parte importante del gobierno del GOU- destituyó con un juicio político a Sagarna por esa política de acordadas. La necesidad de una Corte Suprema afín llevó a la necesidad de juzgar acordadas de cierto pasado repudiado.

No se quedó atrás Leopoldo Melo, oriundo de Diamante como Sabá Z. Hernández. Candidato radical antipersonalista, fue derrotado por Yrigoyen en 1928, pero mucho no lo afectó, porque su violenta ideología conservadora la desarrolló de todas maneras como miembro de esa banda de matones antigremialistas que fue la “Liga Patriótica Argentina”, y después como ministro del interior y jefe de la represión del gobierno infame de Agustín P. Justo. Definió políticamente la tortura sistemática contra los opositores en la Sección Especial de la Policía Federal que fue iniciada, en la práctica, por Leopoldo Lugones (hijo). La retirada de Pavón, por lo que se ve -en varios casos-, llegó lejos.

Antonio Sagarna

GOBERNAR ES EDUCAR

...Nos quedamos en lo que decía Alberdi, enseñando a leer y
preparando doctores, sin acordarnos de las riquezas que
teníamos que explotar o administrar...”
JUAN BALESTRA
Ministro de Justicia e Instrucción Pública, 1892

Otro dirigente e intelectual destacado fue Alejandro Carbó, rector normalista en Paraná, educador de nota, vocal del Consejo General de Educación y legislador nacional del conservadurismo. Fue uno de los acusados de ser parte del clan político del gobernador Maciá. Más adelante, acompañó a Lisandro de la Torre en la fórmula presidencial del Partido Demócrata Progresista, derrotada por el radicalismo en 1916. Carbó fue protagonista de una renombrada polémica de política educativa con su coterráneo Osvaldo Magnasco, hombre de Gualeguaychú que fue designado Ministro de Instrucción Pública en la segunda presidencia de Roca (1898-1904). La participación de los egresados del histórico Colegio de Concepción del Uruguay fue decisiva en la política educativa de esa modernización estatal argentina. Con Carbó, se le suma a ese proceso, la voz del otro faro educativo que fue la Escuela Normal de Paraná, reorganizada notablemente por el pedagogo español José María Torres en sus períodos como rector de la misma: 1876 – 1883 y 1892 – 1894.

Magnasco y los roquistas tardíos hicieron una lectura propia y particular de las obras y las ideas de Juan Bautista Alberdi, y propusieron una reforma educativa práctica que pusiera fin a la línea liberal-sarmientina-mitrista en el plano pedagógico. El criterio profesional, técnico, laboral, práctico y regionalizado, y el ajuste que proyectaba Magnasco se enfrentó con la defensa con Carbó y otros dirigentes y sectores hicieron del universalismo y del enciclopedismo que se venía desarrollando desde la Ley 1420 de educación común. En la interna conservadora, las operaciones políticas y de prensa se llevaron puesto a Magnasco, quién terminó renunciando al cargo. Tal vez su error fue intentar una reforma pasando por encima al normalismo, y no consolidar una educación práctica a la par del mismo (4).

José Zubiaur, docente de Paraná que fue rector del Colegio del Uruguay, propuso otra lectura del pensamiento de Alberdi, articulada con la educación liberal para la ciudadanía. Zubiaur, compañero de Alejo Peyret como representantes argentinos en la Exposición Universal de París de 1889, fue una de las más grandes figuras de la educación pública argentina. Zubiaur conoció en París a Pierre de Coubertin e integró el primer Comité Olímpico Internacional. El deporte tenía que tener un lugar importante en la vida educativa y social. “Gobernar es educar”, es la síntesis que propuso Zubiaur, que -al igual que Peyret- no separaba la educación formal y básica, de la educación cívica -y con fuertes valores morales, ya que muchos nacionales y extranjeros sólo pensaban en enriquecerse- ni de la educación productiva y práctica, ni del deporte.

La Escuela Normal de Paraná

FORMAS DE ARGENTINIZAR Y DE ARGENTINIZARSE

La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios
que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran
su solución racional en la práctica humana
y en la comprensión de esa práctica.”
KARL MARX
Tesis VIII sobre Feuerbach

Alejandro Carbó y Ernesto Bavio, como autoridades educativas del régimen conservador, habían puesto en marcha la política educativa que buscaba argentinizar con el molde los actos patrios basados en la versión oficial, vertical, simplista y centralista de la historia -de una patria echa por políticos de levita en el Cabildo de BsAs y en la Casa de Tucumán, de una patria echa por Belgrano y San Martín solos, sin errores ni ideología-, a esa sociedad que se poblaba de inmigrantes. Esa versión básicamente continúa, aunque hoy hace agua por todos lados. La alarma contra los inmigrantes que no se integraban la había hecho sonar Sarmiento. Aquí, esos funcionarios educativos dispusieron que en las colonias alemanas y judías todos fueran a la escuela estatal, y que en todo caso, fueran a contraturno a la escuela privada y confesional de su comunidad, que además se desarrollaba en su idioma de origen. Con los años, la argentinización instituída fue avanzando.

Manuel Antequeda, trató de integrar a los inmigrantes y a sus hijos, de una manera un poco más flexible, cuando le tocó conducir la política educativa. Dispuso capacitaciones para los maestros privados de esas colonias, para transformarlos en maestros entrerrianos y argentinos, y que ellos pudieran dar clases en la escuela pública, la escuela común. Y con Antequeda en la conducción política de la educación, la estancia de los Febre dio lugar, en 1904, a la Escuela de Maestros Rurales Alberdi en Oro Verde. ¿Habrá sido una revancha para Antequeda contra aquel reto de Sarmiento que, al entregarle su diploma de maestro, no aceptó que el egresado dijera que quería seguir estudiando derecho?.

Los debates, las interpretaciones y las formas de educar y de argentinizar fueron muy ricos y variados. En su excelente trabajo “La versión y/o las versiones escolares de la historia (Entre Ríos, 1887-1914)”, María del Pilar López nos explica las tendencias pedagógicas de la época, identificando entre los docentes a los católicos conservadores, normalizadores católicos, normalizadores laicos, democráticos-radicalizados, los socialistas y los anarquistas. Apuntamos aquí, las escuelas racionalistas impulsadas por los anarquistas, como la Escuela Dignidad, dirigida por los libertarios catalanes Puyalt y Montalbet en la ciudad de La Paz. Agregamos también la tristeza que produjo en Entre Ríos -y que fue parte de la indignación internacional-, y no sólo en los sectores militantes, el fusilamiento del gran educador libertario catalán Francisco Ferrer Guardia, en esa España monárquica y reaccionaria de 1909.

Ingreso a la Escuela Alberdi

LA CONTRADICCIÓN EDUCATIVA

En Buenos Aires hay civilización pero no cultura. Estos términos indican
cosas desemejantes. La cultura poco tiene que ver con los cereales y los
frigoríficos y deriva de necesidades espirituales y no materiales. Al
sostenimiento y propagación de la incultura contribuyen en Buenos
Aires, honrablemente, multitud de elementos. Son los principales: los
periódicos, las oficinas, la política, La Facultad de Derecho”
MANUEL GALVEZ, “El Diario de Gabriel Quiroga.
Opiniones sobre la vida argentina” (1910)

En las variantes pedagógicas de la argentinización, los docentes e intelectuales católicos hicieron un uso alternativo de las biografías de los próceres oficiales. Frente al individualismo, el festejo del acelerado progreso capitalista y el laicismo liberal, los sectores católicos promovían biografías dónde se hacía hincapié en los valores de esos “grandes hombres”, en su entrega, su sencillez, su honestidad, asociándolos a los valores del pueblo al que esos líderes representaban. Era un forma de discutir indirectamente el despilfarro económico y el materialismo monetario de esos gobiernos que construían la política de la Argentina del mil novecientos. Ramón Vivanco, director de la Escuela Particular de Nogoyá, fue una de esas voces críticas que se expresaban desde la Fé.

Para otros representantes del conservadurismo religioso, el laicismo era culpable de todos los males sociales, incluyendo los embarazos no deseados. A ese extremo llegó por ejemplo Manuel Gálvez en su obra “La maestra normal”. Julio Solís, personaje creado por Gálvez, era entrerriano, aunque no renegado como su autor. Otro enérgico guerrero contra el laicismo fue Monseñor Abel Bazán y Bustos, Obispo de Paraná entre 1910 y 1926.

La paradoja, la contradicción, era que los que proponían laicidad eran liberales y mercantilistas, y los que proponían respeto a los mejores valores éticos y comunitarios eran religiosos que estaban en contra de la escuela laica, pública y común. La sociedad necesitaba laicidad educativa, pluralidad y valores, pero esa síntesis sólo se habrá dado en las prácticas concretas de algunos maestros, especialmente en los pueblos y en las zonas rurales. La escuela argentinizaba, y el Montiel todavía entrerrianizaba. Había un molde político y educativo, pero las formas no salían todas iguales.

UNA ENTRE RÍOS FINLANDESA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

La Ley provincial de educación, promulgada en 1886, era la expresión territorial de la Ley nacional de Educación, pero desarrollaba algunas líneas políticas propias que son interesantes para recordar: planteaba contenidos mínimos en la educación primaria, aseguraba el control estatal de las escuelas particulares y además, hacía responsables de la educación primaria a los gobiernos municipales, a los que les respetaba su autonomía para definir los consejos educativos departamentales. Recordemos que la reforma constitucional de 1883 había avanzado con el voto directo a los representantes locales.

La idea de potenciar el poder municipal también había sido una lectura del pensamiento de Alberdi, planteada por un grupo de constituyentes. Esa idea, insistimos, es clave en la democratización necesaria para nuestro siglo XXI. Pero hay otra cosa: hoy todo el mundo se llena la boca elogiando el sistema educativo de Finlandia, sin explicar la gran inversión presupuestaria que ese país nórdico realiza en la educación pública, la fuerte formación y los buenos salarios de sus docentes -acompañados por un contexto político, social y cultural favorable-, y sobre todo, la desburocratización de las decisiones educativas, que en Finlandia están en manos locales, como lo estaba, en parte, en aquella Entre Ríos de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX.

En la lucha contra el analfabetismo -48,8% en la población infantil de 6 a 14 años, en 1916- y en el afán integrador, el gobierno provincial -en 1916 y 1917- creó “Escuelas libres”, para dar ocupación a maestros sin empleo y combatir el analfabetismo en los barrios suburbanos. Se promovían también “Escuelas de familia”, para vecindarios rurales alejados de las escuelas fiscales, se constituyeron comisiones de vecinos y de escolares, para enfrentar la deserción escolar.

El Normalismo entrerriano fue una cuna de infatigables educadores que sembraron abecedario en toda la provincia y más allá de ella. Su relativa autonomía frente al poder político dominante se puede ver en las tendencias y debates que se dieron en ese momento histórico. Hacia 1921 se dio el primer paso hacia la creación de un nuevo nivel de estudios universitarios, cuando la Escuela Normal dio lugar a la filial provincial de algunas carreras de la UNL, la Universidad Nacional del Litoral. Fue uno de los reclamos del reformismo universitario éste paso educativo en Paraná. Esa experiencia institucional se truncó, y dio lugar a lo que fue el Instituto del Profesorado, y a la par, bastante más tarde a la UNER, Universidad Nacional de Entre Ríos. Entrando a nuestro siglo, los profesorados pasaron a ser parte de la UADER, la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Destacados docentes pasaron por nuestras aulas -y grandes conferencistas, como el antropólogo Paul Rivet, que estuvo en Paraná-, y es un desafío honrar ese camino.

La Escuela Normal uruguayense “Mariano Moreno” no se quedó atrás en su aporte educativo. De sus aulas va a egresar quien después fuera la primer médica de Entre Ríos y segunda médica argentina, la Dra. Teresa Ratto, y una violinista de reconocimiento internacional, Celia Torrá, autora de la “Rapsodia Entrerriana”. Había que tener mucha fuerza interior para salir adelante en una sociedad hegemónicamente masculina y machista.

Imagen histórica de la Escuela Normal Mariano Moreno


Celia Torrá

UN GALLEGO QUE NO ESTABA PARA CHISTES MALOS


...Y de dónde esos ojos?
Venían, ciertamente, de las “veigas” que los vieron
mojar sombras de “paxariños”,
allá,
y abrirles otras “follas” al rocío,
allá,
entre pestañas de “herbiñas”?...”
JUAN L. ORTÍZ
Pasó a través de la noche...”

Los debates sobre la idea de nación y de patria que se debía enseñar llevaron a educadores de nuestra tierra a marcar una diferencia con la historia oficial generada en BsAs. Maximio Victoria -tucumano, director de la Escuela Normal, creador de muchas escuelas en todo el país y creador de una escuela de oficios en 1900- reivindica a los caudillos federales, de Artigas a López Jordán, y algunos unitarios, y en eso disiente con la historiografía mitrista que asocia los caudillos a la “barbarie”. Liberales y federalistas entrerrianos sólo coinciden en su crítica a Juan Manuel de Rosas. Según María del Pilar López, en Maximio Victoria late la idea kantiana de autodeterminación social (5).

Pero la máxima expresión de la disidencia historiográfica estuvo en las páginas del excepcional e infatigable educador gallego establecido en Entre Ríos, Benigno Teijeiro Martínez. Republicano y federalista frustrado en España, Martínez fue el primero en desarrollar sistemática y documentadamente una Historia de Entre Ríos que se editó en tres tomos, cuando asomaba el siglo XX. Investigador y educador sin pausa, Martínez participó del Congreso Pedagógico Internacional Americano de 1882 y de la institucionalización práctica de la Ley 1420. Honrado hasta hoy como el mayor políglota gallego en Argentina, y con 26 años de magisterio amplio, hizo nacer federal a la Argentina en su análisis histórico, y supo marcarle la cancha a la historia oficial escrita por Bartolomé Mitre y Vicente Fidel López.

Frente a la dicotomía entre liberales centralistas y federalistas nacionalistas y conservadores, Martínez integró en forma particular esas perspectivas. Su docencia en el Colegio uruguayense de Urquiza fue una plataforma sólida seguramente para no entrar en el juego de esa brecha ideológica simplista. Bien leído o releído hoy, Martínez puede ser considerado -como lo dijimos en el cap.3 siguiendo a José Carlos Chiaramonte- uno de los primeros historiadores revisionistas, en el sentido amplio del concepto.

Benigno Teijeiro Martínez en 1910

LA DEMOCRACIA ALTERNATIVA Y UN ABRAZO DE AGUAS

Reivindicando el surgimiento de los caudillos federales contra la política de los círculos de poder porteños y su centralismo, Martínez – que elogia previamente el valor y la energía de minuanes y charrúas- plantea que estos líderes y las multitudes populares movilizadas por ellos sólo reclamaban, en el fondo, que se cumplieran los principios proclamados en Mayo de 1810. En una reflexión crítica profunda, brillante y más actual que nunca, Martínez afirma que, “la democracia, turbulenta de suyo, lo es más cuando se la oprime y en consecuencia necesita la libertad para gobernarse a sí misma” (6).

Personalidades notables, como Benigno Teijeiro Martínez y Alejo Peyret -y Saint Exupery, a su manera después- han hecho del Océano Atlántico una plataforma imaginaria del federalismo internacional, de la república mundial democrática. Entre ríos y el océano se fue formando nuestro mundo político, social y cultural entrerriano. A los antepasados de la chamarrita -que aquí se entrerrianizó, mestizándose con la milonga o la polca, según dónde llegara-, se sabe, los ubican en Portugal. El Paraná, el Uruguay, el Plata y el Atlántico son los abrazos culturales de agua a nuestra tierra entrerriana. El Paraná y el Uruguay acunaron a esos primeros seres humanos, que hace unos doce mil años fueron llegando a nuestra región, ingresando a Nuestra América-Abya Yala por el Estrecho de Bering y culminando una aventura antropológica iniciada en Asia hace cuarenta mil años aproximadamente. Por los otros abrazos de agua ingresaron los otros aportes y los otros problemas y conflictos que fueron configurando el complejo mundo entrerriano.

Por el Atlántico llegaron, a finales del Siglo XIX, inmigrantes alemanes y judíos buscando una oportunidad vital frente a la violencia y las persecuciones de la vieja Rusia zarista y de una Europa cada vez más cerrada, violenta y peligrosa. La Ley de Inmigración del Presidente Avellaneda (1876) les presentó una oportunidad. Los alemanes que buscaron infructuosamente una esperanza en el Volga de Rusia terminaron forjando un destino de trabajo rural, de volkmusic y de paseos campestres en las aldeas y pueblos vecinos a nuestro Río Paraná.



MIEDO Y TRISTEZA EN EUROPA, TRABAJO Y ALEGRÍA EN ENTRE RÍOS

Valle María fue la aldea madre, fundada en 1878, y Spatzenkutter fue el bello nombre elegido para bautizar a otra colonia, ese mismo año. “Jolgorio de gorriones” es una de las traducciones de ese nombre aldeano. La esperanza y alegría, que no tuvieron ni en Alemania ni en Rusia, esos colonos la encontraron en Entre Ríos. Tal vez, esa vida europea difícil hizo que muchos alemanes del Volga se refugiaran detrás del muro creado de su identidad. Ciertas dificultades de integración social y educativa, como hemos dicho más arriba, fueron corregidas con fuerza política por el estado entrerriano. En cualquier caso, sería importante que nunca falte una Bandera de Entre Ríos en una fiesta, en una conmemoración o en un baile donde suenen la polca europea -que aquí se hizo bien campera- y el folklore alemán.

En 1978, conmemorando el centenario de las aldeas, el Pastor de la Iglesia Luterana Víctor Dorchs publicó “Los días que se fueron”, un hermoso relato de sus vivencias que no deja de ser una reflexión valiosa para conocer y pensar aquel momento histórico regional. Dorchs era entrerriano, nacido en Maciá, y después de recorrer distintos caminos en el estudio y en la fe, llegó en 1962 a Colonia Merou, cerca de la ciudad de Crespo. Habla en sus relatos del paisaje de su infancia, de la gente, de las costumbres, de la familia, de las comidas, de esa torta de los sábados que era la dunnerkuchen, de los juegos y también de la educación, bastante rígida, tanto en la casa como en la escuela.


LEÑA, LEÑA, CAMPO Y SOL

Dice Dorchs: “nuestros padres fueron, de eso no me cabe la menor duda, rigurosos con nosotros. Y eran muy frecuentes las ocasiones en que nos propinaban una buena tunda, a las que hay que agregar las que recibíamos con una frecuencia que se había convertido en rutina, en la escuela alemana, a la que asistíamos en horas de la tarde, después de haber asistido a las clases de la escuela oficial castellana. Dicho sea de paso, siempre usábamos las expresiones de escuela castellana y escuela alemana, para hacer el distingo”.

No se olvida el autor de hablarnos del problema de la leña y los combustibles. Al aumento del costo de la leña de ñandubay y de espinillo -costo que no fue sólo económico y de eso nos empezamos a dar cuenta hace poco tiempo- le agrega los aumentos en el gas y el querosén. Eso llevaba a los colonos a usar leña de paraíso en la cocina a leña. El propio Dorchs dice que esa leña era de paraísos añosos, y que “es cierto que ya no se realizan plantaciones nuevas”. Algún día tendremos que aprender la lección.

Dorchs no dejó de ser agradecido con la tierra entrerriana. “Afortunadamente -nos dice- aquellos lejanos domingos de mi infancia no se han borrado de mi memoria. Pienso que deberíamos dar gracias a Dios los que tuvimos la dicha de disfrutar de una infancia llena de sol, de jugar horas enteras con juguetes de nuestra propia fabricación, de corretear por el pueblo y sus alrededores, de gozar de las delicias de un luminoso día de pleno campo”.

Banderas en Valle María

SCHULMEISTERS

Uno de esos violentos docentes de las escuelas alemanas fue Fritz Knochenhauer, quién en 1912 llegó a la Aldea Santa Celia en el Departamento Gualeguaychú. Fanático nazi y resentido con los alemanes del Volga, dictó clases en alemán y en castellano. Su violencia se volvió terrorífica y legendaria. En una excelente nota para el diario El Día de Gualeguaychú, Leandro Hilt reprodujo el relato de una ex alumna, quién le contó que “en una oportunidad pretendía que un chico pronunciara correctamente la palabra “rueda” pero al niño le salía decir “róida”. Tantas veces le gritó y exigió al decir correctamente la palabra hasta que en un ataque de ira tomó al pequeño de su brazo, lo arrojó al suelo, apoyo un pie sobre el cuerpo y lo golpeó con la vara muchas veces, a la vez que lo insultaba”. Ni una familia se quejaba del maestro: algunos padres incluso le daban instrucciones de que le pegaran a sus hijos para que aprendan.

Por suerte, la pedagogía hitleriana de Knochenhauer no era la única en las escuelas de las aldeas alemanas formadas en Entre Ríos. Hubo otros maestros, que se hicieron querer mucho, como Wilhelm (Guillermo) Welp, quién después de haber demostrado su valor en la Primera Guerra Mundial decidió dar su vida en una lucha mucho más productiva y satisfactoria: la educación pública. En Colonia Stauber, Departamento Gualeguaychú, fue maestro -schulmeister, maestro de escuela- de alemán y castellano, y nos dice Hilt que “se hacía respetar mucho, pero sin llegar a generar miedo en los alumnos. Enseñaba todas las materias y además canciones, teatro y poesías. Todos los ex alumnos de Guillermo con los que pude hablar dijeron que fue un maestro muy querido”.

Otra forma de educar siempre se dio con la ternura del canto familiar. Tantos entrerrianos y argentinos, descendientes de aquellos alemanes del Volga recuerdan el “Tros Tros Trillie” (“Arre, arre caballito”), aquella cancioncita infantil cantada por tantas abuelas, y que decía:

Tros, tros, Trillie,
der Bauer hat ein Fihllien,
des Fihllien kandt net laufen,
des Fihllien muss mer tragen,
pum, pum,
leits in grobe.


Arre, arre, caballito,
el campesino tiene un potrillito,
el potrillito no puede caminar,
el potrillito tiene que ser cargado,
pum, pum,
cae en la zanja.


LAS ROTAS CADENAS EN LOS BAILES

Bajo el tormento del asfalto o de la piedra
la ciudad yace identificada con la tierra”
EZEQUIEL MARTÍNEZ ESTRADA

Con bastante menos ternura, ciertos simpatizantes del nazismo en Entre Ríos -nos informa Filiberto Reula- se reunían en algún “Ateneo General Ramírez”, pero eran grupos minoritarios que los gobiernos radicales alvearistas supieron tener bien controlados, aunque no dejaron de ser una preocupación política (7).

Mal que les pese a esos ateneístas, la integración social y cultural se iba dando de diferentes maneras. Es una pregunta abierta si nuestra sociedad y nuestras culturas están totalmente integradas o democráticamente bien integradas, pero para nosotros el gran lugar de la integración cultural -o del encuentro cultural- es el baile, donde la polca ha jugado un papel fundamental, sin ser excluyente.

