Abril
de 1811: hace dos meses que el Coronel Artigas se ha pasado al bando
de la denominada Revolución de Mayo. La lucha de los paisanos y de
los pueblos contra el opresor imperial español, en Entre Ríos y en
la Provincia Oriental del Uruguay lo ha convencido. Artigas desertó
en febrero de ese año de las filas realistas y pasó por Entre Ríos
y Santa Fe para llegar a BsAs y ofrecer sus servicios a la Junta. A
la vuelta hizo el mismo camino, pero en forma inversa. Haciendo
paradas en Nogoyá y Concepción del Uruguay, cruza a Paysandú y de
allí a la ciudad de Mercedes, fermento del sentimiento patriota.
LA
PATRIA CON REY Y LA PATRIA CONFEDERAL. LA NEGRADA Y LA GAUCHADA.
Belgrano,
vocal de la Primera Junta y general del ejército en formación
después, está volviendo de su derrota militar en la Provincia del
Paraguay. En las Provincias Unidas del Sur, en la Argentina Grande de
esa época, no se entiende muy bien la política porteña de hablar
de patria y seguir jurando defender al rey de España, Fernando VII.
Los paraguayos optaran, unos meses después, por independizarse de
España y del dominio de BsAs también, proponiendo mejor una
confederación de pueblos libres y soberanos. La clase dominante de
la capital portuaria nunca aceptará esa idea, que de todas maneras
va a prender en las provincias hermanas: el artiguismo hará suya la
consigna federal desde 1813. Belgrano dialogó mucho diplomáticamente
con los paraguayos pero nunca entendió la idea. Entre tanto, la
gente se defendió sola, con algo de ayuda central, de los ataques y
pirateos españoles. La ayuda era un batallón de cuatrocientos
negros -Pardos y Morenos- a los que se les prometía la libertad si
hacían patria, según la idea de patria que el gobierno tenía. Y
los negros hicieron patria. Otros hicieron y sufrieron patria
vendiendo comida para sus amos o con suerte para si mismos. Pintar a nuestros gurises de negro en los actos patrios para simbolizar que sólo estaban para vender comida o alegrar con su música es ponerle la rodilla en el cuello a los libros de historia. El
entrerriano Bartolomé Zapata y sus gauchos militaron esa autodefensa
popular desde finales de 1810 hasta febrero de 1811: Artigas se
estaba decidiendo, Belgrano se preocupó por las incursiones
realistas en C. del Uruguay, Gualeguaychú y Gualeguay, pero obedeció
a la Junta y siguió la marcha a Paraguay. Los próceres no estaban
todavía y el pueblo movilizado ya era prócer. Los líderes son
humanos y dudan, y flaquean: el pueblo estaba jugado. El 14 de
Diciembre de 1810, los milicianos de Bartolo Zapata saquean la
estancia del alcalde-intendente realista de Gualeguaychú, García
Petisco: esa expropiación de bienes a los enemigos de la patria
naciente era necesaria para que la causa no quedara en discursos.
BELGRANO
Y ARTIGAS: LA PATRIA QUE NO PUDO SER
En
Marzo de 1811, Manuel Belgrano y José Artigas están en
comunicación. Belgrano le confirma por carta que el oriental ha sido
designado el segundo al mando en el ejército patriota. Artigas
contesta dispuesto a todo y le adjunta una copia de la Proclama de
Mercedes donde convoca a todo el pueblo oriental a la lucha. Belgrano
llega a Mercedes, después de haber transitado y estado en el Arroyo
de la China -Concepción del Uruguay- y en Paysandú. El 23 de Abril
de 1811, Belgrano redacta una nota a la Junta de BsAs donde informa
las decisiones estratégicas y comunica que ha acordado con José
Artigas que avance por el centro de la Provincia Oriental para
estrechar a los enemigos de Montevideo. Ese día se había reunido
Belgrano con sus lugartenientes en Mercedes. Belgrano y Artigas se
encontraron allí, brevemente, y hablaron de estrategia militar.
Algún historiador arriesgó la hipótesis de que ya habían tenido
una reunión en C.del Uruguay. El Tomo IV del Archivo Artigas, que
puede consultarse en internet, contiene toda la comunicación de esa
época. Fue el único momento histórico donde coincidieron
políticamente. Más adelante, Artigas será líder del movimiento
republicano, independentista en serio y federal, y Belgrano siempre
defenderá la idea de una monarquía constitucional y centralizada en
BsAs. La documentación muestra a un Belgrano lamentablemente
antifederal. La historia es una ciencia social basada en hechos y
documentos que deben interpretarse con claridad, no es un concurso
mediático de opiniones sin sustento. El creador de la Bandera
Argentina, como el caudillo oriental y como todas y todos los que han
participado de luchas políticas y militares, fue un ser humano de
carne y hueso, con grandes aciertos y grandes, grandísimos errores.
