Continuidad
de la 2da Parte del cap. 5 de los Apuntes para una Historia del Mundo Entrerriano
El Villanueva de Alfredo Sábat
La Nación, 9/9/2000
Sumario:
I - LA
SEMIOSFERA DEL MATE. EL LENGUAJE MATERO Y LA
BIOSEMIÓTICA. GENEALOGÍA, SOCIABILIDAD, FETICHISMO Y UTOPÍA DEL
MATE. ¿BUSCAMOS UNA TIERRA SIN MAL?. ACTUALIDAD DE VILLANUEVA.
FESTEJOS MATEROS Y EL IDEARIO DE ANDRESITO ARTIGAS.
II - DOS
CONCEPCIONES DEL FOLKLORE Y LA TRADICIÓN. CAPATACES Y
GUARDIAS DEL MONTE. ÉNFASIS, SENTIDOS Y CRUCES. LA PROMESA Y EL
INCONSCIENTE DEL MARTÍN FIERRO. HABLAR EN GUARANÍ, HABLAR EN
ANGOLA, HABLAR EN CRIOLLO, ESCUCHAR A LA MUJER. TERAPIA POÉTICA.
III – LA
CUESTIÓN MERIDIONAL ARGENTINA. LA CUESTIÓN POLÍTICA,
ECONÓMICA Y CULTURAL DEL FEDERALISMO. CATALANES, VASCOS,
ENTRERRIANOS Y ARTIGUISTAS. ARTIGUISMO Y MAOÍSMO. MICROHISTORIAS
NORMALISTAS Y FEDERALISTAS.
IV
– LAS
PREGUNTAS DE AMARO VILLANUEVA.
COMEDOR O CEMENTERIO. UNA
LUCHA CONTRA EL TIEMPO. CELEBRACIONES, GUERRA Y POLÍTICA. DOMINIOS
DE LA TELEFONÍA. FUTURO DEL TRABAJO Y DEL CINE. MUERTE,
NOBLEZA, BENEFICENCIA Y VIRTUD. RAZAS,
IMPERIALISMO Y EXTRADICIÓN. LA CUESTIÓN FEDERAL GLOBAL. TOXINAS DE
TODO TIPO. DEMOCRATIZACIÓN EDUCATIVA. LLEGAR A LA LUNA. NOTAS.
“...Ah, que nuestra más
secreta melodía se abra siempre y busque las otras melodías
hasta que los límites con
éstas no se sientan como ahora se sienten, como algunos los
sienten...”
JUAN
L. ORTÍZ
“Para
Amaro Villanueva”, en
“El
aire conmovido” (1949)
“-Che, ¿qué vamos a hacer
cuando ganemos la gobernación?
-Lo primero será comprarme un
par de zapatos para no pasar
vergüenza con estas
alpargatas deshilachadas”
Conversación
del Dr. Antonio Santich con su compañero
de
fórmula y candidato comunista a la gobernación de
Entre
Ríos, Amaro Villanueva. Impugnados en 1951, en
GUILLERMO
MONDEJAR, “El Criollo Universal.
Cronología
de Amaro Villanueva”,
Obras
Completas, Tomo III, Eduner
“...A propósito de una
conferencia de Rodolfo Ghioldi,
Amaro Villanueva ofrece su
visión del nexo entre
tradición y comunismo en
el marco de una solución
de masa del problema del
federalismo...”
JOSÉ
ARICÓ
“La
cola del diablo. Itinerario de
Gramsci
en América Latina”
José Napoleón Amaro
Villanueva nació en la incubadora cultural de Gualeguay en 1900. Su
vida, su trabajo periodístico y ensayístico y su militancia
política y cultural coincidió con un siglo corto e intenso.
Villanueva combinará la participación en la utopía política
dialéctica y proletaria con la relectura de nuestra genealogía
regional y nuestras luchas populares. Su pueblo natal fue testigo de
las primeras armas periodísticas que realizó en una publicación
familiar. Gualeguay también le entregó su diploma maestro normal.
En esa tierra entrerriana, tan inspiradora como conservadora,
compartió poesía y pensamiento con el gran Juan L.Ortíz. Buscó
trabajo en Rosario y después vivió unos años en Paraná. En la
capital entrerriana fue gran animador cultural, llegando a dirigir la
sección que El Diario dedicaba a nuestras letras y a nuestros
creadores. Unos versos gauchipolíticos que se metieron en las
internas del radicalismo gobernante fueron parte de esa pluma de
alquiler que ejercía Villanueva en los años ´30.
Publicó en el diario El
Litoral de Santa Fe y en otros medios, como La Nación. En 1938
aparece su primer estudio sobre El Mate, tema que seguiría
investigando y ampliando hasta volver a publicar en 1960. Para
nosotros, éste extraordinario trabajo pionero de Amaro Villanueva es
la base sólida para pensar una semiosfera del mate, siguiendo un
concepto estratégico que Yuri Lotman (1922-1993) aportó a la
semiótica cultural. En 1945 publica la primera versión de “Crítica
y Pico”, expresando allí sus reflexiones sobre el Martín Fierro,
José Hernández y la poesía gaucha originaria de Bartolomé
Hidalgo. Su búsqueda de una cultura con sentido nacional y social
será apoyada con los estudios de la obra de Juan María Gutiérrez.
Integrado al Partido
Comunista, llegaría a ser candidato a gobernador de esa formación
política en 1951, en pleno auge del peronismo. Nunca pudo saber si
tuvo algunos votos, porque su candidatura fue anulada por una
justicia electoral que cumplía su rol inapelable en el marco de la
guerra fría. Lo que si pudo ver y escuchar fueron los balazos con
los que fue impugnado un acto del PC en Paraná. Un proyectil quedó
en el cuerpo del líder partidario, Rodolfo Ghioldi, sin
consecuencias mortales, y seguramente en la conciencia de Villanueva.
La falta de defensa frente al matonismo político -que no se diga, de
un comunista- y la muerte de su madre lo llevaron a trasladarse, a
exiliarse, a BsAs. Allí fue asesor editorial y continuó sus
estudios, sus ensayos y su aporte a la poesía popular. A la
continuidad de sus investigaciones sobre el mate, el arte de cebar y
su lenguaje, le sumó sus indagaciones y su análisis del lunfardo.
Como ya vimos, fue Villanueva quien aportó el origen de esa palabra
que resume el lenguaje popular y callejero de BsAs. Además, fue uno
de los fundadores de la Academia Porteña del Lunfardo. “El Sentido
Esencial del Martin Fierro” y “Lunfardópolis”, la poesía
popular del campo y de la ciudad, unidos por el lenguaje del mate, en
una Argentina siempre dividida política, social, geográfica y
culturalmente, fue el aporte de Amaro Villanueva para pensar nuestra
“cuestión meridional”. La potencia y los límites de su
pensamiento, en el marco de su militancia partidaria, serán parte
también de nuestras consideraciones.
Un amor de película con
Blanca Gerchunoff, hija del autor de “Los Gauchos Judíos” y de
“Entre Ríos Mi País” fue parte del tango vital de Amaro
Villanueva. Sólo cuando Blanca enviudó, la pareja pudo formalizar,
en la capital portuaria, una pasión que años atrás había recibido
la amonestación severa de don Alberto Gerchunoff. La violencia
estatal llevó a Blanca tiempo después, también a la militancia por
los derechos humanos. Amaro murió el 5 de agosto de 1969, un par de
meses después del Cordobazo. El día de su fallecimiento, la madre
de quien escribe estas líneas cumplía 23 años en la localidad de
Seguí. En 2008, Editorial La Hendija reeditó los “Versos para la
Oreja”. En 2010, la EDUNER publicó las Obras Completas de
Villanueva en tres voluminosos tomos como forma de participar en el
Bicentenario de la Revolución de Mayo. Esa publicación es la que
seguimos en nuestros apuntes: la tarea es pensarla, discutirla y
difundirla.
En Paraná, una de las
viviendas que habitó Villanueva se ubicó en el Pasaje Baucis. Esa
bella callecita empedrada de apellido catalán muchos años después
se transformó en la senda del Contrafestejo los 11 de Octubre. Sería
importante que en esa movida tuviera lugar una reflexión sobre la
semiótica del mate inaugurada por el escritor gualeyo -que tanto
batalló por el reconocimiento de ese legado guaraní- y porqué no,
una relectura de la poesía popular del primer Bartolomé Hidalgo con
toda su actualidad.
La reedición de La Hendija
I - LA SEMIOSFERA DEL MATE
“El mate es el único
rito que sobrevive intacto desde 1816”
MIGUEL
ANGEL DE MARCO
Clarín,
BsAs, 2/7/2016
“El mate representa una
utopía, un modelo ideal de relación social”
Johanna
Pohjola
El
Territorio, Misiones, 27/7/2014
"Los argentinos saben
poco sobre el mate"
VALERIA
TRAPAGA, Sommelier,
La
Capital, Rosario, 6/10/2016
Buena parte de su vida, Amaro
Villanueva la dedicó al estudio del mate, del arte de cebar y de su
lenguaje. Hoy, la idea de un “lenguaje del mate” nos remite a la
semiótica, al análisis de los signos de una cultura y a la
comunicación social. En sus investigaciones, el escritor y militante
gualeyo es consciente de que la lingüística y la etnografía son
fuentes fundamentales del estudio que está realizando. Villanueva
murió el mismo año en que se fundaba la Asociación Internacional
para los Estudios Semióticos.
En su trabajo sobre el mate,
el cronista entrerriano aborda lo que denomina el lenguaje del mismo,
en su doble dimensión, primero en el vocabulario de nuestra
costumbre y segundo en el significado de ciertas frases o dichos
sobre la forma de cebarlo. No se le escapa casi nada a Villanueva: la
producción de la yerba, la historia de los mates y de las calderas,
la aparición del termo, las etimologías del idioma matero, la
literatura y la sociología que se han producido y las que se pueden
producir sobre el ritual que nos renueva cada día. No quedan
dudas que, con la lectura del trabajo de Amaro Villanueva nos
introducimos en el estudio de una verdadera semiósfera del mate.
Ya dijo Yuri Lotman que la semiótica era la conciencia del siglo que
pasó. No está claro si el Siglo XX tomó realmente conciencia de la
pluralidad de las semiósferas culturales: nuestro tiempo si puede
ser el que tal vez tome conciencia, o el que deba tomar conciencia.
Desde la explicación de la
etimología de la palabra “mate” -quechua, castellanizada para
designar un ritual guaraní-, pasando por la aclaración del verbo
“cebar”, la historia de los “poros” -las calabacitas
materas-, de las calderas y pavas, hasta llegar al termo, toda la
semiótica original del mate está en la pesquisa del escritor y
cronista de Gualeguay. En todo momento, Villanueva recuerda que la
costumbre del mate es un legado de la cultura guaraní. No hace
referencias a la leyenda de la yerba mate, pero discute con
fundamentos a quienes querían negar el aporte nativo. Detalla la
forma de trabajar las calabacitas, de “curar” el mate y
puntualiza sobre las primeras calderas en forma de jarrita que
llegaban de Catalunya y que después perdieron el mercado a manos de
la competencia inglesa. Explica después el surgimiento de la pava,
siempre llamando la atención sobre la experiencia social, sobre la
práctica que lleva al uso de los utensillos en cierta forma
específica y nuestra, y sobre la propia práctica lingüística y
cultural que va mestizando y acriollando términos. Según
Villanueva, “pava” puede ser una traducción cultural pampeana
del término nativo “pafa”. En la provocadora hipótesis
semiótica del intelectual entrerriano, los naturales próximos al
sur bonaerense -en épocas de la violencia roquista- denominan “pafa”
a la caldera, y el humor gaucho después la consigna como “pava”.
“Para mi -dice Villanueva- su buen humor no dejó de calcular el
alegre malón de intenciones que la voz pampa llevaría a la ciudad,
por su origen infiel y su parecido con el nombre del ave”.
El lenguaje cultural del mate
implica un fuerte cuestionamiento al mate frío. En el poema
hernandiano, el Viejo Vizcacha mata a su mujer con un palo por
recibir la infusión en esas condiciones. Esa violencia machista hoy
no cabe ni en broma. Además de releer permanentemente al autor del
“Martín Fierro”, Villanueva valora y discute los aportes del
médico italiano Paolo Mantegazza (1831-1910), que de paso por la
Confederación Argentina supo admirar el “ilimitado comunismo”
generado por la bombilla colectiva, pero que, por otro lado
generalizó un refranero del mate que en realidad sólo estaba
circunscripto a las clases altas. Está claro que jamás entre
nosotros el mate amargo puede significar desprecio, sino más bien
todo lo contrario. El estudioso de nuestro ritual cultural después
explica que una broma gastada en la página de un diario paranaense
en los años ´30 terminó siendo afirmación folklórica de algunos
tradicionalistas irresponsables. En el “Entre Ríos”, la última
página estaba dedicada al humor y se titulaba “El Fogonazo”.
Allí, el propio Villanueva redactó en forma chacotona que cebar el
mate muy caliente significaba socialmente “estar ardiendo de amor”,
que cebarlo frío era indiferencia, que muy dulce era una invitación
a “hablar con mis padres” y que tapado era exponerse a un
bolsazo. Tiempo después, el autor vió sus líneas en almanaques de
farmacia, y en alguna publicación folklórica que se lo había
tomado en serio.

Los tres tomos de las Obras Completas
editadas por la UNER
EL LENGUAJE MATERO Y LA
BIOSEMIÓTICA
“Este hombre joven, Amaro
Villanueva…
piensa como entrerriano y
habla como
entrerriano...”
SAMUEL EICHELBAUM, citado
por
Guillermo Mondejar en
“El Criollo Universal”
La necesidad llevó al
semiólogo en ciernes a transcribir el lenguaje popular matero y
citar antecedentes entrerrianos que el propio investigador venía
registrando. Así, brindar un mate recién aprontado significa
complacencia, regocijo por la visita; un mate lavado, aversión o
enemistad; uno tapado, bolsazo o calabazas; el muy caliente,
disgusto, enojo y resentimiento; el frío, indiferencia; el largo,
visita molesta; y el mate cebado con la bombilla hacia atrás, el
desprecio. El mate chorreado, visita inoportuna, y el mate corto,
querer ver más seguido a la visita. La antropología semiótica de
Villanueva no se quedó allí: explicó las diferencias entre cebar
con “agua quemada” -hirviendo, a la manera uruguaya- y con “agua
cruda” -caliente, pero no hervida-, forma tradicional de tomar mate
de los sectores humildes del Litoral argentino. En 1964, el
antropólogo francés Claude Levi-Strauss (1908-2009) -quién había vivido en
Brasil en los años ´30- publicaba “Lo crudo y lo cocido”,
primer volumen de sus “Mitológicas”.
El análisis de Villanueva
incluye el estudio de la química del mate. Para los entrerrianos y
litoraleños, el mate sabroso nunca va a ser con agua hervida. En
ebullición, el líquido elemento termina “quemando la yerba”. El
intelectual gualeyo dedica también unas líneas a una anécdota con
Luis Gudiño Kramer (1898-1973), que supo tomar unos mates muy lindos
cebados con agua de lluvia, calentada después de recolectada, lindos
y especiales, “porque el agua de lluvia, por lo mismo que atraviesa
en pequeñas gotas una apreciable extensión de la atmósfera,
disuelve en su masa una mayor cantidad de aire”. En otro
paralelismo estimulante, el investigador estadounidense Thomas Sebeok
(1920-2001) incluye al agua y al aire como canales de interacción en
los entornos significativos que hacen posible la semiosis. Fue
Sebeok justamente el que fundó la Asociación Internacional de
semiólogos de la que hablamos más arriba, y el que dirigió
-también desde 1969, año de la muerte de Villanueva- la Revista
Semiótica hasta su propio fallecimiento en 2001. Son conocidas en el
ambiente universitario sus publicaciones en conjunto con el pensador
italiano Umberto Eco y otros estudiosos. Sebeok nos habla de
zoosemiótica y biosemiótica: sus seguidores proponen pensar una
ecosemiótica. Hasta la forma regional del canto de los pájaros
entra en los estudios biosemióticos. ¿Cómo podemos estudiar a
Sebeok, a Lotman y a Levi-Strauss sin leer paralelamente a Amaro
Villanueva, Marcelino Román (1908-1981) y a Juan L. Ortíz
(1896-1978)?. La pregunta inversa tiene la misma validez, y es la que
nos puede sacar del pozo del folklorismo mediático, superficial y
turístico.