Tantas páginas se escribieron desde que comenzó el Siglo XX para discutir la identidad nacional argentina y ningún intelectual pudo lograr en sus escritos -y ningún gobernante con su política- lo que lograba un baile en el Montiel o en cualquier lugar de Entre Ríos. Tal vez los bailes también fueron -sin querer- continuidad cultural de aquellas batallas y anhelos constitucionales perdidos o políticamente frustrados del federalismo después de Urquiza.

El escritor y ensayista santafesino Carlos Carlino supo escribir en sus “Biografías con gringos” que el tango expresa la unificación nacional argentina. Más allá de la intensa y compleja mixtura afro-criolla y gringa que tienen la milonga y el tango -música de la que tal vez sería mejor hablar en plural-, nosotros pensamos mejor que la síntesis de la identidad argentina, entendida en un sentido profundo, federal, popular, intercultural, rioplatense y sudamericano se da -como experiencia histórica subalterna- en los bailes entrerrianos y litoraleños de ese Siglo XX.

EL TANGO Y LA BAILANTA

En un baile nuestro se iba a tocar y bailar tango, y también pasodoble, polca, tanguito montielero, chamamé después, sobrepaso, chamarrita y baión y otros ritmos multiculturales y populares. Según Carlino, la avalancha gringa de finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX produjo la unificación ciudad-campo con esa herramienta inesperada que fue el tango (8). Y es cierto que en los primeros tangos, tan hijos de la milonga como de la habanera, se podían escuchar las músicas y las letras que hablaban del destierro compartido de gauchos primero -que se iban de los campos, de las provincias, a los arrabales de la gran ciudad- y de gringos después que llegaron y les costaba encontrar las promesas políticas y económicas que ilusionaron a gran parte de la inmigración.

Vale la idea, pero visto desde el Litoral, es claramente incompleta la tesis. En una milonga porteña o en cualquier milonga urbana, sólo se va a escuchar y bailar tango, y eso no va a representar una integración de la ciudad con el campo, ni de BsAs con las provincias ni nada parecido. En cambio en una baile de campo o de pueblo en Entre Ríos o en el Litoral -descartemos esos bailes alienantes organizados por patronales explotadoras- se escuchaba y se bailaba tango, tanguito, sobrepaso, baión, polca, shottis, foxtrot, ranchera, rumba, pasodoble y chamarrita, y ahí sí hay un claro encuentro cultural y una integración, por lo menos musical, rica, amplia, libre y felíz por un rato y multicultural, como dijimos más arriba.

Las otras músicas de la nación plurinacional -el carnavalito, el gato, el pericón, la chacarera, el malambo y otras- se escuchan y se bailan en los actos escolares y en las academias folklóricas.

Antonio Serrano supo escribir “Los bailes en Montiel” para la Revista folklórica “Nativa”, dirigida por Julio Díaz Usandivaras, en 1922. Ese tesoro historiográfico espera que lo encontremos para seguir conociendo más de esa nación plural e intercultural que se encontraba espontáneamente en cada bailanta popular. Los bailes animados por Tarragó Ros padre, en los años ´50, ´60 y ´70 -donde se tocaba tango, chamamé y todos los ritmos mencionados- son una clara muestra de lo que estamos proponiendo pensar. Y se sabe que fue el gran Tarragó el que se llevó el disco de oro de la Odeón en 1972, por ser el artista con más ventas en Argentina en ese momento, al alcanzar el millón de plásticos vendidos. Algún maestro del tango habrá vendido mucho antes, pero en sus discos había sólo tango, y por más lindos que fueran, en esos discos no había sobrepaso, tanguitos, chamarritas, polkas ni chamamé.

De muchas naciones del mundo han venido -y vienen- personas a vivir a nuestra provincia. Cada colectividad tiene su aporte y sus valiosas historias. La gran artista entrerriana Marcia Müller creó una bella síntesis con su chamamé “Así Somos”, que forma parte del disco “Gracias”, editado en 2017:

Entre Ríos tierra verde, rio ancho y pastizal
Dimotteando la cordeona; grito fuerte, sapucai.
Cadencioso algún tanguito polka rusa y ahí nomás…
Chifladita la chamarra; un pazuco al trote va.

Las cuchillas, los palmares, siesta larga, la mateada
Campo verde, tajamares y en un carro la gringada
Somos tanos, alemanes, los polacos, los judíos
Los charrúas, los nativos; los de acá y los de allá.

Unas bochas del boliche y el fulbito de la escuela.
Don Octavio en su catre y el delantal de la abuela.
Si hay bautizo un cordero; la vaquilla pal casorio…
Y si un alma nos dejara vamos todos pal el velorio.

Torta frita, locro gordo, un buen vino y el asado;
Y en la negra de tres patas un chupín improvisado.
De palabras muy cordiales y de abrazo al bienvenido…
Con la “erre” arrastradita y apretón de mano extendido.

Somos todos Entrerrianos, ni les cuento; pa que mas”




LOS GAUCHOS JUDÍOS

-¡Ha visto usted alguna vez un judío con chiripá, bota de
potro y facón al cinto? -le preguntó Amaro.
-No, jamás, contestó el porteño.
-¿Y un morenito, hijo del país, hablando en idish?
-No, tampoco -dijo el porteño.
-Entonces permítame que le muestre Entre Ríos,
mi provincia”
JUAN JOSÉ MANAUTA, “Maestro”
Introducción al Tomo I de las Obras Completas
de Amaro Villanueva (Eduner, 2010)

Hacia 1892 se van formando las primeras colonias judías en Entre Ríos. La más importante va a ser Villa Clara, en el Departamento Villaguay. Una riqueza histórica extraordinaria tiene el desarrollo de estas colonias en nuestra tierra. El gran Alberto Gerchunoff en “Los gauchos judíos” -obra escrita en 1910, para conmemorar el centenario de la Revolución de Mayo- nos dejó páginas memorables e imprescindibles para poder conocer y comprender la amplitud y la complejidad de ese esfuerzo, esa adaptación y ese enorme legado judío, que no estuvo exento de conflictos y contradicciones.

Personajes entrañables aparecen en esas historias de Gerchunoff, que fueron llevados al cine por Juan Jose Jusid en 1975, con un gran elenco actoral. Allí se puede apreciar el sacrificio de esas primeras familias que llegaron, sus alegrías, sus tristezas, sus logros, su lucha contra algún terrateniente lugareño resentido y su lucha contra las arbitrariedades de la propia empresa de colonización, la Jewish Colonization Association. Mayores detalles de estas historias y de estas disputas pueden leerse en el extraordinario trabajo de Susana Chiaramonte, Elena Finvarb y Graciela Rotman, titulado “Tierra de Promesas. Historia de las Colonias Judías en Entre Ríos”, editado en dos tomos, en 1995 el primero y en 2011 el segundo.

Una de esas figuras legendarias fue el Dr. Nahum Yarcho, tan extraordinario psicólogo,como poeta de la vida y médico comprometido. Influído por sus lecturas de León Tolstoi -ese referente ruso cristiano de la resistencia activa no violenta, de la austeridad, del naturismo y del trabajo comunitario, que influyó también a Mahatma Gandhi y Martin Luther King-, Yarcho sumó a su infatigable trabajo médico y espiritual, la militancia social y cooperativista. En 1904 fue parte del grupo fundador de la Cooperativa agraria Fondo Comunal en Villa Clara, otra de las grandes lecciones de la historia entrerriana.



LA ÉTICA DE TOLSTOI Y LA ÉTICA DEL MONTIEL

...Rabí Abraham dijo:
-En toda la tierra no se ve cielo como aquí. Y explicó
que había estado en Palestina, en Egipto y en Rusia,
pero en región alguna es de un azul tan intenso como
en Entre Ríos. Completando su pensamiento, añadió:
-El cielo entrerriano es protector y suave. Hallándose
solo, por ejemplo, en medio del campo, el espíritu no
sufre sugestiones de miedo; su luz es benigna...”
ALBERTO GERCHUNOFF, “La visita”, en
Los gauchos judíos” (1910)

Su prestigio popular crecían cada día. Gerchunoff nos cuenta que el Dr. Pita una vez le dijo a al Dr. Yarcho:

“-Colega, ud yerra quedándose en estos poblados. Váyase a BsAs; allí se hará famoso y rico.
-Más famoso que aquí, no es fácil -contestó Yarcho-. Todos me saludan, todos me ayudan a arreglar los tiros del sulky. Yo no sé de que hacen los tiros en lo de Crespi. Se me rompen cada tres viajes. Y en cuanto a eso de rico, le diré que ya lo soy. Tengo veintitrés hectáreas de campo, dos pares de zapatos, y mi mujer se ha venido del Uruguay con sombrero nuevo.
-Déjese de bromas, doctor -continuó el diálogo-. Es una lástima que no se vaya a BsAs. Por lo menos, váyase a Paraná. Al año lo hacen diputado.
-¿De veras? Le agradezo que me lo diga. Pensaba ir la semana próxima a la ciudad, pero con esa noticia no me animo. Y eso que el gobernador es amigo mío. Fíese de los políticos.
-Claro, vive bromeando.
-Vivo en serio, amigo mío. ¿Que haré en BsAs, qué haré en Paraná?. En BsAs y en Paraná los hombres sufren, se fatigan, se desesperan, padecen de dolores que se inventan y no se dan cuenta de los dolores que les están royendo, exactamente como sucede en Villaguay y en Domínguez, en Rajil y en Las Moscas. Aquí, en las mañanas, en mi jardín, con mi libro en las rodillas, bajo el paraíso en que se posa la calandria (yo me tuteo con las calandrias), paso horas, si los enfermos me lo permiten, que no conocen los profesores de la capital. ¿No le entretienen las abejas?...”

En el pensamiento y la acción del Dr. Yarcho parecen encontrarse la ética de Tolstoi y la ética del Montiel, forjando un capítulo renovado de la filosofía de pueblo de nuestra tierra entrerriana. Santo para muchos y gauchazo para otros, Juan L. Ortíz -otro tolstoiano- le dedicó un poema titulado “El Dr.Larcho”, donde habla con emoción de ese médico que un día vino a su casa a salvar a su madre, y que Juanele piensa como un probable santo “que traía la fe a la mañana ausente de algunas pobres almas”. El Hospital de Villa Domínguez lleva hoy el nombre de “Noé Yarcho”. Las páginas de Gerchunoff dedicadas a este médico santo y gaucho -y algunas páginas de Tolstoi también- podrían ser lectura obligatoria para todos los entrerrianos.

-De qué está hecha la luna, doctor? -interrogó a Yarcho ese jinete quinceañero que era el Jacobo.
-De estearina y de huevo duro -respondió el médico gaucho y poeta.
-¿Nunca se cayó la luna? -insistió el mozo.
-Todas las madrugadas se cae al Paraná -afirmó Yarcho- y antes de salir las estrellas, el Pescador que está arriba la pesca y la echa a rodar...” (9)


Alberto Gerchunoff

SAJAROFF: DEJEMOS DE SER LOBOS

Las persecuciones de la Rusia zarista y el llamado desde América de su guía espiritual -y después cuñado-, el Dr. Yarcho, hicieron que el Ingeniero Miguel Sajaroff dejara todo y se viniera también a Entre Ríos. Otro lector activo y tesonero de Tolstoi, Sajaroff fue presidente por muchos años del consejo de administración del Fondo Comunal, ampliando el radio del mismo. Tuvo activa participación en congresos agrarios nacionales e internacionales. Propició la constitución de la Confederación de Cooperativas Argentinas y asistió al Primer Congreso del Mutualismo Sudamericano realizado en San Pablo, Brasil.

En el capítulo de su libro “Voz telúrica en Gerchunoff”, que Elio Leyes dedica a Sajaroff titulando el mismo “Extirpar en nosotros el lobo”, el autor nos muestra la profundidad de la dialéctica filosófica del gran ingeniero y militante judío. En el primer congreso de cooperativas agrícolas de Entre Ríos, realizado en 1913, Sajaroff afirmó:

La vida del hombre gira alrededor de dos polos opuestos: por un lado el “amarás a tu prójimo como a ti mismo” y por el otro “la lucha por la existencia”, según la cual el hombre es un lobo hambriento para su semejante, como reza el proverbio latino. ¿Cuál es entonces la conducta que debemos seguir en este mundo? ¿Somos verdaderos hermanos y, por consiguiente, debemos amarnos o debemos estar a la defensiva y mostrar los dientes ?. Es indudable que el sentimiento humano debe tender a extirpar en nosotros el lobo. Mantenemos una dura lucha por la vida diaria, pero al mismo tiempo trabajamos también por el bienestar general. Tenemos un ideal superior, consistente en realizar día tras día obras de bien y afianzar entre nosotros la solidaridad humana. En esto consiste el ideal de la cooperación, de la sociedad futura a la que, a diferencia de la sociedad comercial, no le interesa la especulación ni ambiciona obtener una ganancia cada vez mayor” (10).

LA CIVILIZACIÓN, DE CAMPO, ARROYO Y PUEBLO

...A las 12 del mediodía llegamos a Crespo, donde teníamos
dos horas y media de espera. Ya en este lugar recibíamos
muchos saludos que nos mandaba papá con varios colonos
de Alcaraz. A las 15 llegamos a Alcaraz. Con un ramo de
flores en mano, papá nos esperaba en la estación...”
SIGMUND WACHSMANN, “Atajos en la Noche”,
citado en “Tierras de Promesas (II). Las colonias
judías del Siglo XX en Entre Ríos”

Entre Ríos fue un refugio civilizado -no exento de problemas, pero lejos del infierno- frente a la barbarie capitalista, imperialista, racista y genocida en la Europa que sangraba entre dos guerras mundiales y el avance del nazismo antisemita. Colonia Avígdor, en el Departamento La Paz, fue fundada hacia 1932 para escapar de las mortales persecuciones hitlerianas. Entrevistada en ese pueblo, Margot Rosemblatt de Oppenheimer relató a las historiadoras de “Tierra de Promesas” que, “vivíamos en la frontera entre Avígdor y Bovril, en la zona rural de Viraró, departamento La Paz. Una calle dividía la zona donde convivíamos cuatro familias, de un lado los judíos y del otro los alemanes del Volga. Los judíos éramos los Rosenthal y Rosemblatt. Los alemanes eran los Goehte y Weiezzental, a quienes se los conocía como los rusos blancos. Nos entendíamos perfectamente. Nosotros hablábamos alemán y ellos un dialecto. Convivíamos en paz y armonía”.

En nuestro refugio de pueblo no faltaron criollos que fueron guías, compañeros y empleados de esos colonos que escapaban de la angustia y la desesperación. Ya volveremos sobre uno de éstos servidores sociales legendarios como lo fue Remigio Calamaco. Y debemos decir aquí que, un emigrante renombrado fue el Dr. Alfredo Neumeyer, juez de la Corte Suprema de Baviera -de esa Alemania tan específica que es Baviera o Bayern- y presidente de las comunidades judías unidas de Baviera. Era una exposición política peligrosa en la Alemania nazi. El Dr. Neumeyer falleció en Avígdor el 19 de Diciembre de 1944 en la casa de su hijo, a poco de llegar en calidad de refugiado.

Otros, sobrevivieron en Entre Ríos a la tristemente famosa “Noche de los Cristales Rotos” ocurrida en Alemania y en Austria entre el 9 y el 10 de Noviembre de 1938. En esa noche políticamente oscura, las bandas nazis atacaron, lincharon y asesinaron ciudadanos judíos. Sarita, Silvia y Yolanda Strauss relatan que a su padre no le gustaba contarles sobre la época del nazismo que había vivido, y que “sólo comentaba la noche en que se lo llevaron a un campo de concentración, la noche de los cristales”. Sólo alguien que sufrió esa situación límite sabe lo que se siente, y valora la oportunidad de sobrevivir. Entre Ríos fue su refugio civilizado. “Toda su vida fue un agradecido”, afirman sus hijas (11).

Portada de un trabajo publicado por la Universidad
de Texas, EEUU, en 2010

NECESIDAD DE SAUCE, CEIBO, VIDA Y SALUD

Una menorá, un candelabro de siete brazos, también se salvó de esa violenta y criminal noche nazi y encontró refugio histórico en Colonia Avígdor. Unos químicos venenosos y mortales, parecidos a aquellos aplicados en los campos de concentración, hacen peligrar la salud, la vida y la biodiversidad hoy en nuestra tierra. Aquí y ahora no hay escapatoria posible al desafío ambiental: sólo la lucha popular, la movilización colectiva con todas las fuerzas y el fortalecimiento y difusión de alternativas prácticas, podrá enfrentar el Auschwitz de los agrotóxicos, la contaminación y la amenazante experimentación científica en los negocios del mercado y en la sociedad del riesgo.

Que el tesón de aquellos gauchos judíos y de aquellos criollos de pueblo sea hoy firmeza para defender la tierra, el ambiente y la salud, sin especulaciones. Que la voz del gran Alfredo Zitarrosa, cantando en el final de la película “Los Gauchos Judíos” nos recuerde siempre el silbido del sauzal y la necesidad del ceibal, de un pueblo plural y sencillo que debe aprender de su historia para consolidar un camino soberano, democrático, realmente sustentable y federal.

Yo los vi a esos gringos que se hermanaron
con sudor a los gauchos entrerrianos, sí,
y hasta hoy caminantes del trabajo son,
por la paz, la luz, la fe.
Un adiós yo quiero dejar sobre un niño:
el que fui, y a esa infancia debo aquel calor.
Ya no está, mi recuerdo lo persigue, y hoy
mi sauzal silbó tristón.
Yo viví su horizonte azul, Entre Ríos,
lo mejor de tu tierra y tu viejo palmar,
hoy no sé cómo viviré ya sin tu voz,
nada soy sin tu ceibal.


(Letra: Leonardo Castillo – Música: Gustavo Beytelmann)

“El que se queda en Entre Ríos, no se desentrerrianiza más”, dice Elio Leyes en su repaso del pensamiento y los valores de Alberto Gerchunoff. “Yo soy de allá”, le escribía el autor de “Los Gauchos Judíos” y periodista de “La Nación” a sus amigos entrerrianos desde BsAs. “Mis manos -continúa Gerchunoff con emoción- antes de conocer el oficio de la pluma, conocieron el oficio del arado. Mis pies pisaron, en los años de la infancia, los rectos surcos, y mis ojos aprendieron a tenderse hacia el horizonte azuloso para espiar el vuelo de los pájaros en las claras mañanas y aprendieron a llenarse de paz a la hora en que el jinete va despacio, temeroso de muerte. Las fábulas campesinas, referidas por Remigio Calamaco, boyero de la colonia, me instruyeron en el gusto de las cosas remotas, me educaron en el amor de las cosas afables, me inclinaron al deleite humilde de la palabra. De allá soy, amigos míos. Soy de los contornos de Villaguay. El rocío que escarcha en el amanecer la costa gramillada del Vergara refresca mi corazón y, al acordarme de Entre Ríos, de Villaguay, del Vergara, de Domínguez, de aquella casita con techo de paja en que era tan sabroso el pan, veo aclarar en mí como aclaraba el cielo cuando iba, montado en el flaco tordillo, en busca del barroso y del yaguané, con sus cuernos puntiagudos, separados y curvos,en los que el alba ponía relumbre de nácar. Entre Ríos, tierra benévola, tierra de hombres leales, guarnecida de ceibos, diste fondo a mi alma, y en mi alma conservaste, con el temblor de los árboles de Montiel, con tus aguas sonoras, un rumor de cántico. Amigos míos, yo soy de allá” (12).

SINCALISTAS, SOCIALISTAS, ESCRITORES Y ARTISTAS DEL MONTIEL

Los gauchos judíos entrerrianos han sido un fenómeno único en el mundo. A los ya mencionados, podemos agregar al maestro Iedidio Efron, el Sarmiento judío para muchos, y Antonio Santich, el infatigable médico comunista, hijo de una entrerriana y un yugoeslavo, nacido en Seguí, en 1911. Importantes figuras de la cultura entrerriana y argentina surgieron en esas colonias judías de nuestra tierra. Brillantes escritores, como Pablo Schvartzmann, David Gorskin, José Chudnosky, Osvaldo “Chacho” Dragún, Isidoro Blaistein y Samuel Eichelbaum, nacido en Villa Domínguez en 1894 y autor del clásico teatral “Un guapo del 900”; artistas y actores, como Mario y Salo Pasik, y dirigentes políticos, como los socialistas Adolfo y Enrique Dickmann, nacidos en Finlandia y Letonia respectivamente. Enrique trabajó como peón rural en Entre Ríos y, nacionalizado argentino, fue una de las figuras más importantes del Partido Socialista. Distanciado de ésta formación durante el gobierno de Perón -el partido no variaba su antiperonismo- fue líder del Partido Socialista de la Revolución Nacional, organización de la que surgieron historiadores y militantes como Jorge Abelardo Ramos y Jorge Enea Spilimbergo. Dickmann, como muchos militantes y artistas con pasado entrerriano, fueron figuras de la cultura y la política argentinas, encontrando un horizonte en el éxodo laboral.

Dentro de las extraordinarias historias sociales no tan conocidas, puede leerse en “Tierra de Promesas” la llegada del primer Jarupkin a Colonia Curbelo, un militante bolchevique, que también emigró para estos lares escapando de la represión zarista y sólo traía un frasco y un monederito viejo con monedas de los países por donde había andado. Dentro de la pluralidad política e ideológica de la inmigración, el pensamiento socialista -en sus distintas vertientes- dejó su huella en las luchas y la cultura de aquella época. Julio Serebrinsky, desde su periódico “El Socialista” y con una militancia infatigable, fue uno de los pilares sobre los cuales se levantó la Cooperativa Eléctrica de Concordia. Hoy, la Biblioteca que la Cooperativa comparte con la Universidad Tecnológica Nacional-Subregional lleva, con justicia, el nombre de este luchador por la dignidad, el progreso y la justicia social.

Miguel Kippen, por su parte, provenía del ala menchevique del socialismo ruso, de esa corriente que pensaba un socialismo por etapas, aliandose primero a sectores burgueses, y respetando la legalidad, sin forzar la situación revolucionaria para la toma del poder por parte de los trabajadores, como lo hicieron los bolcheviques. Kippen, junto a Marcos Wortman, fue organizador de un mitin obrero en Villaguay, en 1921, en solidaridad con presos políticos de las luchas de la región, donde se destacó la militancia de José Aksentzoff, que como nos informa Alejo Mayor en su excelente trabajo “La bandera roja. Represión y lucha ideológica en torno al Primero de Mayo: Gualeguaychú, 1921” era un empleado del Fondo Comunal, socialista de origen ucraniano y organizador del primer sindicato de estibadores de Domínguez, que luego extendió su representación a los obreros de las trilladoras. La Liga “Patriótica” terrateniente los reprimió a tiros el acto solidario obrero, pero la lucha continuó contra la explotación social en todas sus formas (13).

