“...La ramita quebrada de
un sauce, la baba de un caracol,
el rastro de cierta babosa:
todas resultaban pistas ciertas
para su comprensión...”
MARÍA
ESTHER DE MIGUEL
“Jaque
a Paysandú”
Deja pensando el libro de
Orlando Van Bredam sobre el Gauchito Gil. En la literatura del autor,
la vida de Antonio Gil está claramente inserta en los valores y las
contradicciones de su época histórica, que es la época de las
últimas batallas por el federalismo en Argentina y en Sudamérica,
de las derrotas y de la frustración violenta que quedaron en carne
viva. Retobado, justiciero o desertor según distintas versiones, la
vida y la acción del Gauchito Gil se emparenta con la biografía de
unos cuantos gauchos de nuestra macroregión litoraleña. Un Tomás
Cóceres fue el Robin Hood del Montiel y de la Guerra contra el
Brasil allá por 1827.
Unos cuantos gauchos nada
giles se retobaron contra el Gral. Urquiza en la Revolución de
Basualdo y de Toledo, cuando en 1865 el gran soñador empezaba a
perder la memoria, y los quería obligar a suicidarse política y
moralmente en la infame Guerra contra el Paraguay. Otros, se lo
llevaron puesto al Jefe vendido en abril de 1870. Hay formas y formas
de desertar de un régimen político injusto. Un Martín Fierro
-castigado jordanista- desertó, y sumó después al Sargento Cruz,
en su éxodo literario a las tolderías alternativas (1).
La diferencia tal vez resida
en que Antonio Gil tuvo un verdugo que no sabía que hacer con su
culpa: curar males con sangre de inocentes es una de las formas en
que la conciencia del verdugo -o del pecador, o del desesperado-
pueda expiar su falta y su culpa. ¿Es el verdugo, convertido en
militante milagrero, una gran metáfora histórica y psicoanalítica
de la contrición popular desorientada? ¿Qué nos quiere decir el
pueblo con sus creencias y sus mitos, con las formas de su fe? ¿Qué
batallas semióticas y simbólicas se juegan en las cabezas y los
corazones del pueblo? ¿Qué significados históricos, políticos,
culturales y psicológicos se atraviesan y se recombinan en el
espíritu popular?.
Cristo y San Baltasar, el
santo de nuestros negros -el santo cambá- y del Gauchito. San La
Muerte y el Gauchito Gil juntos hoy en la devoción popular, que se
expande ante la angustia y la precariedad política, económica y
social. Todo el enorme y rico mestizaje afro, guaraní,
(post)misionero, gaucho y popular condensado en ésta expresión de
fe social, de religiosidad civil, para decirlo en términos de la
filosofía comunitarista del derecho.
PATRIOTISMO POPULAR, TRAUMA
Y RESILIENCIA
En 1754, los pueblos de las
Misiones Jesuíticas de nuestro Litoral se rebelaron contra el
acuerdo imperial entre españoles y portugueses, que truequeaba
políticamente algunos de esos pueblos misioneros de la gobernación
colonial rioplatense por la ciudad oriental de Colonia, ocupada en
aquel tiempo por la administración lusitana, asentada en Brasil.
Negociado de un Fondo Monetario Territorial, podríamos decir. Las
guerras guaraníticas -guerras nativas, ya que hay que sumarle a los
charrúas y minuanes aliados- y la resistencia popular a ese tratado
pionero del entreguismo y la traición política, mostraron el coraje
de caudillos como Sepé Tiarajú -hoy otro santo popular, y de los
buenos-, que se anticipó en treinta años al patriotismo de Tupac
Amarú y de Tupac Katarí, y en cuarenta, cincuenta y sesenta al de
Touissant L´Overture, Jean Jacques Dessalines, Alexandre Pétion,
José Artigas, Simón Bolívar y José San Martín.
