COMBATES
POR LA HISTORIA, LA CULTURA Y LA JUSTICIA
“...Otro
dicho de Santo Tomás justifica el “ante todo política”
de
Maurras: utrum effectus legis sit facere hominis bonos
como
se pregunta en la Suma, a saber: ¿si el efecto de la ley
es
el de hacer buenos a los hombres?...”
JULIO
IRAZUSTA, “Maurras”, en
“Ensayos
Histórico-Políticos”
Desde
los años ´30 del siglo que pasó, hasta los años ´70, la
historiografía, la ensayística y la literatura entrerrianas
vivieron su período más brillante. No se quedó atrás la
producción musical con estilo propio. En 1934, como hemos visto,
Rodolfo (1897-1967) y Julio Irazusta (1899-1982) publican “La
Argentina y el Imperialismo Británico”, obra capital y pionera del
revisionismo histórico nacionalista, gestada en ricas discusiones
desarrolladas en Gualeguaychú -su pueblo- sobre el Tratado
Roca-Runciman, con su maestro Luis Doello Jurado. Julio profundizó
sus estudios de Historia, de política y de economía hasta
convertirse en una de las máximas figuras intelectuales del
nacionalismo argentino. Su trabajo “Vida Política de Juan Manuel
de Rosas a través de su correspondencia” terminó de ser publicado
en 1970: esos ocho tomos fueron producto de una enorme labor
historiográfica que demandó treinta años de investigación y
reflexión. Para Irazusta, como para otros estudiosos comprometidos,
el repaso de la historia real era una manera de discutir
profundamente las raíces de nuestros males políticos, pensando
siempre alternativas a los mismos. Ya veterano, la Academia Nacional
de la Historia -fundada por Mitre, al que el historiador entrerriano
le dedicó unas cuantas críticas- le abrió sus puertas,
designándolo con justicia miembro de la institución.
En
1934, el abogado yrigoyenista concordiense Arturo Sampay (1911-1977)
publica sus estudios sobre la constitución de Entre Ríos y en 1942,
“La crisis del estado de derecho liberal-burgués”. Desde allí,
la carrera intelectual, política y jurídica de Sampay será tan
intensa como extraordinaria. “Constitución y Pueblo”, publicada
en el decisivo año de 1973, marca el momento cumbre de la madurez
del pensamiento de quien fuera vocero de la reforma constitucional
nacionalista y social generada por el peronismo en 1949.
En
1957, Fermín Chávez (1924-2006) publica “Vida y Muerte de López
Jordán”, sumando su aporte al revisionismo histórico. Nacido en
El Pueblito, Departamento Nogoyá, el estudio y el trabajo lo
llevaron por Córdoba, BsAs y Cuzco. En su juventud, colaboró con
Eva Perón: la militancia peronista fue tan orgánica y sincera como
su gran producción historiográfica, periodística, poética y
docente. Está claro que muchos de los personajes del partido de
Perón se han parecido bastante a aquellos ideólogos de las
políticas antinacionales que el propio Chávez cuestionaba con
convicción, al igual que Irazusta, Sampay y otros. Más adelante,
haremos algunos apuntes sobre las influencias filosóficas comunes a
éstos destacados intelectuales: desde Santo Tomás de Aquino a
Aristóteles y Jacques Maritain, cada uno de ellos hizo una lectura
que tuvo coincidencias y diferencias con los demás.
LA
HISTORIA NO ES SÓLO COSA DE HOMBRES
En
1971, la Prof. Beatriz Bosch (1911-2013) publica el notable libro
“Urquiza y su tiempo”, tras años de investigación y
publicaciones previas. Tenemos en ese momento entonces, a dos
historiadores entrerrianos consagrados como los máximos estudiosos
de los dos caudillos más grandes del Siglo XIX y los más discutidos
hasta ese momento: Julio Irazusta con Juan Manuel de Rosas y la
paranaense Beatriz Bosch con Justo José de Urquiza. A la pasión
historiográfica, los debates, los antagonismos ideológicos y las
réplicas, la acompañaba el sentido político: el nacionalismo en el
caso de Irazusta y el necesario respeto a la organización
constitucional en el caso de la Prof. Bosch -de ideas liberales-, en
un contexto donde la Argentina naufragaba -y parece no salir de una
larga deriva- absolutamente a contramano de esas ideas y estudios
apasionados y apasionantes. Hoy tal vez sea tan necesario como
interesante analizar en que puntos pueden encontrarse coincidencias
entre estos grandes historiadores: ni el nacionalismo pudo y puede
ser tan antidemocrático si quiere sostenerse sobre bases firmes, ni
el liberalismo -en su versión más democrática- pudo ni puede darle
totalmente la espalda al interés nacional.
En
1966, la propia Beatriz Bosch había confirmado que el gran
manifiesto “Las dos políticas” -escrito cien años antes- había
sido escrito por Olegario V. Andrade y no por José Hernández, como
creían unos cuantos revisionistas. En éste documento político y
periodístico, que Andrade no firmó, el poeta de “La vuelta al
hogar” se muestra más urquicista que Urquiza, en esa frustrada
campaña electoral para las presidenciales de 1868. Andrade cita al
mejor Alberdi, al que veía la raíz económica de los males
políticos argentinos: la política centralista y neocolonial de BsAs
es la que había generado la política de rechazo federalista a ese
exclusivismo porteño. Con rigor profesional y pasión por la
historia provincial, la Prof. Bosch corrigió un error revisionista
pero paradójicamente se acercó al trabajo de Chávez sobre Alberdi
y el mitrismo.
Esas
líneas de Andrade habían inspirado en 1957 a Juan José Hernández
Arregui (1913-1974) las filosas reflexiones críticas que tituló
“Imperialismo y Cultura”. Este destacado referente del
nacionalismo popular revolucionario, nacido en Pergamino y trasladado
a Córdoba en su juventud, para después continuar su carrera docente
y militante en La Plata y BsAs, citaba al poeta entrerriano para
analizar la raíz de los males en la historia política argentina.
“Los argumentos de Rosas eran los mismos que había esgrimido
Rivadavia”, dice Hernández Arregui quién completa la idea citando
a Andrade: “la misma política de todos los tiempos aciagos de la
República. Rivadavia, Dorrego, Rosas y Mitre han sido sus
instrumentos”. En este mismo ensayo histórico, Hernández Arregui
señaló que la literatura de raigambre realmente nacional de esa
primera mitad del Siglo XX se expresaba en las novelas de Manuel
Gálvez (1882-1962), escritor nacido en Paraná pero que se
presentaba como santafesino (1).
Pasan
los años y las obras de los historiadores entrerrianos siguen siendo
consulta obligada a la hora de estudiar el devenir de nuestro país y
de la región. Si analizamos, por ejemplo, la bibliografía
recomendada en el Tomo VI de la Historia de América Latina
coordinada por Leslie Bethell y editada por la Universidad de
Cambridge (Inglaterra), encontraremos los trabajos de Julio Irazusta,
Beatriz Bosch, Oscar Urquiza Almandoz y Arturo Sampay, quién
cuestionó el conservadurismo de Rosas desde el pensamiento
nacionalista y popular. Todos éstos autores, valorados además en
los nuevos estudios universitarios que se están haciendo en
Argentina, tienen mucho para decirnos todavía (2).
MEMORIAS
DE LA TIERRA Y COMPROMISO MILITANTE
En
1960, el nombre del gualeyo Amaro Villanueva (1900-1969) quedaba
asociado para siempre al estudio de “El Mate y el Arte de Cebar”,
aunque la obra de Villanueva es, por supuesto, mucho más amplia y
rica. La EDUNER, editorial de la Universidad de Entre Ríos, puso las
cosas en su lugar al editar los tres tomos de las Obras Completas de
éste investigador y ensayista entrerriano, en 2010. Con Villanueva,
lo mismo que con Manauta -y a su manera, Juan L. Ortíz- aparece el
aporte de la izquierda al análisis y a la discusión de nuestra
historia y nuestra cultura. Villanueva y Manauta van a ser
reconocidos militantes del Partido Comunista Argentino.
En
1943, el gran Marcelino Román (1908-1981) publica “Pájaros de
nuestra tierra”, después “Coplas para los hijos de Martin
Fierro” (1949), “América Criolla” (1953) y entre tantos otros
notables trabajos, su imprescindible “Itinerario del Payador”, en
1957. El victoriense Román manejaba también con profundidad y filo
el método crítico dialéctico, lo mismo que la escritora de
Gualeguay -ciudad de la cultura entrerriana, si las hay-, Emma
Barrandeguy (1914-2006) quién, en 1964, publica su novela “El
Andamio”, recibiendo el Premio provincial de cultura Fray Mocho en
1970 y en 1984. En 1938, la joven Emma participó de la Universidad
Obrera, iniciativa militante y solidaria del después afamado
epistemológo Mario Bunge. En el tiempo que le dejaba su trabajo en
el Diario Crítica de BsAs, la escritora libertaria de Gualeguay
enseñaba castellano a los trabajadores, muchos de ellos inmigrantes
afiliados a los sindicatos del metal y de la madera. La idea era
darle capacitación y sacarlos de la situación de mano de obra
barata. Uno de sus compañeros en esta experiencia política fue el
comunista correntino Gerardo Pisarello. El sobrino segundo de
Pisarello, prestigioso jurista y docente que lleva su mismo nombre,
fue electo vicealcalde de la capital catalana en 2015 como integrante
de la formación Barcelona en Común (En Comú).
Hasta
el policía que habían enviado a vigilar tenía que hacer los
deberes de la maestra Barrandeguy. La escritora misma lo contó en un
coloquio: “con Mario Bunge formamos la Universidad Obrera. Al
principio tenía unos asientos de paja y luego se transformó en un
edificio enorme. Yo daba clases al Sindicato de la madera de
Castellano, porque eran todos polacos, lituanos y ellos iban a
aprender castellano; el policía que vigilaba la clase, por supuesto,
también me traía los deberes. Fue antes de Perón”. La
Universidad Obrera fue cerrada por el Secretario de Trabajo y
previsión del gobierno militar que tomó el poder político en 1943.
Se sabe que ese secretario era Juan Perón (3).
En
1961, María Esther de Miguel -oriunda de Larroque- publica su novela
“La hora undécima”, y en 1965 los cuentos de “Los que comimos
a Solís”. La memoria histórica, revisada y a contrapelo de la
historia oficial va a estar presente en casi toda la obra de ésta
brillante escritora de nuestra tierra, probablemente la más
reconocida a nivel nacional, especialmente por sus novelas históricas
sobre Urquiza y Blanes, sobre Rosas y sobre Belgrano, escritas tiempo
después. “Los que comimos a Solís” puede leerse como historia
social literaria, dentro lo que hoy se denominan estudios de la
subalternidad. La buena literatura entrerriana -De Miguel, Manauta,
Emma Barrandeguy, Carlos Sforza, las memorias de Mastronardi, el
“Chumbiao” de Fermín Chávez, el “Escolástico Junco” de
Amaro Villanueva- puede leerse diagonalmente como historia
subalterna.
RAYUELAS
DEL ÉXODO Y DE LA VIDA
“...Yo
leí entre otras cosas un poema que se llama Rayuela.
Cuando
terminé él -Julio
Cortázar- se
acercó y me dijo que
estaba
escribiendo un libro que se iba a llamar Rayuela.
Y
así se inició una amistad de toda la vida.”
ARNALDO
CALVEYRA
““...el
verde de los pastos de Entre Ríos...”
Entrevista
de Rogelio Alaniz para el
Diario
El Litoral de Santa Fe, 11/9/2009
En
1959, Arnaldo Calveyra (1929-2015) publica “Cartas para que la
alegría”. En 1960 obtiene una beca y se instala en París. El
éxodo o el exilio laboral, intelectual o formativo también fue el
destino de éste gran escritor de la ciudad de Mansilla, como lo fue
para la mayoría de los estudiosos y referentes de nuestra cultura
que estamos estudiando. “Lo que quise hacer en Cartas para que
la alegría fue recuperar el lenguaje coloquial de la gente de
campo (…) yo no inventé nada, sino que la gente hablaba así de
una manera cifrada”, explicó el escritor entrerriano años más
tarde. En francés, en inglés, en castellano, las maravillosas
“Cartas” de Calveyra se siguen editando -como toda su
producción-, leyendo y disfrutando. En 1959 se publicó también su
primer obra de teatro, “El diputado está triste”, que no gustó
mucho al gobierno militar de Onganía cuando fue puesta en escena en
la ciudad de Córdoba (4). Con el gran escritor de Mansilla quedó
confirmado que el Océano Atlántico es otro de nuestros ríos.
Calveyra
trabajó junto a extraordinarias figuras como Alejandra Pizarnik y
Julio Cortázar. En 1963, Cortázar muestra al mundo su mítica
“Rayuela” y el “Chacho” Juan José Manauta queda nombrado
como un personaje dentro de esas páginas. En 1956, Manauta había
publicado “Las tierras blancas” y sobre la base de su novela,
Hugo del Carril filmó una película con el mismo título en 1959.
Calveyra traducido al inglés
en 2018
En
1967, Carlos Mastronardi publica sus entrañables “Memorias de un
Provinciano”. La valía de éste poeta y escritor hoy clásico de
nuestras letras fue destacada como ejemplar por su amigo Jorge Luis
Borges. En 2010, la Universidad Nacional del Litoral de Santa Fe
publica los dos tomos de la Obra Completa de Mastronardi, edición
necesaria que estuvo al cuidado de Claudia Rosa y Elizabeth Strada.
El aporte del autor de “Luz de Provincia” llegará incluso al
tango, y será reconocido por los cultores de ésta música
rioplatense hasta el día de hoy. Como se ve, el amor a nuestra
tierra, a sus colores, a sus aromas, a sus tonos, a su vida
particular, a su historia, su naturaleza y a sus pueblos producía el
brillo de las letras oriundas de Entre Ríos o afirmadas en nuestra
provincia.
JULIO
IRAZUSTA: BALANCE DE DOS SIGLOS
“—¿Cuando
descubrió que la historia argentina debía ser revisada?
—Cuando
Uriburu entregó el poder a los conservadores...”
Reportaje
de Lucrecia Orrego a Julio Irazusta,
Revista
Todo es Historia, Nro 30
Octubre
de 1969
“...En
eso, veo avanzar a un viejito de traje gris, pelo blanco
y
un bigote lacio a lo mogol, con una flor en la mano que
depositó
al pie del monumento a
San Martín.
Le pregunté
quién
era el sujeto a la Negrita Cabrera, que lo sabía todo:
“Es
don Luis Doello Jurado”...”
PEDRO
LUIS BARCIA
“De nuestro pago: tras
las huellas de Luis Doello Jurado”
Diario El Argentino,
7/1/2018
"...La prioridad estratégica de la producción agroalimentaria
argentina es promover el surgimiento de uno o más Cargill
de capital nacional..."
JORGE CASTRO
"El desafío de crear una multinacional de agro
argentina de escala global"
Clarín Rural, 29/9/2018
"...La prioridad estratégica de la producción agroalimentaria
argentina es promover el surgimiento de uno o más Cargill
de capital nacional..."
JORGE CASTRO
"El desafío de crear una multinacional de agro
argentina de escala global"
Clarín Rural, 29/9/2018
Julio
Irazusta cambió su destino de gran crítico literario por el de
historiador nacionalista, apasionado e implacable, cuando en
diciembre de 1927 -segundo gobierno de Yrigoyen- decidió acompañar
a su hermano Rodolfo, a Ernesto Palacio y a Juan E. Carulla en la
redacción del periódico “La Nueva República”. Al espíritu
familiar -radical, nacionalista práctico-, el menor de los Irazusta
sumará una gran formación en estudios superiores en La Plata, BsAs
y en Europa. En Inglaterra conoció a la escritora Virginia Woolf y
al economista John Maynard Keynes. En Francia, tanto Julio como
Rodolfo habían conocido de primera mano las ideas de Charles
Maurras, exponente de la extrema derecha del país galo. El
liberalismo, tanto en su forma económica como en la política estaba
en una profunda crisis -como vuelve a estarlo a comienzos de nuestro
siglo XXI- , y eran cada vez más los que proyectaban salidas
autoritarias a la misma. De todas maneras, la influencia ideológica
de Maurras se hizo sentir más en la pluma y la militancia de Rodolfo
que en la de Julio, quién hizo una lectura propia de filósofos
conservadores como Burke o Rivarol. Como ha dicho Marcelo Lorenzo,
analizando la obra de Julio Irazusta, puede parecer paradójico que,
“el que admiraba la tradición política empírica de
Inglaterra, y de hecho había estudiado en Oxford, donde quedó
fascinado por Edmund Burke, fue no obstante el implacable censor
argentino del imperialismo británico en el Río de la Plata”, y
“quien pudiendo catalogarse de “conservador”, al punto
de ser influenciado por un Charles Maurras, por un Antonio de Rivarol
o el citado Burke, hacía un planteo “revolucionario” en
Argentina, a la que consideraba subordinada política y
económicamente” (5). No
puede pedirse una lectura más creadora y soberana.
En su imprescindible “Balance de Siglo y Medio”, publicado en
1966, puede leerse a un Irazusta que elogia el “patriotismo”
frustrado del Gral Menéndez -referente de los “colorados”-
frente a un escenario político dominado por la disputa
peronismo-antiperonismo, muy limitada y tramposa para el verdadero
interés nacional, según la óptica del historiador entrerriano.
Esto no le impidió, en un apéndice de notas a la reedición de ese
trabajo en 1972, cuestionar la presencia de Martínez de Hoz en los
gabinetes gubernamentales. Es “uno de los representantes típicos
de la clase de gentes que, entre todos, ha traído al país a la
situación en la que se encuentra”, opinaba Irazusta de Martínez
de Hoz cuando el nombre de éste sonaba para el ministerio de
economía ya en 1966.
Sin
dejar nunca de ser nacionalista y católico, Irazusta no se privó de
criticar públicamente la labor de Jordan Bruno Genta como
interventor de la Universidad Nacional del Litoral durante el
gobierno militar del GOU iniciado en 1943. En el periódico “La Voz
del Plata”, el estudioso de Gualeguaychú criticó el carácter
ideológico de esa intervención, porque “apartaba a los
estudiantes de la revolución”. “La Voz” debió suspender sus
dos números siguientes. Debemos a la investigadora japonesa Noriko
Mutsuki la aclaración de éstas posiciones políticas de Irazusta,
publicadas en 2004 como tesis sobre nuestro historiador.
Lo
que Irazusta rechazaba con toda su fuerza, razonada y
documentadamente era lo que denominaba “el régimen” o la
entrega, es decir la estructura de un sistema político-económico e
ideológico argentino subordinado y cómplice a los intereses del
capital extranjero y del imperialismo. El historiador entrerriano no
estaba en contra de las inversiones extranjeras, lo que cuestionaba
era que las mismas dominen nuestra política económica. Para el
autor del “Balance”, “la entrega es un dogma nacional. Es el
sistema formado en un siglo largo de admitir que la dirección del
país y en gran parte la propiedad de sus fuentes de riquezas se
halla en poder del extranjero… Un país rico como éste no debería
soportar una crisis tras otra si no fuera expoliado desde el
exterior. Desde hace treinta años -hoy podemos ampliar esa cifra-,
sin sufrir guerras, la Argentina progresa lentamente. Gobernaron
liberales y nacionalistas, gente que creía en el desarrollo y en la
ayuda extranjera; adeptos a la libre empresa y partidarios del
estatismo. El resultado: deterioro constante. En suma, la exportación
de ganancias ajenas nos quita la mayor parte del esfuerzo nacional.
Es que el interés privilegiado sigue influyendo en los sucesivos
gobiernos, que siempre se asesoran con los agentes de las empresas
extranjeras, únicos capaces -según Onganía- de asumir la dirección
de la economía nacional… En 1925, Don Juan Ramón Vidal,
conservador correntino, pronunció un discurso denunciando el abuso
que hacían los monopolios frigoríficos ingleses con mayor seguridad
de doctrina que el mismo Lisandro de la Torre, cuando diez años
después De la Torre hacía denuncias aún menos graves que las que
hizo Vidal, éste, que ocupaba una banca al lado suyo, votaba en
contra sabiendo que su adversario tenía razón. Frondizi, que
durante veinticinco años denunció a los monopolios extranjeros, hoy
es el mejor instrumento de ellos. Eso es el régimen”, supo resumir
Irazusta, que no dejó de cuestionar a nadie por su mala política,
incluyendo a Perón, a quién imputaba con los datos en la mano,
haber negociado mal la nacionalización de los ferrocarriles,
permitiendo hacer un gran negocio a los británicos. En “Perón y
la Crisis Argentina” llegó a decir que esa nacionalización con
sobreprecio hacía que Perón repita a Julio Roca hijo.