La Biblioteca Serebrinsky en Concordia

La terquedad de esos espíritus curtidos de resistencias tiene otros capítulos conmovedores, el de esas madres, abuelas y bisabuelas que afirmaban la vida y la esperanza en situaciones dramáticas. La escritora y militante feminista uruguayense Itatí Schvarzmann nos emociona con un poema que relata la historia de su abuela Berta, y que comienza dedicando a su amado padre.

Terquedades / 1

Principios del Siglo XX: 1902
barco de inmigrantes atravesando el océano
perezoso viaje vía Inglaterra
que los trae huyendo de la miseria
y del asedio de los pógroms
con sus familias a cuestas
con el hambre de derechos y oportunidades
a cuestas.
La mujer de la cara de sol es Elke
de Dniepropetrovsk, Ucrania
y los demasiados dolores aún no pudieron
con su belleza
ni con sus terquedades, que es lo mismo.
El médico de a bordo llama a la de la cara de sol
que carga con su hija más chiquita, enferma:
-Falta mucha travesía aún, el viaje viene
complicado.
Sé lo que le digo, su criatura está muy débil
no llega viva al puerto de BsAs.
Esta es una agencia seria,
usted deja a la niña en nuestras oficinas
en el próximo puerto al que arribemos
y sigue viaje con el resto de la familia
hacia Argentina.
Cuando se establezca puede venir a buscarla,
si la criatura sobrevive se la lleva y si no,
al menos tendrá una sepultura digna.
Usted no sabe las veces que vi arrojar
cuerpecitos al océano
un horror pobres angelitos,
insuperable para sus madres.
Se lo digo de corazón, estimada señora.
Su nena está muy débil y si fallece a bordo
ni entierro digno podremos darle-

Pero la bella Elke no entiende razones
del médico pragmático:
-sé que usted es un buen hombre
y que su consejo es honesto
pero mi chiquita va a vivir porque yo la quiero viva
viva va a llegar al puerto de BsAs
viva va a convertirse en una hermosa y fuerte mujer
y no doctor, yo no la dejo en ningún lado-
Así siguen los días y las noches
entre vómitos e incomodidades
Basia se llama la niña que anda amaneciendo
cada día más débil que la noche anterior,
y el médico insistiendo y doña Elke: terqueando.
Después de un duro mes de viaje
se vislumbra al fin BsAs y de ahí por tierra
a las colonias agrícolas entrerrianas
donde la familia se asienta
y donde Basia que aún no cumplió siete años
y ya fue explotada en un par de fábricas ucranianas
descubre esas tierras
donde llueven frutas de los árboles
donde el frío es soportable
y el verde entrerriano es de tantos verdes
como nunca creyó ver.
La entrerrianía que hizo su trabajo y enamoró a Basia
y la bautizó Berta
la vio vivir muchísimas décadas
como mujer inteligentísima, fuerte, digna
-y terca, por supuesto-
que supo transmitir a su descendencia
que una terquedad a tiempo
siempre huele a valentía.
Y que a las mujeres se las quiere vivas
tercas y vivas
como solía decir la otrora débil ucraniana Basia
convertida en la entrerriana Berta
Berta terca,
mi abuela Berta.

(I.Schvarzman, “Ni Una Menos y otros poemas antipatriarcales”. Prólogo de Ana Prada,
C.del Uruguay, Cooperativa El Miércoles Comunicación y Cultura, 2017)

LA REBELDÍA CÍVICA CONTRA EL RÉGIMEN

El primer grito de la oposición cívica al gobierno conservador lo dio en BsAs el abogado entrerriano Francisco Barroetaveña, quién el 20 de agosto de 1889 publicó aquella histórica columna de protesta en el diario La Nación, titulada “Tu Quoque Juventud. En tropel al éxito” (Tu también juventud), cuestionando fuertemente a los jóvenes aduladores y partidarios de la política del presidente Miguel Juárez Celman, concuñado de Roca. Este manifiesto fue el primer paso para la organización de la Unión Cívica de la Juventud primero, en seguida para la Unión Cívica y posteriormente para la formación de la Unión Cívica Radical, que pasó a ser el principal partido de oposición al régimen.

En un documento memorable que no deja de tener actualidad, y que para nosotros es una continuidad ideológica de las batallas de Pavón, del Talita y del Arroyo Don Gonzalo -en las que se frustró el espíritu federal jordanista-, Barroetaveña cuestiona a los jóvenes que entienden la política como cortesanos del poder de turno, preguntando en voz alta

...La juventud que así inmola su energía cívica poniéndose bajo la dependencia de un poder cuyas órdenes se cumplen en silencio sin la menor objeción. ¿ Realiza algún ideal formado en las aulas?¿ Practica algún principio usual en las naciones civilizadas que gozan de organización constitucional?¿Imita movimientos análogos de la juventud de esos pueblos?...”

Después de repasar movimientos políticos de la juventud en distintos países, el abogado gualeyo se detiene en la situación de Brasil, afirmando que

...En el Brasil, la juventud reclama instituciones liberales, y al mismo emperador le dirigen discursos pidiendo con altanería más progreso, más libertad e instituciones federativas; en la República vecina, la juventud estudiosa, lejos de pactar adhesiones incondicionales con los mandones que se alzaron con el poder, corrió a los campos de batalla para reivindicar con las armas en la mano esos derechos y libertades arrebatados por el abuso...”

LOS CAMINOS DE UN PAÍS SIN VIDA POLÍTICA

La Argentina, para el Barroetaveña de “Tu Quoque” tiene desafíos claros, a corto y a largo plazo:

...La República no gozará probablemente de verdadero bienestar sino cuando se opere la reforma de sus costumbres e instituciones por medio de la instrucción y educación pública, siguiendo un vasto plan pedagógico... pero en la actualidad no hay más opción para mejorar el país que entre el posibilismo y la explosión, porque los demás caminos legales se encuentra obstruidos por el abuso y el fraude...”

El columnista protesta contra la decadencia política de Entre Ríos y Corrientes “que antes fueron guerreras y libertadoras” y ahora borran “la suscripción de un diario cuando supieron que habían caído en desgracia del Presidente”, y completa su análisis político con una crítica ácida y profunda a la situación general del país diciendo que

...Las finanzas de la nación están entregadas a un ilusionista o culpable que las lleva, fatal y velozmente, por la pendiente del abismo; la moral administrativa de gran número de reparticiones públicas gime bajo el peso abrumador de terribles acusaciones, sin que de arriba se inicie correctivo eficaz y saludable; la vida política del país totalmente suprimida, gozándose hoy mil veces más libertad política y civil en todas las monarquías constitucionales de la vieja Europa que en esta joven República de la América del porvenir; la descentralización administrativa y política casi ha desaparecido, pues ya en el hecho no hay provincias sino intendencias, ni municipalidades elegidas por el pueblo sino comisiones de amigos de los gobernantes llevados para asegurar el abuso y la arbitrariedad. En todas partes malestar, desgobierno y escándalos, que arruinarán al pueblo cuando estalle una crisis inevitable que todos la presienten...”


Francisco Barroetaveña

LA MALDICIÓN REPUBLICANA Y LA REVOLUCIÓN A MEDIAS

En el final del documento, el autor lanza una maldición republicana a los vividores irresponsables, zánganos y estafadores de la política:

“...Que en el momento de los brindis, la altivez nacional indignada, paralice la lengua de esa juventud, volviendo cada uno a su hogar mortificado por el remordimiento de la adhesión cesárea” (14).

La indignación de todos los sectores opositores al juarismo se fue encontrando y movilizando en conjunto hasta que por fin estalló en la Revolución del Parque, el 26 de Julio de 1890. La insurrección logró tomar el Parque de Artillería en BsAs pero no logró tomar el poder, aún así provocó la renuncia del Presidente Juárez Celman, que dejó su lugar al vice, Carlos Pellegrini.

La Unión Cívica se dividió, y los intransigentes que no acordaban con el régimen siguieron a Leandro N. Alem y fundaron la Unión Cívica Radical. La parte moderada de los cívicos siguió a Mitre. La UCR desarrolló un proceso de abstención y lucha revolucionaria frente a las elecciones fraudulentas administradas por los conservadores, y llegó al poder político después de la sanción de la Ley de sufragio universal -o casi universal-, secreto y obligatorio en 1912. En 1914, la UCR conquista la gobernación de Entre Ríos con la conducción de Miguel Laurencena -ex ministro de Racedo- y en 1916 llega a la presidencia de la república con el triunfo de Hipólito Yrigoyen. Barroetaveña fue crítico del yrigoyenismo y terminó siendo candidato a presidente -en 1931- de una alianza entre radicales antipersonalistas y el sector más conservador de la democracia progresista. Sus aspiraciones políticas le impidieron escapar y enfrentar la vuelta de la trampa del fraude en el inicio de la década infame. Murió poco tiempo después, en 1933.

UNA DEMOCRACIA DE FUERZA MAYOR

...Ascienden al poder los hijos de los inmigrantes.
Irán primero los de estirpe vasca...”
BEATRIZ BOSCH, “Historia de Entre Ríos”,
Cap.XIV

El radicalismo gobernó Entre Ríos entre 1914 y 1943. Mayoritariamente, la UCR provincial fue antipersonalista, es decir estuvo más cerca de Alvear que de Yrigoyen. Celestino Marcó (gobernador 1918-1922) y Antonio Sagarna (político polifuncional) fueron Ministros de Justicia e Instrucción Pública del gobierno de Alvear. Miguel Laurencena (gobernador 1914-1918) fue Juez de la Corte Suprema de la Nación, designado por el mismo Alvear. A los conflictos internos del radicalismo entrerriano se le sumaban sus enfrentamientos con los conservadores. Los resultados de los comicios y el sistema electoral de aquella época le impidieron a los gobernantes radicales asegurar una mayoría en la legislatura, y alguna vez se tuvo que recurrir a la fuerza pública para que algunos diputados se sentaran en una sesión necesaria para aprobar alguna ley o alguna formalidad que permitiera avanzar con la gestión política. El 13 de Agosto de 1926, por ejemplo, el diputado yrigoyenista Balbi y otros legisladores -nos informa Filiberto Reula en el Tomo III de su Historia de Entre Ríos-, fueron traídos por la fuerza y con ese método se pudo mantener el quorum hasta que se realizó el escrutinio de la elección de gobernador y vice, y aprobación de todo lo actuado.

En Noviembre de 1916 se había producido la intervención de la Provincia por parte del ejecutivo nacional con el objeto de asegurar el funcionamiento del Poder Legislativo -con mayoría conservadora-, el cual no permitía la elección de dos senadores nacionales. La democracia republicana posible no terminaba de darle paso a la democracia republicana verdadera. Quién sabe si después de tanto tiempo, ya le ha dado el paso. Lo cierto es que el proceso de democratización formal estatal en la Provincia de Entre Ríos recién pudo tomar forma con la reforma constitucional discutida en 1932 y sancionada en 1933.

En Entre Ríos, la democracia formal y electoral no sufrió interrupciones entre 1914 y 1943, más allá de que, a nivel nacional, hubo un golpe militar en 1930 -encabezado por el Gral. Uriburu- y gobiernos fraudulentos desde 1932. Al antipersonalismo de la mayoría radical en nuestra provincia -coincidente con el golpismo antiyrigoyenista- se le puede sumar un fuerte espíritu autonomista y federalista -genéricamente urquicista- que se expresaba públicamente y que tal vez también fue factor de sostén de la continuidad de la democracia formal.

Los radicales antipersonalistas van a levantar con fuerza la bandera del federalismo contra sus correligionarios yrigoyenistas, como también lo harán contra los militares golpistas que avanzan sobre el gobierno de la provincia en 1943. Desde la derrota del jordanismo, la política argentina parece haber entrado en una contradicción estructural de la que no ha podido salir: los sectores que se autodenominan nacionalistas y populares plantean una política centralizada en BsAs -lo mismo va para la izquierda conocida-, y los sectores que reclaman respeto al federalismo y a las autonomías provinciales, casi siempre lo han hecho desde posiciones liberales y conservadoras. El pueblo necesita una síntesis política de soberanía nacional, unión sudamericana, federalismo auténtico y respeto real a los derechos humanos y sociales y no la puede encontrar.

Portada de uno de los libros de
Eduardo Laurencena


LA AUTONOMÍA ENTRERRIANA Y SUS CIRCUNSTANCIAS

...En enero de 1930, el gobierno nacional -presidido por Yrigoyen-
autoriza la inversión de catorce millones para iniciar la construcción
del Ferrocarril Paraná-María Grande...”
FILIBERTO REULA
Historia de Entre Ríos” (Tomo III)

En 1930, el antipersonalismo se aprestaba para volver a triunfar en las elecciones provinciales, y toda su prensa atacaba el “arrasamiento de las autonomías provinciales” por parte de Yrigoyen, en su segunda presidencia. Leopoldo Melo, dirigente del que ya hemos hablado y del que mejor no profundizar, propone en BsAs que la bandera de Entre Ríos presida el comité antipersonalista. Se recrea una mística “antirosista”. Una comisión especial conduce la bandera entrerriana a la capital nacional, pero no es la de Echagüe y Urquiza, sino la de Ramírez y Artigas en Cepeda, y algunos diarios ponderan este “nuevo pronunciamiento”. Paradojas de nuestra historia política.

Hubo momentos políticos más claros y más dignos, como cuando el gobernador radical Mihura no aceptó entregarle el gobierno al Gral. Juan Carlos Sanguinetti, quién iba a poner en marcha la intervención de la provincia tras el golpe del Grupo Obra de Unificación (GOU), el 4 de Junio de 1943 que, como hemos dicho, contaba con un militar oriundo de Entre Ríos como presidente provisorio: el Gral. Pedro Pablo Ramírez.

Mihura anticipa que va a hacer resistencia simbólica. No va a disparar un tiro pero no le va a entregar el gobierno. No sabe que va a hacer el pueblo. Si el militar golpista quiere entrar a la Casa de Gobierno provincial “se va a tener que buscar un cerrajero o un hachero”. Y aprovecha el gobernador saliente para decirle a Sanguinetti que “lo que más me duele, es que han acollarado a Entre Ríos con Buenos Aires, es decir la decencia con la deshonestidad, con el fraude, con la inmundicia...” (15).

Mihura es detenido, Eduardo Laurencena -líder del radicalismo antipersonalista, que terminará después siendo presidente del Banco Central de la dictadura “Libertadora” de 1955- no pudo asumir su segundo mandato trás haber ganado las elecciones, y los interventores del gobierno militar se suceden: Cnel. Ernesto Ramírez, Tte. Coronel Carlos M. Zavalla, el Gral José Humberto Sosa Molina y Eduardo Francheri López. La figura del Coronel Perón crecía políticamente a nivel nacional en ese gobierno del GOU, que al final lo encarceló, debiendo liberarlo tras la gran movilización obrera y popular del 17 de Octubre. El peronismo se transformaría en fuerza política electoral y triunfa en las elecciones nacionales y provinciales de 1946. Héctor D. Maya es electo primer mandatario en Entre Ríos.

Enrique Mihura

DIGNIDAD Y MILONGA: LA REVOLUCIÓN DE LOS KENNEDY

...Más tarde Eduardo Kennedy cruza de nuevo el Uruguay.
Y el dos de Enero regresa a “La Paz”. Vibra de entusiasmo;
la provincia está sobre las armas. Es un “camuatí.
En veinte pueblos, centenares de argentinos esperan
la voz de ataque...”
YAMANDÚ RODRÍGUEZ
Los Kennedy. Con el oído en la tierra”

La otra corriente radical, el yrigoyenismo, se había rebelado -con las armas en la mano- contra el golpismo varias veces entre 1931 y 1933. En julio de 1931 se produce una intentona revolucionaria en Corrientes encabezada por el Tte Coronel Gregorio Pomar, leal al depuesto Yrigoyen, que fracasa, aunque se cobra la vida de un militar al servicio del orden: Lino Montiel, padre de quién fuera posteriormente gobernador radical en Entre Ríos, en 1983 y en 1999, Sergio Montiel.

En enero de 1932 se produce la legendaria revolución de los Kennedy, en la ciudad de La Paz. Tres hermanos hacendados radicales -Eduardo el yrigoyenista, Mario y Roberto Kennedy, antipersonalistas- toman la jefatura de policía junto a un puñado de seguidores y ocupan también otras reparticiones públicas como parte de un plan revolucionario nacional, que ellos no sabían que se había suspendido. Al enfrentamiento cinematográfico con muertos y heridos, le siguió una fuga inalcanzable por el monte que ni el bombardeo de los aviones de guerra pudo detener. Luego de mil peripecias, el río Uruguay fue su camino de exilio a la otra Banda, y después a Brasil. La revolución quiso impugnar la asunción presidencial fraudulenta e infame de Agustín P. Justo y reconstruir el sendero de la democracia. Su correligionario/adversario antipersonalista, el gobernador Luis Lorenzo Etchevehere le avisa por teléfono a Mario, en esa jornada caliente, que estaban solos y que su revolución no iba a ningún lado. A la derrota rebelde le sigue la fuga, pero esos ideales quedan latiendo como un “superyó” político e ideológico, como una conciencia interpelante, en la reforma constitucional provincial sancionada en 1933.

Los Kennedy eran hombres de campo, de trabajo, de coraje, de escuela, de libros y de fuertes convicciones políticas. Diestros con las armas, su madre -Rufina Cárdenas- era maestra normal. El golpe de estado de 1930 contra Yrigoyen los tuvo en la resistencia opositora desde el primer momento. En ese tiempo, Atahualpa Yupanqui -cuando todavía era Héctor Chavero- vivió en Tala y según dicen los baqueanos de la historia regional, era conocido de los Kennedy y fue parte de la conspiración revolucionaria. En su milonga “Sin caballo y en Montiel”, dedicada a nuestra tierra y a su gente íntegra, Yupanqui habla del río, “ese ancho camino de fugas que callado tiene que ser” (16). En La Paz hoy la Avenida de ingreso se denomina “Hermanos Kennedy”: el rescate histórico se debe a militantes comprometidos como Marcelo Faure.



EL ENTRERRIANO: PRIMER TANGO BIEN BAILADO

...Para cuando el comando tomara la decisión, tendría que
hacerlo a través de un telegrama. “Se vende la hacienda”
era la señal de la luz verde a la insurrección...”
JORGE REPISO
Los Kennedy. Tres hermanos que casi
cambiaron la historia”

Eduardo se había dirigido a Europa en 1931 a denunciar al régimen de facto en la Liga por los Derechos del Hombre. La leyenda dice que en París se encontró una noche con Carlos Gardel, ese cantor que parece que nació en varios lugares a la vez, que sufría en algún final hípico y amoroso, que cantaba para el partido conservador o para el que pusiera los billetes arriba de la mesa, que grababa en la capital francesa y que los resumidores de siempre lo esculpen cantando a su Buenos Aires querido. Gardel arrancó esa noche parisina prometiendo un premio a los mejores bailarines, y al rato, Eduardo Kennedy le solicitó el tango “El Entrerriano”. La medalla del triunfo estuvo con los Kennedy muchos años.

Jorge Repiso cita una de las letras que han acompañado a ese tango legendario, compuesto por el negro Rosendo Mendizábal en BsAs y que parece va dedicado a un potentado de nuestra provincia -un tal Ricardo Segovia- asistente a la “casita” de María Rangolla, la Vasca, en las orillas de la capital argentina. Lo cierto es que -mal que le pese a algún porteño soberbio y onanista- ese gran tango que lleva por título al ser de nuestra provincia es el primer tango formalmente registrado (1897) en la historia de la música rioplatense. Repiso elige un fragmento de la letra creada por Carlos De la Púa, conocido artísticamente como el “Malevo Muñoz”:

...Vivirás, Entrerriano, mientras quede en el fango,
como un mate curado, la amistad del amigo,
mientras haya algún orre que no cambie de rango,
mientras quede un porteño que se patine un mango
de emoción en el verso sincero que te digo...”

La letra de Homero Expósito no se queda atrás, al hacer una valoración tanguera del espíritu de aquellos gauchos de nuestra tierra que se recibieron de compadritos cuando amanecía el Siglo XX en la BsAs moderna y agroexportadora:

Sabrán que soy el Entrerriano,
que soy
milonguero y provinciano,
que soy también
un poquito compadrito
y aguanto el tren
de los guapos con tajitos.
Y en el vaivén
de algún tango de fandango,
como el querer
voy metiéndome hasta el mango,
que pa'l baile y pa'l amor
sabrán que soy
siempre el mejor...” (17)




O ES PARA TODOS LA COBIJA, O ES PARA TODOS EL INVIERNO
¿No es ésto una continuidad espiritual de las batallas de Pavón, El Talita y Don Gonzalo?. Una hermosa interpretación de éste tango de Anselmo Rosendo Mendizábal reescrito por Expósito, puede escucharse en la internet por Liliana Barrios y su grupo.
La revolución se frustró -su comando en Concordia intentó un movimiento pero fue imposible- y se refugió en el arte popular, en la memoria histórica y en la cultura. En Diciembre de 1932, esa revolución postergada iba a iniciarse por fin, pero una explosión inoportuna descubrió a los revolucionarios. Unos meses antes, el Coronel Regino Lascano -uno de los infatigables revolucionarios yrigoyenistas- era asesinado en Corrientes, mientras buscaba sumar adhesiones. En su poder tenía una proclama con el programa revolucionario. El mismo caracterizaba la situación política diciendo que
"Frente a la dictadura de Justo, las dictaduras de las compañías Standard Oil, Bunge y Born, Dreyfus, Asociación de Frigoríficos, Tranvías, Unión Telefónica, etc.; frente a esta dictadura extranjera disfrazada canallescamente con los colores de nuestro pabellón y a la que sólo civiles y militares que han caído en la ignominia de traición a la patria pueden apuntalar, proclamamos la revolución con el fin de conquistar para el pueblo argentino la suma del derecho y libertades ultrajadas, aherrojadas por la miserable legión de fascistas del Jockey Club y el Círculo de Armas que no han trepidado en vender la nacionalidad a cambio de satisfacer sus bastardas y ruines ambiciones personales de orden político y comercial...".
Y explicaba que la idea consistía en deponer al Gobierno, sacar a sus líderes del país y llamar a elecciones en menos de un año. En el transcurso, la Junta Revolucionaria iba a tomar las siguientes medidas:
  • Ordenará la requisa de todo lo necesario para alimentar, vestir y cobijar al pueblo.
  • Movilizar a los desocupados para construir caminos, habitaciones y fábricas.
  • Estatizar el comercio exterior.
  • Extinguir la deuda externa mediante la entrega de productos nacionales.
  • Prohibir la exportación de monedas, metales y piedras preciosas.
  • Acordar una moratoria general de dos años para las deudas internas.
  • Reforma agraria en favor del campesinado.
  • Explotación colectiva de los campos de una extensión superior a mil hectáreas.
  • Traslado del poder judicial a juzgados populares.
  • Simplificación de la burocracia estatal.
  • Estatización del petróleo.
  • Dar impulso a la enseñanza y cultura, asegurando a todos el derecho al saber.
  • Transferir a los trabajadores la administración de sus lugares de trabajo.
  • Amnistía a los presos políticos y demolición del penal de Ushuaia.
  • Establecer una escala de sueldos para la Administración Nacional.
  • Revisión de las pensiones y jubilaciones concedidas.
  • Suprimir las subvenciones a la Iglesia.
  • Reforma interna de las Fuerzas Armadas.
  • Regulación de la actividad financiera.
  • Supresión de todos los impuestos a excepción de el de la tierra, el de la renta y a las herencias.
  • Incautación de los tesoros disponibles, emisión de un empréstito interno forzoso y confiscación de bienes pertenecientes a las personas e instituciones que resulten responsables de la dictadura implantada el 6 de septiembre para solventar los gatos de la Revolución.
En 1933 hubo un intento más de los últimos montoneros radicales, en la ciudad correntina de Paso de los Libres: Mario Kennedy se había anotado en la partida, lo mismo que Arturo Jauretche, pero una vez más, las cosas no salieron como estaban proyectadas por el Comando del Litoral. En la cárcel, Jauretche escribe su gran poema gauchesco “El Pasos de los Libres” (1934), que fue la última obra que reeditó poco antes de morir en 1974, en uno de los momentos más intensos del debate y la lucha política en Argentina. Algunos lo leyeron como una señal del autor del “Manual de Zonceras Argentinas”. En algunos de los versos, Jauretche nos recuerda el ideal de la distribución justa del progreso y de la austeridad:
...Y así a la Patria la tienen
pa que les sirva a los ricos;
visten al gaucho 'e milico
y mientras los cuida el rifle,
ellos están con el chifle
¡meta besos por el pico!

