«La reconquista de un grado de autonomía creadora en un dominio particular reclama otras reconquistas en otros dominios" (FÉLIX GUATTARI, "Las tres ecologías")
lunes, 18 de diciembre de 2017
ANA FREGA - La "soberanía particular de los pueblos" en la constitución de la Provincia Oriental Identidad y poderes en Santo Domingo Soriano 1800-1822
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Tabla de contenido
Introducción................................................................................
Abreviaturas utilizadas ................................................................1
Parte L Una región de la Banda Oriental a comienzos del siglo
XIX
Capítulo 1
Características de la región de Santo Domingo Soriano
1 .1 Introducción .........................................................................2
1.2 El espacio geográfico y la evolución de la población ...................7
1.2.1 Breve mención a los orígenes de tos centros poblados.......
1.2.2 Una aproximación a la evolución de la población en Soriano y
Mercedes........ ......... 12
1.3 Explotación y apropiación de los recursos naturales.................19
1.3.1 Una aproximación a la evolución de las actividades económicas
en Santo Domingo Soriano y Capilla Nueva de Mercedes ...............26
Capítulo 2
La crisis metropolitana y los poderes locales
2 .1 Introducción ................................................................36
2.2 El cabildo como fortaleza de los poderes locales......................37
2.2.1 Nombramiento de alcaldes y jueces comisionados ................39
2.2.2 Reparto de tierras.............................................................40
2.2.3 Ser,icio de milicias ........................................................... 41
2.3 Conflictos jurisdiccionales de Santo Domingo Soriano con Capilla
Nueva de Mercedes y Paysandú .................................................. 45
2.3.1 Los conflictos con Capilla Nueva de Mercedes.......................45
2.3.2 Los fallidos intentos autonomistas de Paysandú .................... 49
2.4 La desestructuración del régimen colonial...............................52
2.4.1 Las invasiones inglesas en Soriano.............. ....................... 52
2.4.2 El reconocimiento de nuevas autoridades metropolitanas ......56
2.4.3 Encuentros y desencuentros en torno a la "Representación de
los hacendados ..................................................................................................... 59
Parte II. La constitución de la Provincia Oriental en el marco
de la revolución, 1810-1820
Capítulo 3
Guerra y revolución en Soriano, 1810-1812
3 .1 Introducción .......................................................................63
3.1.1 Un tiempo de incertidumbres .............................................69
3.2 La preparación del levantamiento y sus características ............. 73
3.2.1 Montevideo como sede del gobierno español en la Banda
Oriental del Río de la Plata: extracción de recursos y acciones
punitivas.................................................................................73
3.2.2. Buenos Aires corno centro revolucionario: agentes y redes
localles.......89
3.2.3 El ejército "nuevo": reclutamiento, disciplina, abastecimiento y
sueldos........... . .................................................. . ..................... 95
3.3 Existir y resistir durante la Revolución .................................119
3.3.1 La ruptura del orden social ..............................................124
3.3.2 El armisticio en Soriano. .................................... . ............. 129
3.3.3 Identidades en Soriano en los comienzos de la revolución ... 140
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Capítulo 4
Lecturas locales de la "soberanía particular de los pueblos"
4 .1 Introducción ..................................................................... 152
4.2 Una aproximación a la noción de "soberanía particular de los
pueblos " ................................................................................ 160
4.2.1 Soberanía del "pueblo", de los pueblos" o de la "nación" .... 160
4.2.2 Difusión y recepción de las ideas en la Banda Oriental......... 170
4.2.3 Un antecedente: la Junta Gubernativa de Montevideo (1808-
1809 ).................................................................................... 177
4.3 Una provincia compuesta de "pueblos libres" ........................ 183
4.3.1 El reconocimiento a la Asamblea General Constituyente ...... 183
4.3.2 La participación de los pueblos ..................... . ................... 193
4.3.3 Entre la unión y la unidad: intereses sociales y alianzas
políticas.......................................................... . ........... . .......... 205
4.4 Los cabildos en la construcción de un gobierno provincial ....... 218
4.4.1 Cabildos Gobernadores
4 .4.2"Juntesee!pueblo,yforme su cavíldo" ............................. 225
4.4.3 El "centralismo" del Cabildo de Santo Domingo Soriano... .... 238
4.4.4 Conflictos entre autoridades civiles y comandantes militares 243
Capítulo 5
Identidades y poderes en la etapa radical de la revolución.