Mural de Danúbio Gonçalves en el Memorial de la Epopeya Riograndense
Porto Alegre, Brasil, Batalla de Caibaté
El gran historiador
entrerriano Julio Irazusta, expresó en su “Breve Historia de la
Argentina” y como reflexión sobre ésta resistencia que, “como
ocurriría otras veces más tarde, en el país independiente, el
pueblo, en todos sus estamentos, se mostró más esclarecido que sus
dirigentes”. Irazusta redondeó la idea en sus “Estudios
Histórico-Políticos”, afirmando que “el elemento popular mostró
hábitos mejores y erró menos que los jefes o las altas clases en
cumplir sus deberes respectivos, en los varios siglos de existencia
que se pueden atribuir a la comunidad argentina”. El pueblo
rioplatense, remata el historiador de Gualeguaychú, “colonial e
independiente, siempre fue más capaz de comprender los programas de
engrandecimiento nacional que sus dirigentes de proponérselos, o de
realizarlos por iniciativa propia” (2).
¿Qué nos está diciendo el
pueblo con su fe resiliente en un gaucho retobado y en un santo -como
San La Muerte- que algunos vinculan a la violenta injusticia contra
un jesuita independiente?. ¿Cómo procesa nuestro pueblo sus sueños,
sus sufrimientos y sus traumas? ¿Sabrá -algún día- el
inconsciente colectivo que tiene una historia real de resistencia y
una prefiguración ejemplar de autonomía y de justicia política en
esa misma historia?.
¿UNA CLAVE EN FRANCÉS?
“¿Por
qué un negro está dispuesto a arriesgar la vida
por
quienes lo desprecian y maltratan?”
FRANTZ
FANON
“Piel
Negra, Máscaras Blancas”
"PEAU NOIRE MASQUES BLANCS"
"PEAU NOIRE MASQUES BLANCS"
En el relato de Van Bredam,
una gringa hermosa y codiciada, sufre las peores vejaciones a manos
de una partida comandada por un jefe sin escrúpulos y unos gauchos
patoteros y degenerados. Antonio Gil era parte de ese grupo, pero en
esa ocasión empezó a tomar distancia de la autoridad política y
policial. El escritor nos dice que la mujer, en medio del
desfallecimiento, recuerda -y comprende dramáticamente en ese
momento- unos versos de Verlaine: “Il pleure sur la ville / comme
il pleure sur mon coeur” (llueve sobre la ciudad, como llueve sobre
mi corazón). Más adelante, Gil -convertido ya en el Gaucho popular-
se encontrará con la dama en el lugar donde secuestran brutalmente
al amor, al deseo y a la dignidad, y ella seguirá recordando de esa
terrible noche sólo los versos de Verlaine.
Van Bredam, entrerriano
radicado en Formosa, recupera en esta obra las mismas líneas que el
gran Carlos Alberto Alvarez citó al introducirnos en su “Canción
de la lluvia pobre”, bello poema del imprescindible libro “Donde
el tiempo es árbol”. Alvarez cita a Verlaine a la inversa de Van
Bredam, siendo fiel al original del francés: “Il pleut dans mon
coeur / comme il pleut sur la ville”. Más allá del detalle, no ha
de ser casualidad que estos dos escritores de nuestra tierra se hayan
inspirado en esa poesía venida con el Atlántico. ¿No habrá un
secreto o una clave entre sus líneas?.
El idioma francés, bien
entendido y bien usado, ha aportado unas cuantas claves abiertas en
la filosofía política de nuestra tierra y en las grandes luchas por
la república, el federalismo, la igualdad real y el derecho
constitucional. Allí están Alejo Peyret, el Alberdi historicista y
los negros libertarios de Haití para atestiguarlo. Allí está la
interpelación permanente de Frantz Fanon y de Aimé Cesaire, y aquí
está hoy el gran federalista canadiense Charles Taylor con su
notable aporte para pensar y proyectar una democracia comunitaria.
FORMAS DE LLOVER
“...Porque,
en cuanto el segundo milagro se desparramó por
la
zona, todos comenzaron a visitar esa cruz de algarrobo
que
con tanto esmero había hecho el verdugo...”
ORLANDO
VAN BREDAM
“Colgado
de los tobillos.
La
historia del Gauchito Gil”
El idioma francés ha sido
parte de muchas batallas políticas y culturales en Nuestra
América-Abya Yala, y en esa lengua Joseph Bové impulsó la Vía
Campesina Internacional y Marie-Monique Robin denunció “El mundo
según Monsanto”. Fue en esa lengua que el Presidente Macrón
rechazó las ofertas libremercadistas de los papeloneros Macri,
Bordet y Etchevehere, en enero de éste año, diciéndoles “no
podemos hacer acuerdos que favorecen a un actor industrial o agrícola
a miles de kilómetros, que tiene otro modelo social o medioambiental
y que hace lo contrario a lo que nosotros imponemos a nuestros
propios actores” (3).