Cincuenta
años después, Arnaldo Calveyra coincidió a la distancia afirmando
que Argentina es una doncella presa de un gigante, el gigante
de la mediocridad “que misteriosamente la ha poseído” (6).
HISTORIA
Y POLÍTICA: NACIONALISMO PRÁCTICO
“...Pero
ahora, sus exigencias -las de Estanislao López- de un
arreglo
general equitativo que eran incipientes en las
Instrucciones
de Artigas, cuya causa él no había abrazado
por
otra parte sino a medias, comportan bajo la influencia
del
correntino Ferré una revolución de fondo en la economía
argentina,
como que aspira a modificar el régimen instaurado
en
el Plata por los españoles hacía medio siglo y que los
gobiernos
patrios habían conservado y consolidado...”
JULIO
IRAZUSTA
“Estanislao
López o el autonomista por antonomasia”, en
“Ensayos
Históricos”
Los
Irazusta fueron parte de la conspiración golpista contra el gobierno
de Yrigoyen. Y fueron de los primeros en hacer una autocrítica ante
la restauración oligárquica que genero la dictadura comandada por
el Gral. Uriburu en 1930. Y como el propio Julio lo dijo, ésta
autocrítica los llevó -especialmente a él, pero no solamente a él-
a revisar profunda y críticamente la historia nacional, continental
y global. Su estudio y reivindicación de la política de Juan Manuel
de Rosas tendrá un sentido nacionalista -y católico- frente a la
decadente hegemonía liberal en el plano político, económico,
historiográfico y educativo. A Julio Irazusta le interesaba más el
contenido de la política que la forma: no tenía problemas en
definir al gobierno de Rosas como dictadura. Lo pensaba en el sentido
clásico y romano del concepto: como gobierno temporario fuerte por
necesidad. Si la política era positiva para los intereses
nacionales, la forma de gobierno era secundaria.
Si
leemos detalladamente y despacio el trabajo de Julio Irazusta sobre
Rosas, podemos ver que el historiador entrerriano no es un
fundamentalista del caudillo bonaerense. Más bien, destaca su
capacidad de aprendizaje político, de gestión inteligente y
dialéctica de los conflictos, de defensa de la unidad y la
integridad nacional, de cuidado de la economía y de afirmación de
la fe cristiana, los valores y las costumbres del pueblo. Para
Irazusta, la política exterior de un gobierno es la verdadera
política, la que define el sentido nacional de la misma o su
contrario: por ello la resistencia rosista frente al bloqueo
anglo-francés -como toda su política regional- fue un ejemplo de
dignidad soberana, y por ello, para éste intelectual nacionalista,
el país se quedó hasta nuestros días sin un “sistema político
de conducción nacional” tras la derrota de Rosas en Caseros.
Julio Irazusta
Irazusta
tenía claro que había que salir de los simplismos y los
antagonismos prefabricados en la historia argentina, como los de
civilización contra barbarie o el de liberales contra federales.
Explicándonos la influencia creciente de Rosas, su pragmatismo -para
Irazusta, la política es y debe ser una cuestión práctica- y la
capacidad de aprendizaje del Restaurador, presionado por las
circunstancias, el autor de la vida pública del caudillo a través
de su correspondencia nos dice en una nota al pié en el primer tomo
de esa biografía política que, “los motes antitéticos, las
explicaciones sistemáticas, han impedido la comprensión del proceso
constitucional argentino… Baste por ahora indicar que ni las líneas
de civilización y barbarie, ni las de unitarios y federales, ni las
de constitucionales y caudillistas, pueden aclarar el proceso
constitucional argentino”. Y más adelante, repasando los debates
de 1830 que conducirán al Pacto Federal del año siguiente, nos
explica claramente que “BsAs quería el encargo de las relaciones
exteriores y para hacerlo valer, el mantenimiento del privilegio
económico que el librecambio con el extranjero le daba a expensas de
otras provincias contratantes lo mismo que del resto del país; Santa
Fe, Entre Ríos y Corrientes querían hacer de la atenuación o
suspensión del libre cambio la condición sine qua non del
encargo de las relaciones exteriores al gobernador de BsAs...”
LA
ILUSTRACIÓN POPULAR Y LOS TIEMPOS POLÍTICOS
“Sigo creyendo que Urquiza
es, después de San Martín y Rosas,
tal vez el más notable de los
argentinos”
JULIO
IRAZUSTA
“Urquiza
y el Pronunciamiento”
"...No
nos faltan ideales, nos faltan subjetivaciones colectivas.
Un
ideal es lo que incita a alguien a hacerse cargo de los otros.
Una
subjetivación colectiva es lo que hace que todas estas
personas,
juntas, constituyan un pueblo...Un pueblo, en sentido
político,
se constituye siempre a distancia de la forma estatal
del
pueblo..."
JACQUES
RANCIERE
"Cómo salir del odio: entrevista con el filósofo Jacques Rancière"
Amador Fernández-Savater, El Diario.es
10/4/2016
Lo
curioso, decía Irazusta, es que “para el criterio corriente de
nuestra historiografía, libre cambio y civilización son sinónimos.
Para el mismo criterio, Rosas era sinónimo de barbarie. Sin embargo,
Rosas era librecambista”. Está claro entonces que la Ley de
Aduanas de 1835 es producto de la discusión política y la lucha de
intereses, y no generosidad rosista. El liberalismo práctico que se
adapta a los intereses nacionales es aceptable, pero no el
liberalismo dogmático, teoricista y neocolonial, como el de
Sarmiento, el del segundo Alberdi o el de Esteban Echeverría. Para
Irazusta, “entre nosotros, los libros que alcanzaron mayor
difusión, como el “Facundo” y las “Bases”, no son de los que
pueden enseñar como se funda una patria, sino como se la destruye, o
como se la reemplaza por una factoría internacional”.
En
ese mismo sentido, cuestionó la concepción de cultura política y
de ilustración del pueblo que tenían Echeverría y la Generación
de 1837. Irazusta afirma que la “ilustración” abstracta que
proponen los intelectuales liberales no llegará nunca, y que es más
una especulación de “teorizadores de la tutoría”. En su ensayo
“Echeverría y la cultura política”, incluido en el libro “De
la epopeya emancipadora a la pequeña Argentina”, el historiador
entrerriano sostiene que, “la condición de la capacidad necesaria
al pleno ejercicio de la soberanía debe entenderse también
condicionalmente. Es decir, como capacidad probada por un pueblo para
comprender ilustradamente sus propios intereses, no como demostración
de una ilustración cultural abstracta. Y cuando se habla de cultura
política popular, no se puede concebir una masa cualquiera, sino un
pueblo, el cual es, según Cicerón definió al de una verdadera
república, una reunión de hombres, cimentada en un pacto de
justicia y una comunidad de intereses, y no cualquier informe
amontonamiento humano. Hay pueblos que comprenden su propia
conveniencia, que responden a los temas del interés nacional, que
saben resistir a las incitaciones a extraviarse. Y otros que no. Los
primeros tienen la ilustración necesaria para gobernarse, aunque se
compongan de mayorías analfabetas. Los segundos carecen de aquella
capacidad de auto-gobierno, por grande que sea en ellos el índice de
alfabetismo”.
Sería
interesantísimo discutir algún día la relación entre esa
concepción crítica y empírica de la ilustración popular con la
política de Justo José de Urquiza, que incluyó movilización de
fuerzas federalistas y educación pública progresista y científica,
sin abandonar su compromiso con la fe. El problema de Urquiza fue su
impaciencia, dice Irazusta. La discusión sobre la oportunidad o no
que Rosas le hubiera dado al caudillo entrerriano para conducir la
Confederación Argentina quedará para la discusión eterna, máxime
si pensamos que el rosismo tendría que haber cedido, además del
cambio de figuras, al cambio de política que reclamaban los
litoraleños. De todas maneras, hemos visto que para el historiador
de Gualeguaychú, Urquiza siguió siendo uno de los tres argentinos
más notables junto a San Martín y Rosas. Además de elogiarlo como
líder estratégico de la legendaria caballería entrerriana y
litoraleña confederada en la época de la hegemonía rosista,
Irazusta destaca algunos gestos políticos de Urquiza posteriores a
su triunfo en Caseros. “Urquiza -nos dice el revisionista- intentó
reparar algunas de las consecuencias funestas que había significado
para el país su defección de la causa nacional. Resistió a la
cesión de las Misiones Orientales. Trató de no dar el alcance de un
reconocimiento de los derechos brasileños a la garantía del tratado
de límites firmado por Lamas con los imperiales, lo que causó
cierto distanciamiento entre los socios de la triple alianza”.
Urquiza tenía política propia entonces, dentro de los límites del
juego que le permitían las alianzas que buscó para derribar el
centralismo rosista. Su hermano Rodolfo lo había escrito en la
tercera parte de “La Argentina y el Imperialismo Británico”,
cuando dijo que “Urquiza, no que tuviese remordimientos, sino
porque en el servicio público adquiriera un sentido del interés
nacional, rectificaba espontáneamente, en cada acto, en cada palabra
y hasta en cada silencio, los efectos de la triple alianza” con los
imperiales brasileños y con los unitarios, a los que sumó las
milicias orientales.
EL
COMPLEJO DE INFERIORIDAD LIBERAL
“...Dice
Maurras: la libertad económica llegó, por rápida
deducción
a la célebre libertad de morirse de hambre...”
JULIO
IRAZUSTA
“Las
libertades del liberalismo”, en
“La
Política, Cenicienta del Espíritu”
“¡Por Dios, nada de gobernantes filósofos!”
JÜRGEN
HABERMAS
Reportaje
de Borja Hermoso para el diario
El
País de Madrid, 10/5/2018
Las
gran contradicción política y económica del gobierno confederal de
Urquiza -señaló Julio Irazusta- residió en la presencia de dos
ideas antagónicas: el liberalismo de Alberdi que estaba en su
segundo momento político e ideológico -ya repasaremos el primero- y
que no dejó de ser un buen representante de la Confederación
Argentina en el exterior en un tercer momento, y la política que
impulsaba el empresario Mariano Fragueiro -después ministro de
hacienda urquicista- de generar un desarrollo económico propio en
base al crédito público. La clave hubiera sido, según el autor de
la “Vida” de Rosas, ir en el sentido del camino que proponía
Fragueiro, que se frustró, sobre todo cuando Urquiza decidió
retirarse en Pavón (1861) y entregarle todo el poder a la burguesía
porteña.
Los
liberales argentinos impulsaron desde siempre la idea de que nuestro
pueblo es incapaz de desarrollarse en forma independiente por sus
supuestas limitaciones y defectos. En realidad, esas limitaciones son
propiedad exclusiva de los propios sectores dominantes, que siempre
han debido tener aliados y padrinos extranjeros -los supuestos dueños
del progreso que hay que admirar- para poder llenarse los bolsillos y
mantenerse en el poder. El pueblo -con sus virtudes y sus defectos-
se las ha arreglado bastante bien, a pesar de tantas estafas
políticas y económicas que ha sufrido, y su capacidad de
resistencia, resilencia y solidaridad ha llegado a veces a límites
insospechados. Esa idea falsa, dañina, contagiosa y maldita generada
por la intelligentsia liberal ha sido explicada por Raúl Scalabrini
Ortiz y los historiadores revisionistas como la creación ideológica
ficticia de un “complejo de inferioridad nacional”. Es una idea
desgraciada, producida para que el país sea funcional al saqueo, a
la entrega y a la resignación. Todos los pueblos del mundo tienen
aciertos y errores, cuestiones positivas y negativas, todos, y nadie
puede dormirse ni en lamentos ni en laureles.
En
varias ocasiones, don Julio Irazusta señaló que el pueblo argentino
y sudamericano fue más inteligente, digno y decidido que sus propios
dirigentes, y con ello afirmó una epistemología alternativa de
nuestra historia que habría que profundizar. En un ensayo sobre
Charles Maurras, y haciendo una lectura política propia de las ideas
del activista monárquico y conservador de la “Acción Francesa”,
Irazusta nos dice que la enseñanza que hay rescatar de Maurras es su
empirismo, su visión práctica de la historia, las costumbres, la
política y la sociedad. En ese sentido, aunque el maestro francés
fuera monárquico, en Argentina se debe ser republicano, porque en
nuestro país y nuestra región, “el elemento popular mostró
hábitos mejores y erró menos que los jefes o las altas clases en
cumplir sus deberes respectivos, en los varios siglos de existencia
que se pueden atribuir a la comunidad argentina”. Recordando la
resistencia que los pueblos de las misiones jesuíticas llevaron
adelante hacia 1750 contra el Tratado de Permuta -que cedía una
parte de nuestro territorio en la era colonial- firmado por los
españoles con el imperio portugués, el historiador entrerriano
afirma que, “el pueblo rioplatense, colonial e independiente,
siempre fue más capaz de comprender los programas de
engrandecimiento nacional que sus dirigentes de proponérselos, o de
realizarlos por iniciativa propia”. ¡Y ésta clave brillante para
entender la historia desde la lucha del pueblo con o contra sus
dirigentes la está desarrollando desde una lectura de Charles
Maurras!. Esa clave tal vez se amplía entrelineas cuando leemos las
desobediencias políticas y sociales que se dieron en las Provincias
Unidas del Sur y en toda la macroregión, entre 1815 y 1820. Esas
desobediencias constructivas y rebeldes hicieron de la Argentina una
república y no una monarquía o un principado extranjero, tal como
lo planeaban los gobiernos porteños. Esas desobediencias
cuestionaron al propio San Martín, cuando el 9 de enero de 1820 el
Batallón 1ro de Cazadores se pronuncia en San Juan al grito de
“¡Viva la Federación, muera el tirano San Martín!”, tal como
lo repasa el propio Irazusta en su “Breve Historia de la
Argentina”. Esas desobediencias, esas dignidades, esa inteligencia
popular evitó que la grandeza del Ejército de los Andes terminara
siendo cómplice de una restauración monárquica en BsAs.
Por
lo demás, Irazusta dijo que todos los gobiernos son monárquicos,
aristocráticos y democráticos a la vez, porque todos tienen un
liderazgo, un equipo de funcionarios que administran las decisiones y
los intereses, y cierta adhesión o consentimiento popular. La
definición política del carácter de cada gobierno se dará según
hacia donde se incline la balanza del poder en el marco de estas tres
dimensiones estructurales. Paradojas de la política: los críticos
de la lectura que Irazusta hizo de la “Encuesta sobre la Monarquía”
de Maurras se encuentran con que a principios del Siglo XXI, el país
con mejor Indice de Desarrollo Humano del mundo es Noruega: una
monarquía parlamentaria gobernada por años de inteligencia
socialdemócrata. Es importante repensar hoy los aportes de Irazusta
y de los intelectuales nacionalistas en el marco de los debates que
se vienen dando en la filosofía política contemporánea, y en el
marco de la nueva crisis -y dramática en algunos casos- del estado
de derecho liberal-burgués y de la unión regional a espaldas de los
derechos populares: Jürgen Habermas y varios teóricos alemanes han
escrito sobre el necesario “patriotismo constitucional” y Andrés
Rosler, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de BsAs
desarrolló su análisis sobre la doctrina republicana del
patriotismo en la Nueva Revista Socialista. José Aricó propuso
releer, en la difícil y condicionada vuelta a la democracia formal
(1983), el concepto de lo político del polémico Carl Schmitt. El
diálogo de ideas entre Irazusta-Habermas-Aricó puede ser
interesante y productivo, porque tanto Argentina como Alemania han
tenido que sobreponerse a dictaduras brutales que hablaban con un
tono patriotero tan cínico como criminal, y porque está visto que
la concepción liberal de lo político no nos lleva muy lejos (7).
ALBERDI,
LA CIVILIZACIÓN Y LA FE COMÚN QUE NECESITAMOS
“...El
problema esencial de la crisis argentina, que no fue
provocada
por un gobierno determinado sino por un
sistema
contrario al interés nacional...”
JULIO
IRAZUSTA
Breve
Historia de la Argentina
En
sus apuntes críticos sobre Alberdi, publicados en 1968 por la
Editorial Universitaria de BsAs como parte de unos “Ensayos
Históricos”, Irazusta va a fondo en el análisis del devenir
teórico y político del notable intelectual tucumano, sin perdonarle
su oscilación entre el historicismo filosófico y el
internacionalismo liberal iluminista, y mucho menos, la de haber
abandonado la línea política propuesta por el propio Alberdi en su
magistral “Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”,
publicado en 1837 como apoyo constructivo y dialéctico al gobierno
de Rosas.
El
joven autor del Fragmento -Alberdi tenía 27 años en éste primer
momento de su trayectoria- parecía comprender que el desarrollo de
cada pueblo está ubicado en su contexto y su proceso histórico
específico, pero por otro lado estaba tironeado por las ideas
universalistas del racionalismo ilustrado europeo y liberal. Las
lecturas y las influencias de Alberdi son contradictorias: Coriolano
Alberini supo decir -y ésto lo explicaba Fermín Chávez- que en esa
obra de 1837 puede verse un iluminismo en los fines y un historicismo
en los medios. El Fragmento con profundas páginas historicistas dio
lugar un año más tarde a un Alberdi exiliado en Montevideo que
justificaba el bloqueo francés al gobierno de Rosas como parte del
necesario desarrollo de esa “civilización” y de esa
“ilustración”. Irazusta no le perdonaba ese vuelco político.
De
todas maneras, el historiador entrerriano reconocía que esa obra
alberdina era la manifestación más notable del pensamiento
filosófico en la Argentina del Siglo XIX. Y cita una brillante
página del Fragmento, donde el tucumano hace un diagnóstico
histórico profundo de la situación nacional -recordemos que estamos
en 1837- y plantea la necesidad de forjar una “fe común”, porque
ésta termina siendo tanto o más importante que los cambios
políticos y materiales o económicos y técnicos. La lucha, la
reforma, es educativa, cultural, intelectual, moral y espiritual y no
solo política y económica. Dice Alberdi y cita Irazusta:
“...Toda
revolución material quiere ser fecundada, y cuando no es la
realización de una mudanza moral que la ha precedido, abunda en
sangre y estirilidad de vida y progreso. Pero la mudanza, la
preparación de los espíritus, no se opera en un día. ¿Hemos
examinado la situación de los nuestros? Una anarquía y ausencia de
creencias filosóficas, literarias, industriales, sociales los
dividen. ¿Es peculiar de nosotros el achaque? En parte; en el resto
es común a toda la Europa, y resulta de la situación moral de la
humanidad en el presente siglo. Nosotros vivimos en medio de dos
revoluciones inacabadas. Una nacional y política que cuenta
veintisiete años -hoy son más de dos siglos-, otra humana y social
que principia donde muere la Edad Media, y cuenta trescientos años
-hoy vamos por más de quinientos-. No se acabarán jamás, y todos
los esfuerzos materiales no harán más que alejar su término si no
acudimos al remedio verdadero: la creación de una fe común”.
Nadie
va a discutir aquí que tanto Alberdi como buena parte de los
intelectuales y políticos “próceres” del Siglo XIX pecaron de
racismo. Su desprecio por el indio y el gaucho en las “Bases”
paradójicamente se transforma en valoración, cuando le recuerda a
Mitre los “bárbaros” que se jugaron la vida por la independencia
sudamericana. Es decir, que su fe filosófica tuvo ciertos límites
que tal vez no hayan sido superados del todo por nuestra sociedad. De
todas maneras, es muy estimulante repensar estas ideas de Alberdi
revisadas por la historiografía nacionalista a la luz de otros
aportes y debates generados por el pensamiento contemporáneo, tal el
caso de la sociología comunitarista y la filosofía comunitaria del
derecho, encarnada en los trabajos de autores como Robert Bellah,
Alasdair MacIntyre y sobre todo, por Charles Taylor. ¿Cómo no ver
una relación productiva entre la noción de fe común
republicana y la de horizonte de significación compartido,
pensada por Taylor?. Se trata de lograr una integración -que no es
tarea fácil- democrática entre el derecho y los valores, de la
promoción de las libertades civiles y religiosas en toda su
extensión, como consignaban las Instrucciones artiguistas de 1813
como parte fundamental del proyecto político de una república
soberana y federal.