Hasta que un día el paisano
acabe con este infierno
y haciendo suyo el gobierno
con solo esta ley se rija:
es pa' todos la cobija
o es pa' todos el invierno...” (18)


LA CONSTITUCIÓN PROVINCIAL DE 1933

El gobierno de Luis L. Etchevehere pudo avanzar con una reforma constitucional que se discutió en la última parte de 1932 y se sancionó en 1933. El contexto nacional e internacional no podía ser más complicado: fraude “patriótico” en la política gubernamental argentina, crisis capitalista global desde 1929, Tratado neocolonial Roca-Runciman que como dijimos se firma en 1933, crecimiento de los autoritarismos fascista y nazi en Europa y hegemonía del stalinismo en la Rusia “comunista”. Un nuevo rol del Estado frente al mercado se empezaba a desarrollar con el “New Deal” norteamericano y con las ideas del economista John Maynard Keynes.

En ese contexto, la nueva constitución de Entre Ríos va a expresar los diferentes anhelos políticos y sociales del momento, conjugados a la manera de los sectores dominantes. La democracia formal encontraba su punto de madurez histórica con ésta reforma. La autonomía federal y democrática se afirmaba en el contexto más complicado. Eduardo Laurencena, el Alberdi del antipersonalismo entrerriano, presidió la Convención Constituyente. La reforma produjo una declaración de intenciones políticas y legales amplias, novedosas y profundas: neutralidad del Estado en materia religiosa, ampliación del recurso de habeas corpus, estabilidad del empleado público, un nuevo Régimen Económico y del Trabajo con especial protección de la producción agroindustrial que estaba surgiendo, salario mínimo, condiciones de trabajo obrero, previsión y asistencia social, un Tribunal Electoral para garantizar elecciones limpias, en las que se reconoce el voto a la mujer, autonomía municipal, función social de la propiedad privada, garantía presupuestaria de un mínimo importante para la educación pública y distintas líneas políticas y legales importantes y democráticas que ameritan una relectura y un balance histórico sobre su cumplimiento y su desarrollo.

El desacuerdo sobre el uso de la palabra “Dios” llevó a la definición práctica, por parte de los constituyentes, de evitarle un preámbulo a nueva carta magna provincial. Por lo demás, podríamos repensar los brillantes conceptos que Arturo Sampay aportó a la filosofía del derecho cuando nos señala las diferencias entre la “constitución real” de una sociedad -es decir, las relaciones de poder entre sus clases sociales- y “constitución escrita o jurídica” -que es la expresión jurídica de esa estructura-. Con éstas categorías de análisis crítico, podemos analizar después, detalladamente cada parte de la constitución escrita en su contexto y señalar que parte de la misma fue “constitución semántica”, es decir que parte se direccionó en el mismo sentido de las estructuras de poder; que parte fue “constitución nominal”, es decir vacía de sustantividad por ir en contra de las estructuras, y cual fue “constitución normativa”, es decir, que parte del texto político-legal le trazó un camino a la constitución real y logró modificar la realidad social. Por supuesto que Sampay nos recuerda que la legitimidad de la constitución escrita y de la formación social que ella expresa dependerá de su capacidad política efectiva para producir justicia social. Un convencional constituyente por Paraná campaña expresó en el debate éste nuevo sentido social del derecho y el desafío del Estado, de crear un mínimo de condiciones para que la independencia jurídica declarada se concrete como independencia y libertad personal y social (19).



CONSTITUCIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y FOLKLÓRICA


...Como tiene el mandarino la propiedad de no ser comido
por la langosta, su cultivo se difunde más y más...”
FILIBERTO REULA
Historia de Entre Ríos” (Tomo III)


Lo que si queda claro en esta perspectiva histórica es que parte del anhelo democrático de los Kennedy y del espíritu -y la presión- popular que ellos representaban quedó impreso políticamente en la nueva constitución entrerriana de 1933, lo mismo que los reclamos obreros y sindicales. Esos anhelos, condensados formalmente en algunos artículos constitucionales, igual no pudieron evitar que la provincia se quedara en un modelo económico agroindustrial y dependiente (modelo A.S.I: Agricultura de Sustitución de Importaciones), cuando en BsAs se iniciaba -forzado por las circunstancias de crisis- el modelo I.S.I, de industrialización sustitutiva de importaciones.

La política agroindustrial tuvo logros significativos en la Entre Ríos de los años ´30, en el marco del paso de la chacra a la granja. El aceite comestible, el arroz, el citrus, la vitivinicultura -que vuelve en la actualidad- producidos ahora en la provincia fueron logros de ese modelo y continúan como base de nuestra economía, más allá de los cambios de manos y de los avances técnicos, lamentablemente conserva su carácter dependiente y agroganadera dentro del capitalismo global. Hoy los venenos cancerígenos y el extractivismo en todos sus órdenes han agravado la situación, donde además vemos un retroceso de aquella economía social que caminó paralela a la creación de colonias, al desenvolvimiento agroindustrial y que fue un paliativo a los golpes de la crisis sistémica y de los mercados.

La agroindustria sustitutiva tuvo como complemento de la política de creación de nuevas colonias, con una Ley de Transformación Agraria promovida en 1934 por Bernardino Horne, ministro de hacienda del gobierno de Etchevehere. Esa ley, que hay que releer y repensar, dio oportunidades a muchos colonos, pero aquellos gauchos heroicos -veteranos de mil batallas federales- no podían tomar un crédito para comprar la tierra y terminaron como peones rurales detrás de algún alambrado patronal o se fueron al exilio laboral, a ser “cabecitas negras” o “descamisados” en las fábricas instaladas en BsAs. Los censos de población empieza a mostrar que la economía política entrerriana es más expulsora que inclusiva, a pesar de las iniciativas agroindustriales y colonizadoras. La balanza dialéctica inclusión / expulsión empieza a mostrar fuertes saldos desfavorables. La política lo desarraigaba al gaucho de su tierra y el folklore instituído por la misma política lo enterraba vivo como mito y fantasma en la misma tierra. Ese espectro del criollismo era agitado para reprimir los reclamos de los obreros “rojos y extranjeros”. Muchos colonos gringos y sus hijos corrieron la misma suerte de esos criollos emigrantes. La música litoraleña valoraba y valora al gaucho en su destreza campera, trabajando para otros. De vez en cuando aparece una reflexión consciente de lo que pasó y lo que pasa. Casi nunca aparece una opción realmente transformadora: algunas voces intentaron forjar una síntesis entre el espíritu gaucho y el socialismo libertario que trajeron unos cuantos obreros gringos.


BERNARDINO HORNE: UNA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA TIERRA
...Se puede, es un agrado, saludar la esperanza,
que suele quedar sola, y los medidos actos
del hombre que se afirma con la reja en la escarcha
o rige noche y día la marcha del ganado...”
CARLOS MASTRONARDI
Luz de Provincia”, en
Conocimiento de la noche” (1937)

A la Ley Agraria -que se pretendía continuadora del ideario de Urquiza y de Peyret- le siguió la creación del Banco de Entre Ríos. La política impulsada por Horne buscaba que el Estado sea un mediador activo y positivo entre los intereses del mercado y los derechos de los productores y de los colonos. Acceso a la tierra con cuotas de créditos que no superaran las de los arrendamientos, diversificación productiva, educación, cooperativismo, democracia agraria, fueron algunos de los ideales de ésta política del gobierno de Etchevehere y Horne, con las limitaciones internas y externas que hemos señalado. Horne impulsó después como diputado nacional una Ley Agraria Nacional (1940) con el mismo espíritu. Esa ley incluía la posibilidad de realizar expropiaciones de latifundios: podemos pensarla hoy como un examen de conciencia de la década infame.

La creación de colonias agrarias continuó con gobiernos de distinto color político. Horne siguió su carrera como Secretario de Agricultura y Ganadería del gobierno desarrollista nacional de Arturo Frondizi (1958-1962). Antes, lo encontramos firmando un “Manifiesto al Pueblo de la República” (Octubre 1948) por la recuperación nacional, los derechos populares, la reforma agraria y la planificación económica, junto a Homero Manzi y otros militantes del Movimiento Radical Revolucionario. Habría que estudiar y evaluar detalladamente las intenciones de Horne, sus logros, sus fracasos y su legado, en el marco de los contextos en los que llevó adelante sus iniciativas políticas. Probablemente habrá concluido sus días bastante frustrado, ya que propuso a los sectores del pueblo vinculados al trabajo de la tierra que pensaran la necesaria constitución de un Partido Social Agrario que los representara y los defendiera.

Las políticas activas del Estado incluían asociarse al capital privado en algunos negocios como el de los frigoríficos. Los ganaderos de Concordia, en 1922, y los de Gualeguaychú, en 1923 desarrollan ésta industria con capitales argentinos, y después con apoyo del Estado que se convierte en accionista. Para el historiador entrerriano Julio Irazusta, éste hecho de que capitales propios manejaran un negocio estratégico era un ejemplo que el país debía imitar, en una época donde los frigoríficos, los ferrocarriles, el comercio y las finanzas eran controlados por capitales británicos que de ésta manera subordinaban la economía y la política argentinas. Recordemos que el senador demoprogresista por Santa Fe, Lisandro de la Torre, denunciaba en 1935 la doble contabilidad de los frigoríficos británicos que ocultaban sus verdaderas ganancias, con la impunidad política que les daba el Pacto Roca-Runciman. En Entre Ríos, los ingleses eran dueños de los frigoríficos Liebig y Santa Elena, los pueblos-empresa, y de eso hablaremos más adelante.

Otras decisiones políticas tomadas por aquellos años valen hoy tanto o más que cuando se las puso en práctica: un Banco de Semillas, un Tren de Arbolado -que llevaba los arbolitos para distribuir en los pueblos a muy módico precio y fue puesto en marcha por la gestión de Eduardo Laurencena, logrando repartir unos 50 mil ejemplares-, la obligación de hacer huertas en las comisarías, en las escuelas y en las estaciones de ferrocarril; las Comisiones Vecinales para intervenir en conflictos entre agricultores y para organizar el combate contra el desempleo, la ley de Solidaridad Agraria (1934) que provee semillas de trigo, lino y maíz a los productores que han perdido la cosecha, entre otras medidas (20).

Portada de uno de los libros de
Bernardino Horne

LA GAUCHADA ENTRERRIANA

Párrafo aparte merece el análisis de la contracara moral de nuestra historia económica. Es lo que algunos cientistas sociales como Edward Thompson denominan la “economía moral de la multitud” y se refieren a esos gestos sociales solidarios que cotidianamente complementan o contrarrestan los efectos del moderno y cruel pago al contado. En el vocabulario popular esos gestos positivos y definitorios de una personalidad o de una relación social se definen como gauchadas, y el concepto es profundamente sintomático.

Entre la amistad y el negocio, el entrerriano elige la amistad, dijo Gerchunoff. Una anécdota relatada por el escritor Roberto Arlt, en sus crónicas de un viaje por el Río Paraná confirma la diferenciación ética del entrerriano de pueblo con sus compatriotas de BsAs. En agosto de 1933, el barco que transportaba al autor de las clásicas “Aguafuertes” se detiene en Paraná, y Arlt camina las calles de esa capital todavía pueblo que define como “la ciudad más limpia del mundo”. Tiene que enviar un sobre con sus notas para el diario. En el correo, el empleado revisa la carta, observa una punta desprendida y le dice:

- “Hay que lacrarla”
- “No tengo dónde lacrarla aquí”, responde el escritor y periodista.
- “¿Lleva valores?, pregunta el empleado del correo.
- “No señor. Notas”, responde Arlt.
- “La voy a lacrar yo”
- “¿Cuánto es, señor?
- “Nada”, dice el empleado.
- “Oh, Ud es muy amable”! Muchas gracias (¡Vaya a encontrar en BsAs semejante prueba de gentileza!), afirma el escritor, terminando ésta parte de sus “Aguafuertes Fluviales” diciendo, “salgo y sigo caminando encantado de ésta amabilidad entrerriana que se pondrá más tarde de manifiesto en otras partes” (21).

LOS PUEBLOS-EMPRESA Y LA LECCIÓN COLONIAL

La economía agroindustrial entrerriana -menos desarrollada- dependía comercialmente de BsAs y operaba también en la órbita de los capitales británicos -dueños de frigoríficos- y de capitales norteamericanos que ya controlaban algunos negocios vinculados a la citricultura. Dos de los casos más emblemáticos de la influencia del capital británico y del vacío económico y laboral que generó su salida en nuestra provincia son los Frigoríficos Liebig -en el Departamento Colón- y Santa Elena -en el Departamento La Paz-.

El Frigorífico Santa Elena empezó como saladero de carne en 1871. Fue cambiando de manos hasta que en 1909 lo compran los capitalistas ingleses de la Bovril Ltda. Los ingleses condujeron esa ciudad-fábrica o pueblo-empresa hasta 1972 en que se retiraron del negocio, y éste volvió a cambiar de dueños, pasando a manos de empresarios santafesinos. En 1984 el gobernador radical Sergio Montiel dispuso la estatización del frigorífico. Esa decisión probablemente hubo que tomarla antes y garantizando la mayor transparencia en el marco de una gestión política, gremial y social compartida. El frigorífico estatal tuvo buenos momentos económicos, pero siempre sufrió el desgaste de los turbios negocios, tanto privados como públicos, como la falta de planificación integral de su desarrollo.

En 1991, el gobierno justicialista de Jorge Busti, a tono con las políticas neoliberales de la presidencia de Carlos Menem, privatizó el frigorífico, pero el mismo cerró a los dieciocho meses, dejando a la mayoría de la población desempleada y quedando a merced de los planes sociales distribuidos por los políticos de turno. En 2005, el empresario Taselli proyectó reabrir el frigorífico durante el primer gobierno kirchnerista, pero otra vez el negocio quedó limitado a las especulaciones empresariales y políticas de los círculos del poder. Seguimos necesitando una discusión seria y profunda sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestros pueblos y su relación con la política electoral y con el capital transnacional. La sociedad necesita forjar alternativas políticas, económicas, sociales, culturales, ambientales y alimentarias propias y soberanas. Más de cuatrocientas fábricas recuperadas y gestionadas por los trabajadores en Argentina, desde el 2001, muestran un camino diferente.

El Frigorífico Santa Elena

¿LA LIEBIG Y LA BOVRIL DEL TURISMO?

En 1903, el viejo saladero de Benítez y después de O´Connor fue comprado por los empresarios ingleses de la Liebig´s Extract of Meat Company Limited. El pueblo se fundó y se organizó alrededor de la fábrica: “Fábrica Colón” pasó a ser Pueblo Liebig en 1975. Los ingleses estuvieron hasta 1980, luego vendieron la empresa. El cambio de dueños -pasó a ser Frigorífico Vizental- no superó la crisis estructural y la misma cerró poco tiempo después. Sus malos momentos históricos finales mostraron, al que lo alcanzó a ver, la contradictoria curva de su desarrollo productivo: una parte de su carne envasada -al igual que parte de lo producido en Santa Elena- sirvió para alimentar a los soldados argentinos en la Guerra de Malvinas. El daño político ya estaba hecho.

Hoy, tanto Liebig como Santa Elena tratan de superar su frustrada relación con el capital extranjero volviendo a mirar hacia adentro, valorando su tierra, su cultura y su paisaje, y explotando lo que se puede como negocio turístico, como lo intenatn hacer casi todos los pueblos de Entre Ríos. El desafío es que la ola del turismo no se transforme en una nueva Liebig o una nueva Bovril, y que sea sólo una parte de las políticas e iniciativas del desarrollo provincial. El gran Anibal Sampayo ya nos alertó de ésto con esa hermosa y profunda chamarrita que tituló “El río no es sólo eso”, y que dice por ahí:

Como le va don Argüello
aquí me tiene, paisano
muchos creen que me divierto
cuando ven que ando pescando
comentan lindo ranchito
uste debe ser felíz
una cosa es ver de lejos
y la otra es vivir alli.
Por que no preguntan
qué me trajo aquí,
porque ando en el agua
como el surubí
porque me quitaron
la tierra y después
crecieron los campos
de un míster ingles.
Mis gurises sin escuela,
mi mujer por alumbrar, si este invierno viene crudo,
le convido pa' temblar.
Y pa' pior en mi canoa
entra el agua por demas
salga deai', no me la cuente, ni hable de calafatear.

Uste que ha venido a fotografiar
no haga de mi suerte sólo una postal
y ya que es amigo del que mandamas
dígale que biche pal' lao del juncal.
Turista que andas al rio
tal vez sin mirarle el alma
si queres probarme el pulso
tantíale la correntada.
Poeta que vas templando
tu guitarra enamorada
zambulle en lo mas profundo
donde está la raíz del alma.
Disculpe, paisano
tengo que pescar
véngase otro día
vamos a matear
y hable con su amigo
el dr. fiscal
ansina no mechan tambien del juncal.

COMO LA INDIA, PERO SIN GANDHI NI NEHRU

Justus von Liebig fue un químico alemán que descubrió la forma de conservar la carne enlatada hacia 1840. George Giebert, ingeniero alemán de ferrocarriles radicado en la R.O. del Uruguay fue quién trajo el negocio proyectado por Liebig al Río de la Plata. Giebert era claro conocedor de la riqueza ganadera de nuestra región. Los capitalistas ingleses y la demanda de consumo durante las guerras mundiales hicieron lo restante. En 1925, el Príncipe de Gales Eduardo de Winsor vino de visita a la Argentina, y pasó a recorrer la Liebig en Entre Ríos. El poder británico venía a controlar el desarrollo de sus grandes negocios: la producción del extracto de carne estaba afirmada sobre la propiedad inglesa -en Entre Ríos y en Corrientes- de cientos de miles de hectáreas de campo y otras tantas cabezas de ganado. Podemos pensarlo también como un anticipo del repudiado pacto neocolonial de 1933: la presencia y la influencia de los frigoríficos ingleses en Entre Ríos con sus pueblos-empresa forman parte del prólogo histórico al Pacto Roca-Runciman.

En la organización capitalista de la vida laboral y social por parte de éstas fábricas-pueblo puede verse un anticipo también del modelo de producción fordista y del estado benefactor. Salarios, vivienda, consumo organizado, premios, cine y entretenimiento, entre otras cosas, fueron parte de la política de la Liebig y la Bovril. Los barrios también estaban organizados a la inglesa: el barrio de los empleados jerarquizados y de los europeos que llegaban por un lado, y el corralón o barrio de los demás obreros por el otro. Tres mil quinientos empleados llegó a tener la Liebig y unos mil quinientos la Bovril, sólo en los frigoríficos. “Los ingleses eran tus padres, ellos mandaban, nos hicieron así, ellos hacían lo que querían”, dice Duval, un vecino de Pueblo Liebig en el documental “La Herencia Liebig” que muestra la historia del mismo.

“Altiva resignación, donde se comparte el vino y el sueño de una ilusión” dice la chamarrita que Miguel “Zurdo” Martínez le dedicó a ese Pueblo, cercano a Colón, que alguna vez fue mitificado como “la cocina del mundo”. “Donde Inglaterra metió colonias siempre dejó una enseñanza. Lo mismo pasó en India y en otras partes, cuando abandonaron todo. Dejaron sus enseñanzas y sus frutos”, dice un vecino agradecido en el documental “Liebig”. Lo que faltó decir fue que la India también nos mostró el movimiento de resistencia pacífica a la dominación británica, conducido por Mahatma Gandhi y el Pandit Nehru. Seguramente en la gran biblioteca “Fábrica Colón” de Pueblo Liebig, deben estar los libros de León Tolstoi -habrá que fijarse- que tanto inspiraron a los políticos indios en aquella lucha soberana, como inspiraron a cooperativistas de las zonas vecinas de Villaguay. Esa biblioteca es una de los dos que a nivel nacional cuentan con la colección completa de la Revista “Caras y Caretas”: faltó descubrir allí la clave que poseen las páginas de esa revista legendaria, especialmente las de sus cuadritos humorísticos dedicados a la política. ¿Cómo desarrollar conciencia social crítica si el ser social está determinado por el empleo y la comodidad generada por una inteligente estrategia empresarial? ¿Hemos aprendido la lección del colonialismo?.