Es cierto que el francés
también fue pose burguesa de algunos, a los que se les frustró el
proyecto político de un principado europeo centralizado en BsAs en
1815, después se les frustró una alianza con los invasores galos en
1838 y en 1845: un siglo más tarde, la patética frustración parecida de
otros lo congeló en algún tango llorón. Sin ninguna pose, Saint
Exupery creó El Principito, en buena parte inspirado en algunas
cosas que lo maravillaron en el Parque San Carlos de Concordia.
¿Porqué nos sigue
movilizando el melancólico existencialismo poético de Verlaine?
¿Será porque quisieramos disfrutar de la lluvia y se nos va la
vida, y porqué el veneno agrotóxico, los anegamientos, los
desbordes y las inundaciones impolíticas lo impiden?. Llueve sobre
nuestros corazones y parece que no sabemos porqué, pero nos parece
sólo porque no pensamos un poco, o no queremos pensar. Llueve sobre
nuestras ciudades, y en algunas ya llueve veneno (4), porque las
gotas de la lluvia se contaminan con el maldito glifosato y la
maldita atrazina que están en el aire que respiramos. ¿Podremos
hacer que las malas lluvias vuelvan a ser buenas lluvias?.
MILAGRO ESPIRITUAL Y
MILAGRO POLÍTICO
“...-El
Señor no puso nada, Dolores. La mezquindad de
los
hombres fue la que sembró de huevos la tierra.
-¿Es
posible cambiar algo?
-Es
posible, dijo él y se quedó pensativo y lejano
como
siempre...”
ORLANDO
VAN BREDAM
“Colgado
de los tobillos.
La
historia del Gauchito Gil”
Un pueblo que no cree en serio
en casi nada -o que dice que no cree-, le pide ayuda al Gauchito Gil.
Y la devoción es grande. En un reportaje publicado por el diario El
País de Madrid hace algún tiempo, un policía promesero y
agradecido -porque quedó rengo y no sin piernas, después de una
balacera- de la Provincia BsAs, que “sin un centavo a veces”
peregrina igual al santuario correntino del santo popular, comenta
que “aquí me encuentro con muchas personas a las que les tuve que
leer sus derechos”, pero que “no pasa nada porque hoy somos todos
devotos” (5).
¿Qué
sentido tiene la fe popular frente a ésta conflictividad? Los
derechos, ¿quedan sólo para ser leídos en voz alta, y después
sálvese quien pueda? ¿Cuáles derechos son leídos? ¿Leemos
derechos como parte de una fe política perdida y después vamos
todos al santuario a esperar un milagro?. Hace algunos días, el
sociólogo decolonial portugués, Boaventura de Sousa Santos afirmó
críticamente que, “la gran mayoría de los
hombres y las mujeres del mundo no son sujetos de derechos humanos,
sólo son objetos de los discursos sobre derechos humanos”. ¿Hasta
cuando la inocencia federal, de la que habla algún chamamé, va a
seguir clamando al cielo por justicia, y no va a forjar ella misma
más poder popular para lograr una justicia política real y
concreta? (6).
Las
formas de la fe popular se expanden por el territorio argentino y
sudamericano con las migraciones internas, con los exilios laborales
que una vez más empuja la necesidad en el marco de un capitalismo
agresivo, apremiante, expulsor y macrocefálico, siempre
alienantemente centralista. ¿Cuándo volveremos a ser pueblo
retobado? ¿Cuándo volveremos a ser como el Gauchito Gil y como
todos los demás gauchos rebeldes contra los poderosos? ¿Cuándo la
indignación generará más contrapoder popular y más fuerza
constituyente de soberanía en todas sus dimensiones?.
FE Y DERECHOS
“...Todos
los años regresaba para
mejorar
ese recuerdo...”
ORLANDO
VAN BREDAM
“Colgado
de los tobillos.