En
este sentido, y aunque a algunos pueda parecerles sorprendente, en
una entrevista que le realizaron en mayo de 2018, y ante la pregunta
por el desarrollo posible de un islam ilustrado y europeo, Habermas
explicó que “en la
República Federal de Alemania nos esforzamos por incluir en nuestras
universidades la teología islámica, de manera que podamos formar
profesores de religión en nuestro propio país y no tengamos que
seguir importándolos de Turquía o de otros lugares. Pero, en
esencia, este proceso depende de que logremos integrar verdaderamente
a las familias inmigrantes. No obstante, esto no alcanza ni mucho
menos a las oleadas mundiales de emigración. La única manera de
hacerles frente sería combatir sus causas económicas en los países
de origen”.
Tan
memorable, profundo y actual como el diagnóstico de Alberdi, es el
cierre crítico que Irazusta le da a su ensayo sobre el futuro autor
de las Bases. Después de recomendar la lectura de Scalabrini Ortíz
para pensar la consecuencia de la gran apuesta de los liberales por
la entrega con los brazos abiertos a los capitales de la
“civilización”, concluye el historiador de Gualeguaychú que,
“por el afán de fomentar el desarrollo material de cualquier
manera, aunque fuese en provecho ajeno, del país como entidad
colectiva abstracta, se sometió a sus hijos como individuos a un
tratamiento de recua trasladable, expulsable, explotable, mestizable
y domesticable a discreción. Y hoy la evolución preconizada por
Alberdi ha cumplido su ciclo de tal manera que la Constitución para
cuyo establecimiento se sacrificaron varias provincias y regalías
nacionales, o no se cumple, o se cumple en lo que no es beneficiosa
para el pueblo argentino; que el pueblo argentino ha trabajado para
acumular riqueza y su fruto capitalizado está en manos de la finanza
internacional, que exporta su renta anual y pide gratitud por esa
riqueza que dice haber traído al país que ha sangrado durante
ochenta años sin piedad; que el país tiene teléfonos,
ferrocarriles y todo el etcétera de que hablaba Alberdi en la década
que precedió a la caída de Rosas, pero nada de eso es riqueza
nacional, sino, por el contrario, elemento de opresión económica
(cuando no política) del país, pues las tarifas diferenciales
enteramente arbitrarias fomentan o matan la industria naciente, según
convenga a los intereses de la finanza internacional; que los conatos
creadores de industria nacional, si han pasado inadvertidos hasta
lograr éxito, son a posteriori saboteados miserablemente por la
colaboración entre el Estado colonial y los altos organismos
financieros internacionales que dominan a aquél, para acreditar la
noción de que el criollo no sirvió, no sirve ni servirá jamás
como administrador eficiente de un organismo técnico moderno, y
hacerlos volver al control del que habían escapado; y si son
advertidos en el comienzo, el sabotaje les entorpece la marcha antes
que se afiancen; que en suma, el pueblo ha sido llevado a la opresión
bajo la bandera de la libertad”.
LA
EDUCACIÓN ECONÓMICA Y UN SENTIDO ARTESANAL PARA EL TRABAJO
“...Tener
“autoridad” es algo más que ocupar un lugar honorable en
una
red social. Para el artesano, la autoridad reside igualmente
en
la cualidad de sus habilidades. Y en el caso del orfebre,
las
buenas habilidades que establecía la autoridad del maestro
eran
inseparables de su ética”
RICHARD
SENNETT
“El
artesano”
“...Porque
los príncipes destronados hoy, no vuelven
a
la producción. Pobrean en el interregno en espera
del
desquite, pero jamás se les ocurrirá trabajar.
Y
todo lo paga el Estado...”
JULIO
IRAZUSTA
“El
liberalismo y el socialismo. Dos efectos de
la
misma causa; dos causas del mismo efecto”, en
“Estudios
Histórico-Políticos”
Eduardo
Godoy es un paranaense que encontró la solución
para
ahorrar en el costo de la tarifa eléctrica y ahora, solo
paga
el costo de mantenimiento del servicio de energía en
su
vivienda. Construyó un generador eólico de energía y
logró
pasar de pagar 10 mil pesos por la electricidad en su
casa,
a apenas, 250 pesos…"Lo que vos quieras podes
conectar",
afirmó…"ojalá, todas las familias podrían tener
uno
en su casa para ahorrar. También lo podrían tener los
negocios
para no tener que tirar la mercadería cuando se les
corta
la luz", resaltó..."Puede no haber viento por una
semana
y podes seguir teniendo luz porque la energía está
acumulada",
explicó Eduardo…"por 40 años no me
preocupo
por su mantenimiento. Recién después de ese
tiempo,
tengo que cambiar los rulemanes del molino" ...”
“Construyó un generador de energía para su casa
y ahora, paga $ 250 por la luz”
El
Once Digital, Paraná, 4/2/2019
Uno
puede hoy estar en desacuerdo con ciertos planteos hispanistas,
rosistas, religiosos y conservadores de Irazusta pero no se puede
negar el valor y la actualidad de muchos de sus razonamientos y
diagnósticos. En “La educación económica del argentino”
insiste en cuestionar duramente a aquellos ideólogos que culpan de
todos los males a la “falta de educación económica” de nuestros
pueblo. “Con el cuento -dice el historiador- de que nuestros
compatriotas no sabían hacer nada ni dirigir nada de lo que
constituye la actividad de un pueblo moderno, el extranjero empezó
por adueñarse de casi todo lo que el esfuerzo criollo había creado,
para llegar más tarde a quedarse con casi todo lo que es riqueza
natural en esta privilegiada región del mundo”, agregando que, “a
esa falta de educación económica y no a las turbias maniobras de la
finanza internacional atribuyen los agentes locales de esta última
el origen de la estructura colonial de nuestro país”. Para el
referente nacionalista, ésto era un “racismo avant-la-letre”.
Esta
educación práctica del pueblo elogia Irazusta cuando analiza la
invención porteña del colectivo como nuevo medio de transporte en
el marco de la crisis de 1930, cuestionando al gobierno que después
entregó el colectivo a la corporación en vez de reorganizar el
transporte metropolitano en base a esa originalidad porteña.
“Conservando el régimen de la institución original, en vez de
proletarizar a los siete u ocho mil colectiveros actuales...se podría
haber dado a catorce o dieciseis mil obreros la condición del
artesano, dueño de su herramienta de trabajo y beneficiado por un
nivel de vida superior a la del simple trabajador manual con todas
las consecuencias económicas y sociales que de allí saldrían para
bien de la comunidad”. “El Artesano” es justamente el título
de un libro del sociólogo Richard Sennett, publicado en 2008, donde
reivindica el trabajo artesanal, en sentido amplio y en distintas
formas, dedicado, pleno de sentido y social, frente a la
virtualización generada por el capitalismo postmoderno.
Irazusta
planteaba que lo primero que había que nacionalizar es el Estado, es
decir el sentido político de la orientación y la estructura del
mismo. Su realismo profundo lo llevó a cuestionar tanto los
fundamentos del liberalismo como los del socialismo real, que en su
época representaba el modelo ruso mal llamado soviético. “El
socialismo se desarrolló como resultado de una rebeldía justa”,
afirmó el entrerriano en su trabajo “El liberalismo y el
socialismo. Dos efectos de la misma causa; dos causas del mismo
efecto”, agregando además que “el acierto de Marx se limitó a
la parte crítica de su obra”. Pero en el fondo, ambas filosofías
políticas pertenecen a la misma matriz ideológica: “el socialismo
no es ni más ni menos que un parásito del capitalismo, que es el
producto genuino, o más bien la esencia del liberalismo político”.
Irazusta amplía su crítica diciendo que “el socialismo es un
régimen exclusivamente de consumo”, cuestionando la
improductividad y la inequidad que genera la posesión en común de
los medios de producción. En 1989 cae el Muro de Berlín, y el
derrumbe del denominado comunismo soviético le da algunas razones a
los nacionalistas como Irazusta.
PRUDENCIA,
BIEN COMÚN Y BUEN VIVIR
“...El
presidente de México estableció en Mocorito, en el estado
de
Sinaloa, que "la
felicidad no solo es acumular bienes
materiales,
las alhajas, la "troca" (camioneta),
ni el lujo
barato.
La
verdadera felicidad es estar bien con uno mismo,
estar
bien con nuestra conciencia y estar bien con el prójimo,
esa
es la verdadera felicidad...”
"Sólo siendo buenos, podemos ser felices":
la postura de López Obrador y su "Cartilla Moral"
INFOBAE,
28/1/2019
Hay
intelectuales de izquierda que, años después, dirían cosas
parecidas -salvando las distancias-: allí están, por ejemplo, los
notables estudios de Alvaro García Linera -electo vicepresidente de
Bolivia en 2005- sobre la necesaria complementación de la teoría
marxista del valor con la del valor/comunidad generado por la forma
de vida de nuestros pueblos nativos sustentada en su ética del buen
vivir. Pueden agregarse los estudios de Ulrich Brand, Ulrich Beck y
de Susan Buck-Mors, entre tantos otros. Irazusta afirmaba que el
espectáculo del progreso y el consumo “está a punto de dejarnos a
todos en una condición peor que la de antes. Se ha prodigado
universalmente lo superfluo, y lo necesario amenaza faltar por mucho
tiempo”. Castoriadis supo escribir más tarde sobre el avance de la
insignificancia y Baumann sobre la modernidad líquida.
Irazusta
rechazaba los estados privatistas, porque “quedan en terrible
inferioridad de condiciones frente a las naciones superdesarrolladas,
donde el Estado siempre interviene en la vida económica, cuando no
en el interior, para apoyarla a fondo en el exterior”. Para el
historiador, el Estado “puede promover y acometer tareas fuera de
su esfera específica, cuando el pueblo carece de iniciativa para
desarrollar una economía compleja, según las exigencias de la
evolución histórica”. En “Balance de Siglo y Medio”, la
figura que éste intelectual nacionalista destaca como político
práctico e inteligente estratega en la defensa de los intereses del
país es el Gral Enrique Mosconi, quién condujo de forma
irreprochable, el desarrollo del petróleo argentino en la primera
mitad del Siglo XX. ¿No es similar al admirado modelo político
noruego en los comienzos del siglo siguiente?.
Julio
Irazusta quería una política nacionalista seria y práctica, un
Estado activo y estratega, que cuide los recursos, que vigile al
mercado y que no ahogue la iniciativa privada nacional. Hay elogios
al laborista británico Bernard Shaw en sus páginas. Siguiendo a
Santo Tomás de Aquino y a Aristóteles, exigía prudencia política
-la actuación justa y adecuada- para lograr el bien común, al que
la Constitución Pastoral Gaudium et Spes (1965) definió como “el
conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las
asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más
fácil de la propia perfección”. La prudencia equitativa como
sabiduría práctica fue idea también del filósofo francés Paul
Ricoeur. La prudencia equitativa puede ser hoy un puente entre las
ideas de Irazusta y las de Arturo Sampay. Por lo demás, en 2014 la
Academia Sueca entrega el Premio Nobel de Economía al también
estudioso galo Jean Tirole. En 2016, Tirole publica un libro titulado
“La Economía del Bien Común”. Las ideas de Irazusta pueden
pensarse también en relación a las concepciones de Martha Nussbaum
y Amartya Sen sobre la creación de capacidades para un desarrollo
más humano. La sustentabilidad en serio de la actividad económica y
las energías alternativas probablemente sean otra clave para pensar
mayor independencia política en nuestro tiempo. Otro tema sería
pensar que líderes y fuerzas políticas expresan, a nivel nacional y
continental, los valores irazustianos.
UNA
HONRADEZ HEROICA Y EL LEGADO DE LOS LIBROS
“...El
patriota argentino que aspire a servir el país
mejor
que nuestros románticos padres debe
superarlos
en filosofía y armarse de una resolución
a
prueba de fracasos, para triunfar con la verdad o
dejar
un ejemplo que facilite la empresa de nuestros
hijos
o de nuestros nietos...”
JULIO
IRAZUSTA
“Osvaldo
Magnasco y su denuncia de los
abusos
cometidos por el capital británico”, en
“Estudios
Histórico-Políticos”
El
gran historiador de Gualeguaychú nunca dejó de tener esperanza en
el logro del cambio político necesario. Apuntó a los jóvenes:
“tengo la esperanza -dijo en un reportaje que le realizaron en
1969- de que la nueva generación, al estar bien informada,
esclarecida, sobre los errores del pasado, sepa actuar mejor. Esa es
la función de los hombres que reconstruyen el pasado: dar la verdad
para que ella evite repetir las grandes equivocaciones nacionales”.
Y las páginas finales de su “Balance de Siglo y Medio” anima a
pensar la transformación necesaria, recordando ejemplos que nos ha
dado la historia mundial sin dejar de reconocer las dificultades que
nuestra sociedad tiene que enfrentar.
El
último capítulo de éste libro cierra con una muestra de cambio a
fondo generada durante el reinado de Enrique IV de Francia. Dice
Irazusta que, “el proceso de reacción tal como se ha producido en
la historia se efectúa de esta manera: un gobierno nuevo, encabezado
por un jefe de antecedentes intachables, muestra desde su primer día
una honestidad heroica o corneliana, vale decir que no conoce padre o
hijo, hermano o hermana. Caso típico, el ministro de hacienda de
Enrique IV de Francia, que refundió en la cárcel a un hermano suyo,
empleado de aduana, que era cómplice de los contrabandistas. Ese
ejemplo haría que nadie se llamara a engaño sobre la voluntad de
sanear la administración. Y en poco tiempo, la vigilancia de la
inversión del presupuesto permitiría equilibrarlo, sin necesidad de
rebajar los sueldos, ni echar a nadie a la calle, ni de subir los
gravámenes. Las partidas secretas, que se destinan exclusivamente a
comprar conciencias y a hacer propaganda oficial, y son ingentes,
deben ser eliminadas. Las licitaciones abultadas por los contratistas
para cubrirse de las demoras del Estado mal pagador, se rebajarían
en cuanto el gobierno, con su esfuerzo moralizador total, se pusiera
en condiciones de cumplir fielmente con todos sus compromisos.
Equilibrado el presupuesto, el gobierno debería anunciar una rebaja
impositiva sustancial, para aliviar al productor y reactivar el
comercio. Por supuesto que en el primer momento, esa reforma
reduciría la recaudación fiscal. Pero a la vuelta de pocos meses se
podrían cosechar los frutos de una medida de esa especie, que
siempre y en todas partes se ha producido a consecuencia de la rebaja
impositiva: el aumento de la materia imponible y del producido de los
impuestos. Para hacer el puente entre esos dos momentos, el gobierno
que hubiese mostrado su decisión heroica de administrar honradamente
y de cortarles las uñas a todos los ladrones públicos, podría
apelar al crédito interno...”
Y
cierra Irazusta ese trabajo reiterando el ejemplo francés en sus
“Condiciones para una solución”. “La crisis -nos dice- tiene
causas anteriores a la corrupción generalizada que el país sufre;
pero sin duda ha pasado ahora a ser su principal característica,
según módulos espirituales que se han dado y repetido en los
grandes países civilizados. Para no citar sino un ejemplo, la
Francia de Enrique IV, al cabo de tres ignominiosos de los Valois,
había puesto a ese gran pueblo en situación que parecía
irremediable. La inmoralidad entronizada en la cumbre del Estado
parecía haber hecho de la nación, que había tenido santos
coronados, una Sodoma o una Gomorra. Y sin embargo, Enrique IV la
saneó en cuanto subió al poder, y al cabo de diez años de reinado
dejó una situación tan floreciente, que la imaginación popular la
sintetizó en dicho proverbial: que en cada hogar francés había una
gallina en la olla. ¿Cómo se operó el milagro? ¿Por la sabiduría?
Ni el rey ni su gran ministro Sully eran sabios. Pero eran héroes.
Eran los hombres de encargo para salvar a los países en crisis
moral, según el aforismo de Santo Tomás cuando decía: que nos
enseñe el sabio, pero que nos gobierne el prudente. La prudencia, en
medio de todas las otras virtudes que adornan al héroe, es la que en
él preside las demás”. Como decía Vico, remata el historiador
entrerriano, “los obstáculos suelen ser oportunidades para las
naciones afortunadas”.
Un
Centro Irazustiano reivindica al autor del Balance y de la Vida de
Rosas en su pueblo. Un Centro de Extensión con su nombre se
desarrolla en la Universidad Católica de La Plata. En 1982, el Prof.
Carlos Massini escribe -puede leerse en internet- sobre “Julio
Irazusta; pensador político y visionario”, como homenaje para la
Revista de la Universidad de Mendoza. En 1995, el Centro de
Estudiantes de Ciencias Políticas de la UCA -Universidad Católica
Argentina- publica “La teoría política de Julio Irazusta”, de
Enrique Díaz Araujo. En 1999, Huemul reedita su “Breve Historia de
la Argentina”, que puede pensarse como una nueva toma de la palabra
frente a un contexto claramente antinacional. En 2007, el Prof. Juan
Fernando Segovia repasó la obra del intelectual entrerriano en el
Nro.42 de la Revista de Historia Americana y Argentina de la
Universidad Nacional de Cuyo, cuestionando las interpretaciones de la
historiadora japonesa Mutsuki. El título de su comentario es
“Debate: de la crítica al texto. Julio Irazusta
malinterpretado”, y la publicación puede leerse libremente en
internet. En 2012, Ediciones La Ley publica “Política e Historia
de Julio Irazusta”, un conjunto de ensayos dirigido por Marcelo
Ramón Lascano. No podemos olvidar, antes de finalizar nuestro breve
repaso por la obra de éste gran historiador de nuestra provincia, la
labor de su esposa, Mercedes “Mecha” Aguilar Vidart, quién
después de mucho bregar, pudo poner en marcha la carrera de
Educación Especial en el ISPED, Instituto Superior de
Perfeccionamiento y Especialización Docente en la ciudad de
Gualeguaychú, en 1966. Los más de diez mil libros de la gran
biblioteca de Don Julio Irazusta y sus cientos de carpetas de trabajo
son hoy un extraordinario Fondo Documental del Instituto de
Profesorado Sedes Sapientiae de su ciudad natal (8).
UNA
HISTORIADORA PARA LA ACADEMIA. UNA REVISORA INCÓMODA
“...Dejó
de ser Urquiza, para mí, el general victorioso,
para
verlo como gobernante visionario y eficaz...”
BEATRIZ
BOSCH
“Discurso
y Contexto: laconstrucción del proceso de
Organización
Nacional y la Figura de Urquiza
(1850-1870)
en la obra de Beatriz Bosch, Entre Ríos
1940-1980”
María
de los Ángeles Rodríguez y
Aixa
Noemí Mega (UAdER)
“...Julio
Irazusta me dijo, que la timidez se va con los años,
este,
en mí no, por ahí aparecen ciertos rasgos...”
BEATRIZ
BOSCH
Entrevista
de Aixa Mega
7/12/2006
Cuando la Editorial Universitaria de BsAs publica “Urquiza y su
tiempo” en 1971, la trayectoria historiográfica y docente de
Beatriz Bosch era importante y reconocida. La obra estuvo lista cinco
años antes, pero los complicados tiempos del país la hicieron
esperar: sale a la luz cuando la Prof. Bosch ya era rectora del
Profesorado de Paraná, ubicado en la Escuela Normal. A fuerza de
estudio, dedicación y empeño de su espíritu, la historiadora se
fue haciendo un lugar en la ciencia social dominada hasta ese tiempo
por los hombres.