Pueblo Liebig

“La Liebig ya descansa”, nos dice Pocho Gaitán cuando canta el bello chamamé de Luis Falcón dedicado a “El Brillante”, el pueblo que empezó siendo un barrio humilde circundante a la ciudad-fábrica. “Trabajadores unidos, en bandada se han marchado” continúa la canción, pero queda la música y los musiqueros amigos del pueblo: ese chamamé - “siempre tendrá una guitarra rasguñando un chamamé”- los menciona con nombre y apellido, afirmando la mirada social y cultural hacia adentro. Esa mirada, si es acompañada por una similar concepción de la política, es la que hace soberanos, justos y sustentables a los pueblos. Dice la canción a “El Brillante”:

Sos descendiente de Liebig
y ni figuras en el mapa
tu nombre nació en las latas
de todo tu caserío.
Aún resuenan en mis oídos
esos viejos musiqueros,
tantos buenos guitarreros
de la talla de Alarcón.
Cuántas veces te dejó
sus versos estremecidos.
Pueblo El Brillante, querido,
hoy también te canto yo...” (22)


Recibo de sueldo de nuestro padre, Mario H. Castaldo,
empleado de la Liebig

EL FALANSTERIO DISCIPLINADO DE DURANDÓ

Otra experiencia económica y social fue la que se realizó en el establecimiento del suizo, nacionalizado italiano, Juan José Durandó en Colonia Hughes, también en el Departamento Colón. La comunidad productiva dirigida por Durandó, entre 1887 y 1916, ha llevado a pensar la similitud con los “falansterios”, esas comunidades del socialismo utópico, promovidas por Charles Fourier y sus seguidores. Como señala Jorge Riani, 126 personas trabajaron en ésta organización que abarcaba unas 200 hectáreas, logrando autoabastecerse y sostenerse con la venta del excedente productivo. El establecimiento “tuvo más de 1600 árboles frutales, se fabricaban vinos, licores, chacinados, conservas. Los comunitarios construían carretas y construían sus propios calzados y vestimentas. Se dedicaban a la ganadería y la agricultura, para la que contaron con la primera trilladora de la zona. La singular empresa social tuvo escuela propia y banda de música”.

Los logros de Durandó y sus disciplinados socios fueron y son un ejemplo de trabajo comunitario y de un modo de producción que va más allá de la propiedad privada, del salario y de la competitividad, pero la diferencia con el falansterio fourierista es clara: en el establecimiento de Durandó casi no había libertades, todo estaba controlado y dirigido por su organizador y administrador, que además oficiaba de jefe espiritual, como queda claro en el excelente trabajo de Ariel Bessón y Walter Maidana titulado “Durandó. Historia de una Comunidad”. Por lo demás, no vemos pretensiones socialistas en el emprendedor, sólo en la conceptualización de quienes han hecho una interpretación propia de ésta organización.

El falansterio disciplinado de Durandó -si se nos permite una idea que trate de expresar ésta paradoja- pasó a la historia cuando murió su administrador. La experiencia de proyectar el máximo de autobastecimiento es una lección para todos los entrerrianos. Las comunidades y redes de trabajo y producción, la cooperación hoy se pueden potenciar en la era del intelecto general globalizado (el general intellect en la era de la información). La política del socialismo fourierista puede actualizarse de una manera estimulante en la era del software libre alternativo y de los posibles círculos de cooperación, de los que supo hablar el pensador europeo André Gorz. Sólo con la dedicación y el sacrifico de algunos grupos de estudio y trabajo, hoy tenemos logros notables en escuelas secundarias y en instituciones universitarias de nuestra provincia: la producción de impresoras tridimensionales es uno de esos tantos logros. Imaginemos estas capacidades en círculos soberanos de cooperación política, económica, científica, social, cultural y ambiental (23).

Portada del libro de Bessón y Maidana

LOS AVENTADOS

...Morocho como el barro era Pizarro/ señor del arrabal”.
Ese arrastre de las “erres”, está hablando de una vida dura
y difícil. A su vez “morocho y barro” amalgama al hombre
con su hábitat. La vocalización de las vocales abiertas,
sobre todo las “aes” -arrabal-barro-Pizarro, impone fuerza
y dureza. Fuerza del guapo que pisa duro...”
MARÍA E. FAINI ADONNINO
Eufemio Pizarro. El uso de la lengua en las letras
de tango”, en Cuadernos del Señalero Nro36,
Revista El Tren Zonal, Ediciones del Clé

Como se ve, la economía entrerriana era una economía tobiana, con distintos “colores” o modos de producción, de trabajo y de convivencia social, sobredeterminados por la tracción del capital agroexportador. La provincia transitaba históricamente el paso de la chacra a la granja, de las luchas federales a las leyendas guerreras del peonaje en las colonias de los inmigrantes y en las colonias generadas por el Estado, y pasaba de los saladeros a los frigoríficos, dos de los cuales eran pueblos-empresa del capital británico. Esta pluralidad laboral agroindustrial no contuvo al actor decisivo del siglo que se iba: miles de trabajadores criollos -y gringos también- tuvieron que seguir el camino forzado del exilio laboral. Los ferryboats o ferrobarcos hacían el trayecto entre Islas del Ibicuy y Zárate desde 1908 y el servicio de balsas -construídas en Holanda- fue el medio que comunicó Paraná con Santa Fe desde 1928.

Un Ferryboat

Algunos de esos trabajadores del éxodo laboral fueron destacados dirigentes gremiales, más adelante, como lo indica Rodolfo Leyes en “Caravanas de hombres marchaban. El éxodo obrero en Entre Ríos 1925 – 1945”: José Peter, en el Sindicato de la Carne, fue uno de esos migrantes, al que registramos entre los militantes más combativos, lo mismo que el libertario Angel Borda. El “lobo” Augusto Timoteo Vandor (nacido en Bovril en 1923) fue otro exiliado laboral, y quedó registrado históricamente después entre los cuestionados jerarcas del sindicalismo peronista más conservador, la burocracia sindical. Su aventurado proyecto de un peronismo sin Perón le costará la vida en en el enérgico año proletario de 1969.

La novela “Sin Tregua” de Raúl Larra está dedicada a la vida y la lucha de José Peter, nacido en 1895 en Estación Lazo, Departamento Gualeguay. La economía entrerriana había comenzado un paulatino proceso de expulsión laboral desde 1920 aproximadamente. Como indica Rodolfo Leyes, el tercer censo poblacional (1914) ya mostraba que un doce por ciento de los entrerrianos se encontraba afuera de la provincia. A las contradicciones y limitaciones que hemos señalado de la economía política dominante, Leyes le suma la renovación de la maquinaria agrícola que, entre 1914 y 1947 provocó una importante reducción de mano de obra. En 1947, el 56% de los entrerrianos ya vive en las ciudades.

Peter cuenta en sus “Crónicas Proletarias” aquel momento difícil en que decidió buscar otro horizonte:

“…Tomé un día el tren en la estación Lazo para trasladarme a la provincia de Buenos Aires a trabajar en la deschalada de maíz. En la cumbrera del galpón de la última chacra en que trabajé como peón, colgué mi apero que tantos años me había acompañado (…) Allá quedaron esos campos, esas costas de ríos y bosques, por donde había paseado muchas de mis esperanzas (…) Allá dejaba mi querido Entre Ríos. No resultaba fácil alejarme de todo eso que me era tan querido y entrañable. Pero no había más remedio, el hambre y la pobreza son crueles y no admiten términos medios: o se muere de hambre o se lucha con él buscando otros horizontes. Lo cierto es que yo también, como todos los trabajadores que venimos del interior, anhelaba vivir bajo un techo más o menos permanente, trabajar en un lugar fijo. Estaba cansado de esa vida nómada que había hecho durante los últimos años; harto de dormir bajo los talas, sobre la paja de las trilladoras o sobre sucios cueros en las estancias. Había que decidirme, y yo, como tantos lo hicieron antes y después, enfilé hacia nuevos rumbos. Mi patria se me abría amplia y grandota, con mi modesta carga de pobreza y esperanza…”

La Balsa

LA ORGANIZACIÓN SOLIDARIA DE LA CLASE OBRERA

Peter se fue en 1923 de Entre Ríos a la ciudad de Zárate, Provincia de BsAs, donde comenzó a trabajar en el Frigorífico Anglo. En 1927 debuta en la lucha social y política, participando de la huelga solidaria contra el injusto proceso a Sacco y Vanzetti en los EEUU. Junto a Gregorio Arnedo Alvarez -Secretario General del Partido Comunista Argentino entre 1938 y 1941, y entre 1963 y 1980- recorrió frigorífico por frigorífico, rancho por rancho, conventillo por conventillo, para poner en marcha la Federación Obrera de la Industria de la Carne (FOIC). Enfrentando todo tipo de dificultades, persecuciones, cárceles y represión, fue un protagonista extraordinario de las luchas y las conquistas obreras de ese tiempo: no detuvieron esa conciencia de clase en movimiento ni las patronales imperialistas ni los gobiernos de distintos colores ni la dictadura militar de 1930.

Como indica José Ernesto Schulman, “Peter recorrió los ingenios azucareros de Tucumán, los yerbatales de Misiones y todo sitio dónde se pudiera convocar a la lucha y a la organización”. En 1937 se funda la Federación de Obreros de la Alimentación con cuatro sindicatos. En 1942 ya son cuarenta y cuatro, incluyendo la FOTIA, de los azucareros de Tucumán”. En junio de 1943, dos días después del “golpe de los coroneles” del GOU es nuevamente detenido y encarcelado en Neuquén. Una extraordinaria huelga de los trabajadores de la carne logra su libertad a la par de un aumento salarial para los obreros del sector. El Tte Coronel Domingo Mercante -hombre del GOU y dirigente muy cercano a Perón hasta 1952- relató años después que, “la huelga de los trabajadores de la carne resultaba una carga muy pesada. Entonces Perón -Secretario Privado del Ministro Farrell- tomó la decisión de hacer llamar a Peter al Ministerio de Guerra. Yo lo entreviste ni bien lo trajo de Neuquén. En otro despacho aguardaban media docena de dirigentes que prometían levantar la huelga siempre que se liberara a Peter y se concediera un aumento de cinco centavos por hora en los salarios de los frigoríficos.”

Seis mil obreros reunidos en Asamblea General en el Estadio de Dock Sud y más de veinte mil en asambleas de planta ratifican el acuerdo de liberación de los detenidos y aumento salarial. El gobierno militar después quiso comprar el apoyo de Peter, pero ante la negativa de éste como de otros dirigentes clasistas, cambió de táctica y profundizó la persecución y difamación a los militantes combativos, a la par de generar concesiones a gremios y dirigentes que se integraban al gobierno del Estado. Cipriano Reyes fue la opción gremial que encontró el peronismo en ese momento. A la persecución, la izquierda sumó errores propios como por ejemplo poner los intereses del Partido Comunista, vinculado a la Rusia soviética aliada en la Segunda Guerra Mundial por encima de los intereses concretos de la propia clase que éstos militantes combativos habían sabido organizar. El debilitamiento político los lleva a disolver esos colectivos gremiales para evitar la división del movimiento e integrarse críticamente en las nuevas estructuras del sindicalismo creadas por el peronismo (24).

Una imagen de José Peter en la
contratapa de sus Crónicas

LA BANDERA DE LA DIGNIDAD OBRERA NO SE ENTREGA

La conciencia gremial obrera avanzaba, paso a paso, con durísimas batallas. Las derrotas en los reclamos exigían reorganizar las estrategias y las fuerzas. Los triunfos, como el de la huelga de los sastres en Concepción del Uruguay en 1932 fortalecían los ánimos y las luchas. Anarquistas, socialistas y comunistas fueron pioneros de esas luchas sindicales en un marco de represión, persecución, despidos, cárcel y muerte que generaba aquella rueda política y patronal de la poca fortuna. El carrero entrerriano José Font, “Facón Grande” fue asesinado a traición en medio de las luchas de la Patagonia rebelde en 1921. El reconocido actor argentino Federico Luppi encarnó el papel de Facón Grande en la película dirigida por Héctor Olivera en 1974, basada en el libro “Los vengadores de la Patagonia Trágica”, del maestro Osvaldo Bayer. El nombre de Font hoy está presente en un monumento, en una escuela, en un hotel sindical y una canción.

En Gualeguaychú, la movilización del 1ro de Mayo de 1921 sufrió el violento ataque patronal de la “Liga Patriótica”, conducida políticamente por el radical derechista Manuel Carlés. La ideología del “trabajo libre no agremiado” -que ha hecho triste escuela hasta nuestros días- y del “espíritu criollo” conservador, atropelló con armas cargadas por el alcohol y la alienación a la manifestación obrera que reclamaba las ocho horas de jornada laboral. A los muertos y heridos los acompañó la dignidad proletaria y militante: Angel Jordán, luchador libertario, salvó la bandera roja de la Federación Obrera Departamental que reclamaban los “patriotas” oligarcas. Su hijo, Ateo Jordán pasó por mil peripecias para conservarla: defender esa bandera fue defender la memoria de las luchas obreras y sindicales en nuestra tierra, y fue defender también la memoria de las ideas socialistas que le dieron orientación a esas luchas. Noventa años después, la ciudad de Gualeguaychú hizo un justo homenaje a esos mártires y declaró ciudadano ilustre a Ateo Jordán. Al muy buen material periodístico, electrónico y bibliográfico que hay sobre éste hecho, se agrega el documental “Bandera Roja”, de Santiago Fiorotto, Nicolás de Olazabal, Leandro Ronchi y Gastón Merino, que puede verse en la red social Youtube.

Ateo Jordán

LA FUERZA INVENCIBLE DEL MONTE, DEL RÍO Y LA JUSTICIA

En Concepción del Uruguay, esa dignidad fue sostenida por Juan Balsechi, el “Manco” Balsechi, fundador de la Cooperativa El Despertar Obrero y de la Unión Obrera Departamental. Elisa Balsechi, nieta de aquel militante, ha hecho un gran trabajo de investigación y rescate de aquellas sacrificadas luchas obreras y populares. En Diamante, se afirmó la convicción combativa de Angel Borda, un obrero libertario que luchó en distintos pueblos de nuestra provincia, y que continuó su militancia en la Provincia de BsAs y también en La Forestal -emblema del saqueo imperialista en el Chaco Santafesino-. La Editorial Reconstruir de BsAs editó en 1987 un libro imprescindible titulado “Angel Borda. Perfil de un Libertario” que contiene relatos y reflexiones del mismo Borda sobre la historia sindical de nuestra tierra, reflexiones de quienes fueron sus compañeros ya demás cuentos, narraciones, poesía y música del Litoral creados y recopilados por el militante diamantino.

Panadería "El Despertar Obrero" en C.del Uruguay

En las ideas de Angel Borda se da uno de los puntos más altos de la conciencia entrerriana por la tierra y la justicia. En el libro citado encontramos un poema catártico de su autoría titulado “Hoy he insultado al capataz”, escrito en el Puerto de Diamante en 1929:

Hoy he insultado al capataz.
¡Por fin soy un hombre y he vencido
la cobarde timidez que me aplastaba!
Lo mandé al reverendísimo carajo
y le hubiera aplastado la nariz
pero huyó acobardado el gran cabrón.
Y yo reí con limpias carcajadas
de hombre nuevo de libertado espíritu.

Aventados están ya los días vergonzosos
y solo tengo límpidas mañanas.
¡Al diablo el cavilar y los rezongos
de las pasadas horas humilladas!
Entiendan bien señores ricachones:
den gracias a sus dioses cogotudos
y rueguen por la salvación de los pescuezos,
sus cabezas, sus barrigas y sus millones”

La lucha contra sí mismo, o sea contra las ideologías que lo formaron y lo sujetaron -que todos los trabajadores tenemos que dar en nuestra cabeza-, se complementa en Angel Borda con una búsqueda de las más profundas fuerzas interiores. En su maravillosa evocación sobre la “Rinconada de Burgos”, el militante libertario diamantino nos dice:

...¡Soñar! ¡Ay, siempre soñar…!
Han pasado muchos años desde que me fui de mi casa; he sufrido mucho, pero el dolor no ha modificado mi carácter. Enrolado en la lucha por la justicia, fui por la vida envuelto en su raudo torbellino y azotado por oscuras fuerzas, pero el amor por mi bosque pugna instándome a la añoranza y a la ensoñación. Es una fuerza invencible, un mandato perentorio que me empuja y me obliga a sacarlos a la luz, a hacerlos conocer. Ellos mandan; si los abandono estaré perdido; me piden amparo, me gritan, me amenazan.
Yo obedezco a ese llamado, es un acto de lealtad conmigo mismo.
Ahora mi alma está desnuda respondiendo al imperativo ineludible. No puede ser de otra manera.
Despierto o dormido, soñando siempre, yo soy el hijo del bosque, del río, de la greda y el palmar.
Por eso hoy quiero levantar la cortina de los años, borrar la espesura enmarañada que me impide ver la claridad escapada de mi juventud y asomarme como antes al amado lugar, al sitio de mis primeras andanzas, a la “Rinconada de Burgos”. Todo el emocionado recuerdo se agolpa para evocar aquel lugar de la rinconada, pedacito de suelo entrerriano, campo de las correrías de mi niñez, donde junto a mis hermanos vagábamos incansables oteando los matorrales, los senderos y las isletas ríspidas.
Como entonces quiero ser niño nuevamente, quiero descargar el corazón de egoísmos y pasiones. En esta evocación quiero ser bueno como antes, inocente como el bosque, como el pájaro, la casa y el río. Así tendrán todos ellos mi más sano homenaje. También mi más ingenua pero más pura canción” (25).

La belleza del paisaje entrerriano interpelaba y sensibilizaba a militantes, escritores y artistas. Más hermoso aún se tornaba con trabajadores comprometidos y solidarios que promueven bibliotecas, lecturas amplias y formación, como lo hicieron aquellos luchadores ejemplares de la primera parte del siglo XX. El desmonte todavía no había devastado a Entre Ríos, y el trabajo industrial que comenzaba se combinaba con la tradicional forma de vida criolla. El histórico poema “Luz de Provincia” de Carlos Mastronardi (1937) se ubica en esa transición: un fresco abrazo de agua todavía nombraba a ésta tierra. Hoy, tenemos que profundizar la lucha ambiental si queremos recuperar nuestra identidad.

La biografía militante de Borda

EL LARGO ERROR POSITIVISTA

La historiografía clásica entrerriana cometió el error de ser funcional al paradigma positivista del progreso, lo mismo que casi todas las corrientes ideológicas desde el liberalismo y el conservadurismo hasta las variadas líneas del socialismo. Todos han tenido una fe ciega en el conocimiento científico como técnica y como herramienta del poder. Todos creyeron en la idea occidental del progreso infinito. Todos creyeron que la Madre Naturaleza era un objeto a dominar. Comte y Spencer eran sus profetas. Entre nosotros, festejo del progreso aplaudía -por ejemplo- el desmonte sin límites.

La escasez de combustible mineral -explica Beatriz Bosch sobre la crítica situación durante el gobierno de Miguel Laurencena- depara una fuente de trabajo al valorizar el combustible vegetal. Ocho mil hacheros abaten los montes y transforman en carbón y leña los duros troncos de quebracho y ñandubay. Liberadas de la opresión de la floresta cercana, nuevas villas -Seguí, Viale, Sosa, Tabossi, María Grande- nacen en la línea férrea a Federa (…) El monte representa una barrera natural interpuesta al avance de la civilización...”

Es triste que una buena parte del pensamiento historiográfico, político, económico y educativo haya visto a la naturaleza como “una opresión”. ¿Nos liberaremos en algún momento del positivismo ideológico y epistemológico? ¿Hemos tomado nota de las consecuencias de su larga hegemonía?.

Filiberto Reula quiso aclarar el panorama y oscureció aún más la reflexión. En el Tomo III de su Historia de Entre Ríos dice que, “la preocupación que en un primer momento se tuvo, de que se iba rápidamente a la extinción de los bosques entrerrianos, pronto se dejó de lado, porque se consideró que éstos, están constituidos por ejemplares cuya madera carece de mayor valor, para la construcción o para la combustión y no pueden competir con las que, un poco más al norte tiene el país. En cambio el desmonte beneficia grandemente a la agricultura y mientras tanto la industria de su explotación, significó una fuente de trabajo y de dinero, que atenuó la crisis financiera imperante...” (26)

Si Reula pudiera ver hoy el perjuicio grandemente hecho a nuestra tierra por el desarrollo del positivismo ideológico como discurso legitimador del avance del capitalismo en todos los órdenes. Será la reacción nacionalista la que llamará la atención sobre los excesos a los que el liberalismo y el positivismo llevaban a la sociedad. Fue una reacción cerrada ideológicamente, que hoy -desde una lectura ecológica- tiene aristas y elementos muy interesantes e importantes para enriquecer el debate histórico y político. De todas maneras, el nacionalismo fue más duro con el positivismo, el liberalismo y el capitalismo en el aspecto teórico y bibliográfico que en el político. Algunos autodenominados nacionalistas descubrieron su amor al positivismo y al capitalismo cuando llegaron al gobierno.

EL PRINCIPITO DE ENTRE RÍOS: LA VERDADERA REVOLUCIÓN FRANCESA

...Se produjo un silencio y durante el mismo algo silbó ligeramente
sobre el piso, murmuró bajo la mesa y luego se calló. Alcé una
intrigada mirada. Entonces, sin duda, satisfecha de su examen,
utilizando su último recurso y mordiendo el pan con sus jóvenes
dientes salvajes, la menor me explicó simplemente con un candor
con el cual confiaba, por lo demás, dejar estupefacto al bárbaro
si acaso yo era uno de ellos:
Son las víboras...”
ANTOINE DE SAINT EXUPERY, “Oasis”, en
Tierra de Hombres”

En 1929, los que muchos han considerado un desperfecto hizo aterrizar al aviador Antoine de Sant Exupery en Entre Ríos. Su vuelo laboral para establecer rutas aéreas se transformó en un vuelo mucho más hermoso: su convivencia con la familia Fuchs – Vallón en el Castillo San Carlos de Concordia lo llevó a inspirarse en la creación de ese libro extraordinario que es “El Principito”. El propio Saint Exupery -sólo aviador antes de aterrizar en Concordia, como dijo Mario Fuchs- relató su experiencia en “Oasis”, capítulo de su libro “Tierra de Hombres”. "Había aterrizado en un campo y no sabía que iba a vivir un cuento de hadas", escribió allí el francés. En ese viejo caserón-castillo, rodeado de un paisaje maravilloso, Saint Exupery pudo apreciar el rosedal de Madame Fuchs y la relación paradisíaca que las hijas del matrimonio Fuchs tenían con animales de todo tipo, como serpientes y un zorrito. La rosa, la serpiente y el zorro son protagonistas de “El Principito”.

Sólo los que nunca alcanzan a ver bien las cosas -y eso que se los interpela fuerte en las primeras páginas del libro- no se han dado cuenta que El Principito es la expresión de la imaginación creadora de Saint Exupery liberada en Entre Ríos. La cortedad de miras alcanza a la clase política que recién en 2008 se acordó de revalorizar el Castillo San Carlos. En la Torre Eiffel lamentablemente no hay zorros amigos de los niños y en París no se habla del federalismo: la verdadera revolución francesa la iniciaron Saint Exupery y Alejo Peyret en Entre Ríos.