La
historia del Gauchito Gil”
La filósofa contemporánea
Hannah Arendt pensó y planteó el concepto de milagro en forma
alternativa. Para Arendt, el sentido de la política es la
realización de la libertad, y ese logro de la libertad lo piensa
como un milagro concreto, como un milagro de la política en el
sentido amplio y profundo de la misma. La posibilidad de la libertad,
el milagro, surge con cada humano, está en cada humano, en sus
relaciones con los demás, en lo que pueda hacer con los demás en
ese sentido. Podemos pensar el concepto de milagro político, como
producto de la acción colectiva y solidaria que apunta al bien común
y la justicia, como acción autónoma y gestación de acontecimientos
alternativos frente a todo lo que oprime esa libertad. La autora de
“La Condición Humana” no subestimó el concepto de milagro: nos
propuso un debate para ampliar su posibilidad y su sentido. Cada
nuevo comienzo -en todos los órdenes- es por naturaleza un milagro
vital (7).
¿No fueron las afirmaciones
de Sepé y los suyos, del Gauchito Gil y de otros gauchos retobados,
milagros políticos? ¿No son las distintas formas de organización
popular, autónomas, cooperativas, autogestionadas, solidarias y
soberanas, formas o prefiguraciones de milagros políticos de nuestra
época? ¿Qué puede nacer con una lectura distinta de nuestra
historia, de nuestra cultura, de nuestros mitos y de nuestra fe?.
¿Podremos integrar las
distintas formas de la fe popular en una sociedad mejor,
políticamente justa y democrática? ¿No es la fe, en todas sus
formas, un derecho humano? ¿Es la fe un derecho humano obligada a
reflexionar cuando empieza el derecho del otro, o la otra fe? ¿No
debe ser el derecho algo más que una lectura burocrática? ¿Se
puede vivir con fe pero sin derechos, sin justicia y sin democracia
real? ¿Puede el derecho y la lucha política y social darle la
espalda a la fe y a los valores?.
NUESTRAS LIBERTADES Y UNA
FE COMÚN
En 1813, el artiguismo -ese
gran milagro político- propuso “la libertad civil y religiosa en
toda su extensión imaginable” como principio instituyente del
federalismo sudamericano. El vicepresidente socialista boliviano,
Alvaro García Linera ha compilado algunos de sus valiosos y
profundos trabajos con el título de “Hacia el Ayllu Universal”,
y se sabe que los principios nativos del Buen Vivir están insertos
hoy como intenciones constituyentes en las leyes máximas de Bolivia
y Ecuador.
En estos días, hemos visto en
las redes sociales a militantes del MTST de Brasil, el Movimiento de
Trabajadores Sin Techo haciendo una jornada de lectura política
comprometida del Evangelio cristiano: saludamos ese esfuerzo
democrático para que la fe cristiana no vaya por el camino del
fascismo. Es fundamental en nuestros días, tener la mayor claridad
política y un renovado sentido pluralista y comunitario para
enfrentar las dramáticas consecuencias que está generando el
violento fracaso del liberalismo en todas sus formas.
Se trata, como pensó Alberdi
hace unos ciento cincuenta años, del enorme desafío no resuelto de
crear una fe común. El autor de las Bases no escapó de grandes
errores y contradicciones de su época, pero dentro de sus grandes
aciertos de reflexión histórica y política, puede subrayarse éste
que desarrolló en su magistral “Fragmento Preliminar al Estudio
del Derecho”, y que Julio Irazusta supo rescatar. Dijo el tucumano,
embajador en Europa de aquella Confederación Argentina con capital
en Paraná:
“...Nosotros vivimos en
medio de dos revoluciones inacabadas. Una nacional y política que
cuenta veintisiete años -hoy diríamos doscientos ocho-, otra humana
y social que principia donde muere la Edad Media, y cuenta
trescientos años -ahora vamos para quinientos-. No se acabarán
jamás, y todos los esfuerzos materiales no harán más que alejar su
término si no acudimos al remedio verdadero: la creación de una fe
común” (8).