Su inquietud de estudiante avanzada y de maestra normalista chocó
con los límites de la realidad económica y se frustraron sus
proyectos de perfeccionamiento académico en BsAs y en Europa. Lo
suplió con una extraordinaria dedicación al trabajo investigativo,
docente e historiográfico. La aventura pedagógica que inició
enseñando Historia de Roma -cuando los profesorados eran parte de
Ciencias de la Educación de la UNL en Paraná- termina con la
investigación histórica más reconocida sobre Justo José de
Urquiza. La propia estudiosa recordó en una entrevista sus primeras
lecturas, y se encuentro con la historia provincial de Benigno
Teijeiro Martínez. Dice la Prof. Bosch que, “entre los textos de
mis hermanos mayores, junto al inevitable Grosso y al Malet, encontré
el segundo tomo de la Historia de Entre Ríos, de Benigno Tejeiro
Martinez. Enseguida lo devoré, al punto de saberlo poco menos que de
memoria, Martínez murió cuando yo concluía la escuela primaria.
Esa mañana hubo asueto escolar en su homenaje. Mis compañeritas,
ignorantes de la causa del descanso imprevisto brincaban de
contentas. Yo si lo sabía, pero no sospechaba por cierto, que medio
siglo después mi nombre también aparecería en la cubierta de una
Historia de Entre Ríos”
Sus
ideas liberales la llevaron a fuerte enfrentamientos con el
peronismo. Con el gobierno de ésta fuerza política, Bosch fue
bajada de categoría en el sistema educativo y al final, tras su
rechazo al manoseo, fue cesanteada. Sobrevivió vendiendo guantes de
goma y después empezó a escribir colaboraciones en El Diario de
Paraná y más adelante en La Prensa y en La Capital de Rosario. Con
el golpe de 1955 pudo retomar su trabajo docente en el Profesorado.
Reconocía a José Luis Busaniche y a Emilio Ravignani como sus
maestros intelectuales. Con éste último se había desarrollado la
Nueva Escuela Histórica, que progresaba académicamente a pesar de
los embates del pensamiento revisionista. Cuando a la Prof. Bosch le
consultaron sobre el revisionismo, contestó con fuerza que, “una
vez me preguntaron si yo era Revisionista, entonces le dije que sí
pero no en el sentido que le dan los revisionistas, esos
revisionistas de comité que, que son partidarios de Hitler y
Mussolinni y tratan de buscar antecedentes criollos acá en el país,
digo soy un revisionista no acepto el criterio de autoridad y voy
directamente a la fuente documental, eso es lo que le dije. En ese
sentido sí soy revisionista porque por ejemplo he tenido un poco de
lucha en Entre Ríos que hablan de la Delfina y que esto y el otro, y
como yo he dicho quien era la Delfina me han atacado muchísimo”.
La
historiadora paranaense dejó claro, hasta el final de sus días, que
lamentaba la traición de Ramírez al movimiento artiguista, y
subrayó también que una de las cosas que más le conmovían de la
política de Urquiza fue su impulso a la educación como la
preocupación por la formación y el bienestar de sus hijos que, se
sabe, fueron unos cuantos. “Urquiza -dijo
la investigadora en otra entrevista realizada
por Ricardo Bazán-
tuvo sobre todo un interés único por la educación y por la
educación de sus hijos, fue querido y respetado por sus hijos, ellos
les mandaban dibujos, les escribían, hay un detalle muy gracioso:
una de sus hijas, la nena de 4 o 5 años le manda un dibujo, y se da
en los días de Caseros, estaba lleno de gente pero sin embargo se
las arregló para contestarle y mandarle un regalo, una muñeca, así
era con sus hijos y se preocupó también de su hijo doctor”. María
Esther de Miguel le dedica a esta gran docente entrerriana su novela
“El General, el Pintor y la Dama”, publicada
en 1996, en un momento donde la lectura
de la historia grande empieza a quedar
resignada a las páginas de indiscretas novelas.
UNA
PROFESORA RIGUROSA, ABIERTA Y VALIENTE
La
historiadora que planteó que su materia debía ser “arte, ciencia
y filosofía”, partió a BsAs tras la muerte de su madre y allí
falleció en 2013 a una edad centenaria. Entre
1969 y 1973 fue rectora del Profesorado paranaense. Su ex alumno
(entre 1957 y 1958) y después colega en esa
institución, Juan Antonio Vilar, la
recuerda con mucho respeto. En primer lugar, el rigor intelectual no
implicaba cerrar la puerta a otras miradas. Dice Vilar que, “desde
su posición de investigadora erudita ella era muy democrática, y
finalmente, era accesible a pesar de que la primera impresión que
uno tenía señalaba lo contrario. Era muy seria, muy rigurosa, y por
lo tanto, por su manera de ser, parecía poner distancia desde un
principio. Puedo garantizar su carácter democrático y tolerante
porque en alguna oportunidad yo le plantié
un punto de vista distinto al suyo en plena cátedra y ella me lo
admitió perfectamente bien”. Los valores
de Beatriz Bosch no se quedaban en el aula. Dice nuestro querido y
admirado profesor que, “hay algo más que
demostraría su valentía: cuando a mí me llevaron preso en 1976 y
algunos profesores y colegas hicieron circular una nota pidiendo por
mi persona, una de las profesoras que firmó con todo gusto y con
todo el riesgo que implicaba en la época del proceso militar
arriesgarse de esa forma, fue ella” (9).
La
Prof. Bosch se quedó en BsAs estuvo
contenta de cómo se habían desarrollado
las cosas en su vida personal, intelectual y laboral. Igualmente,
lamentó algunas actitudes de sus coprovincianos. “Me
ignoraron y dijeron disparates de mí” algunos en Entre Ríos, supo
decir. Su destino, en ese sentido, se parece al del gran caudillo que
estudió y reivindicó. En 1999 dirigió la publicación de la Nueva
Historia de la Nación Argentina. Recordemos que fue la primer mujer
en ingresar en la Academia Nacional de la Historia, en
1965. En 1987, 1992 y 2005, la Provincia de
Entre Ríos le entregó las
merecidas Medalla
de Oro y la Legión al Mérito Entrerriano. El homenaje es justicia,
a pesar de que quienes se lo entregaron tal vez sólo hayan leído el
capítulo que la Prof. Bosch le dedicó a la retirada de Urquiza en
Pavón.
Beatriz
Bosch legó los cuarenta mil libros de su extraordinaria biblioteca
al Estado entrerriano. Ese capital cultural enriquece
hoy la Biblioteca Provincial de Paraná junto al legado de Antonio
Serrano y otros grandes estudiosos y referentes de nuestra cultura.
Su “Urquiza” ya es un clásico de la bibliografía sobre el
caudillo entrerriano y su época. “La
Nación Argentina nace en 1851”, afirmó la investigadora. Su
posterior “Historia de Entre Ríos” (1978) abre una perspectiva
de historia provincial crítica e integral, que hay que retomar y
profundizar.
URQUIZA Y NUESTRO TIEMPO
“...Ni siquiera he leído
nuevamente mis propios libros,
ni
siquiera Urquiza
y su Tiempo...”
BEATRIZ
BOSCH
Entrevista
de Aixa Mega
7/12/2006
¿Cómo
pensar hoy el trabajo de Beatriz Bosch sobre Urquiza? ¿Qué lectura
podemos hacerle hoy, a la luz de los debates historiográficos
contemporáneos y sobre todo, mirando la complicada situación
económica, social y ambiental de la Provincia de Entre Ríos, como
la de toda la República Argentina?. Para Irazusta, la organización
constitucional (1853) no significó mucho, más bien cierto paso a la
formalización del dominio británico sobre la economía nacional.
Para Sampay, fue un paso contradictorio e importante, porque a la par
de ese liberalismo funcional al capital imperialista -que denunció
Irazusta-, la Carta Magna abría posibilidades positivas a futuro,
como por ejemplo en la promoción de la educación. Fermín Chávez
escribió en su “Historia del País de los Argentinos” (1967) que
en Caseros confluyeron un espíritu nacional y otro antinacional, y
que “si el Dictador -Rosas- acertó y fue eficaz en los asuntos
exteriores de la Confederación, tuvo menos fortuna en su política
interior”.
¿Qué
sentido histórico tuvo el trabajo de la Prof. Bosch sobre el
gran caudillo entrerriano? ¿Reivindicar el respeto a la organización
legal frente al nacionalismo autoritario y el golpismo militar y
político casi permanente que azotó a la Argentina entre los años
´30 y ´70 del Siglo XX? ¿Reivindicar la presencia federal de
Urquiza, como jefe de los entrerrianos y litoraleños, en las luchas
históricas del Siglo XIX y reivindicar su resignación política
final con un sentido de “argentinidad”? ¿Cuál es el destino
historiográfico y político de una reivindicación que combina, al
mismo tiempo, presencia y resignación?. “El federalismo no
existe”, le reconoció la investigadora a Tirso Fiorotto en un
reportaje realizado en 2009.
La
documentación estudiada y citada en “Urquiza y su tiempo” es
extraordinaria. Es tan rica que hoy nos permite otra lectura y otra
interpretación. En primer lugar, está claro gracias a la gran
investigación de la Prof. Bosch, podemos comprender que Urquiza el
constructor de la identidad política entrerriana. Es el caudillo el
que convoca, anima y aplaude orgullosamente a sus “entrerrianos”
en cada proclama y en cada batalla. Es el mismo caudillo el que lanza
algunas definiciones que compartirían hoy los filósofos
comunitaristas, y tal vez hasta el propio Irazusta y algunos otros
revisionistas y nacionalistas. Dijo Urquiza en 1852, y cita Beatriz
Bosch: “la libertad es el poder de ser buenos. La libertad es la
conquista de la inteligencia y el premio del patriotismo. La libertad
no es, propiamente hablando, la fuente original del saber y de la
moral, sino más bien una consecuencia rigurosa del sentimiento común
y de las espontáneas virtudes de los pueblos”.
REPÚBLICA,
LIBERTAD Y VALORES. EL TIEMPO HETEROGÉNEO. LA TRAGEDIA
“...Ud
conoce mis sentimientos religiosos a la par que
liberales.
No soy fanático, pero duéleme todo lo que
se
hace en perjuicio de la religión de mis mayores…
Por
buena que sea la institución del matrimonio civil,
no
valen sus ventajas, la pérdida de la quietud de un
pueblo
y de su unión… Pierda ud. cuidado: en Entre
Ríos
no ha de cundir la petulante fantasía de cometer
imprudencias
para adquirir el título de progresista”
CARTA DE URQUIZA AL DEÁN
ALVAREZ, citada en
BEATRIZ BOSCH, “Urquiza y
su tiempo”
Podemos
discutir eternamente la distancia entre las ideas y las intenciones
con la realidad y las prácticas políticas contradictorias y/o
cínicas de los gobernantes. Lo que estamos planteando es que esa
profunda definición urquicista de libertad, no es una definición
liberal clásica de libertad, y que la propia documentación citada
con precisión por la Prof. Bosch va más allá de las propias ideas
políticas de la historiadora. Poco tiempo después, en un manifiesto
dirigido al Congreso y a la Nación, Urquiza amplía su concepción
de la libertad diciendo que, “la libertad civiliza y fecunda. La
libertad sin la moderación es una odiosa algazara. La libertad sin
las costumbres y la religión carece de garantías. La libertad sin
el trabajo y la industria no tiene ocupación digna”. Aquí el
comunitarismo dio paso a un conservadurismo más claro. “La
religión guarda al hombre donde la ley lo abandona”, agrega el
manifiesto urquicista, antes de pasar a hablar de las bondades del
crédito para desarrollar el trabajo, la industria y la producción.
Podemos disentir con el conservadurismo, pero no podemos negar los
dramas de una república cuyos valores resisten como pueden. ¿Cuántos
teóricos liberales -y cuántos humanistas y religiosos- siguen
buscando respuestas hoy a la crisis de la democracia representativa
cómplice de la sociedad de consumo, del show mediático vulgar y
mediocre, del culto al dinero en todas sus formas, de los abusos de
los supuestos representantes de la fe, y de la lógica biopolítica
del mercado?.
“Urquiza
y su tiempo” nos muestra a una figura extraordinaria como Alberto
Larroque renunciando a su cargo de rector del Colegio Nacional de
Concepción del Uruguay, ante el ajuste que el Congreso de la
Confederación Argentina realiza suprimiendo las aulas de
jurisprudencia de ese institución educativa, “por razones de
economía”, y porque los legisladores cordobeses celaban de esos
cursos que rivalizaban con sus viejos claustros. Larroque siguió
militando después un segundo pronunciamiento federal contra el
separatismo porteño, contra su exclusivismo y su privilegio
económico. ¿No es rico, complejo, plural y dialéctico el tiempo
histórico de Urquiza? ¿No hay que repensar las relaciones entre
Urquiza y su tiempo? ¿No hay que repensar el significado actual de
ese rico y dinámico tiempo de Urquiza?. ¿No hay una política de
los gobernados, además de la de los gobernantes? ¿No se influyen
ambas? ¿No es la realidad histórica y política el resultado de
esas tensiones e interacciones?.
Alberto Larroque
Urquiza
tenía claro lo que significaba la hegemonía porteña y sin embargo,
por distintas razones, terminó acordando con ella. “Cuando los que
resistieron la organización nacional -dijo el caudillo, citado por
Beatriz Bosch- consagrada en la Constitución de 1853 empezaron a
disputar ventajas en agravio de aquellos principios, de los intereses
generales del país, un provecho solo de la misma política vencida,
del exclusivismo de facción, del monopolio, cuando se levantó desde
BsAs la bandera de un partido bajo el título de “liberal”;
“liberalismo” de que se quiso y se quiere hacer lo mismo que lo
que hizo Rosas de la “federación”, la palanca para dividir y
arruinar a las provincias, para reconcentrarlo todo en BsAs,
cualquiera que fuese su nombre”. ¿Porqué entonces no sostuvo su
alianza con el presidente Derqui en 1861? ¿No hubiera sido la
verdadera grandeza de Urquiza sostener la política, el triunfo y la
conducción federal? ¿Dependía de una decisión política personal
o era un problema estructural el desarrollo de un capitalismo
nacional federal? ¿No hubiera sido posible? ¿No estuvo cerca? ¿No
estaban las milicias federales dispuestas siempre a frenar las
ambiciones de la política porteña?.
La
Prof. Bosch termina su gran trabajo sobre Urquiza afirmando que éste
dio “el ejemplo de acatamiento a la autoridad nacional que
contribuyera a instalar” y que su nombre fue alzado como bandera
“por los desposeídos de justicia, de libertad y de riquezas”,
tanto en las provincias como en Uruguay y en Paraguay. “Sólo el
crimen alevoso pudo eliminarlo”, dice la investigadora, remarcando
la gravitación política del último Urquiza (10). Queda para el
debate si la eliminación de esa gravitación política no corrió
por parte del propio caudillo desde la retirada en Pavón, pero no
deja ser importante discutir si la muerte de Urquiza dejó en mejor o
peor posición después a la Provincia de Entre Ríos y al movimiento
federal. A la tragedia de Pavón le siguieron las tragedias de
Paysandú, del Chacho Peñaloza, la de la Guerra del Paraguay y la de
Felipe Varela -todos víctimas del mitrismo y sus aliados-. Las
milicias entrerrianas -en un hecho histórico de enorme conciencia y
dignidad- se sublevaron contra la política resignada y cómplice de
Urquiza en los arroyos Basualdo y Toledo (Julio y Noviembre de 1865).
Tras este derrotero sangriento sobrevino la tragedia del Palacio San
José -asesinato de Urquiza- y la tragedia posterior de la derrota
jordanista en Entre Ríos frente a la invasión de los “nacionales”
enviados por Sarmiento. La gran tragedia de fondo probablemente sea
que el pueblo federal sabe lo que no quiere pero no termina de saber
lo que quiere y como lo quiere.
FERMÍN
CHÁVEZ Y LA HISTORIA SUBALTERNA. MONTONEROS Y RELIGIÓN POLÍTICA.
“...De
acuerdo con Di Meglio y Fradkin (2013) en algunos casos,
los
ensayos o los relatos de ficción reponen las voces y la
agencia
de los sectores populares proponiendo conjeturas
que
la historiografía no puede resolver...”
MÓNICA ALABART
“GAUCHOS,
MONTONERAS Y CAUDILLOS:
UNA
INTERPRETACIÓN A TRAVÉS DE LA
HISTORIETA
EL CHUMBIAO, DE
FERMÍN
CHÁVEZ Y JUAN ARANCIO”
En
1967, Fermín Chávez comienza a publicar la historieta “El
Chumbiao” en el diario Clarín de BsAs. Quién lo dijera hoy: por
dos años se publica la historia de un montonero jordanista en el
diario de Noble. Cuando se dejó de publicar ésta historieta
estallaron el Cordobazo y otras rebeldías obreras y populares. El
peronismo estaba en su fase de resistencia frente a la proscripción
estatal y el exilio de su líder. La obra del historiador y poeta
entrerriano trataba de mantener vivas las brasas de la lucha o tal
vez algo más, porque el propio Chávez reconocía que el propio
gobierno peronista no había podido superar la enseñanza liberal
oficial de la historia argentina, y que ésta debía releerse,
rediscutirse, reescribirse y comunicarse. En 1967, éste estudioso
nacionalista y peronista publicó su “Historia del País de los
Argentinos”, un excelente repaso crítico del devenir de nuestra
tierra -hasta 1930-, entendida en sentido amplio. Un par de años
después, en el peronismo surgirá la organización armada
Montoneros, denominada así en homenaje a esos gauchos combatientes
por el federalismo que la historiografía nacionalista venía
reivindicando con fuerza. Los destinos serán parecidos.
El Chumbiao
Como
han dicho la Prof. Mónica Alabart y otros investigadores, ésta
literatura histórica repone voces que la historiografía no
contemplaba en ninguna de sus corrientes. Hoy podemos pensar estas
intervenciones como un anticipo de la denominada “microhistoria”
o de los estudios de la subalternidad. ¿Cómo fue leída la
historieta gaucha de Fermín Chávez en su momento? ¿Cómo folklore
simpático? ¿Cómo memoria viva, concientizadora y movilizadora?.
¿No queda siempre la memoria histórica abierta a esas dos
posibilidades, a esas dos interpretaciones?. En julio de 1976, Chávez
publica “La Confederación. Un proyecto nacional olvidado”, como
Cuaderno especial de la Revista “Crisis” de BsAs. En éste gran
trabajo, difundido en un momento dramático, se destacan los
intelectuales y las luchas que se expresaron durante el gobierno
nacional de Urquiza y la posterior resistencia jordanista. La idea
era y es mostrar que en la Argentina siempre hubo otro camino al de
la política liberal hegemónica en casi todo el complicado ciclo
bicentenario de formación de la república. Por lo demás, ¿no
debería nuestro país retomar el nombre de Confederación Argentina
en una futura refundación constituyente?.
El
joven poeta nogoyacero integró la Peña Eva Perón durante el primer
gobierno justicialista. Tras la muerte de Evita, Chávez escribió
una obra de teatro para niños titulada “Un árbol para subir al
cielo”, dónde Eva Perón era la Dama de la Esperanza, un ángel
que ayudaba a los humildes a subir por el árbol mágico que llevaba
las almas a la eternidad divina. Aquí el autor combina su ideología
política llevada casi al extremo de una religiosidad política con
el antiguo mito nativo del Nalladigua, el árbol celestial -también
en el norte de Europa encontramos el mito parecido del Iggdrasil,
mito fuerte que obligó a los cristianos a pensar en un árbol de la
Navidad-. Los opositores han cuestionado este fanatismo peronista,
pero visto hoy desde otro ángulo, Chávez daba un paso más allá de
su nacionalismo popular católico y se encontraba -en la ficción
teatral- con nuestras culturas originarias. El título
contextualizado de la obra hace pensar en un jesuitismo peronista.
OTRA
HISTORIA, ANTES Y DESPUÉS DE MAYO DE 1810
“Los
unitarios presumían desalojar todos los elementos
primitivos
de la nación política: los federales anhelaban
domesticarles
y filtrarles la luz gradualmente y dar al
país
formas estables y resistentes”
JOSÉ MANUEL ESTRADA
citado
por FERMÍN CHÁVEZ
en
“Historicismo
e Iluminismo en la
cultura
argentina”
La
“Historia del País de los Argentinos” de Fermín Chávez es un
libro muy estimulante para la formación y el debate. Su idea de país
es amplia, formalmente se retrae hasta la geografía del Virreinato
del Río de la Plata -una idea sudamericanista de país- y
culturalmente va un poco más lejos hacia nuestros primeros pueblos
nativos, sin avanzar en el tema. En sus primeras páginas nos habla
de esa primer “Argentina” extensa y plural de nuestras culturas
originarias que “ignoraba la existencia de los cristianos europeos,
interesados en descubrir la ruta de la India, Cipango y las comarcas
de la Especiería”. Esa autarquía continental se termina cuando a
comienzos del Siglo XVI, “un experto hombre de mar español,
procedente de los pinares del Guadalquivir -Juan Díaz de Solís-,
empezó a desmoronar aquella idea del mundo y el sueño inerme de la
tribu y el ayllu”. Tal vez no tan inerme: en 2011, el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) publica “Forma Valor
y Forma Comunidad” de Alvaro García Linera. El subtítulo de esa
obra del intelectual y político boliviano es “Aproximación
teórico-abstracta a los fundamentos civilizatorios que preceden al
Ayllu Universal”.
