-La soledad en la América Latina del Gabo-
Mirando la portada de muchos diarios de todo el mundo, sólo encontramos hoy, y con justicia, los homenajes al gran Gabriel García Márquez, fallecido en estas pascuas cristianas y resucitado ya miles de veces, con sus obras magníficas, antes y después de ésta partida física.
Pero un encabezamiento periodístico en especial nos hizo pensar hoy: el diario O Globo de Brasil dice que el Gabo “insertó a América Latina en el mapa de la literatura universal”. Inmediatamente nos surgieron preguntas para un debate tal vez necesario: ¿significaron históricamente, el denominado realismo mágico y el llamado boom literario latinoamericano, una afirmación soberana cultural de nuestro continente? ¿Es el realismo mágico la correntada más fuerte de soberanía cultural latinoamericana? ¿Cómo logró “insertarse” en ese mapa de la “literatura universal”, que es básicamente el mapa de la literatura eurocentrada?. ¿Hasta dónde puede haber soberanía cultural en “ese” mapa intelectual?.
¿Qué leímos, que leyeron, que
leemos, cuando leemos las grandes obras del Gabo?. Leemos un estilo liberado,
propio, latinoamericano, un estilo bello, frondoso, un estilo soberano. ¿Qué más
leemos? Leemos la extraordinaria riqueza cultural de nuestra pobreza
latinoamericana. La riqueza de nuestra pobreza, ¿no es un poco eso
políticamente el realismo mágico, tan realista y tan mágico? ¿Leímos
resistencia cultural compleja y un europeo lee personajes simpáticos y
patéticos? ¿Leemos denuncias literarias potentes a nuestra política maldita de
coroneles y patriarcas? ¿Qué más leemos en el Gabo? .
Leemos tal vez cultura más allá
de la razón, mística y misterios vivos en la materialidad de la vida cotidiana,
de la supervivencia popular cotidiana. ¿Y que más leemos en García Márquez,
cada vez que tenemos el placer de leerlo?. ¿Puede leerse otra Latinoamérica,
puede pensarse un realismo mágico indo-afro-nuestraamericano más que
latinoamericano? ¿O la sintomatología social y política del realismo mágico
sólo puede expresarse como “latinoamericana”?. ¿Cuáles son los nuevos desafíos
de nuestra cultura entonces?.
¿Hay un García Márquez escritor y
un García Márquez periodista? ¿Fueron sintomáticas sus grandes novelas y cuentos,
y comprometidas y militantes la mayoría de sus notas periodísticas –gracias eternas
a mi vieja por esos libros maravillosos-? ¿Porqué hubo un gran Gabo amigo de
Fidel y no hubo una novela políticamente soberana de la revolución cubana?. ¿Porqué
no ha podido América Latina estructuralmente superar los límites políticos de
un realismo mágico?. Obviamente que son preguntas y problemáticas arbitrarias,
pero que no podemos dejar de expresar en voz alta en éste momento histórico.
Tantos y tantos estudiosos de la
literatura del Gabo y de toda nuestra literatura continental tienen tanto para
decir en éste momento y tendrán mucho más con el correr de los años. Tanto
tendrá para decir la teoría literaria, esa materia fundamental, extraordinaria,
cuando combina placer y respeto con análisis contextual y dialéctico. Pero
nosotros no queríamos dejar de decir que seguiremos leyendo y releyendo al Gabo,
como a tantos buenos y grandes escritores litoraleños y sudamericanos,
anhelando algún día la gran novela de la felicidad continental, de la dignidad,
la justicia y la emancipación política, social, ambiental y cultural
revolucionaria multi e intercultural de nuestra tierra, la novela que nos
mostrará que los que luchan salieron de su soledad, dejaron de estar solos y se
movilizaron sin treguas con una sociedad diferente, que se bajó de su cruz, que
seguramente tendrá quién le escriba, y seguramente será un escritor o serán
escritores que habrán leído las novelas, los cuentos y las notas de prensa del
gran Gabriel García Márquez.
Mauricio Castaldo
María Grande, Entre Ríos, 18/4/2014
José Pablo Feinmann viene por la otra mano de la avenida del pensamiento, y da su posición... coincidimos casi en un punto (realismo mágico y Europa) pero disentimos en el análisis político-cultural-histórico profundo y el horizonte...
...El realismo mágico viene a cerrar el círculo perfecto que Europa quiere de Sudamérica. Una revolución con barbudos apasionados y pintorescos y un gran escritor que –al son de ese pathos de la historia– escribe novelas mágicas, en que todo pasa, pero proviene de zonas oscuras a la razón, de zonas ajenas al pensar, de lo esotérico, de las sabidurías ancestrales, con esos brujos que siempre seducen porque tienen mucho de impenetrables y de mamarrachos, esas zonas arrasadas por el calor, el calor que es hermano de la pobreza y enemigo del frío y de la razón que surge a su amparo. ¿O no escribió Descartes el Discurso del Método en Holanda y al calor de una estufa? ¿Podría haberlo escrito en Colombia con calor, mosquitos y animales raros que vuelan por ahí? Nada puede crear la razón en los ámbitos de la barbarie...
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José Pablo Feinmann viene por la otra mano de la avenida del pensamiento, y da su posición... coincidimos casi en un punto (realismo mágico y Europa) pero disentimos en el análisis político-cultural-histórico profundo y el horizonte...
Un habilitador de las letras
Página 12 - 19/4 - Leer - Debate
La soledad en la América Latina de Gabo
(*) Mirando la portada de muchos diarios de todo el mundo, sólo encontramos hoy, y con justicia, los homenajes al gran Gabriel García Márquez, fallecido en estas pascuas cristianas y resucitado ya miles de veces, con sus obras magníficas, antes y después de ésta partida física.
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