El semiólogo entrerriano del
mate nos habla también del prikuski, del terrón de azúcar
con que muchos inmigrantes judíos, alemanes y rusos tomaban la
infusión. Y es muy interesante sus valoración histórica de la
aparición del termo, al que reconoce como una buena iniciativa
uruguaya, si bien caracterizándolo como una suerte de reforma
“batllista”. “Se diría -piensa Villanueva- que el espíritu de
Batlle y Ordóñez -tan dado a reformar en materia institucional sin
alterar el fondo de las instituciones- hubiera inspirado esta
violenta cuan provechosa ruptura con la tradicional caldera,
como todavía llaman allí a la pava”. De todas maneras, para el
cronista de Gualeguay, la aparición del termo significa “un 25 de
Mayo dentro de la vieja costumbre”, una suerte de democratización
cultural que lleva el mate a las veredas, a las plazas y a todos
lados. El propio autor nos explica el rol de las cebadoras en las
familias ricas del Siglo XIX: la capacidad matera de las morenas era
parte de la injusta división social del trabajo heredada de la época
colonial.

La Capital, 6/10/2016
GENEALOGÍA, SOCIABILIDAD,
FETICHISMO Y UTOPÍA DEL MATE
“...Llamamos pues
“genealogía” al acoplamiento de los
conocimientos eruditos y de
las memorias locales: el
acoplamiento que permite la
constitución de un saber
histórico de las luchas y
la utilización de este saber en
las tácticas actuales...”
MICHEL FOUCAULT
“Genealogía del racismo”
“El sueño es el mito del
individuo y el mito es el
sueño de la humanidad”
PAULO DE CARVALHO-NETO
“Folklore y
Psicoanálisis”
Para nosotros, Villanueva nos
introduce en la semiósfera del mate -o en el complejo cultural del
mate-, y éste universo cultural con su lenguaje, sus significados,
sus códigos, sus rituales, sus prácticas, sus tensiones y su
complejidad, implica cuatro esferas interrelacionadas. En primer
lugar, la esfera de su historia y de su genealogía cultural que nos
remite a la gran nación guaraní. Hay varias versiones de la leyenda
de la yerba mate: las más conocidas son las del cazador guaraní que
salva a la luna y a la nube -curiosas visitantes de la Tierra- de las
garras del yaguareté y recibe la planta de la yerba como recompensa
celestial. En la otra, la Yarí no sigue al grupo, quedándose con su
padre enfermo, haciendo todos los trabajos y quehaceres y
asistiéndolo. La atención y la amabilidad extendidas a un anciano
que llega de visita, termina logrando sin querer el premio divino: el
bienvenido había sido el dios Tupá. Queda para seguir estudiando y
analizando si la infusión era un estimulante nativo previo a los
combates guerreros, como señala algún colonizador español, o si ya
era un ritual social, como sugiere indirectamente Villanueva. El
primer relato legendario refiere a la valentía armada, y el segundo
a los buenos valores filiales: se entrecruzan planos temporales e
interpretaciones en clave nativa y en clave cristiana-jesuítica.
En cualquier caso, la
genealogía espiritual del mate conduce a los valores sociales más
comprometidos de nuestra tierra: los que afirman a los humanos a la
par de los dioses y de las fuerzas de la naturaleza y de la vida. En
segundo lugar, la semiósfera del mate incluye una sociabilidad del
mate, aspecto que probablemente sea el más reconocido y difundido
folklóricamente. El mate es introspección y conciencia cuando uno
está tomando sólo y es amistad, confesión, compañerismo,
intimidad, cuando se lo toma acompañado. Psicoanáliticamente, el
mate es catarsis, es desahogo, con un lenguaje propio que convoca y
reúne, como el de “aprontar” unos amargos o unos dulces, según
sea el gusto. No faltará algún clínico que también estudie el
ritual como parte de la continuidad de la fase oral señalada por
Freud y sus seguidores. En el encuentro matero, el diálogo se
produce -casi siempre- entre iguales, condición que Jürgen Habermas
ha planteado como esencial, en su Teoría de la Acción Comunicativa,
para que se desarrolle una democracia efectiva. Por supuesto que, en
una sociedad desigual y dividida en clases y oprimida por una serie
diversa de injusticias y contradicciones, el contexto siempre
limitará ese diálogo democrático por intermedio del mate. Por lo
demás, la sociabilidad que genera este ritual no es una sociabilidad
siempre angelical.
Villanueva cita aquí una
frase profunda del libertario español Rafael Barret (1876-1910),
quién a principios del Siglo XX escribió sobre la opresiva
situación política y social en el Paraguay y en toda nuestra
región. En una crónica titulada “Herborizando”, que forma parte
de su obra “El dolor paraguayo”, Barrett comenta el conocimiento
que el pueblo hermano, como todos los pueblos de la región, ha
adquirido de la fuerza curativa de las yerbas del campo. Y sobre ésta
farmacia natural está el mate, en cuya historia está todo lo bueno
y lo malo. Amaro Villanueva cita desde aquí a Barret. Yendo al
párrafo completo del militante social y literario español, nos
encontramos con la totalidad de la idea:
“...Sobre este comercio
sutil entre los vegetales y la población -escribe Barret-, reina el
mate como soberano de antiquísima estirpe. Por el mate se
absorben casi todas las medicinas silvestres. Mediante el mate se
enamora, se mata y se embruja. Un signo, un polvo, un pelo, bastan
para lo irremediable. Y del fondo del Chaco, de donde un tentáculo
de humanidad se hunde en el seno de la Esfinge, vienen fórmulas
fatídicas. Si de pronto os hierve el cerebro y echáis gusanos por
la naríz, u os acomete una dolencia igualmente monstruosa, recordad
que blanca mano, trémola de odio, os ha ofrecido el mate. Todo lo
bueno y lo malo de la historia está en el mate, comunión de
labios y de ensueños, fetiche de una raza, oscura cáscara, hueca
geoda en que duermen los siglos, fulgor inextinguible, calor de
sangre que se pasan de palma en palma las generaciones. El mate lo
ha escuchado todo, lo ha adivinado todo, confidencias terribles,
esperanzas siempre abatidas, juramentos sombríos. Aplicadle el
oído y percibiréis en él las mil voces confusas del inmenso
pasado, como en el viejo caracol los rumores del mar...”
En éstas maravillosas e
imprescindibles líneas de Barret probablemente no encaja el concepto
de “siempre”. Con el mate obrero y popular podrá hablarse de
algunas esperanzas abatidas, pero también de esperanzas renovadas,
dignidades reafirmadas y derechos conquistados y otros por
conquistar. En tercer lugar, debemos hablar del fetichismo mercantil
del mate, del negocio no muy transparente de la yerba mate. Cinco
kilos y medio promedio consume cada argentino de yerba mate al año
dicen los estadísticos. Detrás del precio de cada paquete de yerba
hay una historia de explotación social, como detrás de todas las
mercancías en la sociedad capitalista. Al sacrificio de los
trabajadores tareferos hay que sumarle la explotación del trabajo
infantil. La historia oscura del negocio de la yerba mate incluye
alguna complicidad empresarial con la última dictadura
cívico-militar, y la contracara ha sido por ejemplo la valentía de
un grupos de chacareros que se animaron a salir adelante, enfrentando
a los monopolios y formando su propia cooperativa de producción,
como es el caso de la Titrayju, nombre que expresa el anhelo de
Tierra, Trabajo y Justicia.
¿BUSCAMOS UNA TIERRA SIN
MAL?. ACTUALIDAD DE VILLANUEVA.
“...Si la indagación se
prolonga como lo esperamos,
no se desplegará, pues,
sobre un eje lineal, sino en
espiral: volviendo
regularmente a viejos resultados
y sin abarcar objetos
nuevos más que en el grado en
que su conocimiento vaya a
permitir profundizar en
aquel cuyos rudimentos
solos fueron precedentemente
adquiridos...”
CLAUDE LÉVI-STRAUSS
“Lo Crudo y lo Cocido”
Mitológicas I
“La palabra hau significa
lo mismo que la latina spiritus,
tanto el viento como el
alma y más concretamente en
algunos casos, el alma y
poder de las cosas inanimadas
y de los vegetales...”
MARCEL MAUSS
“Sobre el espíritu de la
cosa que se da (maorí)”
“Ensayo sobre los dones”,
en
“Sociología y
Antropología”
Al fetichismo económico, al
consumo inconsciente o despreocupado de la explotación social, se le
suma el fetichismo cultural: todavía hoy ciertas páginas turísticas
siguen ocultando la genealogía nativa del mate. Con suerte, lo
presentan como una infusión “gaucha y campera”. Bernardo Canal
Feijoo (1897-1982) supo acercar el concepto psicoanalítico de
“forclusión” al análisis dialéctico de nuestro folklore y de
nuestra cultura. La forclusión hace referencia a lo profundamente
excluido a nivel social y mental.
En cuarto lugar, está la
potencia utópica de la sociabilidad matera, que ya anticipamos más
arriba. Para la antropóloga finlandesa, Johanna Pohjola (n.en 1977),
“el mate representa una utopía, un modelo ideal de relación
social”. Su experiencia en Argentina y sus estudios la llevan a
coincidir con aquello que Mantegazza afirmó un siglo antes de que
ella naciera. ¿Qué espíritu, que imaginario cultural se expresa en
una mateada?. En su libro “Los Guaraníes”, el Prof. Juan José
Rossi explica con claridad el principio de igualdad y de solidaridad
de esta cultura de Nuestra América-Abya Yala. Las maloka
-dice Rossi- eran “casas comunales con principios éticos
compartidos: igualdad, cooperación, distribución de recursos,
alianza entre los hablantes del Avá ñée, su idioma”. En éste
mismo trabajo, el antropólogo y docente radicado en Chajarí piensa
en la búsqueda de la “tierra sin mal”, de su Yvy marä ey,
que seguramente ha acompañado la larga y dura marcha de los
sobrevivientes guaraníes. ¿No buscamos en el fondo lo mismo en
cada mateada?.
¿Qué debemos hacer para que
el mate deje de ser utopía social y pase a ser, paso a paso, el
ritual de una sociedad soberana? ¿Cómo pasar de la utopía a la
utopía concreta?. La conciencia del mate -el conocimiento
crítico de su semiósfera- como parte de la concientización
política, social y cultural debería ser un elemento fundamental
del movimiento de movilización de fuerzas que apuntan a la
descolonización y a la transformación estructural. No ha de ser
casualidad que, como recordó el ex presidente de la Academia
Nacional de la Historia, Miguel Angel De Marco, “el mate es el
único rito que sobrevive intacto desde 1816”. Parece que nuestra
costumbre cotidiana sobrevive para interpelarnos permanentemente
sobre nuestros discursos de libertad, patria, soberanía,
independencia y democracia.
La cuestión del mate y la
forma en que las distintas clases sociales valoran y practican el
ritual sería materia para otro estudio y otro debate. Ahí está un
desubicado Carlos Bilardo amenazando con prohibir el mate en una
radio y pidiendo que le chupen otra cosa. Ahí está la “Cheta”
de Nordelta que en 2017 caracterizó como “bestias” a sus vecinos
materos. Su indignación estética y moral recibió como respuesta un
fuerte respaldo social a la tradición y una gran mateada popular
frente a sus ojos irritables. Igualmente, como dice la catadora de
yerba mate Valeria Trapaga, “los argentinos saben poco sobre el
mate”. Amaro Villanueva está más vigente que nunca. En 2018, la
Eduner sumó una reedición crítica de “El arte de cebar. El
lenguaje del mate”, a las Obras Completas del cronista entrerriano
que había editado en 2010. En abril de 2019, el CONICET difunde unas
investigaciones que refuerzan la hipótesis del efecto preventivo del
mate sobre el desarrollo del mal de Parkinson.

Mateando en Finlandia
FESTEJOS MATEROS Y EL
IDEARIO DE ANDRESITO ARTIGAS
“Siendo usted alto objeto
de mi estimación, con alto
dolor mío dígole que
usted no ha observado
celosamente las repetidas y
terminantes órdenes que
le dirigí… Debió usted
atacar y tomar San Borja sin
lástima...la clemencia
debe empezar recién después
del momento en que esas
armas fueron rendidas y no
antes...”
CARTA DE JOSÉ ARTIGAS A
ANDRESITO, 1816, en
JUAN CARLOS SERQUEIROS,
“¿Dónde está
Andresito?”
esaviejaculturafrita.blogspot.com
Una Fiesta Nacional del Mate
se realiza anualmente en Paraná: desde sus comienzos como encuentro
barrial a fiesta turística municipal ha pasado mucho tiempo. Las
fiestas entrerrianas necesitan recordar a los autores entrerrianos
como Amaro Villanueva y deben darle prioridad a los artistas
entrerrianos. La presencia artística debe tener un sentido cultural
y educativo, además de festivo y turístico.
El Día Nacional del Mate fue
instituido por el Congreso Nacional en 2014. Su conmemoración fue
propuesta para el día 30 de Noviembre, en homenaje al natalicio del
comandante federal guaraní Andresito Guacurarí Artigas. Si ésta
saludable iniciativa folklórica no es acompañada por un proceso de
cambio político y cultural profundo, corre el riesgo de ser la
variante cínica de la misma política que arrasó con la
organización popular misionera y artiguista, y que se llevó la vida
del propio caudillo revolucionario guaraní. Villanueva recordó -en
una nota titulada “Rasgo Criollo del Verso Militante”- las
fiestas populares realizadas por las tropas de Andresito cuando
ocuparon la ciudad de Corrientes. El intelectual gualeyo comparó
estas fiestas de fraternidad en el marco de la lucha liberadora con
las “fraternizaciones” del Ejército Popular de Yugoslavia, con
los habitantes de los lugares que iba liberando. La práctica
libertaria artiguista y la praxis de las milicias de la República
Federal Socialista de Yugoslavia comandadas por el Mariscal Tito en
épocas de la Segunda Guerra Mundial, unidas en el profundo y
reflexivo sorbo de un mate (1).
II - DOS CONCEPCIONES DEL
FOLKLORE Y LA TRADICIÓN
“Cielito, cielito que si:
guárdense su chocolate,
aquí somos puros indios
y sólo tomamos mate”
BARTOLOMÉ HIDALGO, en
AMARO VILLANUEVA,
“El arte de cebar”
“Introduciendo la noción
de estatuto de la palabra
como unidad mínima de la
estructura, Bajtín sitúa
el texto en la historia y
en la sociedad, encaradas a
su vez como textos que lee
el escritor y en los que se
inserta, reescribiéndolos”
JULIA KRISTEVA
“La palabra, el diálogo
y la novela”, en
“Semiótica I”
“...De un mismo lenguaje
se sirven diversas clases.
A consecuencia de ésto, en
cada signo ideológico
se cruzan acentos de
diversa orientación. El signo
deviene una arena en la
lucha de clases”
VALENTÍN VOLÓSHINOV, “El
marxismo y la
filosofía del lenguaje”,
citado por
DESIDERIO NAVARRO
“Semiótica y marxismo en
la ciencia literaria:
hacia la pragmática”
Revista Casa de las
Américas Nro 143,
La Habana, Cuba,
Marzo-Abril de 1984
En una discusión sobre el
problema nunca resuelto entre nosotros sobre el federalismo y las
autonomías provinciales, Villanueva afirmó claramente que existen
dos concepciones de las tradiciones y del folklore: la primera,
íntima, profunda, crítica, creadora, abierta, movilizadora y
liberadora; y la segunda, conservadora, cerrada y estática. Una
tradición pública y popular, y otra oligárquica. El militante
gualeyo realizó una interpretación propia de la línea
político-cultural del PC. El semiólogo del mate publicó en febrero
de 1947 -gobierno de Perón- unos apuntes sobre una conferencia
dictada por Rodolfo Ghioldi, expresando que “finalmente, la opinión
pública -no siempre bien informada en tal orden de cosas- tiene en
esta exposición de Ghioldi una prueba evidente de la amplia
comprensión y la sincera responsabilidad con que el comunismo
argentino siente los más íntimos aspectos de nuestra tradición,
pero de la tradición pública, colectiva, nacional de la patria, que
es del hombre y de la tierra y, por lo tanto, creadora, liberadora y
progresista, no la falsa, supersticiosa y estática tradición de las
clases oligárquicas, recibida de los imperialismos sin más patria
que la ventaja y el rédito”. Sólo un entrerriano comprometido
como Villanueva podía darle posteridad a un discurso de Rodolfo
Ghioldi. Los caminos de la hermenéutica son insondables.