El autor de El Principito necesitó aterrizar en el Parque San Carlos para que su mente pudiera despegar. Allí, la rosa se hizo importante por el tiempo que pasó con ella. Y la rosa le habló al Principito y respondió literariamente -o sea, filosóficamente- a aquel interrogante tardío de Andrés Chabrillón preocupado sensiblemente por el pensamiento de la rosa…


Saint Exupery en el Parque San Carlos, con
Madame Fuchs, la niña Edda. El aviador
sostiene en sus manos el hurón domesticado 
e inspirador

JUAN L. ORTÍZ Y SAINT EXUPERY: PARA QUE LOS HOMBRES…

...Contrariamente al marxismo evolucionista vulgar, Walter Benjamin
no concibe la revolución como resultado “natural” o “inevitable”
del progreso económico y técnico (o de la “contradicción entre fuerzas
y relaciones de producción”), sino como interrupción
de una evolución histórica que lleva a la catástrofe...”
MICHAEL LOWY, “Progreso e historia.
La concepción de la historia de Walter Benjamin”


Saint Exupery lograba, a la par de Juan L. Ortíz y no tan lejos de éste, el desafío poético y filosófico de ir hasta el extremo límite cultural y hermanarse con todas las cosas, sin tener vergüenza de la belleza de las flores ni de nada. Juanele dibujaba el perfecto cordero de la sensibilidad a Saint Exupery y el francés lograba volver a ser niño para ir hasta el límite de la civilización y hermanarse con todos los seres del mundo de la vida, tomando un poco de distancia del sistema que nos domina. El aviador escribió El Principito en 1943 y el gran Juanele nos regalaba su poema “Para que los hombres”, en 1940:

Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores,
para que las cosas sean ellas mismas: formas sensibles o profundas
de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo
por penetrar el mundo,
con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños.
o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento,
para que podamos mirar y tocar sin pudor
las flores, sí, todas las flores,
y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada,
para que las cosas no sean mercancías,
y se abra como una flor toda la nobleza del hombre:
iremos todos hasta nuestro extremo límite,
nos perderemos en la hora del don con la sonrisa
anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra”.



Juan L, Señor de nuestros ríos y de nuestra Tierra

A las notas de prensa y apuntes electrónicos que prueban la relación de Saint Exupery con el Castillo San Carlos y con la magia vital de las hermanas Edda y Suzanne Fuchs y su universo familiar tan especial, se le suman el impecable documental “Oasis”, que puede verse en internet, y ahora el documental “Vuelo Nocturno”, dirigido por Nicolás Herzog (27). Probablemente las reflexiones poéticas del Principito en Concordia, como las del Guardián del Río y del Sauce en Gualeguay, hayan sido una preocupación compartida por ese mundo natural y cultural que comenzaba a perderse. Esta inquietud es común a todas las líneas del romanticismo literario, artístico, filosófico y político. En los trabajos del pensador contemporáneo franco-brasileño Michael Lowy tenemos un profundo análisis de las formas históricas del romanticismo y de su necesaria recuperación y revitalización en la lucha contra la enajenación capitalista cotidiana y contra los enormes riesgos que conlleva. Es un deber preguntarnos: ¿Lo hemos perdido todo? ¿Estamos a tiempo todavía?.

El zorro más zorro porque no pierde de vista lo esencial

SOCIALISTAS Y ARTIGUISTAS: LA OTRA POESÍA DE LA TIERRA

En 1929, los activos militantes del Partido Socialista, José Brizuela y Raúl Fernández son electos concejales en Concepción del Uruguay. A su incansable labor docente y cultural se le sumaba la responsabilidad de la representación política. Dentro de la cantidad de iniciativas, proyectos y debates que llevaron adelante, queremos destacar la de expropiar el latifundio Santa Cándida que estaba en manos de los descendientes de Urquiza para transformarlo en una Escuela Agrícola Municipal. En su trabajo “Fernández y Brizuela, socialistas y artiguistas”, Jorge Vilanova, nos cuenta que Brizuela soportó una difamación periodística que lo acusaba de decir que “la bandera argentina era un trapo sucio”, y que sus alumnos del Colegio del Uruguay salieron fuertemente a defenderlo en una solicitada pública. “Algunos de aquellos estudiantes -explica Vilanova- con el tiempo ganarían trascendencia pública y protagonismo en la arena política nacional: Arturo Sampay, Carlos Kennedy, David Tieffenberg, Héctor Maya, Gregorio Swartzman. La lista es larga, algunos de los apellidos reconocidos en la ciudad del Uruguay adhieren: Epele, Taleb, Parente, Banchick, Bitbol, Bobbet, Jerchunoff, Grieve, Bruno, Salduna, Bernasconi, Ruiz Moreno, Marcó”.

A Raúl Fernández le debemos la “Payada de un federal”, dedicada a los jóvenes del Colegio uruguayense en 1942. Fernández y Brizuela fueron integrantes de la “Asociación Cultura”, junto a Delio Panizza y Daniel Elías, entre otros. En esos versos federales y socialistas, Fernández reivindica la figura de José Artigas, y eso tiene un doble valor histórico: primero por hacerlo en una ciudad donde ha pesado mucho la figura de Francisco Ramírez y segundo, porque la propia historiografía argentina y entrerriana,en términos generales, excluía a Artigas del panteón de próceres a venerar.

En 1940, César Blas Pérez Colman publicaba su Historia de Entre Ríos. Este historiador, como Teijeiro Martínez y otros, han respetado la lucha y el ideario de Artigas, y fueron honestos con la necesidad de valorar en Entre Ríos su legado histórico, pero la mitología sobre Ramírez empezaba a campear en la educación y el folklore regional como complementos de la historia centralista nacional. Ramírez pasó a ser reivindicado a la par de Belgrano y San Martín, a pesar de que en su época habían tenido ideas bastante diferentes. El panchoramirismo se instituyó como un apéndice simpático y simbólico del mitrismo historiográfico. No ha podido salir de ese lugar folklórico segmentado y funcional.

...Fue Artigas, el argentino -dice Fernández-,
-y lo fue como el mejor-
que por el Plata y su honor
jugó fiero su destino.

De Artigas somos paisanos
y decirlo el alma agranda:
los de ésta y los de la otra banda
fuimos y somos hermanos.

Artigas, el protector,
aquellas ansias colecta,
las conforma y las proyecta
cual grandioso reflector.

No importa que alguien blasfeme
porque esparce claridad;
él marcha con libertad
y así “no ofende ni teme”.

Lleva su rúbrica franca
la proclama de su empresa;
roja banda que atraviesa
la bandera azul y blanca.

Rojo, color de pasión
de protesta justiciera,
hoy la universal bandera
de la humana redención...” (28)

El trabajo de Jorge Vilanova

DIALÉCTICA Y PSICOANÁLISIS DEL FOLKLORE

En 1938, Amaro Villanueva publicaba sus estudios sobre el mate, su historia y su lenguaje. Al infatigable estudioso y ensayista entrerriano se le debe también, más adelante, la aclaración sobre el origen de la palabra “lunfardo”. Villanueva encuentra, en sus lecturas e investigaciones, que esa palabra proviene de “lumbardo” y ésta de lombardo, que significa ladrón en el habla romanesca. Lunfardo entonces es la palabra que designa al lenguaje en clave antagonista desarrollado por los sectores marginales.

El investigador de Gualeguay también hizo sus reflexiones sobre José Hernández y el Martin Fierro, como muchos de los intelectuales, escritores y folklorólogos de esa primera mitad del siglo XX. Otro gualeyo, Juan Bautista Ambrosetti, es considerado el padre del folklore argentino. Sus trabajos fueron muy importantes, pero ya hemos señalado -en el primer capítulo de nuestros apuntes- las limitaciones epistemológicas e ideológicas de aquellas producciones. Una estrecha ideología gubernamental de la argentinidad necesitaba un discurso folklórico a medida: éste discurso debía fundamentar una concepción de la nacionalidad que se opusiera a los planteos políticos de los obreros “rojos” y socialistas -el ataque oligárquico en Gualeguaychú a los trabajadores es un resumen fuerte de esa concepción-. Un folklore arqueológico, segmentado y simpático iba a acompañar una política y una educación positivistas y conservadoras. La historiografía, como dijimos, cayó en las redes de ese modelo. Pérez Colman hace una valoración fundamental de las culturas originarias y populares, pero ve una Entre Ríos sin nativos a partir de mediados del siglo XVIII.

Martiniano Leguizamón fue la gran voz de esa literatura folklórica cuando amanecía el siglo pasado. Su obra puede ser pensada como una continuidad de la novela poética de José Hernández. El “Gaucho Calandria” de Leguizamón es un pariente literario y político de “Martín Fierro”. Ese gaucho rebelde que las vueltas de la vida, y en éste caso también del amor, lo llevan a “civilizarse” en el trabajo empleado para un estanciero que, faltaba más, también es un caudillejo político. La popular obra de teatro del entrerriano es la expresión de la estrategia pedagógica y cultural de las clases dominantes en la Argentina del mil novecientos.

La prosa de Martiniano Leguizamón tiene momentos de extraordinario brillo literario, inspirador para muchos escritores que le reconocieron públicamente su deuda intelectual. La valoración que hagamos de un autor y de sus obras no quita el necesario análisis crítico que tenemos que realizar sobre ellas. Es muy interesante realizar hoy una lectura a contrapelo o una lectura sintomática de personajes, diálogos, situaciones y definiciones desarrolladas por el escritor. “Recuerdos de la Tierra”, de Leguizamón, tiene páginas memorables que siguen reportando placer a quien las lee -Yupanqui dijo que la gente se sacaba el sombrero cuando pasaba delante de la casa del escritor en Tala- y nosotros vamos a comentar la lectura propia que hicimos del capítulo “Chabaré” de ese hermoso y recomendable libro del literato y folklorólogo entrerriano.

CHABARÉ: ¿EL INCONSCIENTE CRIOLLO?

Martiniano Leguizamón (1858-1935) abandona la provincia
en 1880. Ya en la metrópoli indaga en la literatura regional a
manera de defensa frente a los avances del cosmopolitismo.
Designio que le induce a idealizar tipos y costumbres del
pasado...”
BEATRIZ BOSCH, “Historia de Entre Ríos”, Cap.XIII

Nos inspira el método propuesto por el ensayista santiagueño Bernardo Canal Feijoo (1897-1982) para los estudios folklóricos. Canal Feijoo propuso incorporar el psicoanálisis a las reflexiones sobre nuestra historia cultural. Psicoanálisis amplio y abierto, historicidad y sociología juntos nos pueden dar claves de interpretación y debate muy ricas que nos permitan evitar la reproducción a perpetuidad de mitificaciones conservadoras y paralizantes de nuestra cultura.

Chabaré es un gaucho solitario y misterioso para los que lo rodean. Sólo se alegra con la compañía de una gurisa de la estancia que se llama Dionisia. Leguizamón y los demás lo dan por “perdido” mentalmente. Chabaré trazaba rayas invisibles como queriendo estampar los objetos que llegaban a sus manos. “Lo querían hacer trabajar para arrancarle esa pasión torturadora -dice el autor- pero nunca escuchó proposiciones ni consejos”. Parece que su conciencia no se alambraba ni se quería dejar emplear ni subordinar:

No tengo tiempo, estoy ocupado ahora -contestaba- y volvía á entregarse con más ahínco a la extraña manía, afiebrado, convulso, debatiéndose por dar forma tangible a la quimera que oprimía su razón como una zarpa misteriosa y lo arrastraba al abismo tenebroso de donde no saldría más. Las súplicas, las amenazas para hacerlo volver a la vida del trabajo, todo, todo fue inútil. Cuando más le exhortaban se alejaba rabioso e iba a esconderse entre los pajonales, donde no fueran a turbarlo en su alucinación.”


Una imagen de Leguizamón en el Museo que lo honra
en la ciudad de Paraná

PREFERÍA NO HACERLO

Tal vez Chabaré sea el “Bartleby” no explorado de Martiniano Leguizamón. Recordemos que “Bartleby, el escribiente” es un personaje literario de Herman Melville, creado en 1853: es un empleado de oficina que un día comienza a responderle a su jefe “preferiría no hacerlo” ante cada pedido de actividades a realizar, y al repetir esta frase, se termina transformando en una resistencia pacífica ante todo mandato social. Para algunos, la de Bartleby es una enfermedad psicológica, para el filósofo francés Gilles Deleuze, “Bartleby no es un enfermo, es el médico de una América enferma”. ¿No será Chabaré, inconscientemente, el Bartleby de Martiniano Leguizamón?.

En el final del relato, nos dice el autor:

La naturaleza viva abrió sus senos para encerrar aquel despojo de la muerte, y el artista vencido en la lucha del ensueño quimérico se ocultó así para siempre en las penumbras de la selva, con el arcano de su vida extraña y las ansias del ideal jamás realizado !.”

¿Son las ansias del ideal jamás realizado de las luchas gauchas por el federalismo, por la tierra y la libertad, las que expresa inconscientemente aquí Martiniano Leguizamón? ¿Quedaron fuera de la razón sistémica esas esperanzas? ¿Sigue siendo una locura no querer caer en la normalidad de la subordinación, de la complicidad con el saqueo y la destrucción, de la venta humana barata para la explotación?.

EL AGUARÁ: (IN) CONCIENCIA MATRERA

En la misma línea podemos analizar el “Viaje al país de los matreros”, de Fray Mocho, pseudónimo del escritor y periodista entrerriano José Sixto Alvarez (1858-1903), director de la mítica revista “Caras y Caretas”. “El Aguará”, personaje matrero del capítulo “En el Fogón” de ese libro clásico, cuidadoso en el vestir, bien armado y bien leído también, afirma su posición al inspector Alvarez transformado en el cronista Fray Mocho:

...Yo no puedo trabajar porque no sirvo para peón, ni tengo paciencia para consumirme viendo que los demás gozan mientras yo sudo, y lo menos que puedo hacer por una sociedad en que yo no soy socio sino para llevar lo peor, es retirarme al desierto...”

Los pajonales del Delta eran refugio del Aguará y de los matreros. En el inconsciente criollo, aquí presente en las páginas de Fray Mocho como antes en las de Leguizamón, hay una forma de resistencia. Es un romanticismo matrero: una de las variadas formas políticas y culturales en que se ha expresado el romanticismo.

El bello relato “Bajo el alero” -capítulo 10 del libro que estamos comentando- por muchos años estuvo en los libros de lectura de los escolares argentinos. Esa sana costumbre de leer y comentar desde chicos a los clásicos de nuestras provincias, del país y del continente debería recuperarse. La lectura que nosotros le hacemos hoy a “Un viaje al país de los matreros” se encuentra con las páginas dedicadas a “El Caráu”, leyenda popular también presente en Leguizamón, pero no tan desarrollada como en el libro de relatos del director de “Caras y Caretas”.




EL AVISO DEL CARÁU

...La sociedad de la tecnociencia y del conocimiento nos mandó al exilio,
nos robó el sentimiento de un hogar y de una patria y principalmente
nuestra capacidad de conmovernos, de llorar, de reír con gusto
y de apasionarnos por la naturaleza y por la vida. Estamos condenados
a vivir bajo el «sol negro de la melancolía», pero no sólo los románticos
(en términos analíticos) son afectados por esta melancolía, sino también
los adeptos a la cultura imperante. Un devastador vacío existencial marca
a millares de personas que tratan de llenarlo mediante el consumo
desenfrenado. Esta condición humana suscita de nuevo la utopía...”
LEONARDO BOFF
Hay que rescatar el romanticismo”

El capítulo final del “Viaje” está titulado “El Caráu”. Allí se repasa esa leyenda que habla del joven que un día se deja convencer por esa madre enferma que tanto cuidaba, en las soledades del rancho y del campo, y se va para el pueblo. En el pueblo encuentra “jarana y beberaje”, y ante los avisos de algún amigo sobre el llamado de su madre que empeoraba, hizo oídos sordos y siguió en “la joda”. Su madre muere y alguna fuerza sobrenatural transforma a ese muchacho en el caráu, llorando su lamento y su error en los pajonales y en los arroyos.

Tomando el método de Canal Feijoo en su trabajo “Burla, Credo y Culpa en la creación anónima”, podemos pensar que la filosofía popular -expresada como leyenda- transfiere al pobre caráu un aviso ético, el aviso de que no nos va a alcanzar la vida para lamentar haber vivido irresponsablemente de espalda a los valores más profundos de nuestra tierra. La leyenda del caráu es un examen de conciencia de las clases populares, es la preocupación por los excesos en los que podamos caer en nuestra vida “moderna”.

Ya en el Capítulo 3, que habla de los “Camalotes y las Tierras Bajas”, Fray Mocho comenta la leyenda, y duda en afirmar si es sólo el ave el que grita. Dice el escritor:

...A esta altura de la conversación, oí a lo lejos el grito quejumbroso del caráu que, triste y solitario, vaga entre los pajonales a la caza de caracoles viajeros, y notando en la cara de Ño Ciriaco algo así como una sombra, inmediatamente pensé en que no era el ave la que gritaba, sino alguno de los habitantes del rancho que, en forma tan original como inusitada, preguntaba si aún no había desaparecido el peligro”… (30)

Volvamos todos a leer y pensar la leyenda del caráu para saber adonde va la sociedad del consumo, del saqueo, del espectáculo y del riesgo en la que vivimos.

YUPANQUI Y GENUARIO SOSA: BIEN MONTADO Y EN MONTIEL

El que no dudó en hacer lo que tenía que hacer fue Genuario Sosa, ese domador moreno y entrerriano, destacado con un capítulo especial por Atahualpa Yupanqui en su libro “El Canto del Viento”. Yupanqui, que como dijimos vivió en Tala e hizo escuela y amigos en Entre Ríos, supo escribir también que en una velada musical entre compadres, en la hermana República Oriental del Uruguay, le tocó expresarse con la guitarra en una ronda constituida por Telémaco Morales, Juan Más y Romildo Risso, entre otros.

Yo venía con un caudal de soledades, no del todo acomodadas -dice Don Ata-. Fiel a la leyenda del Viento, recogí yaravíes de los Andes, tristes de Arequipa, huaynos de Puno, bailecitos de Tarija. Algo de eso toqué. Y para ayudar al clima del artista oriental, arrimé una milonga punteada a la manera de los entrerrianos.
Y luego todos nos quedamos, serenos y expectantes, como los álamos al alba. Un silencio cordial nos envolvía...”

Fue grande el respeto y la valoración que Yupanqui hizo de la entrerrianía profunda. De Genuario Sosa dijo que “tenía una risa ancha, como su amistad. Y la usaba seguido, porque amaba la vida, porque era limpio y honrado, y cuando miraba, fuerte y hacia adelante, lo hacía con la serena altivez del gaucho entrerriano”.


EL GÉNERO GAUCHO

Sosa ostentaba una cicatriz en su frente, ganada en un entrevero en medio del monte. “Había cortado por derecho con un paisano que se andaba portando mal con una parienta suya, y este paisano, con otro compinche, lo esperó una tardecita en el paso Colorado, entre los matorrales dela Costa del Gualeguay”.

Haciendo saltar a su caballo y golpeando con el estribo la cabeza de uno de sus adversarios, nuestro personaje quedó mano a mano con su candidato. Genuario lo convidó a apearse y a que decidan a poncho y facón. En una trastabillada, nuestro gaucho recibió el filo del puñal enemigo en la frente. Se llenó de rabia pero no se ensegueció.

Había que aprovechar como táctica esa herida -escribe Yupanqui-. Y la aprovechó en un momento hizo como que se debilitaba. Aflojó las rodillas y se llevó el poncho a la cara. El otro, ni lerdo ni perezoso, amagó una finta y se fue de “hacha”. Pero Genuario había desenvuelto en su ademán su poncho, y arrojándolo sobre la cabeza de su rival, estiró velozmente el brazo hasta despertar el primer quejido. El primero, y el último”.

Sosa “cuartió” los dos socios hasta el pueblo. Los entregó y se entregó. Estuvo varios años “adentro”, pero tenía la conciencia tranquila: “se había defendido con todas las reglas del honor gaucho”. Cuando salió, siguió trabajando en su oficio: “se doctoró en jineteadas y no tuvo conciencia de su fama de domador. Creía que la cordialidad hacia él era el natural premio a su honradez de paisano”.

Ahora -remata Yupanqui- desde hace un tiempo, descansa bajo los talas, en un perdido rincón de cuchilla redonda. Tierra entrerriana lo cubre. ¿Qué mejor bandera?” (31).

Yupanqui y su consigna antipositivista

REMIGIO CALAMACO Y LA DIALÉCTICA DEL CORAJE:

La lechuza de Minerva levanta vuelo al atardecer”
GEORG HEGEL

Elio Leyes afirma con razón que Gerchunoff hizo morir dos veces a su personaje histórico Remigio Calamaco. Primero, cuando éste boyero de la Colonia Rajil apuñaló a su propio hijo, que no hacía otra cosa que “recular” en un duelo a cuchillo. Para un antiguo miliciano de Crispín Velázquez y de Urquiza, el coraje no era negociable. El valor del gaucho entrerriano, montonero o matrero está reconocido, por lo que vemos, en toda la literatura, el folklore tradicional y el tango.

La segunda y definitiva muerte de Calamaco se dió cuando ya sus años no pudieron con un toro en un rodeo, según lo contó Gerchunoff en “Entre Ríos, Mi País”. Para Leyes, Remigio Calamaco es el gaucho del encuentro, de las dos “razas” -hoy decimos mejor culturas-: la de la pampa y la del Valle de Canaán, pero el sacrificio de ésta clase social subalterna parece no tener fin. “El gaucho sólo va a la ciudad para ser el peón del frigorífico o el peón de albañil, que mira televisión pero todavía no ha elevado su condición de ciudadano”, ratifica Leyes.

El gaucho del encuentro “no se hace amigo del juez, pero no vacila en apretar la mano del muchachito que viene desde remotas Besarabias”. Remigio es el entrerriano, pero “luego ha de limarlo la vida de la colonia -remata Leyes-, cuando vengan el molino harinero y el Ford T, la Constitución del 53 y la Ley Sáenz Peña. Se acercará a las colonias de la Jewish en el centro y a las de los franceses y los suizos traídos por Urquiza. Entonces estará el hombre en un paisaje que sigue siendo huraño, con las palmeras caranday y el rojo de los ceibos, pero llevando al monte maestros rurales con la Escuela Alberdi. Y se dará el tipo que dice Gerchunoff en “Entre Ríos, mi país” (32)”.