Chávez
cuestionaba el “mayismo” de la historia oficial argentina,
historia que todavía predomina en nuestro calendario estatal y
escolar. Rechazaba esa mistificación de las ideas liberales y su
asociación fácil y liviana con la revolución política iniciada en
Mayo de 1810. En su “Historia”, el estudioso entrerriano explica
con claridad que ese proceso desatado en el Cabildo de BsAs es “una
revolución que no tiene jefe” y que en el marco de factores
contradictorios que se encuentran en el movimiento, el pueblo irá
haciendo suya la revolución, y Artigas será, desde 1811, “el
primer caudillo de Mayo”. Es el líder oriental el que “aportaría
al movimiento emancipador su sentido popular y la voluntad criolla
que no podía expresar en modo alguno el doctor Mariano Moreno”.
Fermín Chávez
El
liberalismo de Moreno, Belgrano y Rivadavia es claramente cuestionado
en estas páginas, lo mismo que las concepciones monárquicas, no
sólo de los gobiernos de BsAs hasta 1820, sino de los propios
Belgrano y San Martín. Contra Belgrano y su obediencia a BsAs,
Chávez saluda y aplaude la sublevación de Arequito (1820), en la
que los subalternos del creador de la bandera argentina -Bustos,
Heredia, Paz- se rebelaron y desobedecieron la orden de reprimir a
los federales. Con San Martín, Chávez trata de ser más componedor,
si bien reconoce sus ideas y negociaciones monárquicas y su buena
relación con los ingleses. Citando al docente socialista entrerriano
-radicado en La Pampa- Enrique Stieben, el autor de la “Vida y
Muerte de López Jordán” nos dice que la pueblada del 8 de Octubre
de 1812 contra el Primer Triunvirato, en la que participó el San
Martín recién llegado a BsAs, es un “antecedente” del
denominado federalismo porteño. Comenta la rebelión en el Ejército
de los Andes, pero no aclara -como si lo hizo Irazusta- el sentido
federal de la misma. No se olvida de los esclavos negros y los
libertos que formaron parte del ejército sanmartiniano. Explica el
Congreso de Oriente (1815) a la par del Congreso de Tucumán (1816,
continuado en BsAs hasta 1820): recuerda que éste parlamento -que
festejamos los 9 de Julio- traicionó al Litoral negociando con los
portugueses del Brasil la entrega de nuestra Provincia Oriental y la
“desinfección” del federalismo. Es crítico también de
Francisco Ramírez y su “deserción ciega” de la liga artiguista.
Para el historiador de Nogoyá, Ramírez se terminó conformando “con
poca cosa: ver desfilar a sus gauchos por las calles porteñas”.
GIRANDO
EN DESCUBIERTO. ORO Y DOLOR
“...Sin
solicitar un solo dólar al extranjero, financiada la empresa
exclusivamente
con el petróleo que extraía, Mosconi desarrolló
una
de las más importantes industrias petroleras del continente.
Su
plan original era el del nacionalismo integral en materia de
petróleo...”
FEDERICO BERNAL
“Mosconi
e YPF: eficiencia, superación y un modelo para
Latinoamérica
toda”
15/4/2012,
Infonews.com
Explica
después Chávez con claridad, y como hemos visto, las
contradicciones del rosismo y los intereses contradictorios que se
expresaron con el urquicismo en Caseros y en el proceso político
posterior a esa batalla. Es discutible, más adelante, su concepción
de “seguridad” cuando habla de la “campaña del desierto”
(1878-1880). En los capítulos finales de su “Historia”, el
estudioso nacionalista cita trabajos de dos de sus maestros, del
cordobés Saúl Taborda y del entrerriano Julio Irazusta. Afirmándose
en la obra de estos autores, Chávez hace un análisis muy crítico
de las ilusiones políticas que acompañaban el desenvolvimiento de
la Argentina gobernada por los conservadores. Ese “progreso” en
base a endeudamiento y a todo tipo de concesiones al capital
extranjero ha sido hasta hoy -explican los historiadores
nacionalistas- la raíz de nuestros males estructurales. “Nos
habíamos acostumbrado a gastar sin tasa ni medida”, dijo Taborda
citado por Chávez que agrega “girábamos en descubierto y
esperándolo todo de las inversiones europeas”.
Al
igual que Irazusta, Fermín Chávez reivindica a Osvaldo Magnasco,
joven diputado conservador oriundo de Gualeguaychú, que no tuvo
problemas en calificar de “robo” los negocios de los
ferrocarriles británicos en nuestro país, y al igual que que el
autor de la “Vida de Rosas”, Chávez subraya la reflexión
crítica planteada por Estanislao Zeballos -director de la Revista de
Derecho, Historia y Letras- quién escribió, el 25 de Mayo de 1909,
“la constitución escrita en 1853 ha fracasado en su aplicación; y
desde la Independencia hasta el desarrollo normal de la vida
institucional, todo está comprometido. ¡No nos halaguemos
exageradamente con el esplendor de los palacios de oro que custodian
nuestros soldados, como reservas de las emisiones y de los bancos!
¡No basta ser ricos cuando existe el peligro de que dentro de ese
oro, como en las talegas de las satrapías orientales, fermenten los
gérmenes del dolor, de la desventura y de la ruina y nos falten
aptitudes y previsiones para prevenirlos!”.
Algo
debe andar mal en la política argentina para que esas palabras
tengan tanta actualidad. Chávez, al igual que Irazusta en su
“Balance de Siglo y Medio” repasa, por otra parte, aquel llamado
de atención del Presidente Roque Saenz Peña (electo en 1910) frente
a esa Argentina que se estaba transformando socialmente con el
aluvión inmigrante: “si educamos y formamos niños argentinos, es
difícil que obtengamos adultos extranjeros”. En nuestros días,
esa idea vuelve a ser interpelante -despojada por supuesto de
chauvinismo y de conservadurismo- frente a tanto neocolonialismo
globalizador. En dos cuestiones más coincide Chávez con Irazusta al
cerrar su análisis de la historia argentina: primero, en señalar
que Hipólito Yrigoyen “fue mejor jefe de partido que gobernante”
y que a causa de las debilidades políticas del radicalismo se
produjo la restauración oligárquica de 1930; y segundo, que el
gobierno de Marcelo T. de Alvear (1922-1928) se movió “entre el
conformismo de Le Bretón -ministro de agricultura- y el reformismo
nacionalista de Mosconi -primer director de YPF-”, y que con ese
gobierno “se terminó la belle epoque”.
LA
REBELDÍA DEL PUEBLO GAUCHO ENTRERRIANO. LA CIVILIZACIÓN BÁRBARA
“...Ramón
Doll decía gráficamente que -el iluminismo-
había
hecho el efecto de una damajuana de caña en
una
jaula de monos...”
FERMÍN CHÁVEZ
“Historicismo
e Iluminismo en la cultura
argentina”
“...Pero
López Jordán cree en Urquiza; será el último entrerriano
en
desilusionarse. Su lealtad criolla sobreponiéndose a otras
consideraciones,
no le hizo renegar del jefe en las horas de
Pavón,
ni cuando la media vuelta de 1865 en la cuestión
brasileña.
Quedó fiel a Urquiza, aunque éste vetó su
candidatura
a gobernador en 1864, y mandó al año
siguiente
a los entrerrianos a pelear contra los paraguayos.
Se
le atribuyó una participación en los desbandes de Basualdo
y
Toledo que no tuvo: cumplió fielmente las órdenes de Urquiza
pero
no pudo impedir la fuga de los gauchos...”
JOSE MARÍA ROSA, “Historia
Argentina”
“ENTRE RIOS Y LÓPEZ
JORDÁN (1870-1871)”
En
su Cuaderno “La Confederación”, Fermín Chávez nos aporta más
elementos para desarrollar una historia dinámica, un estudio de la
subalternidad que nos permita entender los procesos históricos como
producto de la tensión de fuerzas políticas, sociales e ideológicas
en pugna. Una historia que sólo hable de gobiernos o de intereses
económicos sin debates, luchas ni alternativas, sólo podrá
explicar una parte de los procesos. En esas páginas confederales, el
estudioso entrerriano rescata, entre tantos otros, la voz de Alejo
Peyret cuestionando la violencia “nacional” que hizo a Entre Ríos
votar por Avellaneda en 1874. Destaca también la protesta del
dramaturgo Francisco F. Fernández, quién en su obra “Solané
(1872) rechaza con fuerza a la “civilización de bayonetas y
cadenas, a la civilización liberticida y corruptora, amasada con
injusticias impunes, encomiada por periódicos versátiles y cínicos,
vendidos al oro manchado del mercenario inconsciente o sin pudor...”
Parece haber sido escrito ayer.
El
mismo Fernández aplaudió públicamente la rebelión de las milicias
entrerrianas contra la decisión de Urquiza de sumarse a la Triple
Alianza encabezada por los mitristas contra el Paraguay. En “El
Obrero Nacional”, periódico editado en Paraná y después
censurado, el combativo redactor dice -en nota del 6/3/1870- que esas
sublevaciones en los Arroyos Basualdo y Toledo del norte entrerriano
“nos dieron una buena lección de dignidad, y de profunda visión
política”, que esos gauchos rebeldes enseñaron con su práctica
de la rebeldía “a los hombres de principios, que dormíamos”.
Fernández reafirma y amplía la idea diciendo que, “la revolución
de Basualdo, concebida y realizada únicamente por los gauchos
entre-rianos, vino a rasgar el velo que hasta entonces les había
ocultado la augusta magestad del derecho. Y la civilización obtuvo
un triunfo que corresponde a la humanidad”. Contra la tozudez
aliancista de Urquiza, la rebeldía se repite en Toledo. “¡El
pueblo mandaba! ¡El pueblo castigaba! -aplaude el periodista- y no
fue nuevamente convocado. La talla del gaucho, desde entonces se hizo
colosal. El pueblo entre-riano ilustró su historia añadiendo una
purísima página a sus libertades...”
En
esa misma publicación de la Revista Crisis, Chávez rescata también
una reflexión de Clodomiro Cordero sobre la oportunidad histórica
perdida o mejor dicho, abandonada por Urquiza, y sobre la dignidad
del pueblo entrerriano en esa época. Cordero fue un periodista y
político entrerriano que en 1871 publicó en BsAs un folleto
titulado “Revolución de Entre Ríos. La guerra y la paz” -texto
que hoy puede leerse en internet-, en el que explica las causas del
movimiento jordanista. Sobre Urquiza, Cordero afirma que “sin los
cálculos políticos del Gral Mitre y la subordinación militar del
Gral López Jordán, hubiera ido a acabar sus días en Europa después
de Pavón”, y que el caudillo constitucional “pudo ser un Solón
y prefirió ser un César. El mismo se preparó el precipicio en que
lo hemos visto sepultarse”. Y sobre el pueblo entrerriano, este
cronista nos dice que “un día, recogiendo desde sus vírgenes
bosques, como los antiguos Galos, de los labios de los bardos, la
inspiración de sus grandes destinos, lanzóse al combate para
recibir en él el bautismo de los héroes conquistando leyes y
aplausos. Sus triunfos fueron el patrimonio de una nación, su gloria
se la usurpó un hombre; y cuando cansado de sufrir pasó sobre el
cadáver del usurpador, los mismos que lo aplaudieron y cantaron sus
victorias, confundiendo a lo Dracón la pasión por la libertad con
el crimen, lo han condenado al sacrificio. Sus antiguos bardos
convertidos en gobernantes son hoy sus severos jueces. Pero no
quieren solo el sacrificio de sus hijos, quieren arrojar al viento
sus cenizas y no dejar piedra sobre piedra en sus hogares. ¿Sabéis
cuál es ese pueblo?. Es Entre Ríos”. Difícilmente se haya
escrito una página tan memorable como ésta.
ROMANTICISMO
POLÍTICO E INTERCOMUNALISMO
“...El
paisano entrerriano no vuelve "a casa", a "mi casa",
vuelve a
"las
casas", o mejor dicho, "lah casah", con la ese
aspirada. Es
como
decir a la casa de uno y de muchos, de los abuelos y los
nietos;
vuelve al pago, a varias casas juntas, la ranchada, pero
con
estos árboles, estos trinos, estas presencias espirituales,
estos
sonidos, recuerdos, gustos, sueños, y estas fiestas...”
TIRSO
FIOROTTO
“La
vida comunitaria no se da por muerta
frente
al individualismo”
Diario
UNO E.Ríos, 24/9/2018
En
2012, la Universidad de Lanús editó un compilado de trabajos
posteriores de Fermín Chávez con el título de “Epistemología
para la periferia”. En éstas obras, podemos leer a un Chávez que
profundiza en el necesario estudio de la historia de las ideas en
Argentina, cuestionando al liberalismo y el iluminismo hegemónicos y
valorizando las distintas expresiones de la filosofía historicista
-que el autor paradójicamente reconoce que estuvieron en su apogeo
en la confederación urquicista-, del romanticismo -ese movimiento
cultural que afirma los sentimientos y la sensibilidad frente al
racionalismo interesado e individualista-, de la poesía popular y
las posiciones federales y nacionalistas. El historiador de El
Pueblito afirma su concepción filosófica e histórica citando
aportes de intelectuales críticos y románticos europeos como Johan
Herder -el “alemán matrero”-, Johan Hamann, Giambattista Vico,
Baruch de Spinoza, alguna cosa de Isiah Berlin sobre el nacionalismo
, Ludwig Wittgeinstein, y Víctor Frankl, entre otros. Un ensayo de
Chávez plantea al Martin Fierro hernandiano “entre Wittgenstein y
Vico”. Citando sus maestros más cercanos, por supuesto comenta
conceptos de Nimio de Anquín, Saúl Taborda y el Padre Leonardo
Castellani. Con todo éste gran bagaje de estudio y de ideas, Chávez
planteaba con energía la necesidad de invertir la cuestión entre
civilización y barbarie cuando se analiza la política moderna y
liberal -y neocolonial- por un lado, y las expresiones populares y
nacionales en sus distintas formas por el otro. Habría que ver hoy,
en cuál de las dos categorías entra el hispanismo católico que los
nacionalistas como Chávez reivindicaban frente al desprecio liberal,
si bien es cierto que habría que especificar los matices, las
contradicciones, la complejidad y el mestizaje multidimensional
producido durante la era colonial. ¿Puede hablarse, en ese sentido y
por ejemplo, de un cristianismo instituído y otro
contrainstitucional?. Y, ¿pueden separarse completamente
“civilización” y “barbarie”?.
Puede
ser muy estimulante y positivo releer las reflexiones de Chávez,como
las de Irazusta y otros estudiosos comprometidos, en el marco de los
aportes contemporáneos al repaso del romanticismo filosófico,
político y cultural en sus variadas formas. Desde el liberalismo
-que nuestros historiadores discutían-, Isiah Berlín propuso una
ojeada particular de las raíces del romanticismo y de las ideas de
los “contrailustrados” Vico, Herder, Hamann y también Joseph de
Maistre. Desde un marxismo abierto, el ecosocialista franco-brasileño
Michael Lowy (n. en 1938) ha interpretado el “aviso de incendio”
de Walter Benjamin y ha replanteado la presencia del romanticismo en
las luchas anticapitalistas de la historia contemporánea. En 2008,
la Editorial Nueva Visión de BsAs publica la versión en castellano
de “Rebelión y melancolía. El romanticismo a contracorriente de
la modernidad”, de Michael Lowy y Robert Sayre, obra en la cual los
autores proponen pensar seis tipos básicos de romanticismo.
La edición de la Universidad
de Lanús
Chávez
retoma en sus investigaciones la idea de “intercomunalismo
federalista” de Saúl Taborda. Para el pensamiento tabordiano, la
vida municipal y comunitaria rioplatense y sudamericana anterior a
1810 nos muestra que ya existía una nación antes de la revolución
política de Mayo, es decir antes de la hegemonía de las ideas
liberales y de la organización del estado nacional argentino bajo la
influencia del liberalismo político, económico y cultural. Claro
que Taborda, por su formación, entendía que ese intercomunalismo
estaba ligado “por lazos espirituales legados por Castilla”. Hoy
podemos recuperar y releer ese concepto, enriqueciéndolo con otros
aportes historiográficos, filosóficos, etnográficos y
epistemológicos. La importancia política de la vida municipal en la
era colonial y su continuidad y transformación en el proceso
independentista ha sido estudiado por importantes historiadores como
José Carlos Chiaramonte y Ana Frega, entre otros. Esta última
investigadora oriental puede sernos de mucho ayuda a la hora de
repensar la idea intercomunalista especialmente en el movimiento
artiguista, donde coexistieron cabildos -juntas municipales en una
época de ciudades importantes y decisivas- de burgueses blancos con
cabildos de nativos, y dónde la autonomía social movilizada no
siempre estaba limitada por la política de un cabildo.
Entonces,
esa preexistencia comunal nacional es más rica y compleja que una
transplantada política castellana y colonial. Por lo menos, tiene
dos vertientes, una de autonomías municipales -de cabildos- y otra
de autonomía social. Dentro de ésta autonomía social están las
solidarias e independientes tolderías charrúas y minuanas en Entre
Ríos comentadas por Cesar Blas Pérez Colman y la movilización
guaraní-misionera más allá de los tratados de entrega de la corona
española. Es el contenido histórico real y concreto el que define
instituciones, hechos, procesos, políticas y no su forma. La
forma-cabildo no es la única forma de autonomía y cada
forma-cabildo debe ser estudiada en su contenido concreto de hechos y
de política. En una bella nota, Tirso Fiorotto planteó la raíz
latina de la palabra “pago” (pagus), y la apropiación popular
entrerriana de esa idea al hablar de “mis pagos” en plural. Por
lo demás, el interesante concepto de intercomunalismo federalista
puede ser enriquecido con los aportes ya señalados de García
Linera, de la sociología comunitarista e incluso con la idea
pluralista y democrática del “confederalismo democrático” del
líder kurdo Abdullah Ocalan. En su nota, Fiorotto nos recuerda la
concepción de “economía de reciprocidad” en nuestro
comunitarismo histórico.
NI
CENTRO NI PERIFERIA: UNA EPISTEMOLOGÍA FEDERAL
“Lo
real es una masa de objeciones a la
razón
constituída”
GASTÓN BACHELARD
citado
por FERMÍN CHÁVEZ
en
“La
conciencia nacional. Historia de
su
eclipse y recuperación”
En
el marco de ésta discusión, debemos decir que una epistemología
-una reflexión sobre nuestro conocimiento histórico y cultural-
basada sólo en Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Herder o
Jacques Maritain siempre va a terminar siendo una epistemología de
la periferia. De esa manera, seguimos la lógica hegemónica de
centro (eurocentrado-colonial) y periferia (de ese centro). Estamos
así sólo repasando autores de ese centro hegemónico que en teoría
son antagonistas de otros autores -los ilustrados y liberales- de ese
mismo polo de poder. De lo que se trata es de construir un
pensamiento soberano e independiente, donde la relectura crítica de
esos autores y de otros sea una parte de la revisión histórica
completa que empieza valorizando nuestras culturas nativas y su
legado. Se trata de construir un pensamiento diferente al del centro,
no de ser su periferia. Es difícil, porque hasta el idioma
hegemónico que hablamos es producto de la colonización, y muchas de
las ideas que nos han formado vienen de ese centro.