Hay un intento de Villanueva,
consciente o inconsciente, de ir más allá de la línea ideológica
partidaria. El PC sostenía la línea “mayista” a la par de la
historiografía liberal. Para esta línea, la revolución de Mayo de
1810 -como el triunfo urquicista en Caseros en 1852, como la política
de Sarmiento y cía- significaban una “necesaria” modernización
capitalista que sacaba a la Argentina y a la región del atraso
feudal, constituyéndose además como la etapa previa a la teórica
construcción del socialismo. Los historiadores nacionalistas -por
distintas vertientes- venían cuestionando fuerte al mayismo y al
liberalismo, como lo hemos visto en nuestros apuntes sobre Julio
Irazusta y Fermín Chávez. Era difícil ubicar el sentido profundo
de lo nacional en ese contexto. Sigue siéndolo hoy en el nuestro.
Las ideas del marxista italiano Antonio Gramsci empezaban a dar sus
primeros pasos en nuestro país: Héctor P. Agosti -director de los
Cuadernos de Cultura del PC- promovía su difusión. Villanueva
colaboró con Agosti: queda para el debate hasta donde pudieron
llegar en esa apertura reflexiva y crítica sobre nuestra historia
política, social y cultural.
En “Crítica y Pico”, el
ensayista de nuestra tierra explicó las diferencias entre la poesía
gaucha -la de Bartolomé Hidalgo y José Hernández- y la “gauchesca”
-la de Hilario Ascasubi y otros-. En la primera, hay una expresión
crítica sobre la realidad injusta y un compromiso político con los
derechos del pueblo y con la necesaria lucha social. En la segunda,
hay un juego folklórico de palabras, rimas y humor que difícilmente
conduzcan a la soberanía popular. Por supuesto que Villanueva tenía
claro que hay dos momentos políticos de Bartolomé Hidalgo: el
primero, donde el poeta oriental da voz al espíritu popular que
acompaña el movimiento abierto en mayo de 1810, y el segundo, donde
Hidalgo queda pegado al nefasto centralismo porteño.
CAPATACES Y GUARDIAS DEL
MONTE
“No sin seguridad, no sin
perspicacia, el escritor
Ricardo Piglia solía
profesar que en doscientos
años de vida
independiente, la Argentina había
inventado dos géneros
literarios: el gauchesco y
el fantástico...”
ALFREDO GRIECO Y BAVIO
“El padre de Fierro hacía
periodismo”
Clarín, Revista Ñ,
23/3/2019
El cronista de Gualeguay se
queda con el primer Hidalgo y nos propone pensar su actualidad. En el
capítulo de “Crítica y Pico” titulado cervantinamente “El
Ingenioso Hidalgo”, Villanueva afirma que, “lo cierto es que la
actualidad de Hidalgo es consecuencia, más que de nuestra curiosidad
intelectual, de la analogía de los problemas de su época con los
que la nuestra plantea imperativamente, lo mismo en el orden local
que en el universal, a las potestades creadoras del espíritu humano,
solicitándolas hacia un esfuerzo concurrente y fecundo en favor de
un destino más digno de la especie. Los mismos problemas y…
¡vuelta a empezar!. Porque al acercarnos a Hidalgo comprobamos,
francamente, que no lo conocemos todavía, a pesar de constituir su
producción en verso el antecedente de las obras más singulares de
nuestra literatura. Lo que quiere decir, de otro modo, que hemos
terminado por desconocer nuestra literatura. Desconocimiento que se
refleja sobre nuestra vida política, por lógico paralelismo,
sirviéndonos con signo negativo una nueva comprobación de las
relaciones inevitables del arte y la sociedad”.
Estamos a tiempo todavía, nos
decía Amaro Villanueva, y lo seguimos estando, si bien cada vez más
apretados y ajustados por el régimen sistémico neocolonial. “Pero
nunca es tarde -dice el estudioso del mate y de nuestra cultura-, sin
embargo, para estos necesarios acercamientos al pasado, que más bien
son reflexiones sobre nuestra conciencia social. Y nunca es
tarde porque, afortunadamente los gérmenes fértiles del pasado se
mantienen constantes a las posibilidades favorables del porvenir, así
como los ríos, siempre renovados en su fuente original, son remotos
y vecinos al mismo tiempo, según el sentido de la solicitud con que
acudimos a su fecunda linfa”.
Hidalgo compone un “Diálogo
Patriótico Interesante” entre Jacinto Chano, capataz de una
estancia en las islas del Tordillo, y el gaucho de la Guardia del
Monte, Ramón Contreras. El viejo Chano reflexiona crítica y
sesudamente sobre las expectativas abiertas y bastante frustradas que
había generado el cambio político operado el 25 de mayo de 1810:
“...En diez años que
llevamos
de nuestra revulución
por sacudir las cadenas
de Fernando el balandrón:
¿Qué ventaja hemos
sacado?.
Las diré con su perdón.
Robarnos unos a otros,
aumentar la desunión
querer todos gobernar,
y de faición en faición
andar sin saber que
andamos;
resultando en conclusión
que hasta el nombre de
paisano
parece de mal sabor,
y en su lugar yo no veo
sino un eterno rencor
y una tropilla de pobres
que, metida en un rincón,
canta al son de su miseria;
no es la miseria mal son!”
ÉNFASIS, SENTIDOS Y CRUCES
“...Cielito de abrir los
ojos, si las verdades no ofenden,
por “los gringos que nos
compran y los criollos que
nos venden”.
Aquí y afuera
la
plutocracia merca con la bandera...”
TIRSO FIOROTTO
“Cielito siempre
inconcluso del
Abya Yala”
No debe ser casualidad que
Hidalgo puso estas reflexiones en boca del capataz de una estancia.
El verso es inteligente y lúcido, habría después que analizar cada
línea y el sentido de cada concepto: las confiscaciones de bienes
que los grupos políticos dominantes realizaban a las facciones
derrotadas en un momento dado pueden ser considerados robos, pero no
se puede decir lo mismo de la acción popular directa que se tomó
muy en serio el reglamento redistributivo de tierras que el
artiguismo puso en marcha en 1815. En algún punto, el populismo
estanciero de Hidalgo parece anticipar el discurso rosista, y por
supuesto la poética hernandiana. En otras líneas interesantes,
Hidalgo identifica a nuestro pueblo con sus culturas nativas y con el
mate, y cuestiona el doble discurso colonial, el discurso de la
civilización occidental y cristiana, cuando nos dice:
“Cielo, los reyes de
España
¡la p… que eran
traviesos!
Nos cristianizaban al grito
y nos robaban los pesos”
Villanueva cita después a
Juan María Gutiérrez, al que sigue en sus reflexiones sobre Hidalgo
y la literatura nacional. “Chano y Contreras -dice Gutiérrez- son
antiguos conocidos que no hemos visto jamás, miembros de la familia
de cada uno, ausentes largo tiempo, devueltos al hogar por el hada
benéfica que inspira al payador cuyos cantos son inmortales. Estos
personajes que, sin dejar de ser gauchos, asisten a las comedias en
los días solemnes de la patria y aperan su mejor pingo para lucirle
en la plaza de la pirámide, establecen, apenas entran en escena, una
serena cordialidad entre la campaña y el poblado, sin que sepamos
cómo es que nos invade este sentimiento por todos los poros de
nuestra sensibilidad. La fuerza y la causa de este vínculo son más
poderosas que una red de ferrocarriles, porque son morales y se
forman en el corazón”.
Nos deja pensando este
extraordinario párrafo de Gutiérrez que rescató Villanueva. Parece
que Chano y Contreras fueran dos voces que dialogan dentro de lo que
Rodolfo Irazusta -siguiendo a Vicente López y Planes- denominó la
corriente política de la independencia y la soberanía, que no ha
dejado de luchar hasta hoy contra la corriente liberal -también con
variadas voces- del progreso fácil, extractivo, consumista,
especulador, saqueador y dependiente. Para nosotros, ese diálogo de
los Chano y los Contreras hoy se torna más tenso: los gauchos
militantes de la Guardia del Monte -los ambientalistas-
levantan su voz de distintas maneras para poner un límite a la
política de los capataces de estancia y a los dueños de las mismas,
culpables del envenamiento, del cáncer, y de la expulsión
monoproductiva que ultiman a nuestros pueblos. Lo peor es que algunos
de esos capataces, también con un discurso socialmente inclusivo,
han llegado a ser gobernadores de la provincia. Otros, quieren serlo,
y otros, han llegado por la vía oligárquica a algún ministerio. No
cualquiera llega a ser Julio Irazusta, José María Rosa o Fermín
Chávez. Hay capataces políticos que hace rato se pasaron al partido
del progreso fácil.
LA PROMESA Y EL
INCONSCIENTE DEL MARTÍN FIERRO
“...Las diferentes
lecturas resultan de diferentes
elecciones y
jerarquizaciones de códigos. La
elección y jerarquización
de códigos es
condicionada por la
situación comunicacional
social en que se produce la
recepción. La
situación comunicacional
social es un sistema
de condiciones
socioculturales...”
DESIDERIO NAVARRO
“Semiótica y marxismo en
la ciencia literaria:
hacia la pragmática”
“...Porque el gaucho
Martín Fierro es el pueblo argentino
o el pueblo argentino es
-nunca dejó ni dejará de serlo-
el gaucho Martín
Fierro...”
AMARO VILLANUEVA
“Sobre lo gauchesco y
algo más.
Carta abierta a Ezequiel
Martínez Estrada”
“...En
1879 se publica la segunda parte del poema titulada
“La
vuelta del Martín Fierro”. Pero pareciera que la vuelta
fue
tan larga que “el Fierro se nos fue entibiando”...”
LUIS
BEL
“Yo,
no soy, el hijo de Hernández”
La
Izquierda Diario, 11/11/2014
En sus debates con el
folklorismo instituído de Leopolgo Lugones y Martiniano Leguizamón,
entre otros, Amaro Villanueva nos abrió un camino que debe ser
continuado y profundizado con todos los aportes críticos que se
produjeron después. Con José Hernández le pasa algo parecido a lo
que reflexionó sobre Hidalgo. Intenta rescatar lo popular en el
trabajo del autor sin entrar a profundizar las contradicciones o
tensiones -la complejidad- que puedan existir en su biografía
personal y política y en los propios textos en sus contextos. Hoy,
el semioanálisis -la potente combinación crítica de semiótica,
antropología, psicoanálisis y teoría dialéctica- puede ayudarnos
en este cometido, de la mano del pensamiento decolonial y la
preocupación ecológica que radicaliza la problemática social. Es
probable que el estudio de Villanueva cobre más valor y
contundencia mirado en su conjunto que visto en sus ensayos
particulares. Esto queremos proponer en nuestros apuntes.
Para el cronista de Gualeguay,
el sentido esencial del Martín Fierro está en las ideas poéticas
del final del poema hernandiano -cuando los personajes se cambian de
nombre, se separan y se pierden en las multitudes buscando cumplir
una promesa- y en la consigna de que “el fuego pa calentar debe ir
siempre por abajo”. Para Villanueva, los personajes y los versos de
Hernández van a integrarse, a fundirse en las luchas populares
contemporáneas. La hipótesis es tan estimulante como provocadora:
el propio autor se enfrentó, por ejemplo, a los críticos de la
ideología del Fierro, tal el caso de Ezequiel Martínez Estrada. El
tiempo, esa tardanza, hoy tal vez les da un poco de razón a los dos.
El debate sobre el sentido o los sentidos de la obra de Hernández ha
sido y es enorme: es imposible reducir o simplificar la complejidad
del tema y la pluralidad de sentidos y discusiones que genera.
Villanueva no plantea analizar la biografía política del autor del
Martín Fierro, un poeta militante que escribió la primera parte de
sus versos en el marco de la resistencia jordanista, y la vuelta en
el contexto del ascenso roquista, al que adhirió como legislador.
Tulio Halperín Donghi supo preguntarse sobre “los mundos” de ese
periodista militante que se llamaba José Hernández y que escribió
un poema gaucho que unos años más tarde, en el marco de un
conservadurismo que enfrentaba las ideologías “extrañas” de los
obreros “rojos” es ascendido a poema nacional.
Villanueva no profundiza sobre
ciertas líneas racistas del Fierro contra el nativo y contra el
negro. Tampoco en ciertos aspectos machistas. En ese sentido, el
cronista entrerriano no fue más allá de su época. Lo que sí
propone es pensar el rasgo “homérico” de algunos versos de
Hernández, por ejemplo cuando éste dice que al indio hay que
enfrentarlo firmemente porque tiene “el alma grande”. La
violencia literaria homérica implica un reconocimiento de los
valores del enemigo. Sólo eso. Escribió Hernández y cita
Villanueva:
“Debe atarse bien la faja
quien a aguardarlo se
atreva;
siempre mala intención
lleva,
y como tiene alma grande,
no hay plegaria que lo
ablande
ni dolor que lo conmueva”
Después hay versos que,
leídos a contrapelo, significan una valoración de las formas de
vida o de resistencia de los sectores subalternos. En las tolderías
hay más libertad que en la civilización, según ciertas líneas
poéticas inconscientes del autor y el Moreno, hermano de aquel otro
asesinado por Fierro borracho y grosero en un baile, da una clase de
consciencia crítica sobre las contradicciones y las manipulaciones
de la política dominante y de la ley manejada por los de arriba
según sus intereses. El sentido esencial del Martín Fierro está en
un semioanálisis profundo del poema, que Borges caracterizó además
como novela. Villanueva transcribe parte de una carta que Mitre -Dios
nos libre y nos guarde- le escribió a Hernández, agradeciéndole el
envío autografiado de un ejemplar del Fierro, diciéndole que
Bartolomé Hidalgo “siempre será su Homero”. Esa carta es
absoluta y lamentablemente sintomática, más allá de que el
autor de “Crítica y Pico” no lo diga. Ahí puede haber otro
sentido esencial, por lo menos de la ideología del autor, más allá
de la riqueza y la complejidad de la obra. Martínez Estrada afirmó
que en la “ida” decide Martín Fierro y en la “vuelta” José
Hernández. Julia Kristeva ha planteado pensar la pulsión semiótica
y la sujeción simbólica. Hay que decir también, para ser honestos,
que el intelectual entrerriano se equivocó al plantear una relación
de continuidad histórica entre la Representación de los Hacendados
escrita por Mariano Moreno en los albores de mayo de 1810 y el
ideario del Martín Fierro. Su error, su límite, era el error de la
línea “mayista” de su partido. En todo caso, si hay una
coincidencia ideológica de fondo entre esa representación política
morenista y el último Hernández, también liberal y conservador a
un tiempo, ligado al roquismo, más allá de algunos matices que se
puedan señalar. En 2019, la Editorial Docencia publica el
decimocuarto tomo de las Obras Completas del poeta y periodista que
supo militar en el federalismo y que vivió y se casó en Paraná.
José Hernández, al igual que Amaro Villanueva siguen dando mucha
tela para cortar.

HABLAR EN GUARANÍ, HABLAR
EN ANGOLA, HABLAR EN CRIOLLO, ESCUCHAR A LA MUJER
“.