Una mirada desde Santo Domingo Soriano
5.1 Introducción .....................................................................250
5.2 Una aproximación a la etapa radical de la revolución .............259
5.2.1 El ciudadano Paine ............................................. . .......... ..262
5.2.2 La experiencia jacobina francesa ......................................264
5.2.3 Los "curas patriotas ........................................................ .268
5.3 Los conflictos por la propiedad y la justicia revolucionaria ......276
5.3.1 Francisco Encarnación Benítez y el "clamor general" ...........288
5.3.2 Julián de Gregorio Espinosa y los males de "Doña
Revolución" .................. . ......................................................... 299
5.3.3 "se han poblado en el tiempo que governava el General
Artigas " ................................................................................. 303
5.4 Construcción de identidades en el proceso de la lucha ..... . ...... 310
Parte ¡XL La ocupación portuguesa, 1818-1822
Capítulo 6
La "soberanía particular de los pueblos" en el Estado
Cisplatino, 1818-1822
6.1 Introducción319
6.2 Soriano ante la invasión luso-brasileña ................................321
6.3 Espacios de resistencia y negociación de los poc eres locales 326
6.3.1 El Congreso Cisplatino ....... . .... .. ....................... ................ 328
6.3.2 Autoridades locales y gobierno central ..............................332
6.3.3 Los conflictos por la propiedad ...........................................336
6.4 Identidades luso-brasileñas en territorio oriental ...................343
Conclusiones..........................................................................348
Fuentes..................................................................................360
Bibliografía............................................................................354
Mapa 2: Referencia de cursos de agua mencionados como
límites de estancias y jurisdicciones
jueves, 9 de noviembre de 2017
MARCELINO ROMÁN, "Del payador al cantor de tangos"
Marcelino Román, "Del payador al cantor de tangos", en "Itinerario del payador", BsAs, Editorial Lautaro, 1957, pp. 213 - 220.-
Aportamos un fragmento imprescindible como ejemplo de método de investigación y reflexión crítica/dialéctica, necesario para los estudios sociales y culturales, subalternos y decoloniales, en nuestra región.
Aportamos un fragmento imprescindible como ejemplo de método de investigación y reflexión crítica/dialéctica, necesario para los estudios sociales y culturales, subalternos y decoloniales, en nuestra región.
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sábado, 30 de septiembre de 2017
Conciencia Abya Yala 2018
¿Dónde
está Santiago?
Dos
meses.
La
Junta Abya yala por los Pueblos Libres –JAPL- otorga la distinción
anual “Conciencia
Abya yala”,
en la versión 2018, a las agrupaciones que estudian y estimulan el
vivir
bien y buen convivir,
es decir, la vida comunitaria en armonía con la naturaleza, y que
colaboran desde ámbitos comunes en la resistencia al actual sistema
que perturba la biodiversidad, saquea las riquezas y patenta la vida.
Entre
estos grupos variados elegimos como referentes auténticos a Nora
Morales de Cortiñas, Rafael Lajmanovich y Damián Verzeñassi,
para dejar en sus manos sendas obras de arte, con la intención de
que sus ejemplos nos orienten hacia un mundo hoy invisibilizado y
expropiado, y nos alumbren el camino a la descolonización.
Ellos
dan con generosidad su tiempo y sus conocimientos, y se muestran
abiertos a las diversas influencias del paisaje y los saberes de
nuestras comunidades.
Con
este gesto, a Damián, Rafael y Nora les expresamos un ¡gracias
compañeros! Su mensaje nos dice Abya yala, nos dice tekó
porá,
vivir bien y bello, buen convivir; sumak
kawsay
o suma
qamaña,
pronuncian en el altiplano, kume
felen
los mapuches; como en el norte, bajo el símbolo del Quetzalcóatl,
llaman “toltecáyotl”
a las artes
de vivir en equilibrio, y toltecas a quienes practican
esas artes.
Por
esas raíces ocultadas queremos ir a los nutrientes que nos liberen
del estado de confusión, y ustedes nos ayudan a hallar resquicios en
nuestra vida cotidiana.
Con
ustedes y con tantos rebeldes del Abya yala vamos a mantener
encendida las llamas del conocimiento, el amor, la amistad, la
conciencia, y nos vamos a cargar de energías de otro orden para
enfrentar los desafíos de la hora.
El
reconocimiento será entregado en febrero de 2018, en un encuentro en
memoria de la Batalla del Espinillo y la inconclusa revolución
artiguista, para consolidar nuestros estudios entorno de la relación
hombre / naturaleza y los problemas derivados del acaparamiento de
las tierras, el desarraigo, y el hacinamiento de las poblaciones en
los barrios.
VIVIR
BIEN. Para
el vivir bien hay que escuchar bien, danzar bien, saber amar y ser
amado, saber pensar; hay que saber dar y recibir y caminar bien,
entre otras vías. Nada de eso depende de la cantidad, la decisión
individual o el competir. El vivir bien reconoce en el otro un
complemento, y más: el otro soy yo mismo.
El
que bien camina no se cansa, y no camina solo, camina al compás de
la madre tierra, con sus pares del paisaje, sin atropellos ni
vanidades.
En
los senderos marcados o recuperados por estas personas y comunidades
señaladas podemos sentir el ritmo del Abya yala, lejos del
fundamentalismo individualista occidental, lejos del despotismo del
estado, del mercado y las academias, y lejos también del unitarismo
que en la Argentina es genocida. La unidad incluye la pluralidad, la
interculturalidad. Pero el unitarismo no es unidad, es su contrario:
uniformidad, para arrasar los lugares, las autonomías, y someter a
los otros.