Debemos
insistir: las cosas se definen por su contenido y el idioma y las
ideas son sólo formas cuyo contenido es desarrollado en forma plural
y diversa por el devenir y la lucha de los pueblos. Algunos autores
han hablado, en este sentido de “identidades de borde”. Nosotros
preferimos plantear el necesario desarrollo de una “epistemología
federal”. En el ideal y la práctica federalista, se trata de
defender y valorar lo local y lo propio pero sin negar la relación
-descolonizada-, la solidaridad y el diálogo con lo regional y lo
global. Se trata de que lo global no oprima lo local, lo propio, lo
autónomo, lo comunitario sea nativo, mestizo, criollo o popular en
general. Es una cuestión política: se trata de que lo local -en sus
dimensiones comunal, regional, nacional, continental- integre lo
mejor de lo global bajo conducción precisamente de lo local, de lo
propio, en sentido estratégico, plural y democrático.
En
uno de sus trabajos referidos a los debates sobre las ideas de la
Generación de 1837, Chávez cita una nota del Diario de la Tarde de
BsAs (agosto 1837) dónde el columnista establece una relación
histórica entre la poesía provenzal de los trovadores de Catalunya,
Aragón y Valencia en el siglo X con el arte payadoresco de nuestras
campañas. Se sabe de las diferencias y luchas entabladas por los
denominados “países catalanes” contra el centralismo imperial de
Madrid. Parte de lo colonial fue popular allá y acá -otro ejemplo
es la guitarra-, pero lo popular entonces, no puede simplificarse
como “español” o como “colonial” a secas: ¿la guitarra nos
colonizó o nos enriqueció cuando el pueblo se apropió de ella para
uso y expresión propias?.. Cosas de la vida y de la historia: una
tesis sobre los trovadores provenzales llevó a Arnaldo Calveyra
becado a París en 1960.
COLONIZACIÓN
AGRARIA Y RESISTENCIA POPULAR
“...Como
escribía Carlos Octavio Bunge, el recuerdo del pasado
común
y la esperanza de un futuro común es lo que realmente
une
y ata a los ciudadanos con el vínculo supremo de la
nacionalidad...”
FERMÍN CHÁVEZ
“Siete
argentinos en busca de un nuevo
modelo
pedagógico”, en
“Epistemología
para la periferia”
“Tenemos
que releerla hoy -a la poesía gauchesca- para
comprobar
cómo su espíritu reaparece en el tango
–cuando
el gaucho de las orillas urbanas se transforma
en
el compadrito–, pero también en la música joven
hecha
aquí. El rocanrol retoma la tradición gauchesca
ligada
a la denuncia social y política, además de las
historias
de amor, la picardía, el humor ácido y la crítica
de
la vida cotidiana” ”
FERMÍN
CHÁVEZ, en
SILVINA
FRIERA
“El
refutador de la historia oficial”,
Página
12, 29/5/2006
En
el tiempo heterogéneo de nuestra historia que nos propone pensar
Fermín Chávez, se incluye aquel planteo de José Hernández -en su
“Instrucción del Estanciero” (1881)- de la necesaria creación
de colonias agrícolas con elementos nacionales, a la par de las que
se creaban con la llegada de inmigrantes. La re colonización
agrícola, y sobre la base de la sustentabilidad ambiental sin
especulaciones, sigue siendo un desafío para Entre Ríos y Argentina
en este Siglo XXI.
El
legado de Fermín Chávez es amplio. Su militancia nacionalista y
popular lo llevó a afirmar con claridad que “contra esta
maquinaria del FMI lo único que se puede hacer es aguantar,
resistir. Pero ya van a venir otros momentos de la historia. No las
tienen todas consigo y el capitalismo tiene sus propias crisis. El
capitalismo es deshumanizador y tarde o temprano tiene que estallar.
El mercado no alcanza, contagia a muchos, compra voluntades, pero con
eso no le alcanza.... Y las crisis tienen dos caras: la mala es el
sufrimiento de la gente; la buena, es que crea conciencia nacional
clara”. Reivindicamos estas ideas del historiador entrerriano,
máxime cuando las mismas eran y son un escupitajo en la cara a
varios de sus compañeros de partido, como a buena parte del arco
político argentino.
ARTURO
SAMPAY: EL ESPÍRITU DE LA CONSTITUYENTE SOCIAL
“...A
pesar del fastidio que ocasiona el ocuparse de uno mismo,
recordamos
que como legislador constituyente redactamos el
célebre
artículo 40 de la Constitución de 1949 en el cual
-inspirándonos
en las enseñanzas de Pio XI- se ordenaba
planificar
la economía con miras a obtener el bien común y
para
que ello fuese factible, a convertir en bienes públicos a
las
grandes empresas del imperialismo...”
ARTURO SAMPAY
“Constitución
y Pueblo” (1973)
En 1944, el joven abogado
entrerriano Arturo Sampay se traslada a La Plata. En la universidad
pública platense había realizado sus estudios de derecho. Oriundo
de Concordia, realizó su curso del secundario en el Histórico
Colegio de Concepción del Uruguay. La formación social católica y
su militancia yrigoyenista darán paso a su adhesión activa al
peronismo desde 1946. La Argentina y el mundo venían buscándole la
vuelta a la profunda crisis del liberalismo, tanto en su aspecto
económico como en el político. El GOU gobernaba el país desde
1943, en un momento donde la II Guerra Mundial entraba en proceso de
definiciones. La derrota del nazi-fascismo en esa contienda no
impedirá la influencia que los teóricos germanos del Estado y de la
política en las ideas de muchos nacionalistas argentinos.
En su trabajo “La Crisis del
Estado de Derecho Liberal-Burgués”, publicado en 1942, Sampay hace
un fuerte cuestionamiento a la modernidad y sus contradicciones,
explicando el camino negativo del racionalismo y el individualismo
burgueses a la formación de los estados totalitarios. Desde otra
óptica, el marxista alemán Robert Kurz, publicó en 2002 su ensayo
“Razón Sangrienta – 20 Tesis contra la llamada “Ilustración”
y los valores occidentales”. El jurista entrerriano tenía una
formación amplia y sólida, había profundizado sus estudios en
Europa con juristas y filósofos destacados entre los que su incluyó
Jacques Maritain. Con Carl Schmitt comparte alguno supuestos en la
crítica al liberalismo y en el concepto de constitución, más allá
de algunas diferencias. Insistimos con lo interesante que puede ser
un diálogo hoy entre las ideas políticas del Schmitt leído por
José María Aricó -y por Habermas- con las de Irazusta y Sampay,
entre otros autores. En la base de su pensamiento siempre estuvieron
Aristóteles, Santo Tomás de Aquino y la Doctrina Social de la
Iglesia Católica: fue enriqueciendo esa formación con la lectura de
diversos filósofos, sociólogos y juristas -entre los que se
destacan varios europeos- y con el estudio crítico de la historia
argentina y de la historia mundial.
En ese libro de 1942, Sampay
compara críticamente las libertades antiguas y medievales -romana y
cristiana- con la libertad moderna y burguesa. Siguiendo a otros
autores, el jurista concordiense afirma que, “los antiguos buscaban
la virtud y los modernos la prosperidad”, que el cristianismo
medieval condenaba la usura, y que el riesgo de la empresa moderna es
que “desembaraza la política de la ética”. Además de criticar
al Estado liberal, el autor impugna también las violentas
contradicciones que generaban los estados fascista, nazi y comunista,
rescatando y valorando la experiencia corporativista portuguesa que
había comenzado en 1938. Sampay se ilusionó en términos teóricos
con lo que prometía el corporativismo de Oliveira Salazar:
seguramente aquí tenemos una fuente de la idea de “comunidad
organizada” en base a la representación de los gremios y los
distintos colectivos sociales. No sabemos que habrá pensado después
el autor con el destino del “Estado Nuevo” lusitano, es probable
que esa nefasta dictadura salazarista hubiera merecido una condena
parecida a la del fascismo en alguna reedición de “La Crisis del
estado de derecho liberal-burgués”. El último Sampay, que en
“Constitución y Pueblo” (1973) muestra más lecturas del
pensamiento socialista -sin olvidar que influyó en la reforma
constitucional chilena de 1971- seguramente aplaudió la Revolución
de los Claveles que en 1974 liberó a Portugal de la opresión de esa
larga dictadura.
Con la llegada del peronismo
al poder político, Sampay se incorporó al equipo del Coronel
Domingo Mercante en el gobierno de la Provincia de BsAs como fiscal
de Estado. En esa administración, Arturo Jauretche fue presidente
del Banco Provincia de BsAs. La provincialización de esta entidad
financiera fue producto de una dura lucha dentro del propio
peronismo. El fiscal Sampay enfrentó la evasión impositiva de
empresas importantes como la CADE y el Grupo Bemberg. En 1949, el
peronismo impulsa una reforma constitucional con el objeto de
incorporar derechos sociales y soberanos a la Carta Magna y además,
permitir la reelección presidencial. El gran ideólogo de esa
reforma va a ser el Dr. Arturo Sampay.
AY JUANCITO
Hemos visto que para el
jurista y político entrerriano, la Constitución no es una mera
norma jurídica, sino que es un hecho político e histórico -que se
puede deconstruir multidimensionalmente- que refleja la situación
política, social e ideológica en la que se encuentra una sociedad,
es decir que es producto de las concepciones de los sectores
dominantes o de la tensión de fuerzas políticas, sociales e
ideológicas existentes. En este sentido, tanto Sampay como los
militantes más decididos del movimiento peronista entendían que el
pueblo ya tenía la madurez histórica suficiente para superar las
limitaciones del liberalismo hegemónico que esa militancia asociaba
al pensamiento alberdino. Con la oposición radical, que comandaba
Moisés Lebensohn pudieron acordar en la mayoría de las reformas que
apuntaban a la reafirmación de la soberanía política y económica
y a la inclusión de los derechos sociales, pero los adversarios se
levantaron de la Convención cuando el peronismo empezó a tratar la
reelección del presidente.
El mítico Artículo 40 que
Sampay redactó y defendió en la reforma tiene una historia que
merece ser contada. El mismo se impuso a pesar de las reservas del
propio Perón, que había recibido un llamado de atención de ciertos
representantes extranjeros preocupados por el futuro de sus
intereses. En medio de los debates constituyentes, el presidente
envió a Juan Duarte ha tratar de impedir la inclusión de ese
artículo, pero alertado el grupo interno cercano a Sampay, el
mensajero del ejecutivo fue demorado en el ingreso y Sampay apuró el
tratamiento y la aprobación de ese artículo 40. El mismo decía lo
siguiente:
“Art. 40: – La organización de la riqueza
y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de
un orden económico conforme a los principios de la justicia social.
El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y
monopolizar determinada actividad, en salvaguardia de los intereses
generales y dentro de los límites fijados por los derechos
fundamentales asegurados en esta Constitución. Salvo la importación
y exportación, que estarán a cargo del Estado, de acuerdo con las
limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad
económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada,
siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los
mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente
los beneficios.
Los minerales, las caídas de agua, los
yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes
naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedad
imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente
participación en su producto que se convendrá con las provincias.
Los servicios públicos pertenecen
originariamente al Estado, y bajo ningún concepto podrán ser
enajenados o concedidos para su explotación. Los que se hallaran en
poder de particulares serán transferidos al Estado, mediante compra
o expropiación con indemnización previa, cuando una ley nacional lo
determine.
El precio por la expropiación de empresas
concesionarios de servicios públicos será el del costo de origen de
los bienes afectados a la explotación, menos las sumas que se
hubieren amortizado durante el lapso cumplido desde el otorgamiento
de la concesión y los excedentes sobre una ganancia razonable que
serán considerados también como reintegración del capital
invertido.”
SAN ARTURO DE
CONCORDIA
“...Reflexionando
sobre uno de los aspectos primordiales
del
régimen alemán, el de su economía dirigida con su
moneda
respaldada sólo en el trabajo y su sistema de
trueque
para el comercio internacional, hallaba muchas
cosas
que confirmaban mi manera de ver...”
JULIO
IRAZUSTA, “Vanidad de las discusiones
sobre
economía y política” (1941), en
“Estudios
Histórico-Políticos”
Es
una pena que tan importante cambio fuera presentado en forma
partidista: el noticiero “Sucesos Argentinos” presentaba en los
cines la Ley de Leyes como la “Constitución peronista” y
no como la Constitución Argentina.
Sampay fue enviado a Europa una vez sancionada la nueva
Carta
Magna. Las
crónicas dicen que se encontró con el Gral Charles de Gaulle, héroe
de la resistencia francesa en la Segunda Guerra, y que algunos
trabajos del jurista entrerriano fueron traducidos al idioma galo. De
Gaulle, retirado en Colombey-les-Deux-Églises,
un pequeño pueblo alejado de París en el que se dedicó a escribir
sus Memorias de Guerra, charlaba con Sampay cuando éste le preguntó
por sus actividades: el futuro presidente (en 1958) le respondió,
“estoy esperando que Francia me llame para gobernarla”. Más
adelante, el vocero de la constituyente de 1949 se encontró con el
Papa Pío XII -Eugenio Pacelli-, y éste le concertó una serie de
encuentros con el Secretario de Estado del Vaticano, Giovanni
Montini, el futuro Papa Paulo VI en 1963.
Arturo Sampay
La vuelta a Argentina no fue
la mejor. Con el cambio de gobierno en la provincia de BsAs, empezó
una feroz persecución interna a el ex gobernador Mercante y a sus
funcionarios. El peronismo no quería ninguna sombra de Perón.
Sampay no fue el único que cayó en desgracia, pero tuvo que irse.
El ideólogo de la reforma peronista de la Constitución en 1949 tuvo
que exiliarse perseguido por sus propios compañeros del partido.
¿Qué diríamos si aplicáramos las propias categorías de análisis
de Sampay a ésta situación? ¿Cómo quedaban las relaciones entre
constitución real -poder político y social real- y constitución
escrita?. El constituyente social tuvo que disfrazarse de sacerdote
católico para poder salir de su país. Después de Paraguay y
Bolivia, su destino fue Montevideo: a su amigo, el veterano líder
“blanco” oriental Luis Alberto de Herrera dedicó su trabajo “Las
inflaciones en nuestra época”, publicado en 1958. La admiración a
Herrera era compartida por Julio Irazusta, lo mismo que la
preocupación por el desequilibrio inflacionario.
ALTERNATIVAS A LA
INJUSTICIA DE LA INFLACIÓN
"...El
poder de adquisición del dinero debe ser el mismo a través
del
tiempo. Cuando al fin del mes o de la semana el trabajador
recibe
la paga, debe poder comprar, en el curso de la semana o
mes
siguientes, los mismos objetos que la semana o mes
precedentes,
y asimismo ahorrar para adquirir en el futuro
lo
que no puede comprar en elpresente. Por eso, desde que
los
Estados modernos introdujeron el uso del papel-moneda,
la
tarea capital de la política monetaria consiste en mantener
su
valor"
HJALMAR
SCHACHT, citado por
ARTURO
SAMPAY en
“Las
inflaciones en nuestra época”
“...Podemos
considerar que hemos descubierto ya cuatro
“principios
negativos”: el equilibrio de la balanza de pagos
no
conduce al crecimiento, pero el desequilibrio agrava la
inflación;
el déficit presupuestario ya no es sinónimo de
relanzamiento,
al contrario, a corto o largo plazo, lo es de
estancamiento;
el rigor monetario no basta para dominar
la
inflación, aunque la manga ancha la alimenta; la
autofinanciación
no genera la inversión,
pero
su debilidad la impide...”
ALAIN MINC
“El
desafío del futuro” (1984)
Otra cosa en común de estos
intelectuales nacionalistas entrerrianos, además de sus lecturas de
Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, era la valoración de la
gestión política del economista alemán Hjalmar Schacht
(1877-1970). Schacht fue funcionario de los gobiernos germanos desde
la Primera Guerra Mundial (1914-1918), destacándose en la
presidencia del Banco Central de su país por sus estrategias para
bajar la inflación sin deprimir la economía. Vinculado al nazismo,
Schacht fue nombrado por Hitler como presidente del Reichsbank y
ministro de economía. Algunos le adjudican a éste economista el
“milagro” de la industrialización alemana de esa época. Sus
diferencias con Hitler fueron creciendo -por los gastos de guerra,
por el antisemitismo-, y el propio Schacht terminó en un campo de
concentración. ¿Podemos pensarlo como un Oskar Schindler de la
economía alemana o está lejos de eso?. El Tribunal de Nüremberg lo
absolvió al juzgar los crímenes de la Segunda Guerra (1939-1945).
Tanto Sampay como Irazusta elogiaban la habilidad política y
económica de Schacht aunque, por supuesto, repudiaban el racismo y
la barbarie del régimen hitleriano.
El
III Reich había lanzado el Programa Reinhardt de reactivación
económica y creación de empleo -una especie de “new deal”
alemán-, pero el desarrollo de las obras proyectadas era limitado
por falta de fondos. Schacht
es convocado a resolver la situación y allí surgieron las “Letras
MEFO”, las letras de cambio (o bonos) Metallurgischen
Forschungsgesellschaft -Sociedad de Investigación Metalúrgica-. El
ministro de economía tuvo que dar muestras de gran capacidad de
ingeniería política y económica. Como explica Héctor Giuliano,
las restricciones que enfrentaba este funcionario eran muy
complicadas: “1ro, el Estado no disponía de recursos suficientes
ni tenía posibilidad de aumentar los impuestos en plena crisis
económica: la situación de empresas e individuos y familias hacía
imposible pensar en incrementar la presión tributaria; 2do, la
emisión masiva de dinero por parte del banco central para financiar
obras públicas era un recurso muy peligroso porque tendría efectos
inflacionarios en la medida que implicara un abrupto aumento de la
base monetaria antes de la obtención de resultados económicos; y
además la experiencia traumática de la Hiperinflación de 1922-1923
hacía inviable esta alternativa ante la opinión pública alemana; y
3ro, el gobierno no podía recurrir al endeudamiento público,
externo ni interno: por el problema del pago de las Reparaciones de
Guerra – que estaban suspendidas desde 1930 – y por la crisis
financiera mundial no había acceso al mercado internacional de
capitales, aun en el supuesto que se quisiera intentarlo...; y por el
lado de la Deuda Interna la capacidad de pago para responder a la
emisión de Bonos a mediano y largo plazo no podía ser garantizada.
O sea que, tal como estaban las cosas, no se podía apelar a ninguna
de las tres fuentes clásicas de financiamiento del Estado:
Impuestos, Moneda ni Deuda. Con un agravante formal, desde el punto
de vista legal, que era que tampoco se podía disponer de fondos
provenientes del banco central porque el Reichsbank – que entonces
era autónomo dentro del Estado– tenía prohibido prestarle dinero
al Gobierno. Otro condicionante, de carácter político, era que como
una parte de las necesidades de fondos de los planes de reactivación
económica estaban destinadas a la Industria de Armamentos, estas
sumas debían permanecer en secreto, es decir, no tenían que
aparecer en el Presupuesto para ocultar así la magnitud y velocidad
del Rearme de Alemania. De la triple necesidad citada y sus
restricciones conexas surgió entonces, por idea de Schacht, la
experiencia MEFO: la emisión de Letras de Cambio (LC) –
instrumentos financieros de corto plazo pero renovables – para
aplicarlas al financiamiento de Obras Públicas y al Rearme; letras
que eran de circulación paralela al dinero efectivo, como forma
limitada de expansión de los medios de pago y como sustituto de
Deuda Pública formal a largo plazo”.
El trabajo de Sampay sobre las
inflaciones se inicia con una frase del discutido Vilfredo Pareto
(1848-1923) que no ha perdido actualidad. Para el economista
italiano, "La depreciación del papel moneda que es una
facilidad tan grande para hacerse de recursos fiscales a costa del
pueblo, al extremo de que hoy todo el arte de gobierno parece estar
compendiado en este expediente, no será extraña a la ruina que
amenaza al Estado democrático contemporáneo". En 2018, la
economista y docente entrerriana Victoria Giarrizzo, oriunda de
Concepción del Uruguay e investigadora de la Universidad de BsAs
publica el libro “Atrapame si puedes. El secreto de la inflación
argentina”. En las entrevistas donde comenta el contenido de su
trabajo, la Dra. Giarrizzo afirma que “la inflación, en muchos
casos, está generada por la falta de ética” y que hay que apuntar
al desarrollo productivo y a la cooperación de todos los sectores.