. . y arrojando su delantal sobre la mesa de los hombres dijo: Para
morirme
de hambre trabajando, me muero de hambre sin trabajar”
JOSÉ
PEDRONI
“María
de Alcorta”
Lo que Amaro Villanueva no
acertó a decir en “Crítica y Pico”, tal vez lo
dijo en otros escritos. La reafirmación de nuestra base cultural
nativa está en el rescate de ese cielito de Bartolomé Hidalgo que
nos define como “puros indios que tomamos mate” y en ese cuento
maravilloso del cronista gualeyo titulado “Azucena Tamanduá”
-uno de los puntos más altos de la literatura del autor, publicado
en el diario El Litoral de Santa Fe, el 7 de agosto de 1943- donde la
correntina enamorada le dice al mocito, “¡Cómo me gustaría poder
hablar ahora en guaraní! Lástima que no lo sabés… Me parece que
nos querríamos mucho más. ¿Cómo vas a querer a una muchacha sin
conocer la dulzura del guaraní”. La valoración del legado de los
primeros habitantes de nuestra tierra también se puede leer
claramente en otro párrafo memorable de Juan María Gutiérrez que
Villanueva colocó como cita a pié de página en su trabajo “El
Ombú y la Civilización” (1955). Tomando a este árbol como signo
del avance colonial y después criollo sobre la pampa -otra
importante reflexión semiótica-, nuestro ensayista aclara con
fuerza que la costumbre de plantar ombúes -primero en los
cementerios- proviene de culturas nativas litoraleñas como la de los
timbúes y otras. No se olvida Villanueva de reseñar el mito del
Nalladigua, el árbol que conecta a las almas con los espíritus
generadores de la vida. Nos dice que tanto colonizadores como
criollos continuaron a su manera esta costumbre, que no se puede
negar como práctica cultural nativa, “aborígen”, más allá de
que “gravita sobre nuestra conciencia -dice el estudioso del mate-
un prejuicio ancestral con respecto al desarrollo de las facultades
intelectuales del indígena y al grado de cultura que poseía
socialmente, al advenimiento de la conquista. Es un prejuicio que
debemos desterrar de nuestra mente si queremos alcanzar el camino del
verdadero conocimiento”.
A esa afirmación categórica,
necesaria y con seguridad todavía interpelante, Villanueva la
completa con una cita imprescindible de Gutiérrez (1809-1878). El
investigador entrerriano hace una cita in extenso del brillante
intelectual y político, multifacético, de la Generación de 1837,
explicándonos que, “ya nos lo advirtió Juan María Gutiérrez en
su meduloso ensayo sobre la Mitología de las naciones de raza
guaraní, diciendo, los árboles no han perdido su lozanía,
ni la flor de las pasionarias su fragancia (sic), ni las aves los
iris de sus plumas, ni los ríos y cordilleras su majestad, en este
suelo privilegiado del nuevo mundo. No ha sucedido lo mismo
con el hombre y su historia es la del huérfano desvalido a quien la
avaricia le arrebata su patrimonio y le apaga el hogar. Esta
injusticia cometida en nombre de una civilización orgullosa de su
poder, es tanto menos justificable cuanto que no ha querido tomarse
en cuenta lo mucho que se debe al hombre americano en el ensanche de
la esfera de los recursos con que esa civilización invade
irresistible todos los ángulos de la tierra. Basta echar una mirada
sobre el diccionario de la lengua castellana para advertir cuan
copioso es el caudal de ideas, de usos y de objetos útiles al
comercio y al bienestar del hombre, que debe nuestra antigua
metrópoli al pobre indígena a quién exterminó el soldado y
humilló el catequista durante esa matanza que se llama Conquista de
América. Los puentes suspendidos, la hamaca higiénica y voluptuosa,
mil ingeniosos aparatos para cazar y pescar, la canoa de una sola
pieza, la atrevida jangada, el delicioso chocolate perfumado con
vainilla, la papa que apacigua el hambre del proletario, la quina que
mitiga el calor enfermizo de la sangre, la zarzaparrilla y el copaibo
que habrían podido prolongar los días de nuestro primer fundador
don Pedro de Mendoza, si hubiera aplicado estos simples remedios a
las dolencias que adquirió dentro de los muros de Roma; la coca que
restablece el sistema nervioso y vigoriza el espíritu tanto como el
café, ¿no son éstos y otros muchos que omitimos, inventos y
productos americanos cuyo uso aprendió el europeo en su trato con el
indígena?. Si este hecho es innegable, tampoco puede negársele a
los hombres del nuevo mundo la parte que les corresponde en la
civilización a que hemos llegado, y esta participación exige con
justicia una palabra siquiera de agradecimiento”.
Recordemos que Gutiérrez fue
ministro de relaciones exteriores de la Confederación Argentina que
Urquiza conducía y cuya capital fue Paraná. Excluído políticamente
de su hogar porteño en el marco de los debates constituyentes de
1853, el caudillo entrerriano lo hizo nombrar convencional por
nuestra provincia para esa reunión fundante de un nuevo orden legal.
La dignidad y la coherencia de Gutiérrez lo llevaron a rechazar
premios y obsequios del gobierno del imperio brasileño y de la Real
Academia Española. La lucha por la independencia y la soberanía
debían y deben ser tomadas con dedicación, responsabilidad política
y sensatez. La reflexión sobre el idioma y nuestra expresión cobra
un papel fundamental en el proceso abierto de construcción
republicana: el castellano, recreado y transformado en nuestro
continente, sigue aquí su larga lucha por emanciparse del latín.
Villanueva nos señaló la necesidad de leer, releer y repensar el
aporte de Juan María Gutiérrez y de los intelectuales de su
generación.
Con respecto a los negros, el
autor de “Crítica y Pico” tiene una crónica titulada “Los
negros de Paraná” (“El Litoral”, 4/10/1942), donde rescata los
valores, la amabilidad y el respeto de los afrodescendientes que han
habitado nuestra región, y otra, donde piensa “No tener la voz
como Gabino” (“El Litoral”, 18/10/1942), haciendo referencia a
las cualidades excepcionales de ese payador legendario que fue Gabino
Ezeiza, sin olvidar el sacrificio de los negros como milicianos de la
guerra por la independencia sudamericana, y el aporte cultural de lo
que hoy llamamos el Barrio del Candombe, en la zona de la Iglesia de
San Miguel, en Paraná.
Por
lo demás, hay un diálogo crítico con Hernández en el
extraordinario poema “Escolástico Junco” (1943)
de Villanueva, dónde la charla con aquel viejo héroe jordanista se
transforma en una reflexión crítica sobre la realidad política y
sobre nuestra conciencia colectiva. Al tiempo
hernandiano de “lo que está por venir”, el miliciano entrerriano
responde que “a lo que está por venir hay que ayudarlo a que
venga”, y ésto un par de líneas después de haber repasado el
diálogo patriótico del Chano y el Contreras de Hidalgo, donde el
primero denunciaba la “tropilla de pobres” del país que decía
pelear por la libertad. Previamente, Villanueva había sentenciado en
este grito poético que “de tanto dejarse estar, estamos donde
nos llevan”: una vuelta de tuerca sobre el “andar sin saber
que andamos” del histórico poeta oriental:
“...-
¡Qué tiempo, don Escolástico!
¡Pucha! Si aquello
volviera...
- Los que tienen que volver
son los hombres que
lo entiendan,
porque el tiempo es uno solo,
por más que le
saquen cuentas...
"El tiempo sólo es tardanza,
Dijo
Fierro, en otras épocas,
de lo que está por venir".
Y
así estamos con la espera...
¡Si este tiempo es el de
siempre,
pero perdido en sonseras!
Que si el caso se da
así...
Que si de la otra manera...
Que si nos darán un
alce,
Que si nos darán más leña...
Que qué pensará el
ejército.
Que qué los que nos aprietan.
Que si no nos
dejan votar...
Vamos a emplear la libreta.
Que si hay que
elegir un hombre,
que si hay que elegir una hembra.
Que si
estamos en el mundo,
que si estamos en América.
Que si nos
acomodamos...
se va a acomodar la tierra.
Que si vendrá
bien unirnos
o hacernos la... intransigencia.
Que si no
será un peligro
tal o cual hombre que piensa.
De tanto
dejarse estar
estamos donde nos llevan.
Pero ninguno se
dice
si es por maulas o trompetas.
Mientras, por toda la
patria,
le dijo Chano a Contreras:
- "Una tropilla de
pobres
canta al son de su miseria".
- "¡No es la
miseria mal son!"...
-"¡Qué ha de serlo,
Villanueva!
Si a "lo que está por venir"
hay que
ayudarlo a que venga,
como que hay que echar la vida
por
delante y sin pereza.
Ya es tiempo de hallarle el filo
al
cuchillo y la vergüenza;...”
La
relectura de “Crítica y Pico” debería incluir éstos otros
trabajos y aportes del autor, como por ejemplo aquellos apuntes donde
repasa el sufrimiento y la lucha de las mujeres trabajadoras. Se
destaca aquí, la valoración de la enorme figura de María Robotti,
esposa de Francisco Bulzani, la “María de Alcorta” que el gran
poeta santafesino José Pedroni eternizó en un poema que lleva ese
título. Villanueva destacó que en “El pan nuestro”, el escritor
de Santa Fe les dio el lugar que merecían en la historia a las
mujeres del pueblo. María Robotti tuvo un fuerte protagonismo en la
huelga chacarera de 1912 que hoy es considerada el hito fundante de
la Federación Agraria Argentina. La apreciación que nuestro
ensayista hizo de la obra del notable poeta vecino fue realizada en
un prólogo titulado “José Pedroni, un poeta de la patria”, y
publicado en 1962.

Para
nosotros, el repaso del Martín Fierro debe incluir aquel capítulo
que Hernández dedicó, en su “Instrucción del Estanciero”
(1884) a la necesaria “Formación de Colonias con los Hijos del
País”. Esta iniciativa política, sobre la que Fermín Chávez
llamó la atención, no deja de estar limitada por la propia
ideología y la militancia liberal-conservadora del autor, pero no
por eso pierde valor como alternativa frustrada en aquel tiempo y
pendiente hasta el día de hoy. Hernández aplaude la creación de
colonias con los extranjeros que llegaban y aprecia mucho las 65
colonias que se desarrollaban por ese entonces en la provincia de
Santa Fe -que avanzó en este tema, “prescindiendo de la
intervención oficial de la Nación”-, pero se pregunta
públicamente porqué los criollos no tienen la misma oportunidad. El
futuro referente de la tradición argentina reclama la organización
de media docena de colonias criollas en la Provincia de BsAs -aquí
pone de ejemplo a San Carlos, en el partido de Bolívar- y afirma
allí una serie de posiciones políticas importantes e interpelantes,
como cuando dice que “ningún pueblo es rico si no se preocupa de
la suerte de sus pobres”, interrogándose en seguida: “¿Qué
hace el hijo de la campaña, que no tiene campo, que no tiene donde
hacer su rancho, que no tiene trabajo durante muchos meses al año, y
que se vé frente a frente con una familia sumida en la miseria?”.
Unas líneas más adelante expresa que “donde hay hambre no hay
honradez”, y si bien es entendible el sentido político crítico
que quiso darle a la consigna, no deja de ser discutible. Se
entiende, y coincidimos, la necesidad de reclamar una gran reforma
política, pero está claro que probablemente la mayoría de las
veces hay menos honradez en ciertos hogares opulentos. Hernández
dice, sin vueltas que, “creemos, que por sí sola, es insuficiente
la acción de la Policía, que por su naturaleza, se dirige mas a
reprimir, que a prevenir los males”, y que, “es insuficiente
también la mas rígida legislación sobre vagancia, porque ni esta
es un delito en sí misma, ni la ley remedia nada, desde que no
modifica la situación de los que por la naturaleza de los trabajos
rurales, se encuentran sin ocupación, muchas épocas del año”.
El
autor del Martín Fierro no quiere exclusiones. “Si el país
necesita -nos dice- la introducción del elemento europeo, necesita
también y con urgencia, la fundación de colonias agrícolas, con
elementos nacionales”. Señala un camino de justo medio
positivista: “a lo largo de las líneas férreas, o próximo a
ellas deben fundarse colonias de hijos del país; dándoles tierras,
semillas, herramientas, animales de la braza y en fin, cuanto con
tanta generosidad y justo motivo damos a los colonos extranjeros. Así
habría menos necesidad de la acción policial; así no habría
necesidad de ley de vagos”. Una convicción se trasluce en éste
anhelo: “muchos, muchísimos hijos del país, que carecen hasta de
lo mas indispensable para su subsistencia y la de sus hijos,
aceptarían con la mejor voluntad la provechosa oferta; porque el
vicio, la holgazanería, no son dominantes en el país, ni
constituyen el carácter de los hijos de la tierra; son accidentales,
son impuestos por circunstancias que no está en su mano
remediar—pero existe en todos el amor al trabajo, el deseo del
bienestar, el anhelo por la comodidad de la familia”.
El
inconsciente martinfierrista lucha contra el superyó roquista y
le dice categóricamente a ese gobierno “ilustrado y progresista”
del que forma parte que: “El lépero de Méjico—el llanero de
Venezuela—el montuvio del Ecuador—el cholo del Perú— el coya
de Bolivia— y el gaucho argentino, no han saboreado todavía los
beneficios de la independencia, no han participado de las ventajas
del progreso, ni cosechado ninguno de los favores de la libertad y de
la civilización”. Hernández -un buen Jacinto Chano a esta altura-
tiene claro el poder de las dos manos del Estado: “persígase al
vicioso—castíguese al culpable, pero no hagamos culpables, por la
violencia de las cosas, a los que no lo son por la naturaleza, ni por
índole”, rematando: “las leyes penales buscan al delincuente
para castigarlo; pero las leyes administrativas deben buscar al
hombre honrado para ayudarlo”. Este profundo capítulo
hernandiano debe estar presente en las relecturas de su poema
nacional: se le escapó a Villanueva pero no se debe escapar a
la refundación del sentido de nuestra tradición.
TERAPIA
POÉTICA
“Yo, sólo.
La noche jugando
a tus ojos”
“Namura”
AMARO
VILLANUEVA
“Chafalonía”
(1937)
“...Polivalente,
indecidible, infinito, el discurso amoroso es
para
Kristeva también como la poesía, vértigo
de
palabras,
sujeto en proceso...”
DOUGLAS
BOHÓRQUEZ
“Julia
Kristeva: teoría, proceso e interpretación del sentido”
El
cronista entrerriano estudió la poesía criolla y después el
lunfardo. En ambas vertientes del lenguaje popular argentino expresó
también su capacidad poética, en la búsqueda de una conciencia
común. “Lunfardópolis (1963)” tiene una serie de versos
organizados como “Solos de Bandoneón”. En “Laburante”,
Villanueva recordó la “esquena”, la espalda, de los que
realmente le pusieron el “lomo” al progreso. El diario cotidiano
del trabajador es bastante diferente a los otros diarios. Como un
Berthold Brecht del lunfardo, nos dice:
“...Fábrica,
asfalto, cemento,
subte,
palacio o convento,
de
tu esquena son el diario...”
En
el inicio de ese poema, el autor se quejaba de que
“Sos
el gil o laburante:
le
agachás el lomo al yugo
con
que te sacan el jugo
por
el morfi y el fumante”
Se
entiende la intención crítica, ¿pero no es discutible poner los
conceptos de gil y laburante en la misma línea cultural? ¿No caemos
así, sin querer, en la complicidad ideológica con cierta derrota
social tanguera tan funcional al régimen dominante? ¿No puede ser,
sin querer, esta idea funcional al zanganaje burocrático y político?
¿No puede serlo de la corrupción en todas sus formas? ¿No es
funcional a la marginalidad delictiva? ¿No puede ser festejada en
alguna cumbia villera?. La ironía puede ser una toma de distancia
con lo injusto, pero también puede ser una resignación.
Claro
que el escritor gualeyo apuntaba a otra cosa. Igualmente, generaliza
cuando dice en “Andante Maestoso” que
“...la
política es grupo, tongo, quibe…
la
democracia, estar en la pomada,
darle
cortometraje a la gilada
y
parriyar al grasa que se avive...”
“Quibe”
es el prostíbulo. Es un interesante y tal vez necesario ejercicio
pensar que palabras han sobrevivido del viejo lunfardo -en éste país
cafiolo- y se han incorporado a nuestra vida cotidiana, y sobre todo,
con que sentido usamos algunas expresiones, y que futuro tiene ese
sentido. La dignidad social se expresa día a día de diferentes
formas. En el cuento “La mano” de Villanueva, Don Israel no
saluda al gobernador chanta y explotador. No fue cuento que nuestra
abuela Blanca Pianello hizo lo mismo en Seguí con el gobernador
Uranga un caluroso día de enero de 1961. Los haikus también
inspiraron al poeta de Gualeguay: en sus “hai-cuises” -la marcha
planetaria de los humanos completa su vuelta cultural- se incluye el
que dice
“...Pordioseros:
-Por
Dios gozamos de vida…
-Por
Dios, dadnos alimento...”