El caburé del Montiel entrerriano también levanta vuelo cuando cae la noche. Las amarguras y rabias políticas del presente nos llevan a pensar en una dialéctica del coraje, en una contradicción intensa y latente de esa ética y esa épica criolla. Nadie tan valiente como esos gauchos/soldados. Nadie tan valiente y honesto como esos gauchos/trabajadores del campo. Nadie tan valiente como ellos para sacrificar a un hijo que dejaba de ser valiente y de honrar violenta y brutalmente una estirpe en esa larga Ilíada gaucha. Pero nadie tan falto de horizonte político colectivo -la generalización tendrá excepciones- como para direccionar esa valentía hacia la justicia política y la autodeterminación popular. La muerte del hijo parece la muerte de la propia voluntad política como clase: no todos los hijos del pueblo son Andresito Guazurarí, Encarnación Benítez, Tomás Cóceres o Antonio Rivero.

Cornelio Rodríguez, 1927, Veterano del
Ejército de Urquiza. Archivo General de
la Nación Argentina

CARRIEGO, BORGES Y LA ENTONACIÓN ENTRERRIANA DEL CRIOLLISMO

...Me interesaban los cuentos pero también los textos cortos
en general y me acuerdo ahora, haciendo memoria, que el
Evaristo Carriego (de Borges) me golpeó mucho, porque
me interesaba la idea de la biblioteca: salir de la biblioteca
y deambular y cómo esos dos mundos se contaminan
en sus textos...”
SYLVIA MOLLOY, Profesora Emérita de la Universidad
de Nueva York, en “Una vida entera al calor de los libros”,
Revista Ñ, 6/12/2017

Evaristo Carriego nació en Paraná el 7 de mayo de 1883. A los cinco años se trasladó con su familia a Buenos Aires, previo paso por la ciudad de La Plata: allí se tranformaría unos años después en el gran poeta de Palermo, de los arrabales y sus gentes. Carriego venía de una familia destacada en la historia política y periodística de Entre Ríos. Su abuelo, José Evaristo Carriego de la Torre, fue el único diputado provincial que rechazó la idea oficial de levantarle un monumento en vida al Gral. Urquiza.

Evaristo Carriego era muy amigo de Jorge Borges -el padre del gran escritor argentino- y entrerriano como él. La poesía carrieguista de las “Misas Herejes” y de “La canción del barrio” ha sido musa inspiradora para muchos cultores del tango. “Pareces un verso del loco Carriego”, escribió Homero Manzi en el tango “Viejo Ciego” (1926) que tuvo la música de Cátulo Castillo y Sebastián Piana. Cada uno hizo su lectura de los versos de Carriego: el tango es resiliencia y resistencia cultural y también es melancolía existencial y, muchas veces y lamentablemente, pesimismo ideológico. Nadie niega que es memoria y genética popular cuando una orquesta lo toca para bailar, sin palabras lacrimógenas. Carriego militó a su manera un ideario humanista y socialista. Manzi y Castillo ideas parecidas. No los podemos acusar políticamente de pesimistas: tal vez la melancolía está hermanada con una forma de pietismo. ¿Cuánto vitalismo puede haber en la cotidianeidad de la alienante urbe capitalista?. Borges le discutía a Juan de Dios Filiberto la idea de que la milonga entrerriana, “compadrona, peleadora y buscapleitos”, era diferente a la porteña que habla del dolor, el trabajo y la fatiga.

LIBERTARIOS MARTINFIERRISTAS

Carriego murió muy joven, a los 29 años. A su descripción de la vida de los arrabales le debemos sumar sus denuncias literarias de las dolorosas injusticias sociales de esa época que no sabemos cuando termina. El poeta de las Misas Herejes supo escribir en el Periódico libertario “La Protesta” y en la Revista “Martín Fierro”, que luego fue suplemento semanal de ese periódico, en su primera versión anarquista y pluralista (1904-1905), dirigida por Alberto Ghiraldo. Estos martinfierristas del novecientos intentaron una necesaria síntesis creadora entre las ideas libertarias y la cultura criolla: muchos militantes de izquierda no quisieron ni quieren estudiar las culturas populares ni discutir el sentido de lo nacional; y unos cuantos pretendidos nacionalistas jamás han salido de una idea conservadora y cómplice de nación y patria.

Carriego fue parte del notable equipo de colaboradores de “Martin Fierro”, entre los que se encontraban Federico Ángel Gutiérrez, Alberto Ghiraldo, María Julia Ghiraldo, Rubén Darío, Roberto Payró, Carlos de Soussens, Manuel Ugarte, José Ingenieros, Alfredo L. Palacios, Ricardo Jaimes Freyre, Juan Más y Pi, Juan José de Soiza Reilly, Félix Basterra, Edmundo Bianchi, Julio Molina y Vedia, Luis Berisso, Francisco Sicardi, Rafael Obligado, Ernesto Mario Barreda. Ilustraciones de Alfonso Bosco, Pelele (Pedro Miguel Zavalla), Eduardo Schiaffino, Martín Malharro, Ángel Della Valle y Juan Hohmann, entre otros.

En “Patria”, Carriego nos habló de “la patria universal del hombre”. En “Demoliendo”, tomó como símbolo de la revolución al albañil y dijo:

Cantando gime, y en su afán profundo
parece que a los grandes de este mundo
profetizara en sus vibrantes tonos
que ante el golpe y la fuerza destructora
de la social piqueta redentora,
caerán deshechos los podridos tronos!”

RESIDUO DE FÁBRICA: ENFERMAS DE TRABAJO Y DESPRECIO

A “De la Vida”, lo pensó como un “miserere fatal de los jornales”. Para muchos, el socialismo de Carriego nunca fue más allá de lo sentimental. En “Residuo de fábrica” denuncia con toda la fuerza la doble explotación de la mujer trabajadora:

Hoy ha tosido mucho. Van dos noches
que no puede dormir, noches fatales,
en esa oscura pieza donde pasa
sus más amargos días, sin quejarse.
El taller la enfermó, y así, vencida
en plena juventud, quizá no sabe
de una hermosa esperanza que acaricie
sus largos sufrimientos de incurable.
Abandonada siempre, son sus horas
como su enfermedad: interminables.
Sólo a ratos, el padre, se le acerca
cuando llega borracho, por la tarde...
Pero es para decirle lo de siempre,
el invariable insulto, el mismo ultraje:
¡Le reprocha el dinero que le cuesta
y la llama haragana, el miserable!
Ha tosido de nuevo. El hermanito
que a veces en la pieza se distrae
jugando, sin hablarla, se ha quedado
de pronto serio como si pensase...
Después se ha levantado, y bruscamente
se ha ido murmurando al alejarse,
con algo de pesar y mucho de asco:
que la puerca, otra vez escupe sangre...”

Otros prefieren recordar “la costurerita que dio el mal paso”, o mejor, la “cabeza de novia” del divertido y romántico poema “Tu Secreto”. Lo cierto es que Buenos Aires también nos debe a Carriego. Eduardo Rovira pagó en parte esa deuda con su hermoso tango “A EvaristoCarriego”, grabado en 1961, y que no se ha cansado de recorrer el mundo de la mano y el talento de distintos artistas. En 1968, Horacio Ferrer y Astor Piazzolla incluyeron una “Milonga Carrieguera por María la niña” en su ópera-tango “María de Buenos Aires”. En la actualidad, Carriego revive en intérpretes como Daniel Melingo.

Portada del gran libro de Borges

GARDEL PARECÍA UN VERSO DEL ENTRERRIANO CARRIEGO

El lírico ecuatoriano Remigio Romero y Coredero (1895 – 1968) puso a Carriego en lo más alto cuando una escribió una Elegía a Carlos Gardel a finales de 1935, poco tiempo después de la muerte del cantor:

...El era un bandoneón, gemebundo en el ruego,
sensual en el gemido, rojo como candela;
él parecía un verso de
Evaristo Carriego:
arrabal y milonga que la vida encurdela...”

Gardel parecía un verso de Carriego. La literatura de Carriego tiene un valor histórico y cultural excepcional. Borges le dedicó un libro memorable e imprescindible, y con éste trabajo ahora clásico y universal, se propuso bajar del pedestal al poeta nacional que era Leopoldo Lugones. El autor de “El Aleph” nos mostró, en las páginas de su libro dedicado al poeta de los arrabales, cómo logró Carriego intervenir y expresarse de la manera en que lo hizo, y llegó a la conclusión de que logró ese estilo, esa forma y ese contenido por ser entrerriano de nacimiento.

Carriego era -dice Borges- de generaciones atrás, entrerriano. La entonación entrerriana del criollismo, afín a la oriental, reúne lo decorativo y lo despiadado igual que los tigres. Es batalladora, su símbolo es la lanza montonera de las patriadas. Es dulce: una dulzura bochornosa y mortal, una dulzura sin pudor, tipifica las más belicosas páginas de Leguizamón, de Elías Regules y de Silva Valdés (…) Puesta a versificar, vacila entre la acuarela y el crimen; su tema no es la aceptación de destino del Martín Fierro, sino las calenturas de la caña o de la divisa, bien endulzadas. Está colaborando en ese sentir una efusión que no comprendemos, el árbol; una impiedad que no encarnamos, el indio. Su gravedad parece derivar de un más sobresaltado rigor: Sombra, porteño, conoció los derechos rumbos de la llanura, el arreo de las haciendas y un duelo ocasional a cuchillo; oriental, habría conocido también la carga de caballería de las patriadas, el duro arreo de hombres, el contrabando… Carriego sabía por tradición ese criollismo romántico y lo misturó con el criollismo resentido de los suburbios...”

ESAS CUATRO DURAS PALABRAS

Borges fue Presidente Honorario de la Asociación de Amigos de la Casa de Carriego, creada en 1975 y que logró hacer un Museo en BsAs con la vieja casa del poeta de los arrabales. Hoy es Biblioteca y Casa de la Poesía: los vecinos han luchado para que las remodelaciones gubernamentales no se transformen en destrucciones del patrimonio cultural. La justicia supo ordenar la reconstrucción de la casa. Fue una linda patriada cultural, tal vez otra pequeña revancha del enfrentamiento eterno de Pavón.

La guapeza y la fama eran códigos que supo desarrollar Carriego cuando fue necesario, y ambas destrezas tenían efectos desiguales y combinados en la vida social y periodística. Quién sabe si esos efectos mediáticos habrán mutado:

Puedo intercalar una historia -explica Borges-. Una mujer ensangrentada, italiana, que huía de los golpes de su marido, irrumpió una tarde en el patio de los Carriego. Éste salió indignado a la calle y dijo las cuatro duras palabras que había que decir. El marido (un cantinero vecino) las toleró sin contestación, pero guardó rencor. Carriego, sabiendo que la fama es artículo de primera necesidad, aunque vergonzante, publicó un suelto de vistosa reprobación en Ultima Hora sobre la brutalidad de ese gringo. Su resultado fue inmediato: el hombre, vindicada públicamente su condición de bruto, depuso entre ajenas chacotas halagadoras el malhumor; la golpeada anduvo sonriente unos días; la calle Honduras se sintió más real cuando se leyó impresa” (33).


La Casa Carriego, hoy Museo y Biblioteca gracias
a la lucha vecinal

EL DIAGNÓSTICO NACIONALISTA

Arturo Sampay, jurista entrerriano nacido en Concordia y radicado en La Plata, publica en 1942 su trabajo “La crisis del Estado de Derecho Liberal-Burgués”. En 1943, profundiza su análisis crítico de la dependencia argentina y sus males con “La filosofía del Iluminismo y la Constitución Argentina de 1853”. A su militancia en el yrigoyenismo, Sampay le agregó una formación permanente de gran nivel, haciendo estudios de posgrado en Suiza, en Milán y en París. En la etapa siguiente del proceso histórico que estamos estudiando, éste constitucionalista brillante va a tener una actuación protagónica en los debates y luchas políticas a nivel nacional. Será vocero de la reforma constitucional que el peronismo impulsará con un sentido nacional y popular. Volveremos sobre Sampay y su relación dialéctica con el peronismo en nuestro próximo capítulo, lo importante es destacar aquí que la política liberal estaba haciendo agua en la Argentina y en el mundo y la crítica nacionalista, en sus distintas vertientes, estaba volviéndose cada vez más fuerte.

En Europa, la crisis de la democracia liberal y electoral había dado paso a los regímenes nacionalistas, verticales, autoritarios y violentos, como el fascismo y el nazismo. En ese continente, y en el otro eje global que pasaba a ser EEUU, la economía de mercado liberal -estallada en la crisis de 1929- daba paso a un intervencionismo estatal más fuerte: se iniciaba el “New Deal”, el nuevo contrato político y crecía la influencia de las recomendaciones de John Maynard Keynes sobre el estímulo a la demanda y al consumo. A las propias contradicciones del capitalismo que habían llevado a la crisis se sumaba la presión obrera y popular: en Octubre de 1917 había triunfado la revolución socialista en Rusia, y el partido revolucionario de los trabajadores y de los campesinos, conducido por Vladimir Lenin, había hecho de la estatización de las riquezas agrarias e industriales y de la planificación económica, las claves del cambio político estructural.

Los debates sobre el desarrollo y el futuro del gobierno proletario fue intenso entre los revolucionarios: el poder de los soviets, de los consejos populares declinó, y con la llegada de José Stalin al poder, la U.R.S.S -Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- perdió su esencia política, pero de todas maneras la revolución rusa presionaba sobre el capitalismo a nivel global y lo obligaba a contener los conflictos sociales con una política redistributiva: el New Deal, el Estado Benefactor, serán “la revolución de Octubre dentro del capital”, como ha dicho el pensador italiano Toni Negri.

RODOLFO Y JULIO IRAZUSTA: EL INICIO DEL REVISIONISMO HISTÓRICO

...Adornar el entrepuerto comercial que habían hecho de BsAs
las reformas de Carlos III y abandonar el interior del país a su
triste suerte, tal la obra económica de Rivadavia...”
RODOLFO IRAZUSTA
Historia de la Oligarquía Argentina”, en
La Argentina y el Imperialismo Británico”

En Argentina, el pensamiento nacionalista va a tener dos exponentes destacados con los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, nacidos en Gualeguaychú en 1899 y 1897 respectivamente. Julio se recibió de abogado en 1922, egresando de la Facultad de Derecho de la Universidad de BsAs. Entre 1923 y 1927 viajó por Europa, profundizando su formación en distintos centros de estudios y llegando a conocer al líder de Acción Francesa, Charles Maurras, que sería a partir de allí una influencia importante en su pensamiento. Junto a su hermano Rodolfo, Julio Irazusta sería uno de los animadores de la revista “La Nueva República”, donde también escribió a Ernesto Palacio y otros referentes del nacionalismo y del conservadurismo, entre 1927 y 1931.

La “Liga Republicana” fue la agrupación donde militaron los Irazusta: Rodolfo era el más político de los hermanos, y el más cercano a las ideas fascistas. Más adelante fundarán el “Partido Libertador”. Julio tenía amplias lecturas que incluían el estudio de la obra del filósofo e historiador italiano Benedetto Croce. En la misma época, otro lector compatriota y crítico de Croce, Antonio Gramsci, iba a producir algunas de las reflexiones más claras y estimulantes que ha dado el socialismo marxista a nivel global.

El primer gran trabajo del pensamiento nacionalista en Argentina va a ser “La Argentina y el Imperialismo Británico. Los eslabones de una cadena 1806-1933” de Rodolfo y Julio Irazusta, publicado en 1934 en medio de los debates que generaba el Tratado Roca-Runciman. Julio escribió la primera y segunda partes del libro, dónde se desarrolla una fuerte crítica al Tratado, su contexto y sus consecuencias. Rodolfo escribió la tercera, dónde se profundiza sobre las raíces de la dependencia y la historia de esa oligarquía argentina pro-británica. Para muchos, es una obra fundacional del revisionismo histórico en nuestro país.



LA POSICIÓN POLÍTICA: EL ERROR DE LOS EXPERTOS

Si algo caracterizó coherentemente el pensamiento de Julio Irazusta -lo ratifica y amplía en “Balance de Siglo y Medio”- es su crítica a los privilegios que el Estado argentino ha dado al capital extranjero, y a sus maniobras contables, por encima de la producción y el trabajo nacional. Sus reflexiones tienen una actualidad indiscutible. En esa primera parte del libro citado, Julio cuestiona, con precisión y detalles, la política neocolonial del Pacto y sus lamentables consecuencias prácticas sobre la economía y la sociedad argentinas, explicando que

...Nosotros le dimos a Inglaterra: una rebaja arancelaria que sus propios dominios no le otorgarán jamás, aceptación sin discusión previa de la cifra de sus créditos congelados, estabilización de éstos en un empréstito a oro, privilegio de giro, control poco menos que absoluto de la industria frigorífica argentina, benevolencia para sus capitales invertidos aquí (es decir, tranquilidad para sus ferrocarriles), régimen de excepción para su hulla, etc, etc. Inglaterra nos dió una promesa de estabilizar nuestra cuota de “chilled”, pero con tantas reservas que si lo necesita o lo quiere podría reducirla a cero...”

La crítica irazustiana incluía alternativas como el posible monopolio estatal o un régimen mixto de capital oficial y particulares argentinos en la elaboración de carne exportable. Pero la “actitud borreguil” del gobierno de Agustin P. Justo y sus “negociadores” nos condena a la servidumbre desde el principio. El mayor de los Irazusta nos deja después una lección impecable de análisis histórico y político, cuando plantea las diferencias entre una política manejada por técnicos y “expertos” del régimen instituido contra otra, definida por una posición inteligente, estratégica y soberana. Dice Rodolfo:

...Si “los hombres serios asesorados por los mejores expertos de que podía disponer el país” (como dijo el diputado Cárcano), si esos hombres concluyeron los pactos anglo-argentinos de 1933, quiere decir que la capacidad no es decisiva en la política. Mucho más que la simple capacidad y aún que el talento lo es la posición. La posición de nuestros recientes negociadores estaba determinada por la historia. Dijimos en su lugar que nuestras objeciones al empleo de los oligarcas en la diplomacia no eran de principio. Tampoco lo son al régimen en si. Nuestras objeciones son en ambos casos históricas...”

PROGRESO VS INDEPENDENCIA: NUESTRA DIALÉCTICA HISTÓRICA

La Deuda y su hermana, la Patria Financiera nacieron con una ley
del 28 de noviembre de 1822: la que autorizó a Bernardino Rivadavia
a contratar un empréstito con la casa Baring Brothers...”
JORGE LANATA, “La deuda eterna”, en
Clarín, BsAs, 12/5/2018

...La ironía es que el individualismo liberal parece haber sido
derrotado por un totalitarismo que no es ni fascista ni comunista,
sino que surgió de su propio éxito en la legitimación del avance
del branding y de la mercantilización sobre nuestro espacio
personal...”
YANIS VAROUFAKIS, ex ministro de economía griego,
Síntomas del totalitarismo liberal”, en
Revista Ñ, 12/5/2018

Diógenes –sentado en el suelo y recostado contra un árbol-
come con serenidad un plato de lentejas. Un filósofo de la corte,
Aristipo, lo mira desde arriba y le dice con sorna: “Si trabajaras
para el rey no tendrías que comer lentejas”, a lo que
Diógenes, levantando sus ojos de manera displicente, responde:
Si comieras lentejas no tendrías que trabajar para el rey”...”
ESTHER DÍAZ, Capturas del deseo. Acerca de

Derrames II, de Gilles Deleuze”

Revista Ñ, 6/1/2018

Historiar esa posición subordinada y servil de la oligarquía argentina con respecto al capital británico es la tarea que Rodolfo Irazusta encaró en la tercera parte de “La Argentina y el Imperio Británico”. Para el pensamiento irazustiano, los males de éste país comenzaron realmente cuando la fracción rivadaviana y liberal se apropió del gobierno de las Provincias Unidas del Sur. Diagnostica el autor que

En cuanto es posible fijar con precisión el nacimiento de los seres morales, la oligarquía argentina vió la luz el 7 de Febrero de 1826. Ese día, las diferencias existentes desde el 25 de Mayo en el viejo partido que había hecho la revolución, se definieron en una escisión irreconciliable. Una de las dos fracciones se apoderó del gobierno por una conjuración de asamblea, un verdadero golpe de estado. Las circunstancias injustificables en que se realizara la operación hicieron de sus autores un grupo de cómplices, en vez de correligionarios. Y esa complicidad era mal comienzo para una tradición que estaba destinada, luego de una expiación de cinco lustros, a regir el país durante más de medio siglo”.

A renglón seguido, Rodolfo Irazusta subraya con precisión -siguiendo una idea de Vicente López y Planes- el gran antagonismo político abierto en la historia argentina y sudamericana desde 1810 y agravado con la presidencia de Bernardino Rivadavia. Nos dice el director de “La Nueva República” que

El 7 de febrero de 1826 los rivadavianos exaltaban a su jefe a la presidencia de la república. Para comprender todo el significado de ese hecho se precisa no sólo considerarlo en relación con las circunstancias bien determinadas de aquel momento, sino también remontarse a los antecedentes de Rivadavia. Este pertenecía, dentro del partido metropolitano cuyos hombres se habían turnado en el gobierno a partir del 25 de mayo, a la fracción que podría llamarse del progreso, en oposición a la que podría llamarse de la independencia. El principio de ésta era “patriotismo sobre todo”; el de aquélla, “habilidad o riqueza”...” (34)

Es una caracterización dialéctica filosa y brillante las que nos da la reflexión irazustiana. Si la empuñamos bien, su filo puede llegar a cortar esas contradicciones que llegan hasta el presente. Claro que los aportes historiográficos posteriores nos pueden ayudar a pensar esa dialéctica con mayor profundidad y ver incluso su complejidad, pero es notable la profundidad crítica del autor y la potencia de su pensamiento. Observa perfectamente que hay fracciones de un sólo partido porteño en el gobierno de BsAs y nos invita a pensar en los antecedentes de Rivadavia. No podemos dejar de pensar entonces en la “Representación de los Hacendados” que Mariano Moreno escribió en 1809 y en la “Misión” monárquica y liberal de Belgrano, Rivadavia y Sarratea a Londres en 1814, buscando un príncipe europeo para coronarlo en BsAs. Por lo que se ve, esa ideología “del progreso” afectó a muchos patriotas.

Es muy estimulante finalizar esta parte de nuestros apuntes pensando la posibilidad de discutir constructivamente y profundizar esa reflexión dialéctica entre progreso e independencia (ya nos hemos preguntado, por ejemplo, qué diferencia estructural real hay entre Rivadavia y Rosas). Podemos asociar a progreso si queremos las ideas de endeudamiento, subordinación, despilfarro, mercado, competitividad, colonialidad, consumismo, contaminación y saqueo. Y podemos asociar hoy a independencia y patriotismo, las ideas y valores de soberanía, federalismo, autogestión, justicia, equidad, responsabilidad, solidaridad, austeridad, sustentabilidad, comunitarismo y buen vivir. Es importante aquí pensar que movimientos políticos, sociales y culturales, y que referentes han sido portadores de una ética comunitaria y soberana. Algunos hemos repasado en estos apuntes. Lo fundamental es que lo esencial deje de ser invisible a los ojos de la política, de las luchas sociales y a los valores del pueblo.-

Prof. Mauricio Castaldo
María Grande, Entre Ríos, 19/5/2018
Facebook: Mauricio Castaldo
Twitter: @castaldoedgar


Un agradecimiento muy especial al Prof. Juan A. Vilar por sus correcciones y sugerencias. Por supuesto que las reflexiones y posiciones críticas de los apuntes corren por cuenta nuestra.