El problema de la economía política argentina es estructural, dice
la investigadora, no se puede simplificar a cuestiones monetarias o
fiscales. A su manera, se encuentra con los planteos de Sampay y
sobre todo, con los de Julio Irazusta.
LOS DESAFÍOS DE LA
REVOLUCIÓN DE NUESTRO TIEMPO
“...El
estado dependiente -gobernado por quienes se benefician
con
la dependencia- invierte capitales en empresas del Estado
y
dirígelas con miras a complementar a las empresas
monopólicas,
pues toma a su cargo, como antes dije, las
inversiones
que de una u otra manera les resulta materialmente
desventajosas...”
ARTURO SAMPAY
“Introducción
al Estudio de las Empresas
Multinacionales”
(1972)
“...La
salida de la crisis es cultural antes de ser económica.
Reposa
sobre la elevación del grado medio de formación
y
de información -sobre la lucidez- como así también
sobre
la progresión del tiempo libre y elegido...”
LAURENT JOFFRIN
“La
izquierda en vías de desaparición.
¿Cómo
cambiar sin traicionar?” (1984)
En 1958, Sampay volvió de su
exilio, pero no fue bien tratado por el frondicismo ni por los
gobiernos sucesivos. Pudo recuperar sus cátedras recién en 1973 con
el retorno del peronismo al poder del Estado. En 1964, el
jurisconsulto de Concordia publica “La Argentina en la Revolución
de Nuestro Tiempo”, donde hace hincapié en las posibilidades que
brinda la revolución científico-técnica y los desafíos que ésta
genera a la política, la economía y la educación argentinas. En
1972 vuelve sobre el tema en una intervención que desarrolla en la
Conferencia Episcopal Argentina, titulada “Socialización,
socialismo y política cristiana”. Sampay ratifica aquí sus ideas
centrales de justicia política vs justicia oligárquica y de un
Estado democrático fuerte que impida la influencia monopólica de
las empresas transnacionales. En su discurso, y a tono con el
ambiente revolucionario del momento, el reformador constituyente
plantea los “hombres nuevos” -idea guevarista- y el salto moral
que necesariamente debe acompañar el desarrollo de la justicia
política y la distribución equitativa de los bienes que el progreso
técnico ha hecho posibles. Paradójicamente, éste planteo profundo
se acompaña con el comentario de una reflexión de Monseñor Tortolo
sobre el ocio degradado de nuestra civilización y el avance del
espectáculo erótico. Más ilusión de fe común que ésta tal vez
no pueda haber. El avance de la ética feminista tal vez comparta la
crítica al espectáculo degradante, pero en el sentido de rechazo al
machismo, lo que no es compartible en absoluto es la política de
Monseñor Tortolo a partir del 24 de marzo de 1976.
¿Con
qué autores contemporáneos enriquecer la relectura del pensamiento
de Sampay?. Una
de las reflexiones más profundas sobre las potencialidades latentes
en la denominada tercera (o cuarta ya) revolución industrial ha sido
realizada por André Gorz en “Miserias del Presente, Riqueza de lo
Posible”. Para éste autor, el mayor
aprovechamiento
democrático de las nuevas tecnologías puede llevarnos al desarrollo
de círculos de cooperación ampliados, a ciudades cooperativas
inteligentes -idea
también de Manuel Castells- y
a la liberación progresiva de la explotación laboral y del tiempo
vital y social. Pero para eso se necesita un cambio político
estructural. Toni Negri y Michael Hardt, entre otros pensadores
autonomistas han planteado la necesaria “gestión comunitaria del
común”, diferenciando “lo común”, de “lo público”. Cabe
agregar que en su libro “Multitud”, Negri y Hardt hacen una
relectura de “El Federalista” de Alexander
Hamilton,
James
Madison y John Jay,
obra que Irazusta admiraba profundamente. Pierre
Rosanvallon ha propuesto fortalecer la “contrademocracia”, la
movilización popular democrática, el poder popular organizado. En
la misma línea, Erik Olin Wright plantea fortalecer el “poder
social” frente a los poderes económico y estatal. Olivier
Christin ha repasado la historia de la democracia a contrapelo,
encontrando una relación entre las asambleas antiguas y las actuales
consultas electrónicas y otras formas de democracia directa. Por
lo demás, hay que leer y discutir el concepto de “postdesarrollo”
del sociólogo alemán Ulrich Brand, quién integra perspectivas
críticas y alternativas en su propuesta, entre las que se destaca
una revaloración -sin
petrificar el concepto- de la ética del Buen Vivir-Sumaq Kawsay,
practicada por los nativos de Nuestra América-Abya Yala y una
reorganización completa de la vida social global. Dice Brand: “me
parece importante la perspectiva “4 en 1” de la filósofa Frieda
Haug, que propone la orientación de vivir cuatro horas de trabajo
asalariado, cuatro horas de un trabajo para nosotros mismos, cuatro
horas de cuidado y cuatro horas de trabajo para la comunidad o de
trabajo político, como forma de rearticular los modos del hacer y la
idea misma de lo común”. Elmar Altvater ha hablado de la necesidad
de construir “una sociedad solar y solidaria”. En febrero de
2018, la metalúrgica alemana celebró la conquista de las 28 horas
de trabajo semanal, superando la consigna de batalla por las 32 horas
semanales que tenía como abanderada a la investigadora del Centro de
Ciencias Sociales de Berlín, Jutta Allmendinger. En Nueva Zelanda,
algunos sectores de la economía nacional pusieron en marcha la
semana laboral de cuatro días. Tanto en el corazón de Europa como
en la Aotearoa de Oceanía, la reducción del tiempo de trabajo
empleado no ha afectado la productividad, más bien lo contrario.
LOS
ESPÍRITUS CONSTITUYENTES
“...Santo
Tomás de Aquino asevera que la “corrupción de
la
justicia tiene dos causas: la astucia del sapiente, que
falsifica
el recto enjuiciamiento, y la violencia de los
poderosos,
que subvierte lo que es justo”. Según nuestro
saber,
jamás nadie señaló con mayor exactitud las causas
de
la injusticia social...”
ARTURO SAMPAY
“Constitución
y Pueblo” (1973)
“...Veamos
lo que el Concilio Vaticano II señala como
moralmente
correcto con referencia a la indeminización
por
los bienes expropiados. Expresa: “El traspaso de los
bienes
privados a la propiedad pública sólo puede hacerse
ofreciendo
una equitativa compensación, teniendo en
cuenta
todas las circunstancias...”
ARTURO SAMPAY
“Constitución
y Pueblo”
“...Por
un lado, la idea de socialismo es la idea de un mundo en el que los
bienes comunes necesarios a todo el mundo para la vida son en la
mayor
medida posible propiedad de la comunidad y su régimen de uso
está en función del interés de la mayoría...”
JACQUES
RANCIERE
El
Diario.es, 2/4/2013
En 1967, Sampay escribe el
prólogo a “La Constitución de la Nación bajo el sistema
federativo”, un libro que rescata el pensamiento del líder
correntino Pedro Ferré (1788-1867). En su introducción a “Las
Constituciones de la Argentina (1810-1972)”, el letrado entrerriano
vuelve a subrayar la importancia de los planteos políticos de Ferré
-después de valorizar las ideas del artiguismo- en los debates
interprovinciales que se dieron entre 1830-1832, en los que este
caudillo se enfrentó a las especulaciones y las maniobras de BsAs,
que terminarán en la transacción del Pacto Federal (1831). La
posición proteccionista y federalista de Ferré no era aceptada por
la política porteña, que estaba en el proceso de mutación de la
hegemonía rivadavia a la rosista. En 1970, Sampay escribió un
ensayo crítico sobre Rosas que fue reeditado en 1975 con el título
“Las ideas políticas de Juan Manuel de Rosas”: en éste trabajo,
el constituyente social documenta por ejemplo la lectura atenta que
el caudillo bonaerense hizo de las ideas del conservador francés
Gaspard de Réal de Courban (1682-1752). Este libro sobre el
Restaurador se completó con unos apuntes de Enrique M. Barba sobre
“Rosas y los intereses británicos en la Argentina”. Los caminos
de los lectores nacionalistas de Aristóteles y Santo Tomás de
Aquino se bifurcaban, lo mismo que el de los militantes nacionales y
populares. Irazusta expresó pública y respetuosamente sus
diferencias con el Prof. Barba, ratificando su defensa del
nacionalismo político y práctico del caudillo bonaerense. Queda
pendiente para el debate las disenciones entre Sampay e Irazusta
sobre los conceptos de pueblo y cultura y sobre las formas del
desenvolvimiento capitalista en Argentina. De todas maneras, nuestro
jurista cita a Julio Irazusta en “Constitución y Pueblo”:
Beatriz Bosch y Fermín Chávez, como hemos visto, también citaban
la imprescindible obra del historiador de Gualeguaychú.
Las
reformas constitucionales realizadas en Uruguay en 1967 y sobre todo
en Chile, en 1971, estuvieron inspiradas en las ideas de Sampay y en
la línea política de aquel Artículo 40 de la Reforma de 1949 que
se había frustrado. El entrerriano expresó públicamente sentirse
felíz de que su aporte hubiera sido útil a la reforma
político-legal realizada por el gobierno socialista de Salvador
Allende en Chile. Ese cambio constituyente en el país trasandino
está documentado en las páginas finales de “Constitución y
Pueblo”. Sampay había sido recibido por Allende en alguna ocasión
para asesorarse sobre este tema. El
presidente chileno muere el día del golpe de estado realizado por
las Fuerzas Armadas el 11 de Setiembre de 1973. Poco tiempo antes,
Allende había estado en la asunción de Héctor Cámpora a la
presidencia, cuando el peronismo volvió al gobierno. “Constitución
y Pueblo” fue editado en junio de ese año, en uno de los momentos
más intensos de las luchas políticas y sociales. Sampay recuperó
sus cátedras, integró la Corte Suprema en esta etapa
y fue miembro de la Comisión contra la Discriminación Racial de las
Naciones Unidas.
Falleció un año después del golpe militar de 1976. En 1971
fundó y dirigió la Revista Realidad Económica que continúa
sus pasos,
lo mismo que el IADE, el Instituto Argentino para el Desarrollo
Económico que
se organizó en 1961 y realiza hasta hoy una importante labor
investigativa y formadora.
Los
homenajes a Sampay se han multiplicado en los últimos años, lo
mismo que la reedición de sus obras y los comentarios sobre las
mismas. Desde “Sampay, la Constitución del Futuro”, de Alberto
González Arzac (1982 y 2009) a la publicación de las “Obras
Escogidas” del constituyente social por parte de la Universidad de
Lanús, en 2014, las lecturas y relecturas de su pensamiento han sido
variadas. Para Ernesto Adolfo Ríos, “Sampay es, sin duda ninguna,
uno de los pensadores más profundos y de mayor vigencia de la
Argentina del siglo XX. La permanencia de su
vigorosa argumentación frente al racionalismo, la solidez de sus
conclusiones –superiores en claridad a las de un Rawls o un
Habermas, como ejemplo-, la hondura filosófica de sus obras –en la
que descuella su monumental “Introducción a la Teoría del
Estado”-, y el programa político que se desprende de su reflexión,
colocan al entrerriano como un autor de lectura obligada”. En 2013,
el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner designó con su nombre
la sede del ministerio nacional de justicia. En 2014, la Ley 10330 de
la Provincia de Entre Ríos lo declaró ciudadano ilustre
post-mortem. En noviembre de 2018, el Colegio de Abogados de Entre
Ríos, en su foro de Concordia, colocó sendas placas dedicadas a
Arturo Sampay y a Luis María Jaureguiberry. Transitaron veredas
políticas distintas, pero a su manera, el Artículo 14 bis insertado
por el constituyente radical en la polémica reforma de 1957, mostró
que lugar real tenían los derechos sociales en la Argentina de ese
momento. A su modo, el 14 bis era un Sampay minimizado, en el marco
del regreso a las líneas políticas de la Constitución de 1853. Los
homenajes pasivos -o cínicos- no están mal, pero lo dejan en un
lugar estructural real inferior al de los derechos minimizados. Los
ideales de Sampay -que no alcanzó a ver el problema ecológico- más
bien parecen estar en otro lado, en las organizaciones de la economía
popular y en la movilización y producción ambiental y alternativa.
AQUILES
Y LA TORTUGA. EL MAÑANA ES HOY
“Es
necesario avanzar con las dos piernas del socialismo:
con
la ciencia y con el ideal, con la utopía de un país
diferente,
de una ciudad diferente, de un barrio diferente”
GUILLERMO ESTÉVEZ BOERO
“La
gran mayoría de los hombres y las mujeres del mundo
no
son sujetos de derechos humanos, sólo son objetos de
los
discursos sobre derechos humanos”
BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS
"...Esto nos ha llevado a redefinir el proyecto socialista
en términos de una radicalización de la democracia;
es decir, como articulación de las luchas contra las
diferentes formas de subordinación."
ERNESTO LACLAU
El
autor de “Constitución y Pueblo” alcanzó a ver las
contradicciones y limitaciones de los movimientos nacionales y
populares en Argentina. Dice claramente Sampay que, “advertimos que
cuando afirmamos que los sectores populares predominan en
determinadas coyunturas históricas, nos estamos refiriendo a la
mayoría de los componentes de tales sectores, porque tanto cuando
los triunfos radicales de 1916 y 1928, como cuando el triunfo obrero
del 17 de octubre de 1945, parte de esos sectores actuaron con otro
sentido y a veces antagónicamente, sea por discrepar con el modo y
con la intensidad de satisfascer los intereses populares, sea porque
la astucia de la oligarquía consigue dividir al enemigo, pues esta
división es el seguro de su predominio”, y después una
autocrítica profunda sobre el proceso político reformista de 1949
que no muchos han leído o que no quieren reconocer ni compartir.
Dice el constituyente social entrerriano que, “la reforma
constitucional de 1949 no organizó adecuadamente el predominio y el
ejercicio del poder político por los sectores populares, debido,
primero a la confianza que los sectores populares triunfantes tenían
en la conducción carismática de Perón, y segundo, el celosos
cuidado que el propio Perón ponía para que no se formara
paralelamente al gobierno legal un coadyuvante poder real de esos
sectores populares, por lo que el nuevo régimen iba a mantenerse
hasta que la oligarquía cautivara a los oficiales de las fuerzas
armadas. Tal era, entonces, el talón de Aquiles de la mentada
reforma y la cual, precisamente como Aquiles, fue muerta por el
enemigo en la flor de la juventud a causa de tener vulnerable nada
menos que su soporte”.
El
ensayo de Sampay titulado “¿Qué Constitución tiene la Argentina
y cuál debe tener?” -que forma parte del libro “Constitución y
Pueblo”- concluye con una serie de propuestas políticas para la
liberación nacional y social que estaban pensadas como parte de una
nueva reforma constitucional. Aquí el militante de la justicia
política habla de “ejecutar con eficacia una planificación
integral, instrumentando una descentralización operativa regional
que respete la forma federal del Estado y el régimen municipal
autónomo”. Plantea el respeto a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos y en ese marco, promover “la libertad creadora del
pueblo”. Además, agregaba Sampay, la nueva Constitución debía
convertir en disposiciones rígidas las pautas legislativas que
enumeraba, y que eran los siguientes doce puntos:
1ro)
Transformar los latifundios en propiedad de empresas de bien público
y en especial de cooperativas integradas por los trabajadores de la
tierra.
2do)
Expropiar los monopolios capitalistas poseyentes de medios de
producción y distribución.
3ro)
Estatizar y cooperativizar la función de recoger y administrar el
ahorro social.
4to)
Estatizar la extracción, industrialización y comercialización de
los materiales energéticos.
5to)
Estatizar el comercio exterior.
6to)
Proteger las pequeñas y medianas empresas agrarias, industriales y
comerciales, otorgándoseles créditos para modernizar sus técnicas
de trabajo, y crear cooperativas de producción y de distribución en
las cuales dichas empresas se integren formando complejos de alta
productividad.
7mo)
Realizar la “reforma urbana” para que cada habitante de las
ciudades disponga de hogar higiénico y decoroso; a cuyo efecto el
Estado financiará la construcción de viviendas por cooperativas y
la compra por los inquilinos de las casas que habitan.
8vo)
Instituir la asistencia médica gratuita para el pueblo, y
transformar en propiedad de cooperativas a las fábricas de productos
medicinales pertenecientes a los monopolios.
9no)
Utilizar planificadamente todos los recursos sociales destinados a la
educación -los del Estado federal, Provincias, Municipios e
Institutos Privados- a fin de obtener de inmediato que en todas las
regiones del país sus habitantes completen los estudios primarios y
también obtener, en breve plazo, que como mínimo cursen los
estudios secundarios.
10mo)
Fundar Universidades y modernizar las que haya, en las distintas
regiones del país, orientando la formación profesional y las
investigaciones científico-técnicas a las necesidades
socio-económicas de las respectivas regiones.
11mo)
Transformar a las Academias en entidades del Estado y asignarles como
función las investigaciones científicas de alto nivel.
12do)
Realizar una política internacional orientada a obtener apoyos para
promover el desarrollo económico autónomo del país.
“Este
mañana histórico -planteaba Sampay- que prevemos para la Argentina
será una realidad viviente cuando los sectores populares unifiquen
su acción e impongan una nueva Constitución real sobre la base de
su predominio político”. El anhelo del gran constituyente social
está pendiente. Su pensamiento hoy puede enriquecerse con el aporte
del debates políticos y jurídicos de nuestro tiempo. Las ideas de
“Constitución y Pueblo” pueden potenciarse enormemente
dialogando, por ejemplo, con la “Declaración de los Derechos de
los Pueblos” de Argel (1976), citada por Boaventura de Sousa Santos
(n. en 1940) en “Descolonizar el saber, reinventar el poder”
(2010) y con el “Proyecto
de Declaración Universal del Bien Común de la Humanidad”,
propuesto en 2012 por Francois Houtart (1925-2017), y cuyo Art 1ro
sugiere “establecer la simbiosis entre la tierra y el género
humano, parte consciente de la naturaleza”.
Prof.
Mauricio Castaldo
María
Grande, Entre Ríos
Enero
de 2019
NOTAS:
(1)
FERNANDO SÁNCHEZ ZINNY, “Prólogo” a “Las dos
políticas. Consideraciones de actualidad”, de OLEGARIO
V. ANDRADE, BsAs, Confluencia, 1999, pp. 15-16. El libro de
Hernández Arregui puede leerse y descargarse en
http://www.labaldrich.com.ar/los-olvidados-de-la-historia/pensadores-nacionales/juan-jose-hernandez-arregui/
(2)
LESLIE BETHELL (editor),
“Historia de América Latina” (Vol. 6), Barcelona,
Crítica, 1991, pp. 444-448. Los 16 tomos de ésta obra pueden
leerse, por ejemplo, copiando y abriendo los enlaces de
http://www.forocomunista.com/t26823-16-tomos-de-historia-de-america-latina-de-leslie-bethell-se-descargan-de-internet-por-separado
(3)
EVANGELINA FRANZOT, “Emma Barrandeguy. Vivir y
escribir en BsAs”, 31/3/2017, en
https://www.eternacadencia.com.ar/blog/ficcion/item/vivir-y-escribir-en-buenos-aires.html
y “[Pensar la literatura entrerriana] -
Homenaje a Emma Barrandeguy por parte del Instituto Hannah Arendt
(Año 2005)”, Post de Kevin Jones en el Blog “Explicar el
Cielo”, 30/12/2012, en
http://devenirimaginistas.blogspot.com/2012/12/pensar-la-literatura-entrerriana.html
(4)
CRONOLOGÍA de Arnaldo Calveyra, EDUNER, en
https://eduner.uner.edu.ar/nuestros-autores/10/arnaldo-calveyra/
y “...el verde de los pastos de Entre Ríos...”,
entrevista de Rogelio Alaniz para el diario El Litoral de
Santa Fe, 11/9/2009, en
https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2009/09/11/informaciongeneral/INFO-02.html
(5) NORIKO MUTSUKI, “Julio
Irazusta. Treinta años de nacionalismo argentino”, Prólogo
de Fernando Devoto, BsAs, Biblos, 2004, p.45 y el excelente
comentario de este libro por Marcelo Lorenzo para el diario El
Día de Gualeguaychú, 4/5/2007, citado en
https://introduccionalahistoriajvg.wordpress.com/2013/04/13/%E2%9C%8D-julio-irazusta-treinta-anos-de-nacionalismo-argentino-2004/
(6) Sobre Menéndez y Martínez de Hoz, ver JULIO
IRAZUSTA, “Balance de Siglo y Medio”, Bs As, La
Balandra, 1972, p.235 y 266. La crítica a Genta en NORIKO
MUTSUKI, ob.cit, p. 151. La caracterización del régimen
político argentino de la entrega en la Reseña Biográfica que
acompañó la edición de los “Estudios Histórico-Políticos.