En
la crónica “El arroyo avergonzado”, Villanueva le dice a
Marcelino Román que allí, en el arroyo Antoñico de Paraná,
seguramente tendrá motivos para inspirarse, y Román le contesta
que, “hace mucho que vengo por estos lugares poco frecuentados por
la piedad y la justicia humana y hace mucho que en mis versos digo
estas cosas, no para entristecer la gente sino para despertar su
protesta y llamarla al sentido de la justicia y de la esperanza”.
En “Emancipadores”, que forma parte de los “Nuevos Sonetos
Medicinales (1951)”, Amaro Villanueva deja estampado su ideario
militante:
“Si
los obreros y los campesinos,
lo
que se llama los trabajadores,
se
reunieran un día sin tutores
ni
jerarcas traidores y ladinos
verían
que coinciden sus destinos
que,
en esta sociedad de explotadores,
deben
producir más, a los señores,
cada
vez con salarios más mezquinos.
Entonces
no andarían engañados
pidiendo
leyes, créditos y favores
a
la clase por quien son explotados…
Conociendo
sus fuerzas superiores,
sabrían
que son ellos los llamados
a
ser sus propios emancipadores” (2)
Sigfredo Pastor
"Bandoneón Arrabalero"
III
– LA CUESTIÓN MERIDIONAL ARGENTINA
“...Personalmente
creo que la palabra de orden
“gobierno
obrero y campesino” debe ser adaptada
en
Italia así: “República Federal de los obreros y
campesinos”...”
ANTONIO
GRAMSCI
Carta
para la fundación de
L´Unitá,
12/9/1923
“...No
es un puro resultado del azar que la cultura
argentina
haya arrinconado en el desván de los
trastos
viejos todo un filón de pensamiento que
hacía
depender de un federalismo efectivo la
posibilidad
de constitución de una república
verdaderamente
democrática...”
JOSÉ
ARICÓ
“La
aceptación de la herencia
democrática”,
en
“La
cola del diablo. Itinerario de
Gramsci
en América Latina”, 1988
“¿Qué
no se ha dicho sobre la presunta fobia que
los
provincianos tenemos a los porteños?...”
AMARO
VILLANUEVA
“El
porteño que representó a Entre Ríos”
El revolucionario italiano
Antonio Gramsci escribió sobre la “cuestión meridional” de su
país poco antes de que el fascismo lo metiera en la cárcel, en
1926. Al incansable e irreductible escritor de los Cuadernos de la
Cárcel le preocupaba la construcción de la unidad entre los obreros
de la rica Italia industrial del norte con los campesinos del sur, de
la zona meridional. La ausencia de una línea político-cultural en
ese sentido había provocado la derrota del movimiento de los
consejos obreros en 1920. El Partido Comunista se había fundado al
calor de esa lucha, escindiéndose del Partido Socialista y enfocando
su antena hacia la Revolución Rusa que, con la conducción de Lenin,
había tomado el poder en 1917. Una serie de discursos ideológicos
generados desde distintos lugares del poder dominante operaba contra
esa unidad popular: partidos, prensa, educación, religión,
tradiciones instaladas, prejuicios, todos contribuían a la división
entre las clases oprimidas del Norte y las del Sur. El mismo Gramsci
había iniciado su militancia juvenil en Cerdeña adhiriendo a la
rebeldía regional contra las actitudes diferenciales y de predominio
de la Italia continental. En Argentina, la cuestión meridional es la
cuestión federal, es la eterna discusión sobre la relación entre
BsAs y las provincias.
Amaro Villanueva tal vez fue
la conciencia más lúcida sobre este problema dentro del pensamiento
socialista: José Aricó subrayó la importancia de las posiciones y
producciones del intelectual entrerriano en el marco de su militancia
comunista. En la misma nota donde el estudioso del mate interpreta
aquella conferencia de Rodolfo Ghioldi que comentamos más arriba -y
nos habla de las dos concepciones del folklore y de la tradición- se
explaya sobre el problema del frustrado desarrollo federal de nuestro
país. Siguiendo creativamente al líder de su partido, el cronista
gualeyo nos dice que esta cuestión “es el eterno tema argentino”,
una “necesidad nacional insatisfecha”, y más claramente, “un
antiguo problema no resuelto, enquistado y empedernido en el cuerpo
de nuestra sociedad, a la que -falseando los planteos de ese
problema- se la ha contraído (y contrahecho) en la vetusta
estructura colonial, contrariando su original espíritu emancipador y
su sana tendencia democrática”. Para Villanueva estaba claro que
este profundo problema político era más que un problema electoral,
incluso si la opción era democracia electoral -muy condicionada- vs
dictaduras, que fue la lamentable opción que los argentinos tuvieron
durante casi todo el siglo XX. Para el autor de “Crítica y Pico”,
“la permanente actualidad de su debate constituye la más tremenda
e irrefutable denuncia de las arteras maniobras con que las
consecuentes oligarquías nacionales han colocado a la República en
la vía muerta de la política exclusivamente electoral, para
mantener demorada a nuestra democracia en sus preocupaciones
iniciales, elementales, primitivas, es decir, detenida en el círculo
vicioso de la contienda “cívica” entre la soberanía popular y
el poder de facto, este nuestro cuasi derecho divino...”
Villanueva, en línea con
Ghioldi, afirma que las antinomias porteños vs provincianos o
civilización vs barbarie son variantes de la fórmula que impide ver
el fondo económico del problema. Claro que el problema del
centralismo es el problema de la concentración de recursos y de
poder en BsAs: “la Revolución de Mayo, si independizó
políticamente a los territorios del virreinato, no logró modificar
su estructura económica colonial, es decir, la dura subordinación
de sus pobladores a los absorbentes intereses creados de BsAs, de la
oligarquía porteña, que cortó su cordón umbilical con España
para vincularse a otras combinaciones comerciales más provechosas
para ella”. Más adelante, Villanueva se apoya en Alberdi para
explicar que el poder de Rosas era -en el fondo- el poder económico
de BsAs. Esto, de todas maneras, no justifica el apuro por definir a
Giuseppe Garibaldi -el aventurero y futuro patriota italiano aliado
de los liberales antirosistas- como un demócrata. La no resolución
de este desequilibrio estructural -más allá de las batallas que los
pueblos del interior dieron, junto a sus caudillos- es el meollo de
la crisis institucional casi permanente que afecta a los argentinos.
Las formalidades políticas y legales seguirán girando en el vacío
o en buenas intenciones si no se modifica realmente la estructura
económica y social. Aquí, Ghioldi y Villanueva coinciden con
Sampay. Afirmó el líder comunista -y publicó el cronista
entrerriano- que, “por lo tanto, la voluntad de la constitución
argentina, en materia de federalismo y de veracidad autonómica, se
desvanece, no por razones jurídicas, si no por razones económicas”.

LA
CUESTIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y CULTURAL DEL FEDERALISMO
“...Habrá que
restablecer, entonces, el contacto
espiritual perdido, o
sumamente debilitado con
la llamada “generación
del 37”, que ha sido la
que con mayor lucidez
discriminó, entre nosotros,
inspirada por un
constructivo ideal progresista,
los fundamentos esenciales
de la sociedad
americana...”
AMARO
VILLANUEVA
“El
Ingenioso Hidalgo”, en
“Crítica
y Pico”
El problema del desarrollo
federal es un problema de masa, es un problema de todos, porque nos
afecta a todos, y la solución política debe ser una solución de
masa, afirma el semiólogo del mate. “Elevemos la capacidad
económica de las provincias”, propuso Ghioldi. Villanueva aplaudió
la conferencia e interpretó que, por este camino, el comunismo
argentino sería “tradición y vanguardia” al mismo tiempo, y que
ésta era la línea a seguir “en la gesta decisiva de la democracia
en nuestro país”. En esa nota, Villanueva no lo dice, pero el
problema federal además de ser un claro problema de economía
política es un problema cultural: la unidad circunstancial detrás
de un sello electoral nacional o la unidad de ocasión en ciertas
protestas gremiales y sociales nunca terminó consolidándose como
una unidad en la diversidad política y cultural, de clase
trabajadora, de pueblo y respetuosa de las soberanías particulares
federadas. Tal vez por ello, el escritor entrerriano buscó a lo
largo de su obra unir la cultura gaucha del interior con la cultura
del lunfardo urbano y capitalino, buscando forjar una conciencia
crítica común de los sectores populares. Hoy podemos decir que
Amaro Villanueva -a su manera y fragmentariamente, como Gramsci-
abrió un camino de estudio y de reflexión histórica, política y
cultural que quedó inconcluso y que es necesario continuar. La
cuestión meridional argentina, política, económica y cultural
sigue pendiente.
Villanueva luchaba contra ese
prejuicio que nos distancia a provincianos de porteños. Elogiando a
Juan María Gutiérrez que, como hemos visto, fue designado por
Urquiza como representante constituyente de Entre Ríos en 1853, el
ensayista de Gualeguay insiste en que somos todos argentinos “hasta
la parte más escondida y sabrosa del caracú, que es el tuétano”.
Previamente, su nota titulada “El porteño que representó a Entre
Ríos”, se preguntaba sobre todo lo que se ha dicho de la “presunta
fobia” que los provincianos tenemos de los porteños. La negación
periodística y política -políticamente correcta- no podía
disimular ciertas desconfianzas en la vida cotidiana. Dice Raúl
Larra en “Amaro Villanueva y el idioma de los argentinos” que “mi
trato con Amaro fue epistolar antes de que tuviera la suerte de
conocerlo. Como buen entrerriano tenía sus prejuicios antiporteños.
Y yo era para él el porteño a quien agredir llegada la ocasión. Me
costó entrar en su intimidad...”. La lucha cultural y personal
rindió sus frutos: el entrerriano Villanueva aportó el origen de la
palabra “lunfardo” y fue uno de los fundadores de la Academia
Porteña de ese lenguaje callejero.
De todas maneras, el
lunfardista panza verde nunca dejó de marcar las diferencias
positivas que la vida social en Entre Ríos tenía con otros lares.
Juan José Manauta recordó en su introducción a la Obras Completas
de Villanueva -titulada “Maestro”- aquella anécdota que comienza
con un interrogante de éste:
“-¿Ha visto usted alguna
vez un judío con chiripá, bota de potro y facón al cinto? -le
preguntó Amaro.
-No, jamás -contestó el
porteño.
-¿Y un morenito, hijo del
país, hablando en idish?
-No, tampoco -dijo el
porteño.
-Entonces permítame que le
muestre Entre Ríos, mi provincia.”
No se privó tampoco, en algún
poema lunfardo, de ver al Obelisco porteño como un choclo. Escribió
en “Avenida 9 de Julio”:
“Eva metropolitana,
cuando morfó la manzana
y se agrandó en el
mordisco,
le quedó un choclo del
fisco
dragoneando de obra pública
y, en Plaza de la
República,
otro choclo, el obelisco”
CATALANES,
VASCOS, ENTRERRIANOS Y ARTIGUISTAS
Cuando destacó, con justicia,
la integración de Gutiérrez a las filas de la Confederación
Argentina que presidió Urquiza, el ensayista de Gualeguay calificó
de “patraña” la idea de que entrerrianos y correntinos
tuviéramos fama gratuita de “ser tanto o más regionalistas y
separatistas que los vascos y los catalanes en España”, pero en
otra nota sobre el extraordinario intelectual de la Generación de
1837 -titulada “La muerte del pez”- volvió sobre el tema de una
manera más positiva, encontrando una relación histórica entre la
lucha de esas comunidades oprimidas en Europa y los reclamos y
convicciones federalistas en Argentina y en Sudamérica. La España
franquista explicaba claramente la política histórica opresiva de
ese Estado, y Villanueva pensaba que, “de haber tenido otro
comportamiento, acaso por primera sorpresa habríamos encontrado
cierta relación entre nuestro federalismo y el difamado separatismo
de algunas provincias peninsulares, o entre nuestro siglo largo de
vida independiente y el resurgimiento de la república en España. De
haber tenido otro comportamiento, entenderíamos muchas cosas con
toda claridad y sabríamos dar razón de algunas simpatías”.
El historiador y escritor
oriental Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931) había pensado algo
parecido en su reflexión sobre las raíces del federalismo
artiguista. Caído el Montevideo que dominaban los españoles en 1814
ante las tropas de las Provincias Unidas del Sur, el Virrey español
Pezuela escribió a Artigas desde Perú convencido de que las
diferencias del caudillo con BsAs lo acercaban a la restauración
absolutista. Quedó desairado ante el tajante rechazo de Artigas a
sus especulaciones. Zorrilla de San Martín ve un hilo de continuidad
entre el “han engañado a usted y ofendido mi carácter cuando le
han informado que yo defiendo a su rey”, del Protector de los
Pueblos Libres, con el “nosotros, que valemos tanto como vos, e
juntos valemos más que vos, os facemos nuestro rey y señor, con tal
que guardeis nuestros fueros y libertades. E si non, non”, de las
viejas Cortes de Catalunya y Aragón. En Octubre de 2016, el PSC
-Partido de los Socialistas de Catalunya- presentó públicamente una
propuesta para discutir una profunda reforma constituyente del Estado
español que haga de éste una organización política federal y una
“nación de naciones”. La presión independentista catalana fue
la que sacudió el tablero. Las tensiones políticas no han permitido
el avance del debate federal en la península ibérica. En Argentina
y en el subcontinente latinoamericano nos debemos urgentemente un
debate similar.
ARTIGUISMO
Y MAOÍSMO
“El obrero de los campos
es el gaucho”
JUAN
BAUTISTA ALBERDI
“...Y me doblo, como un
sauce…
Y sigue lloviendo en mi
corazón
y sigue lloviendo,
lloviendo, lloviendo…
lloviendo sobre el
Yan-Tsé...”
JUAN L. ORTÍZ
“En el Yan-Tsé”
“El Junco y la Corriente”
Amaro Villanueva colocó al
Reglamento de distribución social de tierras del artiguismo como
hecho decisivo para distinguir “lo progresista y lo no progresista
en la historia argentina”, siendo tan duro con la política
hegemónica de BsAs -Asamblea de
1813, Congreso de 1816/1820, Ley
de Enfiteusis rivadaviana-
como con la traición de Ramírez a la Liga Federal. El apunte del
autor de “Crítica y Pico” termina afirmando que, “el problema
de la tierra en nuestro país sigue esperando un ensayo meduloso,
como el que Mariátegui le dedicara en el Perú, pues aquel fraude
prologal constituye, a mi entender, la clave de las desventuras
pasadas y presentes que el pueblo argentino experimenta en su vida
económica, política y social”. El
camino propio dentro de la rígida línea partidaria lo llevó hasta
Mariátegui: sobre el Che Guevara y la esperanza abierta por la
Revolución Cubana (1959) no encontramos su opinión. En
1955, publica en los “Cuadernos de Cultura” unos apuntes sobre la
“Poética de Echeverría”, donde relaciona -en otra cita a pié
de página- las apreciaciones de éste referente de la Generación
del ´37 con las ideas del líder comunista chino Mao Tse Tung. La
revolución había triunfado en el gran país asiático en 1949 y el
líder rojo coincidía a la distancia sosteniendo
que la cultura nacional debe asimilar y filtrar la cultura
progresista de los países extranjeros, porque “todo lo que pueda
servirnos debe ser asimilado”. La
expectativa que el maoísmo abrió como renovación del ideal
socialista llevó incluso a nuestro Juan L. Ortíz a China en
1957 como parte de una delegación de artistas e
intelectuales
comprometidos. Nueve
años después comenzaría la denominada revolución cultural y las
diferencias cada vez más
notorias entre los
comunismos chino y ruso. El PC argentino no se movería de su órbita
soviética. Una
camada importante de teóricos y militantes se abría de esta
formación política ante
lo que consideraban una
falta de apertura del mismo a las nuevas posibilidades
revolucionarias que se
estaban gestando en el mundo y en la región.