NOTAS:


(1) Para una introducción al análisis del jordanismo y el racedismo, ver Beatriz Bosch, “Historia de Entre Ríos”, BsAs, Plus Ultra, 1978, caps. XII, XIII y XIV. El atentado contra Racedo, en Oscar F. Urquiza Almandoz, “La cuestión capital en la Provincia de Entre Ríos”, Imprenta Oficial de E.Ríos, 1999, p.279.
(2) B.Bosch, ob.cit, p.275.
(3) Amaro Villanueva, “La Marca de Gualeguay”, en “Crónicas de Entre Ríos”, Selección de Adolfo Argentino Golz, BsAs, Jorge Alvarez Editor, 1967, p. 103.
(4) Sobre el debate generado por el proyecto de Magnasco, puede verse Héctor Muzzopappa y Alejandro Herrero, “La recepción alberdiana en la política educativa de los gobiernos de Julio Argentino Roca”, en revistas.unla.edu.ar/epistemologia/article/download/484/525. Una defensa de Magnasco, en Julio Irazusta, “Balance de Siglo y Medio”, BsAs, Theoría, 1966, pp.55-64.
(5) Sobre las ideas de Zubiaur, ver el trabajo citado de Muzzopappa y Herrero. Para las corrientes pedagógicas y los debates histórico-políticos, ver la obra comentada de María del Pilar López, “La versión y/o las versiones escolares de la historia. Entre Ríos 1887-1914”, Paraná, UNER, 2009. Agradecemos a nuestro compañero Jorge Narvaez el aporte de esta lectura. Para los detalles de las políticas educativas y la ley provincial de educación, ver Filiberto Reula, “Historia de Entre Ríos” (Tomo III), Santa Fe, Castellví, 1971. Sobre las escuelas racionalistas de los libertarios catalanes en Entre Ríos, ver Jorge Riani, “Entre Ríos Secreta”, Paraná, La Hendija, 2014, pp.233-237. El impacto en nuestra provincia del fusilamiento de Francisco Ferrer, en Carlos Mastronardi, “Memorias de un Provinciano” (Tomo I), Edición al cuidado de Claudia Rosa, Santa Fe, UNL, 2010, p.296. Unos apuntes sobre Gálvez, en Francesca Camurati, “Manuel Gálvez y la construcción de un imaginario nacional a través de la oposición campo – ciudad”, en https://www.persee.fr/doc/carav_1147-6753_2006_num_87_1_2948
(6) Un esbozo de la vida del Prof. Benigno Teijeiro Martínez, en José Manuel Suárez Sandomingo, “Benigno Teijeiro Martínez. El mayor políglota gallego en Argentina”, A Coruña, Concello de Ortigueira, Galicia, 2011, https://www.academia.edu/3565323/Benigno_Teijeiro_Mart%C3%Adnez_el_mayor_pol%C3%Adgrafo_gallego_en_Argentina. La relectura de Chiaramonte, en José Carlos Chiaramonte, “En torno a los orígenes del revisionismo histórico argentino”, aporte al trabajo coordinado por Ana Frega y Ariadna Islas, “Nuevas miradas en torno al artiguismo”, Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, 2001, pp.38-40. La necesaria extensión del ideario democrático, Amaro Villanueva, “¿Vendrá el federalismo universal”?, en Obras Completas, Tomo III, pp.589-590, Paraná, Uner, 2010.
(7) Víctor Dorchs, “Los días que se fueron” (Cap.I) citado en Julio Cesar Pedrazzoli (coordinador), “Enciclopedia de Entre Ríos”, Sección Literatura, Tomo V, Paraná, Arozena Editores, 1979, pp.6-8. Sobre los métodos de los docentes de las escuelas alemanas, ver Leandro Hilt, “Educación e idioma entre los alemanes del Volga: Cómo aprendían los colonos”, Gualeguaychú, El Día, 3/2/2013, http://www.eldiaonline.com/educacion-e-idioma-entre-los-alemanes-del-volga-como-aprendian-los-colonos/ y sobre el jolgorio de gorriones, ver Santiago Zorrilla, “Los gorriones de Spatzenkutter”, en https://www.noticiasentrerios.net.ar/2017/07/los-gorriones-de-spatzenkutter.html. Sobre los ateneos de los nazis, ver Filiberto Reula, ob.cit, pp.102-107.
(8) Carlos Carlino, “Biografías con Gringos”, BsAs, Editorial Axioma, 1976, pp.3-36. Las orquestas y sus músicas en los bailes de María Grande y la región, en Liliana Font, Ana Schaab y Julia Lanzi, “Un tiempo vivido 100 veces. Apuntes para la historia de María Grande”, Paraná, Editorial de Entre Ríos, 2004, p.184.
(9) Alberto Gerchunoff (1910), “El médico milagroso”, en “Los gauchos judíos”, BsAs, Eudeba, 1964, pp. 106-117. Susana Chiaramonte, Elena Finvarb y Graciela Rotman, “Tierra de Promesas (II): las colonias judías del siglo XX en Entre Ríos”, Paraná, Editorial de E.Ríos, 2011. La película de Juan José Jusid se puede ver hoy en https://www.youtube.com/watch?v=2AW9j5H__CI
(10) Elio Leyes, “Extirpar de nosotros el lobo”, en “Voz telúrica en Gerchunoff”, Rosario, Ateneo Judeo-Argentino 19 de Abril, 1979, pp.73-76.
(11) Susana Chiaramonte..., ob.cit, pp. 250-267.
(12) Elio Leyes, ob.cit, p.34.
(13) Alejo Mayor, “La bandera roja. Represión y lucha ideológica en torno al 1° de mayo: Gualeguaychú, 1921”, Revista Conflicto Social, UBA, http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/CS/article/view/1802. Una reseña sobre Julio Serebrinsky y la Biblioteca de la Cooperativa Eléctrica de Concordia, en http://www.concordia.com.ar/biblioteca/historia.html
(14) “Tu Quoque Juventud”, en https://es.wikisource.org/wiki/Tu_quoque_juventud
(15) Los conflictos políticos durante los gobiernos radicales y la actitud de Mihura, en F.Reula, ob.cit. pp.15-116.
(16) Jorge Repiso, “Los Kennedy”, BsAs, Emecé, 2015. Yamandú Rodríguez, “Los Kennedy”, en http://www.zonacolon.com/historica/loskennedy-historicazonacolon.pdf . Sobre Yupanqui y la revolución, ver Osvaldo Delmonte, “El levantamiento yrigoyenista de los hermanos Kennedy en la ciudad de La Paz”, Gualeguaychú, El Día, http://www.eldiaonline.com/el-levantamiento-yrigoyenista-de-los-hermanos-kennedy-en-la-ciudad-de-la-paz-entre-rios/ . La milonga yupnaquiana en https://www.youtube.com/watch?v=2M48QzZXi04 . Una introducción al documental sobre los Kennedy en https://www.youtube.com/watch?v=5WL8Z0JP4ok
(17) Jorge Repiso, ob.cit, p.116. Sobre el tango de Mendizábal, ver http://www.todotango.com/historias/cronica/380/El-entrerriano-Historia-de-El-entrerriano-y-sus-principales-grabaciones/ . El “orre”, lunfardo de reo, en el “Mataburros Lunfardo”, http://www.elortiba.org/old/matalunfa.html. La letra de Homero Expósito, en https://www.letras.com/homero-exposito/el-entrerriano/
(18) Arturo Jauretche, “El Paso de los Libres”, en http://www.labaldrich.com.ar/para-descargar-ejercito-y-politica-y-el-paso-de-los-libres-de-arturo-jauretche/. El Programa Revolucionario, en http://www.historiaydoctrinadelaucr.com/2011/04/manifiesto-encontrado-en-poder-del.html y un análisis del movimiento, en Sebastián R. Giménez, “El Comando del Litoral y la acción armada contra el régimen de la restauración conservadora en la primera mitad de los años treinta”, Folia Histórica del Nordeste, 2015, http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0325-82382015000100002
(19) F.Reula, ob.cit, p.78. El desacuerdo teológico, en “Dichos y hechos de la reforma de 1933”, Diario El Argentino de Gualeguaychú, 3/6/2007, https://www.diarioelargentino.com.ar/noticias/22726/dichos-y-hechos-de-la-reforma-de-1933 . Una introducción a la conceptualización de Sampay puede leerse en Ernesto Adolfo Rios, “Las ideas constitucionales de Arturo Enrique Sampay”, en http://www.peronlibros.com.ar/sites/default/files/pdfs/rios-sampay.pdf
(20) El pensamiento de Bernardino Horne, en “Un ensayo social agrario”, BsAs, Leviatán, 1957. La caracterización de la etapa, en Rogelio José Biasizo, “Economía de Entre Ríos en el período de intervencionismo conservador (1930-1945)”, Paraná, Eduner, 2015, y en F.Reula, ob.cit. La crítica a la política nacional funcional al imperialismo británico, en Julio Irazusta, ob.cit. El Manifiesto con las firmas de Manzi y Horne, en http://www.historiaydoctrinadelaucr.com/2015/08/mrr-manifiesto-al-pueblo-de-la.html, y la idea del Partido Social Agrario, en Silvia Lázzaro, “La burguesía agraria argentina durante la década del 60”, UNQ, Revista de Ciencias Sociales, 2013, http://www.unq.edu.ar/advf/documentos/5939728f994cb.pdf
(21) Elio Leyes, ob.cit, p.46. La anécdota de Arlt, en “Aguafuertes Fluviales de Roberto Arlt. Crónicas y fotos de un viaje por el Río Paraná”, Antología y Comentarios de Emilia Elizar y Silvio Méndez, Paraná, La Hendija, 2016, p.58. Un esbozo del pensamiento de Thompson, en Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Economía moral de la multitud”, UNAM, 2010, http://conceptos.sociales.unam.mx/conceptos_final/424trabajo.pdf
(22) Sobre la empresa Liebig´s, R.Biasizo, ob.cit, p.108. La chamarrita del Zurdo Martínez, en https://www.youtube.com/watch?v=ijLawHHbAhU. La de Sampayo, en https://www.youtube.com/watch?v=Me5qM3N2KmA. El chamamé “Al Brillante”, cantado por Pocho Gaitán, en https://www.youtube.com/watch?v=AOx-ec-WlwY. El trailer del documental “Liebig”, en https://www.youtube.com/watch?v=dI0rDr9yeec y “La Herencia Liebig”, en https://www.youtube.com/watch?v=e_ZF7Y18Aog, y sobre el Frigorífico Santa Elena, ver Roque “Tito” Casals, “Santa Elena – Entre Ríos. Reseña General Histórica, Social y Cultural”, Tomo II, Nogoyá, Ediciones del Clé, 2016, pp. 93-100.
(23) J.Riani, ob.cit, 221-224. Ariel R. Bessón y Walter D. Maidana (1999), “Durandó. Historia de una Comunidad”, Ed. Tinta China, 3ra Edición, 2015. Las ideas de André Gorz, en “Miserias del Presente. Riqueza de lo Posible”, en https://kupdf.com/download/1-gorz-miserias-del-presente-riqueza-de-lo-posible-capitulo-1_597fa21bdc0d6044332bb189_pdf, y un excelente ejemplo práctico, en “Alumnos armaron una impresora 3D con materiales reciclados”, en https://www.elonce.com/secciones/parana/482196-alumnos-armaron-una-impresora-3d-con-materiales-reciclados.htm
(24) Material sobre los ferrobarcos, en Silvia Baccino, “El Ferry Boat”, http://www.enlacecritico.com/miradas-hacia-el-pasado-zarateno/el-ferry-boat.El último viaje del ferry, en https://www.youtube.com/watch?v=V2xWPN5EMfo. La historia de la balsa, por Luis Mino, en http://www.histarmar.com.ar/FlotaFluvial/BalsaParanaSFe.htm. Imágenes de la llegada de la balsa al atracadero en 1930, en http://tvdoc.com.ar/video/cuando-se-cruzaba-en-balsa-entre-santa-fe-y-parana/. Sobre José Peter, el exilio laboral y las luchas obreras, Rodolfo Leyes, “Caravanas de hombres marchaban. El éxodo obrero en Entre Ríos 1925-1945”, http://www.cehsegreti.org.ar/historia-social-5/mesas%20ponencias/MESA%208/LEYES_8.pdf; José E. Schulman, “José Peter, el honor y la dignidad de los obreros de la carne”, 1998, https://cronicasdelnuevosiglo.com/1998/08/10/jose-peter-el-honor-y-la-dignidad-de-los-obreros-de-la-carne/. Beatriz Bosch abordó las cifras críticas arrojadas por los censos en su ob.cit y Tirso Fiorotto ha hecho lo propio desde hace tiempo en sus columnas periodísticas. Por ej, en “Razones que explican el escaso arraigo en la región”, 6/1/2014, http://www.volveralatierra.com.ar/vision/razones-que-explican-el-escaso-arraigo-en-la-region/
(25) Pedro Kozul, “Escalada roja en Entre Ríos: la relación del movimiento obrero en la provincia con el Partido Comunista (1933 – 1945)”, 2013, en http://cdsa.aacademica.org/000-010/666. Sobre la bandera conservada por Ateo Jordán, ver Tirso Fiorotto, “A 90 años de la masacre de Gualeguaychú”, Uno – Río Bravo, 2011, http://www.riobravo.com.ar/otras-yerbas/historia/item/728-a-90-a%C3%B1os-de-la-masacre-de-gualeguaych%C3%BA. El documental “Bandera Roja”, en https://www.youtube.com/watch?v=pe4YU8uITfs. Angel Borda, “Perfil de un libertario”, BsAs, Reconstruir, 1987, p. 129-130 y 171.
(26) B.Bosch, ob.cit, p.281 y 306; F.Reula, ob.cit, p. 162. Es importante además, leer por ejemplo “Monte nativo: aseguran que quedan menos de 600.000 hectáreas en Entre Rios”, http://www.saludnews24.com.ar/noticia/ambiente/2200-monte-nativo-aseguran-que-quedan-menos-de-600000-hectareas-en-entre-rios y seguir buscando información actualizada de ésta interpelación ambiental urgente. Sobre la filosofía positivista y sus consecuencias políticas, ver María Angeles Vitoria, “Positivismo”, en http://www.philosophica.info/voces/positivismo/Positivismo.html.
(27) Antoine de Saint Exupery, “El Principito”, en http://www.letrasabiertas.gba.gob.ar/sites/default/files/Antoine%20de%20Saint%20Exupery%20-%20El%20Principito.pdf y el capítulo “Oasis” del libro “Tierra de Hombres”, en https://www.saltogrande.org/pdf/Tierra%20de%20Hombres%20Oasis%20de%20Antoine%20de%20Saint%20Exupery%20por%20Elsa%20Aparicio%20de%20Pico.pdf. Saint Exupery en Concordia, en http://www.saintexupery.com.ar/pagina_nueva_5.htm. El documental “Oasis”, completo, de Danilo Lavigne en https://www.youtube.com/watch?v=hSpwMNUgznM. El trailer de “Vuelo Nocturno”, de Nicolás Herzog en https://www.youtube.com/watch?v=tCOMLkkqLVM. Para más detalles, “Pruebas para creer El Principito "nació" en Concordia”, en https://www.diariouno.com.ar/espectaculos/pruebas-creer-el-principito-nacio-concordia-20170804-n1445784.html. La poesía de Juan L. Ortíz, en “Obra Completa”, Santa Fe, UNL, 2005, p.272. Para el repaso del trabajo de Michael Lowy sobre las corrientes del romanticismo, ver Martin Ignacio Koval, “Rebelión y melancolía. El romanticismo a contracorriente de la modernidad, de Michael Löwy y Robert Sayre”, 2010, Revista Herramienta, http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-43/rebelion-y-melancolia-el-romanticismo-contracorriente-de-la-modernidad-de-m.
(28) Jorge Vilanova, “Fernández y Brizuela. Socialistas y Artiguistas”, Tinta China, 2013, p. 117-118 y 190. Agradecemos a nuestro compañero Tirso Fiorotto este material.
(29) Oscar Conde, “Mentiras y verdades acerca del lunfardo”, 2011, en http://p3.usal.edu.ar/index.php/gramma/article/view/791/918.
(30) El método analítico de Canal Feijoo, en Gisela Fabbian, “La expresión popular anónima. Bernardo Canal Feijoo y su concepción del folklore”, Boletín de Estética, Univ.Nac San Martín, 2016, pp, 31-68, http://www.boletindeestetica.com.ar/wp-content/uploads/Boletin-de-Estetica-N36.pdf. “Recuerdos de la Tierra”, de Martiniano Leguizamón, en https://archive.org/details/recuerdosdelatie00legu. El capítulo “Chabaré” en pp. 111-125. El libro de Fray Mocho, versión digital, en http://www.lavozdesola.com.ar/texto_fmochomatreros/fmocho_matreros01.html.
(32) Elio Leyes, ob.cit, pp. 35-36 y 48-55.
(34) Rodolfo y Julio Irazusta, “Argentina y el Imperialismo Británico”, p.119 y 134-135, libro completo en https://kupdf.com/download/irazusta-r-y-irazusta-j-la-argentina-y-el-imperialismo-britanico_59cf025e08bbc5c079687109_pdf. Julián Landi, “LOS HERMANOS IRAZUSTA Y EL PUNTAPIÉ INICIAL DEL REVISIONISMO HISTÓRICO”, 2012, en http://solazapallero.blogspot.com.ar/2012/01/los-hermanos-irazusta-y-el-puntapie.html. Julio Irazusta, “Balance...”, ob.cit. Toni Negri, “Crisis de la política”, BsAs, El Cielo por Asalto, 2003, pp.17-30.-


Indice Sumario:

RACEDO Y LOS EXPEDIENTES NO TAN SECRETOS DEL ROQUISMO
LA CONTINUIDAD DE LA BATALLA DE PAVÓN POR OTROS MEDIOS
FORMA Y CONTENIDO DEL CAUDILLISMO ELECTORALERO
MARCAS DE GUERRA POLÍTICA Y SOCIAL
RESPONSABLES Y CÓMPLICES DE LA INFAMIA POLÍTICA
GOBERNAR ES EDUCAR
FORMAS DE ARGENTINIZAR Y DE ARGENTINIZARSE
LA CONTRADICCIÓN EDUCATIVA
UNA ENTRE RÍOS FINLANDESA Y LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UN GALLEGO QUE NO ESTABA PARA CHISTES MALOS
LA DEMOCRACIA ALTERNATIVA Y UN ABRAZO DE AGUAS
MIEDO Y TRISTEZA EN EUROPA
TRABAJO Y ALEGRÍA EN ENTRE RÍOS
LEÑA, LEÑA, CAMPO Y SOL
SCHULMEISTERS
LAS ROTAS CADENAS EN LOS BAILES
EL TANGO Y LA BAILANTA
LOS GAUCHOS JUDÍOS
LA ÉTICA DE TOLSTOI Y LA ÉTICA DEL MONTIEL
SAJAROFF: DEJEMOS DE SER LOBOS
LA CIVILIZACIÓN, DE CAMPO, ARROYO Y PUEBLO
NECESIDAD DE SAUCE, CEIBO, VIDA Y SALUD
SINCALISTAS, SOCIALISTAS, ESCRITORES Y ARTISTAS DEL MONTIEL
LA REBELDÍA CÍVICA CONTRA EL RÉGIMEN
LOS CAMINOS DE UN PAÍS SIN VIDA POLÍTICA
LA MALDICIÓN REPUBLICANA Y LA REVOLUCIÓN A MEDIAS
UNA DEMOCRACIA DE FUERZA MAYOR
LA AUTONOMÍA ENTRERRIANA Y SUS CIRCUNSTANCIAS
DIGNIDAD Y MILONGA: LA REVOLUCIÓN DE LOS KENNEDY,
EL ENTRERRIANO: PRIMER TANGO BIEN BAILADO
O ES PARA TODOS LA COBIJA, O ES PARA TODOS EL INVIERNO
LA CONSTITUCIÓN PROVINCIAL DE 1933
CONSTITUCIÓN POLÍTICA, SOCIAL Y FOLKLÓRICA
BERNARDINO HORNE: UNA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA TIERRA
LA GAUCHADA ENTRERRIANA
LOS PUEBLOS-EMPRESA Y LA LECCIÓN COLONIAL
¿LA LIEBIG Y LA BOVRIL DEL TURISMO?
COMO LA INDIA, PERO SIN GANDHI NI NEHRU
EL FALANSTERIO DISCIPLINADO DE DURANDÓ
LOS AVENTADOS
LA ORGANIZACIÓN SOLIDARIA DE LA CLASE OBRERA
LA BANDERA DE LA DIGNIDAD OBRERA NO SE ENTREGA
LA FUERZA INVENCIBLE DEL MONTE, DEL RÍO Y LA JUSTICIA
EL LARGO ERROR POSITIVISTA
EL PRINCIPITO DE ENTRE RÍOS: LA VERDADERA REVOLUCIÓN FRANCESA
JUAN L. ORTÍZ Y SAINT EXUPERY: PARA QUE LOS HOMBRES…
SOCIALISTAS Y ARTIGUISTAS: LA OTRA POESÍA DE LA TIERRA
DIALÉCTICA Y PSICOANÁLISIS DEL FOLKLORE
CHABARÉ: ¿EL INCONSCIENTE CRIOLLO?
PREFERÍA NO HACERLO
EL AGUARÁ: (IN) CONCIENCIA MATRERA
EL AVISO DEL CARÁU
YUPANQUI Y GENUARIO SOSA: BIEN MONTADO Y EN MONTIEL
EL GÉNERO GAUCHO
REMIGIO CALAMACO Y LA DIALÉCTICA DEL CORAJE
CARRIEGO, BORGES Y LA ENTONACIÓN ENTRERRIANA DEL CRIOLLISMO
LIBERTARIOS MARTINFIERRISTAS
RESIDUO DE FÁBRICA: ENFERMAS DE TRABAJO Y DESPRECIO
GARDEL PARECÍA UN VERSO DEL ENTRERRIANO CARRIEGO
ESAS CUATRO DURAS PALABRAS
EL DIAGNÓSTICO NACIONALISTA
RODOLFO Y JULIO IRAZUSTA: EL INICIO DEL REVISIONISMO HISTÓRICO
LA POSICIÓN POLÍTICA: EL ERROR DE LOS EXPERTOS
PROGRESO VS INDEPENDENCIA: NUESTRA DIALÉCTICA HISTÓRICA