Ser monárquico, buscar un príncipe o princesa como protectores
europeos en BsAs y ser unitario fue su contradicción ideológica.
Belgrano
estuvo poco tiempo en la Banda Oriental, porque el cambio de gobierno en la
capital, lo forzó a trasladarse a la misma a rendir explicaciones
por la derrota en Paraguay. Belgrano dudó en dejar el cuartel
general de Mercedes, pero al final acató la orden y quedó Rondeau
al mando. ¿Y si Belgrano se quedaba y compartía la lucha con
Artigas y con los pueblos? ¿Hubiera cambiado de idea?. Para
nosotros, ese encuentro y posterior separación en Mercedes simboliza
la Patria Grande que pudo ser y que nos espera.
LA
IDEA RIVADAVIANA DE LIBERTAD. Y LA LARGA PELEA POR OTRA IDEA
Belgrano
tuvo una segunda oportunidad, y fue designado por BsAs como Jefe del
Ejército del Norte. En Febrero de 1812 se inspiró en la escarapela
borbónica -el signo de la Orden de Carlos III de Borbón- para crear
una bandera blanca y celeste que por supuesto el gobierno porteño no
aceptó. Rivadavia, colega y compadre después de Belgrano en su
itinerario europeo buscando un príncipe salvador, ya conducía
ideológicamente la política central. Belgrano obedecía y
desobedecía al gobierno de las Provincias Unidas según el contexto:
la Batalla de Tucumán se decidió por presión de los líderes
regionales y de los pobladores del Norte. Los mejores momentos
políticos de Belgrano fue cuando desobedeció a BsAs: lástima que
siempre al final terminaba en la obediencia debida. La capital
rivadaviana recién izó la bandera de Belgrano en 1816, pero eso no
quitó que siguieran negociando entregar las Provincias Unidas a los
ingleses, a los franceses o de vuelta a los españoles si no quedaba
otra. “Libertad” para los burgueses de BsAs era libertad para
tener cargos políticos en una monarquía constitucional y
parlamentaria y era, sobre todo, libertad de comercio y de mercado
para hacer negocios fáciles con los de afuera sin importarle lo que
le pasaba a los de adentro. Esa fue la política del Congreso
Nacional, iniciado en Tucumán y continuado en BsAs, política que
los federalistas tumbaron en Cepeda, en 1820. Los liberales pudieron
igual y pueden agitar la bandera argentina mientras militan estafas
rabiosamente: es la ideología rivadaviana de siempre. Por suerte, el
pueblo humilde movilizado le supo dar otro sentido a la celeste y
blanca. De todas maneras, el peligro del contagio siempre está y
muchas veces paraliza las mejores intenciones. La idea de libertad
debe ser discutida a fondo para evitar trampas y confusiones.
La
misma tensión ha atravesado a la Bandera Federal desde que el
artiguismo entrerriano la izó en Marzo del 1815: no todos los
abanderados del federalismo se han jugado siempre por el federalismo
auténtico. Ha habido “federalistas” de sueños alocados, muy
parecidos en el fondo a los rivadavianos del negocio fácil y sucio a
costas del pueblo. Por suerte, la memoria de la sangre derramada en
la lucha popular que expresa la diagonal roja de nuestra bandera no
se ensucia con el vino de las borracheras partidistas, y su signo nos
sigue interpelando. Si los que hablan de justicia no hacen justicia,
o reproducen la lógica ideológica de liberales, represores y
genocidas, el pueblo movilizado tendrá que animarse a proyectar en
serio una política soberana, federal, democrática, sustentable y
más que nunca, constituyente.
Prof.
Mauricio Castaldo
María
Grande, Entre Ríos,
20/6/2020
NOTAS:
La
hipótesis de un primer encuentro de Belgrano y Artigas en Concepción
del Uruguay en EMILIO LOZA, “La campaña de la Banda Oriental
(1810-1813)”, capítulo XV del Tomo 5 de la Historia de la Nación
Argentina dirigida por Ricardo Levene, BsAs, El Ateneo, 1961, pag.
541.
El Tomo
IV del ARCHIVO ARTIGAS, versión digital, en
http://bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/handle/123456789/1007
La
correspondencia entre Artigas y Belgrano documentada en este volúmen,
empieza en la p. 294 y se extiende hasta la p. 314. En esta última
página citada está la nota de Belgrano a la Junta de BsAs
informando de la disposición estratégica acordada con Jose Artigas
en el Cuartel General de Mercedes.