MICROHISTORIAS
NORMALISTAS Y FEDERALISTAS
El
camino propio que se forjó dentro de su partido, le permitió a
Amaro Villanueva tomar distancia crítica de la figura de Domingo
Faustino Sarmiento. En su crónica “El General Sarmiento visita
Paraná”, no sólo plantea al ex presidente como figura más
militar que educativa, sino que además, valora tanto las palabras de
un combatiente jordanista como Escolástico Junco, como la coherencia
del rector de la Escuela Normal de Paraná, George Sterns, que hizo
retirar las tropas nacionales que Sarmiento había hecho apostar en
la misma, mientras organizaba la represión a la rebeldía federal.
El intelectual gualeyo
era maestro normalista y entrerriano federalista en las filas del
comunismo argentino. En su praxis personal intentaba la síntesis que
nunca se había podido generar en la historia política de su país.
Estas notas sobre las
figuras eminentes del normalismo incluyen su estimación del trabajo
de Jose María Torres en la “época de oro del normalismo”. Las
precisiones sobre la conducta de Sterns y de Torres son un verdadero
aporte de microhistoria. Villanueva comenta incluso la flexibilidad y
la consideración de Torres con aquel joven estudiante que dedicaba
sus noches al billar, y que ante la inquisitoria del rector, confesó
que jugaba por el café con leche para paliar un poco el hambre,
porque su pobreza lo hacía sobrevivir con lo justo en ese esfuerzo
educativo. Nina Landreani
nos ha animado a ver la riqueza y la complejidad de la vida
cotidiana escolar más
allá de los rígidos estructuralismos.

Al militante político y
cultural de Gualeguay le preocupaba que “Entre Ríos no logra
levantar la voz” en el concierto de las provincias argentinas. A
nosotros también nos preocupa, y mucho, la alarmante falta de fuerza
política multisectorial de nuestra tierra. Un poema dedicado a
Ramírez también debe contarse como parte de la reflexión federal
de Amaro Villanueva. Dijo en “Provocación”, dedicado “a Pancho
Ramírez desde su pedestal”:
“Parece que a la gloria
no te le has animado
siendo que fuiste punta del
valor de Entre Ríos…
Por ahí te quedaste, caído
y despenado,
lejos del pedestal de tus
hechos bravíos.
Dicen, de tu coraje recio y
desparramado,
que en los hombres del
Veinte corrió en escalofríos;
que al fiero Buenos Aires
lo tuviste apurado;
que el litoral quedaba
chico para tus bríos;
que hasta enfrentaste al
chúcaro de la Organización
y, en soberano y rústico
desplante de varón,
en su anca espantadiza la
paseaste a Delfina…
Pues, entonces, levántate
para este desafío:
bandea el río grande y la
muerte vecina
y ven a disputarnos tu
pedestal vacío” (3)
IV
– LAS PREGUNTAS DE AMARO VILLANUEVA
“Lo que queremos hacer
es hacer lo que queremos”
AMARO
VILLANUEVA
“Es
necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta.
Siempre estamos escuchando
una pedagogía de la
respuesta. Los profesores
contestan a preguntas que
los alumnos no han hecho”
PAULO
FREIRE
“Nosotros
caminamos preguntando. Vamos probando como
queremos
que sean las cosas y si algo no funciona, lo
cambiamos,
vamos construyendo sin dogmas. No
buscamos
seguidores sino interlocutores. No queremos ser
vanguardia
en la lucha contra el capitalismo, todo funciona
mejor
cuando la gente participa y aporta.”
EZLN
Ejército
Zapatista de Liberación Nacional
Entre el 22 de noviembre de
1943 y el 25 de diciembre de 1944 -en medio de la II Guerra Mundial-,
Villanueva escribió una serie de notas en El Diario de Paraná que
organizó como reflexiones sobre lo que podría venir “después de
la guerra”. El único momento en que se interrumpió este trabajo
fue cuando el gobierno militar del GOU intervino El Diario, entre
mayo y octubre de 1944. Es notable la capacidad de anticipación
desarrollada por el periodista y escritor gualeyo en estas páginas.
Arrancó pensando el porvenir de las medias irrompibles y la
liberación femenina de las piernas, siguió con los posibles
negocios criollos frente al avance del turismo y empezó a tomar
vuelo con “La civilización del aire” y “El sueño de la casa
propia”. Anhelando un progreso de la técnica “administrado por
la justicia social”, elucubró cierta luz almacenada con una
pintura especial y un aparato que a la vuelta de la llave sería una
“estufa que enfría”. Es muy interesante analizar que pasó
después que el autor de “El Mate” redactara estas líneas, y
además, volver a hacernos los mismos interrogantes en nuestros días.
Habló sobre la comida a
domicilio y pensó “la evolución del arte de comer”, subrayando
que “en América, el hambre es crónica desde la época de la
conquista” y que en la Europa de ese momento ya estaban proyectando
ciertas comidas químicas, incluyendo una “carne hecha de pulpa de
madera”. Más adelante se preguntó, ¿Marcharemos sobre el
estómago?, haciendo referencia a una frase de Napoleón Bonaparte
que no perdía de vista la centralidad del abastecimiento y la
alimentación de su ejército, y convocando a tomar conciencia de que
la democracia debe también tener como objetivo desterrar el hambre
en el pueblo. Villanueva se preguntaba aquí, como muchos dicen -por un lado- “no solo
de pan vive el hombre” y creen después que una buena parte de la
sociedad puede sobrevivir “de las migas”. Para el intelectual
militante entrerriano, la democracia debía ampliar su influencia a
los campos económico, social, cultural y por supuesto, a los
aspectos “racial” y de género. “¿Hemos resuelto el problema
social del pan?”, se preguntó -coincidiendo a la distancia con
aquella preocupación libertaria de Piotr Kropotkin-. Es increíble y
bochornoso que ochenta años después no podamos dar una respuesta
afirmativa a esa cuestión esencial.
COMEDOR
O CEMENTERIO. UNA LUCHA CONTRA EL TIEMPO
“Él
dice: pero estoy con hambre...Ella grita dolorida: !duerme,
niño
molesto! Los dos se quedan en silencio en la
oscuridad,
inmóviles. ¿Estará dormido? -piensa ella
despierta...
En la negra noche los dos están despiertos.
Hasta
que, por dolor y cansancio, ambos dormitan, en el
nido
de la resignación. Y yo no soporto la resignación.
Ay,
cómo devoro con hambre el placer de la revuelta.”
CLARICE LISPECTOR
“La
explotación es producción del tiempo de la dominación
contra
el tiempo de la liberación”
TONI NEGRI
“Tesis preliminares para
una teoría
del poder constituyente”
Insistió el autor con otra
nota que tituló “¿Nos libertaremos de la necesidad?”. Aquí
escribió sobre la situación china, los insectos y algas de su
régimen alimenticio, y la muerte por hambre que se cobraba millares
de vidas. Se ilusionaba con “una organización agrícola y de
alimentos de las Naciones Unidas”, y planteaba con fuerza que el
mundo debía optar entre ser “un comedor o un cementerio”. En el
primer cuarto del Siglo XXI, los informes de la FAO -la Organización
de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- no son muy
alentadores: el hambre en este mundo capitalista sigue aumentando.
Las cifras dramáticas hablan de más de 800 millones de personas que
padecen hambre y 150 millones de niños que sufren retraso de
crecimiento. En Argentina -sí, en Argentina- hay un millón de
chicos con hambre, según el estudio de la Universidad Católica. La
FAO ha planteado con claridad la necesidad de poner fin al hambre
-hambre cero en serio-, lograr seguridad alimentaria y la mejora de
la nutrición, y promover la agricultura sostenible. Este plano de la
realidad, lamentablemente no ha cambiado desde aquellas notas de
Amaro Villanueva. El otro sí: hoy la soja transgénica sudamericana
alimenta los cerdos de China y los supermercados asiáticos alimentan
a una gran cantidad de entrerrianos y argentinos. Sobre la farsa del
consumo bioquímico, tan alienante y enfermante en una sociedad
agobiada, pueden verse -por ejemplo- los trabajos de Soledad Barruti.
La autora de “Mal Comidos” y “Mala leche” nos ha dicho sin
pelos en la lengua que “no están haciendo comer cosas que no
necesitamos”, que “la industria alimentaria argentina nos está
matando” y que el supermercado puede ser una emboscada del
régimen dominante.

En “Tiempo de Juguete”,
Villanueva se preguntó como serían los juguetes después de la
guerra, y después de reflexionar sobre el “tiempo espiritual del
juguete” cerró esa nota pensando en “la ilusión de tomar al
tiempo de juguete y distraernos de la pesadumbre de ser juguetes del
tiempo”. En otra columna planteó “¿cómo seremos los
argentinos?”, animándonos a reflexionar sobre lo creemos ser,
sobre lo que deseamos ser y sobre los otros pueblos creen que somos.
Seguimos teniendo el desafío de diferenciarnos del simplismo infame
de ciertos medios de información porteños que trasladan
arbitrariamente sus propias contradicciones y su complejo de
inferioridad liberal al resto de los habitantes de este país. Para
el autor de “Crítica y Pico”, seguía latiendo el misterioso y
genérico aforismo sanmartiniano que nos interpelaba a ser lo que
debemos ser. “¿Cómo hablaremos los argentinos?” fue el título
de otro artículo, donde volvió sobre los aportes de Juan María
Gutiérrez y volcó otras intuiciones semióticas importantes, como
cuando afirmó que “la renovación del idioma se da en consonancia
con los ideales de transformación social”, y que la economía
yanki era “la amenaza a la pureza del castellano en América”.
Por otra parte, Villanueva pensaba que el poeta norteamericano Walt
Whitman (1819-1892) “por su espíritu”, es “más nuestro” que
algún escritor español como Luis de Argote y Góngora (1561-1627),
y que no debemos esperar milagros, ya que los milagros “pueden
hacerse a yunque y martillo”.
En “Suiza tendrá buenos
puertos” valoró el desarrollo mercante de ese país confederal
europeo a pesar de no contar con una geografía portuaria y jugó
creativamente con la imaginación poética del francés Cyrano de
Bergerac (1619-1655) que intentó elevarse colocándose frascos de
rocío por todo el cuerpo, esperando que el sol hiciera el posterior
trabajo de vaporizar el líquido. Como “la nafta anda a caballo y
los caballos por las nubes”, la posibilidad argentina estaba -según
el humor matero de Villanueva- en “ponerle pega-pega al ombú y que
nos lleven los loros”. Las reflexiones del cronista se extendieron
al ámbito del amor, preguntándose por las perspectivas del mismo: a
la democratización en el tratamiento de los sexos, le sumó la
posibilidad de una vida futura “más fría y esquemática” y una
probable “pérdida de un poco de romanticismo” del asunto
profundo del amor. ¿Qué son el amor, el deseo y el romanticismo en
nuestra “sociedad líquida” y postmoderna?.
CELEBRACIONES,
GUERRA Y POLÍTICA
“El
siglo XX fue un gran siglo para la política. El escritor
francés
André Malraux decía que en nuestro siglo la política
fue
lo que reemplazó al destino. Entonces el destino del siglo
es
la política, y la tragedia del siglo es la política. Pero
se
acabó el siglo. Y ahora ya no sabemos lo que es la política.
Somos
ignorantes y estamos ciegos. Y como somos
ignorantes
y ciegos, nos vemos librados a las fuerzas
materiales
más poderosas, entonces hoy somos todos esclavos,
esclavos
del mercado y de la Bolsa...”
ALAIN
BADIOU
¿Qué
es la política?
24/4/2000
En otras reseñas, el escritor
de “Lunfardópolis” se preguntó, “¿Qué pronósticos veremos
cumplidos?” y citó la pretensión del vicepresidente de los EEUU
(1941-45), Henry Wallace, de “hacer que los pueblos entren al
mercado libre”, sin olvidar “las camarillas del uno por ciento
que explotan al pueblo” Otros interrogantes de sus columnas
periódicas fueron “¿Celebraremos el carnaval?” -hoy importante
negocio turístico-, “¿Cómo escribirán los poetas?”, “¿Cómo
será la crítica literaria?” -pensando que profundidad y
compromiso político no deben excluirse-, “¿Qué será de los
versos de Carriego?”, “¿Contaremos con amigos del arte?”,
“¿Cómo interpretaremos el Martín Fierro?”, haciendo hincapié
como hemos visto más en la ética que en la estética del poema
hernandiano y afirmando que el Fierro “es la revolución de mayo en
verso”. No faltó la especulación sobre el peligro de una tercera
guerra mundial. El mundo estuvo en vilo en 1962 con la crisis de los
misiles entre EEUU y la URSS, pero la cosa no pasó a mayores. De
todas maneras la “guerra fría” que esas dos superpotencias
desarrollaron en todo el planeta -que fue su patio- tuvo una carga de
violencia terrible en muchos momentos. Algunos piensan que fue una
tercera guerra, y que hoy estamos en la cuarta, una guerra
biopolítica y biotecnológica en la que los capitales imperiales
disputan los “recursos” y la “vida” en cada centímetro de la
Tierra.
En
otra de sus notas, Villanueva se planteó “¿qué se entenderá por
política?”. La cuestión tiene una actualidad estratégica
extraordinaria. Ya
no están, o no con la misma intensidad, la “previsión y la
socialización” que eran parte de la intervención estatal en la
economía y del estado benefactor que se impuso -ante la lucha obrera
y popular global- después de la II Guerra, ni tampoco el anhelo de
“un hombre para el puesto” en una sociedad igualitaria y
técnicamente administrada. Hoy burocratismo y aplicaciones
tecnológicas se suman para gobernar la vida cotidiana. Si es válida
la búsqueda de una “real y sentida democracia” tal como
expresaba el cronista entrerriano citando a Bernardino Horne, y la
convicción de que la política debe ser “algo más que disputar el
presupuesto”. Y siguen siendo meritorias las palabras del eminente
mexicano Alfonso Reyes -citadas por Villanueva- quién dijo alguna
vez que “el esfuerzo normal de la política es el de solicitar la
realidad hacia un estado más maduro”. En nuestros días, hay que
decir en voz alta que lo político no puede reducirse a lo electoral
ni mucho menos a lo local-nacional.
Cuando
comenzaba el Siglo XXI, el filósofo francés Alain Badiou dió un
par de conferencias en Argentina: en una de ellas afirmó
categóricamente que “el
voto, entonces, no es un acto político. Es un acto importante, pero
es un acto estatal. Y entonces hay que diferenciar al acto político
del acto estatal”. Para Badiou, la acción política, la que
permite realmente transformar la realidad en cualquiera o todas sus
dimensiones, crea un espacio y un tiempo nuevos. Dice el intelectual
francés que, “el acto político también crea espacio porque dice:
"Voy a transformar a este lugar en un lugar político", es
decir, voy a transformar una calle, una fábrica, una universidad. A
ese lugar yo lo voy a transformar en un lugar político”, y que,
“entonces, un acto político crea tiempo y lugares. Pero el
problema es saber si actualmente nosotros queremos y si sabemos crear
tiempo y espacios políticos”. Remata aquí con el gran desafío
político de nuestro tiempo: “¿Es posible no seguir siendo
esclavos del capital y del mercado? Esta es una definición posible
de la política. Es decir, la posibilidad de no ser esclavos. Si la
política existe verdaderamente, entonces la política es la
posibilidad de no ser esclavos”. No se conocieron, pero Badiou y
Villanueva estuvieron en la misma trinchera.
DOMINIOS
DE LA TELEFONÍA. FUTURO DEL TRABAJO Y DEL CINE
Otra
duda periodística cebada por la pluma gualeya se tituló “¿qué
sabremos de la elocuencia militar?”, donde empezó a pensar “las
organizaciones de propaganda a través de los dominios sin fronteras
de la radiotelefonía”. Hoy, a la prensa del poder y a las
operaciones de los servicios de inteligencia se le suman las batallas
de los “trolls” en las redes sociales y sobre todo, la de los
“hackers” en los sistemas de software que administran buena parte
de la realidad y de la vida cotidiana. El control de la información
es fundamental en la guerra biopolítica.