El liberalismo y el socialismo y otros ensayos económicos”
de JULIO IRAZUSTA, BsAs, Dictio, Biblioteca del Pensamiento
Nacionalista Argentino, 1973, pp. 452-453. La crítica a la política
de Perón frente al imperialismo británico en “Balance...”,
ob.cit, pp.179-201 y en “Perón y la crisis argentina”,
libro de Irazusta publicado en 1956 y cuya 3ra Edición a cargo de la
Editorial Independencia, BsAs, 1983, puede leerse y descargarse en
https://kupdf.net/download/peron-y-la-crisis-argentina-julio-irazusta-pdf_58cb30aadc0d606f13c34614_pdf
. Las palabras de Calveyra en “Argentina está presa”,
reportaje de Juan Cruz para El País de Madrid,
29/4/2014, en
https://elpais.com/cultura/2014/04/29/actualidad/1398777305_696975.html
(7) Sobre la practicidad de Rosas, ver JULIO
IRAZUSTA, “Vida Política de Juan Manuel de Rosas a
través de su correspondencia” (Tomo I), BsAs, Jorge E.
Llopis, 1975, p. 27; la falta de conducción después de Caseros,
en J.IRAZUSTA, “Estudios...”, ob.cit, p.277;
la crítica a Sarmiento y Alberdi, en “Estudios...”,
ob.cit, p.160, y a Echeverría en J.IRAZUSTA, “De la
epopeya emancipadora a la pequeña Argentina”, BsAs, Dictio
1979, p.93. Sobre la política de Urquiza después de Caseros -y
también su política hacia Manuel Oribe-, ver J.IRAZUSTA,
“Breve Historia de la Argentina”, BsAs,
Independencia, 1981, p.146 y RODOLFO IRAZUSTA, p.187 de
RODOLFO Y JULIO IRAZUSTA, “La Argentina y el
Imperialismo Británico”, BsAs, Tor, 1934. Este
trabajo de los hermanos Irazusta puede leerse y descargarse en
https://kupdf.net/download/irazusta-r-y-irazusta-j-la-argentina-y-el-imperialismo-britanico_59cf025e08bbc5c079687109_pdf
. La contradicción entre la política económica de Alberdi y la de
Fragueiro, en J.IRAZUSTA, “Breve Historia...”,
ob.cit, p.147. Sobre el “complejo de inferioridad nacional”, ver
N.MUTSUKI, ob.cit, p.204 y J.IRAZUSTA, “Ensayos
Históricos 1820”, BsAs, Eudeba, 1968, pp.14-15. La lectura
propia sobre Maurras y la dignidad del pueblo argentino, en
J.IRAZUSTA, “Estudios...”, ob.cit,
pp.193-195. La sublevación federalista contra San Martín, en
J.IRAZUSTA, “Breve Historia...”, ob.cit,
p.93. El ensayo del Prof. Andrés Rosler, en
https://www.academia.edu/34961939/Ubi_libertas_ibi_patria_la_doctrina_republicana_del_patriotismo
. La relación real entre monarquía, aristocracia y democracia, en
J.IRAZUSTA, “Estudios...”, ob.cit, p.333.
(8) Sobre el Fragmento alberdino, ver J.
IRAZUSTA, “Ensayos Históricos 1820”, ob.cit,
p.136 y 174. Las oscilaciones filosóficas de Alberdi, en FERMÍN
CHÁVEZ, “Epistemología para la Periferia”,
compilación de Ana María Jaramillo, BsAs, Universidad
Nacional de Lanús, 2012, p.50. La crítica al racismo de Alberdi
y tantos otros, en TIRSO FIOROTTO, “Un duelo demorado por los
próceres racistas del aula”, Diario UNO de E.Ríos, 24/4/2016, en
https://www.unoentrerios.com.ar/a-fondo/un-duelo-demorado-los-proceres-racistas-del-aula-n961787.html
. Una brillante introducción al pensamiento comunitarista, en HELENA
BÉJAR, “Una época de frío moral: la sociología
comunitarista de Robert N. Bellah”, Universidad Complutense
de Madrid, Revista Española de Investigaciones Sociológicas,
en
http://www.reis.cis.es/REIS/jsp/REIS.jsp?opcion=articulo&ktitulo=1181&autor=HELENA+B%C9JAR
. El reportaje de Borja Hermoso a Habermas, “¿Por
Dios, nada de gobernantes filósofos”, El País de
Madrid, 10/5/2018, en
https://elpais.com/elpais/2018/04/25/eps/1524679056_056165.html
. Sobre la educación económica argentino y el racismo ideológico
de los agentes del régimen imperante, en J.IRAZUSTA,
“Estudios...”, ob.cit, pp. 368-369. Sobre
colectiveros y artesanos, el mismo libro irazustiano en la p. 382.
Una nota sobre Sennet, también en El País de Madrid,
“La dignidad del artesano”, de Josep Ramoneda,
16/5/2009, en
https://elpais.com/diario/2009/05/16/babelia/1242431417_850215.html
. El trabajo completo de García Linera, “Forma Valor
y Forma Comunidad”, en
https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Forma%20valor%20y%20forma%20comunidad%20-%20Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os.pdf
. Una nota sobre Ulrich Brand y su concepto de
“postdesarrollo” puede leerse en el archivo digital del diario
Página 12 de BsAs con el título “No podemos pensar
en salvar el planeta si no pensamos la emancipación social”,
reportaje de Verónica Gago y Diego Sztulwark, 23/4/2012, en
https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-192462-2012-04-23.html
. La valoración de Mosconi, en J. IRAZUSTA,
“Balance...”, ob.cit, pp.119-127. Una introducción
a la concepción de prudencia de Paul Ricoeur, en MARÍA
GUADALUPE SÁNCHEZ TAPIA, “La prudencia como sabiduría
práctica bajo la perspectiva de Paul Ricoeur”, La
Colmena, Revista de la Universidad Autónoma del Estado de
México, 2015, en
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5492909
. El primer capítulo del libro de Tirole, en
https://www.megustaleer.com/libros/la-economa-del-bien-comn/MES-080926/fragmento/
. El concepto conciliar de bien común, en “Fe
cristiana y compromiso social”, Departamento Acción Social
CELAM, BsAs, Editorial Guadalupe, 1983, p. 85. La esperanza en
los jóvenes que se instruyan historiográfica y políticamente, en
Lucrecia Orrego, “Reportaje al gran historiador don
Julio Irazusta”, Revista Todo es Historia, Nro. 30,
Octubre de 1969, citado en
http://revisionistasdesanmartin.blogspot.com/2016/07/reportaje-al-gran-historiador-don-julio.html
. Las ejemplos de cambios políticos en la historia, y el caso
francés, en J. IRAZUSTA, “Balance...”,
ob.cit, pp.248-249 y pp. 258-259. Sobre Mercedes Aguilar Vidart de
Irazusta, ver
https://sites.google.com/site/gualepedia/grupo-iten-gualeguaychu/mujeres-de-gualeguaychu/mercedes-adriana-aguilar-vidart-de-irazusta
. La crítica bibliográfica del Prof. Segovia, en
http://bdigital.uncu.edu.ar/app/navegador/?idobjeto=8153
y el homenaje de Carlos Massini a Irazusta, en
http://www.um.edu.ar/ojs-new/index.php/RUM/article/view/191
(9)
Las entrevistas a Beatriz Bosch: ver AIXA MEGA,
“Entrevista a Beatriz Bosch. Buenos Aires 07/12/06
(primera parte). La Historiadora habla de su familia, su labor
intelectual, insertándonos en los diversos contextos y experiencias
de su labor docente y de investigación, en
https://www.academia.edu/14922642/Entrevista_a_Beatr%C3%ADz_Bosch._Buenos_Aires_07_12_06_primera_parte_Lla_Historiadora_habla_de_su_familia_sulabor_intelectual_insert%C3%A1ndonos_en_los_diversos_contextos_y_experiencias_de_su_labor_docente_y_de_investigaci%C3%B3n
y MARÍA DE LOS ÁNGELES RODRÍGUEZ y AIXA MEGA (UADER),
“Discurso y Contexto: la construcción del proceso de
Organización Nacional y la Figura de Urquiza (1850-1870) en la obra
de Beatriz Bosch, Entre Ríos 1940-1980”, XI Jornadas
Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia.
Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Tucumán, San Miguel
de Tucumán, 2007, en http://cdsa.aacademica.org/000-108/198.pdf
. La entrevista de Tirso Fiorotto para Análisis, el
28/5/2009, en
http://analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=844&di=1&no=103013
, los comentarios de Juan Vilar en “Una personalidad
rigurosa y valiente”, Análisis, 28/5/2009, en
http://analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=844&di=1&no=103068
. Urquiza, la educación y sus hijos en “Una entrevista a
Beatriz Bosch”, por Ricardo Bazán, 12/12/2011, en
http://lasolapaentrerriana.blogspot.com/2011/12/una-entrevista-beatriz-bosch.html
(10)
Las conclusiones de Irazusta, pueden leerse por ejemplo en su
“Breve Historia de la Argentina”, ob.cit. La de Sampay en
ARTURO ENRIQUE SAMPAY, “Constitución y Pueblo”,
BsAs, Cuenca, 1973, pp. 102-105; las reflexiones de Chávez,
en FERMÍN CHÁVEZ, “Historia del País de los
Argentinos”, BsAs, Arturo Peña Lillo Editor, 1967,
p. 263 y 271. La concepción urquicista de la libertad, en BEATRIZ
BOSCH, “Urquiza y su tiempo”, BsAs, Eudeba,
1971, p.238 y pp.345-346. El espíritu de Larroque, en
B.BOSCH, ob.cit, p.446 y 473. Las nociones de tiempo
heterogéneo y de política de los gobernados, en PARTHA
CHATERJEE, “La Nación en tiempo heterogéneo y otros
estudios subalternos”, BsAs, Siglo XXI, 2008. La
referencia crítica de Urquiza a liberales y rosistas, en B.BOSCH,
ob.cit, p.538 y la gravitación del caudillo entrerriano en su etapa
final, en B.BOSCH, ob.cit, p.716.
(11)
Sobre la continuidad liberal en el sistema educativo durante el
primer gobierno peronista, ver FERMÍN CHÁVEZ, “La
conciencia nacional. Historia de su eclipse y recuperación
(1983)”, en “Epistemología para la Periferia”,
compilación de Ana Jaramillo, BsAs, UNLa, 2012, p.290. El
rescate de “El Chumbiao”, en MÓNICA ALABART,
“Gauchos, Montoneras y Caudillos: una interpretación a través
de la historieta El Chumbiao, de Fermín Chávez y Juan Arancio”.
Folia [online]. 2015, n.24, en
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0325-82382015000200002
. Sobre la obra “Un árbol para llegar al cielo”, ver
YANINA ANDREA LEONARDI, “Educación y entretenimiento
para los niños peronistas: La infancia como cuerpo político
(1946-1955)”, VI Jornadas de Sociología de la UNLP, 9 y
10/12/2010, en
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.5115/ev.5115.pdf
. El sueño de la tribu y el ayllu, en FERMÍN CHÁVEZ,
“Historia del País de los Argentinos”, ob.cit, p.13. El
trabajo de GARCÍA LINERA, “Forma Valor y Forma
Comunidad”, en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/coedicion/garcial/
. La dialéctica del movimiento de mayo de 1810 y la crítica de
Chávez a Moreno y a los monárquicos Belgrano y San Martín, como a
la deserción de Ramírez, en F. CHÁVEZ, “Historia...”,
ob.cit, pp.87-182. Las citas de las ideas de Saul Taborda como
de las posiciones de Osvaldo Magnasco, Estanislao Zeballos, Roque
Saenz Peña y Julio Irazusta, en F. CHÁVEZ,
“Historia...”, ob.cit, pp. 349-382. Los textos de Peyret,
Fernández y Cordero, en FERMÍN CHÁVEZ, “La
Confederación. Un proyecto nacional olvidado”, BsAs, Cuadernos
de Crisis, Julio de 1976, p. 25, 26 y 50. El folleto completo de
Cordero, en
https://archive.org/details/revolucindeentr00cordgoog/page/n5
. Sobre las idea de “mis pagos”, TIRSO FIOROTTO,
“La vida comunitaria no se da por muerta frente al
individualismo”, Diario UNO de E.Ríos, Paraná, 14/9/2018, en
https://www.unoentrerios.com.ar/la-provincia/la-vida-comunitaria-no-se-da-muerta-frente-al-individualismo-n1679712.html
. El compilado de los trabajos de Chávez: FERMÍN CHÁVEZ,
“Epistemología para la Periferia”, ob.cit. Una
introducción al trabajo de Lowy y Sayre, en MARTÍN
IGNACIO KOVAL, “Rebelión y melancolía. El romanticismo a
contracorriente de la modernidad, de Michael Löwy y Robert Sayre”,en
https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=1135
y el libro libre digital de éstos autores en
https://elsudamericano.wordpress.com/2017/05/16/rebelion-y-melancolia-el-romanticismo-como-contracorriente-de-la-modernidad-por-michael-lowy-y-robert-sayre-libro/
. Sobre el intercomunalismo tabordiano, ver F. CHÁVEZ,
“Epistemología...”, ob.cit, p.143. Sobre la poesía
provenzal catalana y nuestro arte payadoril, el mismo libro de
F.CHÁVEZ, p.80. Sobre las colonias de nativos propuestas por
JOSÉ HERNÁNDEZ, ver F.CHÁVEZ, ob.cit, pp.352-359. La
convocatoria de Chávez a la resistencia, contra el FMI y las
imposiciones del mercado, en ROBERTO BASCHETTI, “FERMÍN
CHÁVEZ: HISTORIADOR, POETA Y PERIODISTA, PERO POR SOBRE TODAS LAS
COSAS, PATRIOTA Y COMPAÑERO”, 14/7/2006, en
http://www.robertobaschetti.com/pdf/FERMIN%20CHAVEZ.pdf
(12) Una introducción a la vida de Sampay en Marcela Vivona y José Gabriel Yamuni, “La Constitución Nacional de 1949 y la obra de Arturo Sampay”, Julio de 2015, en http://vagosyderecho.blogspot.com/2015/07/la-constitucion-nacional-de-1949-y-la.html , y en http://www.saij.gob.ar/docs-f/ediciones/revistas/Cuadernos_Escuela_Servicio_Justicia_N2.pdf , Juan Fernando Segovia, “Aproximación al pensamiento jurídico y político de Arturo Enrique Sampay. Catolicismo, Peronismo y Socialismo Argentinos”, Universidad de Mendoza, 2007, en https://www.researchgate.net/publication/28245460_Aproximacion_al_pensamiento_juridico_y_politico_de_Arturo_Enrique_Sampay_Catolicismo_Peronismo_y_Socialismo_Argentinos . El libro “La crisis del Estado de derecho liberal-burgués” y las otras obras de Sampay que citamos están en la Biblioteca digital de “La Baldrich”, en http://www.labaldrich.com.ar/biblioteca-digital/biblioteca-digital-2/clasicos-m-z/ . Las 20 tesis de Kurz, en http://grupokrisis2003.blogspot.com/2009/06/razon-sangrienta_24.html . Las diferencias entre libertades antiguas y modernas, en A.Sampay, “La crisis...”, ob.cit, p.179 y 184, y su valoración del corporativismo portugués en la misma obra, p. 351. La edición de “Constitución y Pueblo” de Sampay que leímos, BsAs, Cuenca Ediciones, 1973 y una versión digital en la Biblioteca de La Baldrich. Sobre la Revolución de los Claveles, Rosa María Artal, “El pueblo es quién más ordena”, 24/4/2014, El Diario.es, en https://www.eldiario.es/zonacritica/pueblo-ordena_6_253084706.html . Sobre Sampay y Schmitt, ver Gabriela Rodríguez Rial, “CARL SCHMITT Y EL ESTADO DE DERECHO COMO FORMA POLÍTICA. UN DIÁLOGO CON ARTURO SAMPAY Y NORBERTO BOBBIO”, Conicet, 2016, en https://revistas.uchile.cl/index.php/RDH/article/download/48440/51029/ .
La
reconstrucción del proceso reformista en el Canal
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reforma constitucional de 1949 - Escenas de la historia de un país”,
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Juan Duarte, en Juan
José Salinas,
“HOY COMO AYER: Ascenso y caída de Domingo
Mercante, el corazón de Perón”,
19/2/2016, en
http://pajarorojo.com.ar/?p=21827
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en https://www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/ar/ar146es.pdf
. Los encuentros
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Vivona y José Gabriel Yamuni, ob.cit.
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. El trabajo de Sampay,
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Digital de “La Baldrich”,
http://www.labaldrich.com.ar/biblioteca-digital/biblioteca-digital-2/clasicos-m-z/
. Los
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. Las explicaciones de la Dra.
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http://www.elmiercolesdigital.com.ar/para-la-uruguayense-victoria-giarrizzo-la-inflacion-en-muchos-casos-esta-generada-por-la-falta-de-etica/
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Digital
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http://pdfhumanidades.com/sites/default/files/apuntes/13%20-%20Gorz%2C%20Andr%C3%A9%20-%20Miserias%20del%20presente%2C%20riqueza%20de%20lo%20posible%20%2812%20copias%29.pdf
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. La otra historia de la democracia, planteada por Christin,
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voto cantado a la urna virtual. Entrevista con Olivier Christin”,
Clarín, Revista Ñ, 13/12/2017, en
https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/voto-cantado-urna-virtual_0_r1usKXkMG.html
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. El análisis de Erik Olin Wright, en Américo Schvartzmann, “Erik
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http://www.lavanguardiadigital.com.ar/index.php/2019/01/25/erik-olin-wright-o-el-anticapitalismo-sensato/
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https://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-192462-2012-04-23.html
, las 28hs en Alemania:
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semanal”, El Diario.es, 7/2/2018, en
https://www.eldiario.es/economia/metalurgia-alemana-celebra-trabajo-semanal_0_737727186.html
. Los cuatro días
laborales en Nueva Zelanda: “Trabajar
cuatro días y cobrar cinco: el éxito de la semana laboral corta en
Nueva Zelanda”, Clarín,
BsAs, 18/7/2018, en
https://www.clarin.com/mundo/empresa-nueva-zelanda-redujo-semana-laboral-dias-paso_0_Byud93n77.html
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de San Martín, 2009, en
http://cedinpe.unsam.edu.ar/content/rios-ernesto-las-ideas-constitucionales-de-arturo-enrique-sampay-sesenta-anos-de-la-reforma
. El nombre de Sampay
para
la sede del Ministerio nacional de justicia, en
http://www.iade.org.ar/noticias/asignase-el-nombre-de-doctor-arturo-enrique-sampay-al-edificio-de-la-calle-sarmiento
. Las placas a
Sampay y Jaureguiberry
juntos, en Osvaldo
A. Bodean,
“En una misma pared, el homenaje a dos ilustres
entrerrianos que transitaron por veredas políticas opuestas”,
diario El Entre Ríos de Colón, 26/11/2018, en
https://www.elentrerios.com/actualidad/en-una-misma-pared-el-homenaje-a-dos-ilustres-entrerrianos-que-transitaron-por-veredas-polticas-opuestas.htm
. Las contradicciones y
limitaciones de los movimientos nacionales y populares en A.SAMPAY,
“Constitución y Pueblo”, ob.cit,
p.120 y p.122. Los 12 puntos
para el cambio estructural en el mismo libro de Sampay,
pp. 129-131. El libro de Boaventura
de Sousa Santos,
en
http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/Descolonizar%20el%20saber_final%20-%20C%C3%B3pia.pdf
y el proyecto de Houtart,
en
http://entreparentesis.org/francois-houtart-la-declaracion-universal-del-bien-comun-la-humanidad/
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