Prof. Mauricio Castaldo
María Grande, Entre Ríos
Facebook: Mauricio Castaldo
Twitter: @castaldoedgar
Notas:
(1)
ORLANDO VAN BREDAM, “Colgado de los tobillos. La historia del
Gauchito Gil”, Paraná, La Hendija, 2016. La idea de una
Revolución en el Arroyo Basualdo, en el norte entrerriano, es
del dramaturgo jordanista FRANCISCO F. FERNÁNDEZ, quién la planteó
en una nota para el periódico El Obrero Nacional de Paraná,
el 6/3/1870. Está citada en la compilación “La Confederación.
Un proyecto nacional olvidado”, de FERMÍN CHÁVEZ, BsAs,
Cuadernos de Crisis, Julio de 1976, p.28. Sobre TOMÁS CÓCERES,
nuestro apunte “Tomás Cóceres: el rebelde de María Grande
contra la Entre Ríos rivadaviana”, en
http://actividadentrerios.blogspot.com/2016/01/tomas-coceres-el-rebelde-de-maria.html
(2)
Fue BERNARDO CANAL FEIJOO quién propuso estudiar y pensar “Burla,
Credo y Culpa en la creación anónima” de nuestra tradición.
Una buena introducción a Canal Feijoo por parte de GISELA FABBIAN,
en
http://www.boletindeestetica.com.ar/wp-content/uploads/Boletin-de-Estetica-N36.pdf.
Sobre el concepto de religiosidad civil de Robert Bellah y una
impecable introducción a la sociología comunitarista, ver HELENA
BÉJAR MERINO, “Una época de frío moral. La sociología
comunitarista de Robert N. Bellah”, en
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=760552.
La dialéctica histórica irazustiana, en JULIO IRAZUSTA, “Breve
Historia de la Argentina”, BsAs, Independencia, 1981, p.43, y
J.IRAZUSTA, “Escritos Histórico-Políticos”, BsAs, Dictio, 1973,
pp.193-195.-
(3)
El poema de CARLOS ALBERTO ALVAREZ en “Donde el tiempo es árbol”,
BsAs, Colombo, 1963, p.35. El papelón de nuestros gobernantes, en
LUISA CORRADINI, “Macrón puso un freno al acuerdo con la UE,
pero siguen las negociaciones”, BsAs, La Nación,
26/1/2018,
https://www.lanacion.com.ar/2104074-macron-puso-un-freno-al-acuerdo-con-la-ue-pero-siguen-las-negociaciones
(4)
SILVANA BUJÁN, “Llueven tóxicos: Glifosato y atrazina en aguas
de lluvia de la región pampeana”,
en
http://www.exactas.unlp.edu.ar/articulo/2015/2/9/lluvia_glifozato
(5)
RAMIRO BARREIRO, “Gauchito Gil: el gran “santo” pagano
argentino que reúne a 250.000 fieles”, diario El País,
Madrid, 8/1/2017,
(6)
Sobre SOUSA SANTOS, Clacso en Twitter
(7)
Un análisis del concepto arendtiano de milagro, en
(8)
Las Instrucciones del XIII, en
http://www.chasque.net/vecinet/instru13.htm.
Los estudios de GARCÍA LINERA, en
http://bibliotecaindigena.esy.es/uncategorized/hacia-el-gran-ayllu-universal/.
El twit del MTST (también difundido en Facebook) del 22/9/2018:
“Hoje foi dia de atividade com a Frente Evangélica na Tenda do
Largo, em Niteroi/RJ. O tema do estudo bíblico foi justiça e a luta
por um mundo em que todos sejam tratados como iguais. A luta do MTST
é por mais que moradia, é também por dignidade, direitos e
igualdade!
A LUTA É PRA VALER! ”, ver https://twitter.com/mtst/status/1043607476254461952. El repaso de las ideas de Alberdi, en JULIO IRAZUSTA, “Ensayos Históricos”, BsAs, Eudeba, 1968, p. 137. El gran Fragmento Preliminar alberdino, en http://www.hacer.org/pdf/fragmento.pdf
A LUTA É PRA VALER! ”, ver https://twitter.com/mtst/status/1043607476254461952. El repaso de las ideas de Alberdi, en JULIO IRAZUSTA, “Ensayos Históricos”, BsAs, Eudeba, 1968, p. 137. El gran Fragmento Preliminar alberdino, en http://www.hacer.org/pdf/fragmento.pdf