“¿Trabajarán
las personas?” se preguntó Villanueva en otra columna de El
Diario. A la necesidad de trabajar “para resolver las necesidades
de todos” le agregó la hipótesis de que, en una sociedad
organizada con justicia política y social, la jornada laboral podía
“reducirse a seis o cuatro horas”. Los debates y las luchas
políticas, gremiales y sociales contemporáneas actualizan el
planteo de nuestro cronista. Lo dijimos cuando repasamos -en nuestros
apuntes anteriores- el trabajo “La Argentina en la revolución de
nuestro tiempo”, de Arturo Sampay: ya hay docentes, estudiosos y
militantes que plantean las cuatro horas, como la filósofa alemana
Frieda Haug, que propone la orientación de vivir cuatro horas de
trabajo asalariado, cuatro horas de un trabajo para nosotros mismos,
cuatro horas de cuidado y cuatro horas de trabajo para la comunidad o
de trabajo político, como forma de rearticular los modos del hacer y
la idea misma de lo común”. Por lo demás, André Gorz escribió
“Adiós al Proletariado” en 1980 y Jeremy Rifkin hizo lo propio
con “El fin del trabajo” en 1995: las polémicas desatadas no han
concluído. En abril de 2019, el presidente de la doblemente
castigada Venezuela bolivariana -por el imperialismo y sus secuaces,
y por el burocratismo inaceptable-, Nicolás Maduro, decreta los
viernes como días no laborables y la reducción de la jornada a seis
horas.
“¿Cómo
serán las películas de cine?” se preguntó en otra publicación.
Impugnó ese cine cursi y ese cine violento, que son un mal ejemplo y
que -en el caso del ultimo- “salpica de sangre hasta las mismas
estrellas”, pero valoró al otro cine que podía ayudar en las
“posibilidades educativas de las multitudes”. Imaginó
“protagonistas nuevos” del cine algún día: los árboles, el
río, las mujeres y los hombres reales y también las ideas. En 2019,
“Roma” -una película producida para ser vista en internet- le da
a México su primer premio Oscar. De la butaca al teléfono personal:
el cine ha ido mutando y se ha democratizado, pero siempre de la mano
del consumo gobernado.
MUERTE,
NOBLEZA, BENEFICENCIA Y VIRTUD
“¿De
qué moriremos?”, se preguntó nuestro autor en otra nota. Valoró
aquí el avance de la penicilina e insistió en la posibilidad de
eliminar el hambre. Esa sociedad del bienestar que conjeturó lo hizo
recordar una anécdota de aquel vecino nonagenario de Nogoyá que
sorprendió al visitante con la noticia de que en ese pueblo había
unas cuantas personas longevas, y que “vivimos hasta que nos
cansamos”. Con humor, Villanueva habló después de aquel que
perdió su cabeza pero que recibió un zapallo como implante: el
“cabeza de zapallo” fue ascendiendo después en sus “posiciones
públicas”. La ciencia ficción viene dando algunas respuestas al
interrogante sobre la muerte: sólo basta mirar, por ejemplo “El
hombre bicentenario” o “Real Humans” o la serie francesa
“Osmosis” o quedar con la boca abierta y una sonrisa asombrada
con el final del capítulo “San Junípero” de la serie “Black
Mirror” en Netflix.
El
estudioso del mate se planteó la lucha futura “por la libertad de
morirse”. En nuestra época, los debates por la eutanasia vienen
siendo cada vez más importantes, especialmente en Europa. También
se preguntó si “¿habrá títulos de nobleza?” y recordó a
Voltaire cuando éste dijo que “cuánto más libre es un pueblo,
menos ceremonias usa”. Sin preocuparse mucho por Voltaire, la
argentina Máxima Zorroguieta accede al título de reina consorte de
Holanda en 2013. Sin muchas ceremonias, las monarquías de los países
nórdicos europeos han visto como la política socialdemócrata los
ha conducido a los más altos estándares de bienestar social.
Noruega encabeza en 2018 el Indice de Desarrollo Humano de la ONU.
Otros
de los textos de Villanueva se tituló “¿Cómo será la
beneficencia?”. En éste trabajo, planteó que si la tendencia de
la masa social es no hacer el mal, “es estar de parte del bien”,
¿porqué no todos lo practican?. Su reflexión ética lo lleva a
firmar que “el hombre es bueno pero necesita disponer de los medios
que le permitan hacer el bien”. Citando a un conservador como
Monseñor De Andrea, cuestionó una idea de beneficencia que “hace
hospitales con los donativos de los explotadores”. Para que todos
seamos benefactores en un marco de justicia, la sociedad debe
desarrollar la “capacidad para ejercitar la virtud”. Con la
llegada del peronismo al gobierno en 1946, Evita disolvió la
“Sociedad de Beneficencia” coincidiendo así con Villanueva, sin
olvidar de que éste -como militante comunista- estuvo en la vereda
de enfrente del peronismo. En 1981 se publica la primera edición del
libro de filosofía moral comunitarista “Tras la Virtud”, del
escocés Alasdair MacIntyre.
PRIMEROS
DE MAYO y LANGOSTAS POLÍTICAS. CAMBIAR EL 25 de MAYO
“¿Celebraremos
el 1ro de Mayo?”, se preguntó el cronista, y nos instó a no
olvidar nunca a los mártires obreros de Chicago que encabezaron la
lucha por las ocho horas de jornada laboral. Ese 1ro de Mayo de los
trabajadores debe acompañar, en Entre Ríos, los homenajes a los 1ro
de Mayo federalistas, tanto del Pronunciamiento de Urquiza como el de
la Sanción de la Constitución Nacional. Citando como siempre a
Gutiérrez, el poeta de “Escolástico Junco” nos dice que “la
República, en sus tradiciones gloriosas, tiene una cadena de
sucesiones que ha llegado hasta nosotros”. Hoy tenemos que volver a
pensar esas tradiciones gloriosas. Por lo demás, nuevos reclamos
sociales empiezan a sumarse en los 1ros de Mayo obreros, impidiendo
que éstos sean sólo un feriado turístico o dominical: mujeres,
precariado, inmigrantes, latinos, jornada laboral, renta básica se
suman a los reclamos tradicionales de mejores salarios y dignidad en
el trabajo.
“¿Nos
seguirá invadiendo la langosta?”, interrogó Villanueva, con un
fuerte sentido de ironía política. La lucha contra esa plaga “era
una excusa administrativa para distribuir empleos a diestra y
siniestra”. La proliferación de “langosteros” era tan o más
alta que la de las langosta, y coincidía con los “veranos
electorales”. No está claro si hemos derrotado a esa tozuda
calamidad política.
“¿Qué
significación tendrá el 25 de Mayo?” se preguntó nuestro autor
en otra entrada estimulante y provocadora, de una enorme profundidad
histórica, política y pedagógica. Para el periodista, ensayista y
poeta entrerriano, lo que nos corresponde “en tiempo de
revoluciones a diestra y siniestra” es “discriminar los valores
permanentes de la Revolución de Mayo, si es que los tiene”. La
aplicación de los “principios de Mayo” necesita “de nuestro
esfuerzo y de el de las generaciones venideras”. Parece que falta
bastante todavía para superar la imagen conservadora de la damita
rica y el caballerito porteños festejando en el cabildo de la
capital rioplatense y poder plantear la real dinámica histórica de
lo que hemos denominado en otro trabajo como “las máscaras de mayo
y la revolución de los pueblos”.
Para
ayudar a cambiar el discurso del 25 de Mayo, Villanueva se apoya en
un extraordinario y lúcido análisis de Juan Bautista Alberdi. El
tucumano discutía con fundamentos las categorías liberales de
“civilización y barbarie” y afirmó que una causa se define por
su “tendencia”, es decir por su contenido político y sus
objetivos. En nuestra patria grande, al principio de la revolución
de 1810, interroga Alberdi, “¿con quién estaba la gente más
rica, más noble, más bien educada de la sociedad americana? Con el
rey y por el rey. ¿Quién sostenía el noble pendón destinado a
quedar señor del nuevo mundo? Los criollos, los colonos, los
libertos, todo lo ínfimo, lo secundario, lo oscuro”. ¿Ha cambiado
mucho esa dialéctica entre gobiernos y pueblo, entre los partidarios
del progreso y la riqueza fáciles y los que luchan cotidianamente
por justicia, soberanía y dignidad?.
RAZAS,
IMPERIALISMO Y EXTRADICIÓN. LA CUESTIÓN FEDERAL GLOBAL
“...Europa
morirá como proyecto político a menos que consiga
refundarse
sobre nuevas bases. Su estallido entregaría,
todavía
más, a los pueblos que la componen en la actualidad
a
los riesgos de la globalización, como despojos que lleva la
corriente.
Su refundación no garantiza nada, pero le da algunas
oportunidades
de ejercer una fuerza geopolítica, en su beneficio
y
en el de los demás, a condición de atreverse a afrontar los
enormes
retos de un federalismo de nuevo tipo…”
ETIENNE BALIBAR
Europa, ¿crisis y fin?
Rebelión.org, 28/5/2010
“¿Qué
sentido tendrá el día de la raza?”, interpeló nuestro autor en
otra columna, en la que pensó el paralelismo entre el Día del
Imperio de los británicos y el 12 de Octubre hispano. En ambos vio
“el espíritu latente de hegemonía”. Su acercamiento al
pensamiento gramsciano y subalterno no podía encontrar mejor camino
que éste. Sin deconstruir todavía el concepto de “descubrimiento
de América”, el intelectual entrerriano evaluaba el absurdo de
festejar un día de la raza en un país que pretendía ser un “crisol
de razas”. Los estudios decoloniales y contrahegemónicos hoy
tachan no solamente el festejo del 12 de Octubre sino también los
propios concepto de “descubrimiento”, “raza” y “razas”.
Ese publicitado crisol -sería mejor decir crisol de culturas- hoy se
ha vestido de “día de la diversidad cultural”, aunque sin mucha
convicción, y no en la fecha más oportuna para la convocatoria.
“¿Se
ampliarán las reglas de la extradición?”, pensó también
Villanueva. En esta nota repasó ideas de Alberdi nuevamente y de
Mariano Moreno. Del autor de las “Bases”, rescató la profunda
filosofía del derecho que se desarrolla en su obra “El crimen de
la guerra”, contraponiendo ésto a la idea del alemán Bismarck de
que “el hecho prima sobre el derecho”. El ensayista de Gualeguay
planteó enseguida la necesidad de pensar la ampliación del concepto
de criminales de guerra “a los que lo hayan sido potencialmente”.
Con Alberdi coincide en que el despotismo debe ser considerado un
crimen, y apunta que “a mejores costumbres, mejor derecho”. En
2019, el fundador de Wikileaks, Julián Assange, es perseguido y
amenazado con la extradición por el hecho de informar sin censuras:
el concepto no se amplía.
En
otro texto brillante, Amaro Villanueva preguntó públicamente si
“¿Vendrá el federalismo universal?”. Aquí subrayó que el
hombre, como el árbol, “tiene raíces en la patria que ama y
follaje en la atmósfera planetaria”. Repasó la lucha entre
centralismo y federalismo en Argentina, reconociendo que la misma “no
ha llegado a su término” y que esta cuestión se ha desarrollado
en forma parecida “en todas las naciones”. Para el escritor de
nuestra tierra, debemos ser federalistas “en el orden interno y en
lo universal”. No ha habido muchas novedades en ésta “cuestión
meridional global” pero los bloques geopolíticos siguen en
formación y en movimiento. Doscientos estados oprimen a más de
cinco mil naciones, ha dicho el vasco Karlo Raveli. Una de esas
naciones que luchan por su reconocimiento es la nación kurda: su
líder, Abdullah Occalan ha escrito desde la cárcel -tal como lo
hizo Gramsci- la necesidad de pensar y luchar por la autonomía
social, la pluralidad cooperativa y el “confederalismo democrático”
multidimensional. Es imprescindible sumar la lectura del pensamiento
político de Occalan, como los históricos discursos de nuestro Alejo
Peyret a trabajos como el de Alvaro García Linera sobre
plurinacionalidad y federalismo. El capítulo “la dimensión
multinacional o multicultural de la comunidad política” que el
sociólogo y dirigente boliviano incluyó en su estudio “Autonomías
indígenas y estado multinacional” es una joya de reflexión
política necesaria e ineludible. Este aporte es parte de su libro
“La potencia plebeya”, que puede leerse libremente en internet.

TOXINAS
DE TODO TIPO. DEMOCRATIZACIÓN EDUCATIVA. LLEGAR A LA LUNA
“...Finalmente, los
hechos que conmueven al mundo
no conmueven los espíritus.
Y los que nada habían
previsto, nada aprenderán
con lo que está sucediendo
en todas partes a nuestro
alrededor. Hasta que la
humanidad no abandone su
falso dios del progreso
necesario, para volver a la
creencia en una voluntad
libre que puede influir
bien o mal en las circunstancias
absolutamente determinadas,
no podrá dominar los
acontecimientos cuyo peso
la oprimen ahora”
JULIO IRAZUSTA
“Las revoluciones del
mundo”, 19/10/1931, en
“El pensamiento político
nacionalista.
El estatuto del coloniaje”
“¿Desaparecerá
la vejez?”, se preguntó el periodista en otra publicación de esta
serie que denominó “Después de la Guerra”. Comentó en estas
líneas una idea del higienista paraguayo Prudencio Mendoza que pensó
a la vejez como “una intoxicación curable por toxinas
microbianas”, y que enfrentándola se podría vivir tranquilamente
cien años “sin sufrimiento”. A ésta especulación médica,
Villanueva le agregó una reflexión política y sociológica: el
desgaste de las mujeres y hombres en su trabajo cotidiano es una
verdadera “toxina del organismo social”. La autoayuda psicológica
y los avances en las ciencias de la salud no podrán hacer mucho si
no avanzamos en la transformación política del régimen de
explotación social en el que vivimos. Puede sumarse, según el
crítico gualeyo, el cuidado de las “toxinas espirituales y
amorosas”.
“¿Aún
se estudiará Geografía?”, se preguntó también, confesando su
aversión a los límites y citando a William Heaford quién dejando
volar su imaginación geopolítica anticipaba una serie de
confederaciones regionales en Europa y dos repúblicas en Nuestra
América, una al norte y otra al sur. En “¿Lograremos la paz
permanente?” pensó, con Baldomero Sanín Cano, que tal vez los
males del mundo moderno tuvieran un poco que ver con cierta educación
basada en la cultura clásica y su heroísmo guerrero.
Villanueva
se planteó después si “¿se democratizará la enseñanza?”,
afirmando que la liquidación del analfabetismo “apenas representa
un primer paso” del desarrollo educativo, social y democrático.
Repasando a Esteban Echeverría, escribió que era importante “fundar
creencias para estructurar hondamente la sociedad democrática” y
siguiendo aquí también a Juan María Gutiérrez, reflexionó sobre
la importancia de “desentrañar la relación entre doctrina,
métodos y la disciplina oficial”, es decir, “el sello con que
los gobiernos se proponen marcar el carácter de los que, a pesar de
estarles sometidos, han de manejar algún día las riendas de la
opinión pública”. En nuestras días, este planteo se engancha con
la idea gramsciana de una gran reforma intelectual y moral y con la
pedagogía de la autonomía y de la esperanza de Paulo Freire. Sigue
pendiente la democratización educativa en sentido integral,
empezando por las políticas educativas, y siguen pendiente la
diferenciación justa de los conceptos de democratización y de
demagogia.
“¿Nos
encontraremos en la luna?” se preguntó Villanueva en el final de
ésta serie de notas en El Diario, veinticinco años antes de la
hazaña aeroespacial. El cronista veía que en las bombas-cohete y
bombas-robot que se arrojaban en la II Guerra había una posibilidad
futura de “trasladarse de Berlín a la Luna” y comentaba que “la
Sociedad de Astronomía de Londres tenía listo un proyecto para
hacer el viaje a la Luna”. Jugaba con un “vaticinio imperialista
interplanetario” de Oswald Spengler, quién redujo el progreso de
la aviación “al anhelo humano de fuga de este mundo traidor”. El
21 de Julio de 1969 los astronautas norteamericanos Neil Armstrong y
Edwin Aldrin -tripulantes de la “Apolo 11”- pisaban el satélite
terrestre. Amaro Villanueva falleció en Bs As el 5 de Agosto de ese
año. La conciencia de los riesgos de ese progreso sin frenos
empezaría a despertarse después, en 1984 con el desastre químico
en la ciudad india de Bophal y en 1986, cuando explotaron el cohete
Challenger y el reactor de la ciudad de Chernobyl. Toda la humanidad
había perdido en esa guerra no tan fría pero tal vez no se había
dado cuenta (4).

Prof.
Mauricio Castaldo
María
Grande, Entre Ríos
14
de Abril de 2019
NOTAS:
(1)
La biografía de
Villanueva, por
Guillermo Mondejar,
“
El Criollo Universal”, en
Amaro Villanueva, “
Obras
Completas”, Paraná,
Editorial Uner, 2010, Tomo III,
pp.779-803. Todas nuestros apuntes sobre el cronista gualeyo fueron
tomados de esta obra completa de tres tomos editada por la Uner.
Sobre nuestra infusión sagrada,
A.Villanueva, “
Las cosas
nuestras. El arte de cebar. El mate a través del arte. El lenguaje
del mate. La boca del mate. Noticias lexicológicas”, en
ob.cit, Tomo I, pp. 83-477. Los conceptos de
Sebeok, en
Paul
Cobley y Litza Jansz, “
Semiótica para principiantes”,
BsAs,
Longseller, 2004, pp. 119-129. Hay versión en internet.
Unos apuntes sobre Lotman, en
Tito Pérez Martínez, “
La
semiósfera, semiótica de la cultura y el texto”,
en
http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/cgibin/library.cgic=co/co014&a=d&d=HASH4e78991b148db9b2b34d31.11.2
. La traducción de la “
Semiósfera” (Tomo I) de
Lotman
a cargo del cubano
Desiderio Navarro puede verse en
http://culturaspopulares.org/populares/documentosdiplomado/I.%20Lotman%20-%20Semiosfera%20I.pdf
. Sobre el origen de la palabra “pava”, ver
A.Villanueva,
ob.cit, Tomo I, pp.201-203. Sobre
Mantegazza y el
comunismo matero, mismo tomo, p.173. Las nociones de “agua cruda y
quemada”, ob.cit, pp.222-223. La anécdota de
Gudiño Kramer
sobre el mate con agua de lluvia, ídem, pp.234-235. El “prikuski”
en la p.254, el termo democratizador en pp.212-215. El capítulo
“
Herborizando” de
Rafael Barret, en “
El dolor
paraguayo”, Montevideo, 1911, pp.22-23: versión web completa
en
http://www.cgtmurcia.org/cultura-libertaria/anarkobiblioteka/memoria-libertaria/biografias-y-recopilaciones-hombres/1238-rafael-barrett-el-dolor-paraguayo-y-otros-textos
. Sobre el consumo promedio de yerba en Argentina puede leerse “
El
consumo de yerba mate en Argentina está estancado desde hace diez
años”,
Infocampo, 26/9/2017, en
https://www.infocampo.com.ar/el-consumo-de-yerba-mate-en-argentina-esta-estancado-desde-hace-diez-anos/
y habría que seguir evaluando su estancamiento o retroceso ante el
ajuste económico gubernamental. Sobre empresas y dictadura, ver por
ej. “
Juicio Las Marías: como hace 44 años el poder protege a
Adolfo Navajas Artaza”,
Anred, 6/7/2018, en
https://www.anred.org/?p=99194
. Sobre la lucha de
Titrayju, ver
Darío Aranda, “
La
yerba de la resistencia”,
Página 12, BsAs, 19/10/2003,
en
https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-26992-2003-10-19.html
. Las nuevas hipótesis antropológicas:
Johanna Pohjola, “
El
mate representa una utopía, un modelo ideal de relación social”,
Misiones, El Territorio, 27/7/2014, en
https://www.elterritorio.com.ar/el-mate-representa-una-utopia-un-modelo-ideal-de-relacion-social-9527963645305392-et
. El aporte del Prof. Rossi, en
Juan José Rossi, “
Los
guaraníes”, BsAs,
Galerna, 2010, pp. 11-12. Agradecemos
también al
Prof. Carlos N. Ceruti sus aclaraciones sobre los
comentarios del conquistador Hernandarias y el mate como estimulante
guerrero para los guaraníes, y sobre el desarrollo post-jesuítico
de las leyendas de la yerba mate. La continuidad histórica de la
costumbre, en
Miguel Angel de Marco, “
El mate es el único
rito que sobrevive intacto desde 1816”,
Clarín, BsAs,
2/7/2016, en
https://www.clarin.com/sociedad/mate-unico-rito-sobrevive-intacto_0_S1ZPv7S8.html
. La desubicación mundial de
Bilardo, en “
El exabrupto
de Carlos Bilardo al aire por un mate: "¿Por qué no me chupas
el p... mejor?", Uno E.Ríos, 1/8/2017, en
https://www.unoentrerios.com.ar/show/el-exabrupto-carlos-bilardo-al-aire-un-mate-por-que-no-me-chupas-el-p-mejor-n1443982.html
. La respuesta de
Tirso Fiorotto, “
Desagravio a la bebida
gaucha”, Uno E.Ríos, 3/8/2017, en
https://www.unoentrerios.com.ar/hoy-hoy/desagravio-la-bebida-gaucha-n1444902.html
. La “cheta” de Nordelta y el recuerdo de Hernandarias, en
Alan
Gerónimo, “
La cheta de Nordelta, los mates y el mal gusto”,
BsAs,
La Izquierda Diario, 9/11/2017, en
http://www.laizquierdadiario.com/La-cheta-de-Nordelta-los-mates-y-el-mal-gusto
. La respuesta popular: “
Miles de personas realizaron una
mateada contra "la cheta de Nordelta”, en
El
Patagónico, 12/11/2017, en
https://www.elpatagonico.com/miles-personas-realizaron-una-mateada-contra-la-cheta-nordelta-n3049061
. La crítica de Valeria Trapaga, en “Los argentinos saben poco
sobre el mate”, Rosario, La Capital, 6/10/2016, en
https://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/los-argentinos-saben-poco-el-mate-n1257675.html
. Sobre la fuerza del mate contra el Parkinson, ver “Un estudio
demuestra que la yerba mate causa un efecto preventivo en el
desarrollo del Parkinson”, Télam, 3/4/2019,
https://www.telam.com.ar/notas/201904/346662-un-estudio-demuestra-que-la-yerba-mate-causa-un-efecto-preventivo-en-el-desarrollo-del-parkinson.html
. Las fiestas populares de liberación de
Andresito y el
Mariscal Tito, en
A.Villanueva, ob.cit, Tomo I, p.622.-
(2)
La nota de
Villanueva sobre
Rodolfo Ghioldi y las dos
concepciones de la tradición, en
A.Villanueva, “
Federalismo
y autonomías provinciales”, en Obras Completas, Tomo II, pp.
237-238. La posición sarmientina de la historiografía comunista, en
Leonardo Paso, “
Caudillos, Historia y Folklore”, en
“
Cuadernos de Cultura”, Nro 4, BsAs, Marzo-Abril 1968. Las
introducciones al pensamiento y la obra de
Villanueva, por
Sergio Delgado, Claudia Rosa, Guillermo Mondejar y Pablo
Ansolabehere, en “
Obras Completas”, ed.cit, Tomo I,
pp.15-71. Los apuntes del gualeyo sobre
Bartolomé Hidalgo, Juan
María Gutiérrez y José Hernández, en
A.Villanueva,
“
Crítica y Pico”, Ob.cit, Tomo I, pp.489-634. La carta de
Mitre a Hernández en ob.cit, Tomo I, p.542, y en
https://es.wikisource.org/wiki/Carta_de_Bartolom%C3%A9_Mitre_a_Jos%C3%A9_Hern%C3%A1ndez_(14_de_abril_de_1879)
. El debate sobre la relación ideológica entre
Mariano Moreno y
José Hernández en ob.cit, pp.643-644. La edición del último
tomo de la Obra de
Hernández, en
Alfredo Grieco y Bavio,
“
El padre de Fierro hacía periodismo”, Clarín,
Revista
Ñ, BsAs, 23/3/2019, p.18. Para introducirse en el pensamiento de
Kristeva, ver por ej,
Douglas Bohórquez, “
Julia
Kristeva: teoría, proceso e interpretación del sentido”,
en
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/signa-revista-de-la-asociacion-espanola-de-semiotica--4/html/dcd92e0c-2dc6-11e2-b417-000475f5bda5_25.html
. La necesidad de comprender nuestro guaraní, en
A.Villanueva,
“
Azucena Tamanduá”, Ob.cit, Tomo II, pp. 785-787. El
anticipo “decolonial” de
Gutiérrez, en
A.Villanueva,
“
El ombú y la civilización”, ob.cit, p. 820. “
Los
negros de Paraná” y “
No tener la voz como Gabino...”,
ob.cit, Tomo III, pp. 99-106. “
Escolástico Junco”, en
A.Villanueva, ob.cit, Tomo II, pp. 575-578 y en
https://gauchoguacho.blogspot.com/2010/12/don-escolastico-junco.html
. Sobre
José Pedroni, “
Un poeta de la patria” y su
“
María de Alcorta”, ver
A. Villanueva, ob.cit,
Tomo I, p.893. En internet:
https://josepedroni.es.tl/Maria-de-Alcorta.htm
. El capítulo hernandiano sobre la necesidad de fundar colonias
criollas, en
José Hernández, “
Instrucción del
Estanciero”, BsAs,
Casavalle Editor, 1884, cap. IV, pp.
375-381. En internet:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/instruccion-del-estanciero-tratado-completo-para-la-planteacion-y-manejo-de-un-establecimiento-de-campo/675b8d18-cf35-11e1-b1fb-00163ebf5e63.pdf
. Los poemas, cuentos y crónicas de
Villanueva, en ob.cit, a
saber: “
Laburante” (Tomo II, p.703), “
Andante
Maestoso” (II, 715), “
La mano” (II, 737),
“
Pordioseros” (II, 548), “
El arroyo avergonzado”
(III, 148) y “
Emancipadores” (II, 595).
(3)
“
La cuestión meridional”, en
Néstor Kohan y Rep,
“
Gramsci para principiantes”, BsAs,
Era Naciente,
2004, pp.53-55. Además, claro,
Antonio Gramsci, “
La
cuestión meridional”, BsAs,
Quadrata Editor, 2002. El
rescate de
Aricó, en
José Aricó, “
La aceptación
de la herencia democrática”, en
A.Villanueva, ob.cit,
Tomo I, pp. 970-972. La posición federal y comunista del
entrerriano, en ob.cit, Tomo II, pp. 233-238.
Gutiérrez, “
El
porteño que representó a Entre Ríos”, en ob.cit, Tomo III,
p.719. La angustia porteña de
Larra, en
Raúl Larra,
“
Amaro Villanueva y el idioma de los argentinos”, ob.cit,
Tomo II, p.875. La bella introducción de
Manauta, “
Maestro”,
en ob.cit, Tomo I, p.13. Los escritos del intelectual matero “
Avenida
9 de Julio” (ob.cit, Tomo II, p.688) y “
La muerte del pez”
(Tomo II, 188). La relación entre artiguismo y catalanismo, en
Juan
Zorrilla de San Martín, “
La epopeya de Artigas” (Tomo
I), Barcelona,
Luis Gili, 1916, p. 490. El proyecto de reforma
federal del Estado Español por parte del
PSC, en
http://www.socialistes.cat/es/tema/la-reforma-federal-del-psc
. “
Lo progresista y lo no progresista en la Historia Argentina”,
en
A.Villanueva, ob.cit, Tomo II, p.241. El “Garibaldi en
Entre Ríos” de Villanueva, ob.cit, Tomo II, pp. 85-178.
Echeverría
y Mao Tse Tung, en ob.cit, Tomo I, p.715. Sobre
Juan L. Ortíz
en China, ver
Juan Rapacioli, “
El día que Juan L. Ortíz
viajó a China”, Télam, 3/10/2014, en
http://www.telam.com.ar/notas/201410/80380-el-dia-que-juan-l-ortiz-viajo-a-china.php
. Las notas de
Villanueva sobre
Sarmiento en Paraná y
sobre
José María Torres en ob.cit, Tomo III, pp. 375-382.
Algo del concepto de “
vida cotidiana escolar” de
Nina
Landreani, en
https://www.fcedu.uner.edu.ar/biblioteca/vida-cotidiana-escolar/
. Sobre la voz baja de la política entrerriana, ver
A.Villanueva,
ob.cit, Tomo III, p. 658; y el poema a
Ramírez, en ob.cit,
Tomo II, p.649.
(4)
La serie de notas organizadas pensando el “
Después de la
Guerra”, en
A. Villanueva, ob.cit, Tomo III, pp.
495-605. La introducción del
Prof. Guillermo Alfieri en
ob.cit, mismo tomo, pp.27-31. Los documentos de la
FAO: “
El
hambre en el mundo sigue aumentando” (11/9/2018), en
http://www.fao.org/news/story/es/item/1152167/icode/
y “
Poner fin al hambre”, en
https://onu.org.pe/ods-2/
. El informe de la
UCA, en
Juana Galarraga, “
Un
millón y medio de niños y niñas pasan hambre en Argentina”,
La Izquierda Diario, 27/12/2018, en
https://www.laizquierdadiario.com/Un-millon-y-medio-de-ninos-y-ninas-pasan-hambre-en-Argentina
. Los fuertes llamados de atención de
Soledad Barruti:
“
Soledad Barruti: "Nos están haciendo comer cosas que no
necesitamos”, BsAs,
La Nación, nota de
Emilse
Pizarro, 29/11/2015, en
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/soledad-barruti-nos-estan-haciendo-comer-cosas-que-no-necesitamos-nid1848858
y “
Súper trampa: El nuevo libro de Soledad Barruti”, nota
de
Sergio Ciancaglini para
La Vaca, 16/11/2018, en
https://www.lavaca.org/mu129/super-trampa-el-nuevo-libro-de-soledad-barruti/
. La política según
Badiou, en
http://antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=631
. Sobre
Gorz y Rifkin, puede verse
Pedro Rodríguez Rojas,
“¿
El fin del trabajo? ¿Adiós al proletariado?”,
Aporrea, 11/5/2017, en
https://www.aporrea.org/ideologia/a245841.html
. Sobre el “
San Junípero” de
Black Mirror en
Netflix,
https://es.wikipedia.org/wiki/San_Junipero
. Nuestro trabajo “
Las máscaras de mayo y la revolución de los
pueblos”, en
http://www.juanjoserossi.com.ar/index.php/2010/04/las-mascaras-de-mayo-y-la-revolucion-de-los-pueblos/
.
Öcalan y el
confederalismo democrático, en
https://rojavanoestasola.noblogs.org/contexto/abdullah-ocalan-confederalismo-democratico/
.
Alejo Peyret, “
Historia de la libertad”, en
“
Discursos”, BsAs,
Lajouane, 1907, pp. 7-65 y las
posiciones de
Peyret citadas en el capítulo tres de nuestros
apuntes,
http://actividadentrerios.blogspot.com/2018/01/que-era-el-federalismo-cual-es-la-entre.html
. El gran aporte de
García Linera en su libro “
La
potencia plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas obreras
y populares en Bolivia”, Bogotá,
Siglo del Hombre Editores
y Clacso, 2009, pp.271-343. En internet:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/coedicion/linera/
. Sobre nuestros riesgos, ver por ej.
Joan Subirats, “
Ulrich
Beck, teórico de la sociedad del riesgo”, Madrid,
El País,
3/1/2015, en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/coedicion/linera/
y el libro completo “
La sociedad del riesgo” de
Beck
en
https://davidhuerta.typepad.com/files/beck-ulrich-la-sociedad-del-riesgo-hacia-una-nueva-modernidad.pdf
. La semana laboral de cuatro días y la jornada de seis horas en la
Venezuela bolivariana:
Ludmila Vinogradoff, “
Nicolás
Maduro decreta los viernes días no laborables y reduce la jornada de
trabajo”, BsAs,
Clarín, 13/4/2019, en
https://www.clarin.com/mundo/nicolas-maduro-decreta-viernes-dias-laborables-reduce-jornada-trabajo_0_5-vgCzM7I.html
.