¿No
es el estado un instrumento coercitivo de una clase para dominar a
las otras? ¿No es el mercado un espacio donde las mercancías toman
una vida propia que mediatiza y esclaviza a los hombres? Pero en
todos los rincones hay mujeres y hombres bien plantados para mantener
la llama encendida, es decir, que no se resignan al sistema; hay
comunidades que así como alumbran sobre los daños del capitalismo y
el imperialismo y sus causas, muestran ámbitos y modos de superar el
sistema impuesto.
Nuestro
país está enfermo de violencia contra la naturaleza. A ese
extrañamiento llamamos alienación. Y también enfermo por el
desarraigo y el destierro de vastas poblaciones, luego apiñadas en
los suburbios de las grandes urbes. Allí son expuestas a
enfermedades que se potencian en ese amontonamiento, al punto de
ofrecernos una versión actual del racismo. Ni árboles, ni pájaros,
ni gurises en nuestros campos. Por eso se impone una revisión del
estado de cosas, y por eso valoramos a los grupos que usan las
herramientas a mano para rebelarse contra el sistema y denunciarlo.
Sin ser a veces culturas ensambladas como el tekohá
guaraní, nos abren caminos hacia ese mundo, con la paciencia del que
deja madurar los frutos.
COMPARTIMENTOS
ESTANCOS. Por
caminos inciertos nos vuelven los saberes milenarios, nos invitan a
explorar alternativas. Entonces florecen maneras de conocer y
relaciones con raíces vivas en compañeras y compañeros que se
saben miembros del paisaje y no ajenos o espectadores, no usuarios,
no meros consumidores.
Activistas
negros de Colombia
llaman biodiversidad
a
la confluencia del territorio y la cultura. Un árbol, un pez, un
chamamé, una poesía, una batalla por la emancipación, un arroyo,
un libro, una militante, un obrero son expresiones de la
biodiversidad así entendida.
Advertidos
de la soberbia de aquella falsa ciencia que se coloca por encima y
deja en un abismo otras formas del saber, apreciamos a aquellos que
escuchan
los mensajes imperecederos de la Pachamama.
Con ellos rompemos los compartimentos estancos, recuperamos la mirada
de cuenca, integral, y abolimos los títulos nobiliarios desde el
lema de los pueblos libres que dice “nadie es más que nadie”.
Celebramos
que,
entre vecinos como los mencionados, surjan espacios críticos. Dice
la Unión de científicos comprometidos con la sociedad y la
naturaleza de América Latina: “Vivimos
una crisis civilizatoria global sin precedentes en todas las esferas
de las actividades humanas, a la que nos ha llevado el capitalismo y
modelos similares que fragmentan al hombre de la naturaleza”.
Como
respuesta a estas voces de alerta, hacemos pie en nuestras propias
culturas vivas, en las comunidades que
pueden saludar al sol. Muy pocos logran ver la dimensión del
problema de la ciencia occidental usada para el dominio y el
epistemicidio, es decir, para matar otros modos del conocer. Para
nosotros, esa ciencia colonial y falsa no es más que propaganda o
engaño, y termina avalando por caso el “crecimiento sostenible”,
las “buenas prácticas” o la manipulación genética, macanazos
para hacerle el juego a los poderosos. Por el contrario, con su
manera de encarar una ciencia digna, estudiosos como Damián y Rafael
tienden puentes entre saberes para integrar sin despreciar, e incluso
para “dar vuelta el viento, como la taba” y mostrar desde
distintos ángulos que (como dice el refrán) “cuando la ciencia es
digna, el glifosato daña”.
BANDA
ROJA. Estamos
en los pagos de la resistencia charrúa, somos herederos de siglos de
luchas de nuestros pueblos originarios contra el sometimiento, y de
una banda roja (expresada en distintas banderas) que nos dice
independencia, soberanía particular de los pueblos, dignidad,
libertad en toda su extensión imaginable; un emblema incompatible
con la concentración de la tierra o del poder, pintado en el campo
de batalla y en los fogones y las ruedas de mate, porque eso tiene
este símbolo de conciencia, asamblea, tradición, lucha
intransigente y sangre derramada por la libertad.
Y
estamos en un pueblo que se organiza en las grietas del sistema para
decirle que no a los represamientos, al fracking, a la fumigación
con venenos, a la erosión del suelo, al desmonte; decirle que no al
derroche de energías no renovables, a la promoción de industrias
sucias, a la contaminación de los arroyos, a la inescrupulosidad
inmobiliaria, al acaparamiento de tierras para la especulación, y al
consumismo que remolca tantos males. El “no” se cuece a fuego
lento, no está dicha la última palabra.
DESOBEDIENCIA.
Todavía
no logramos coincidir en las causas de esta guerra declarada por el
sistema a la biodiversidad. Nuestras agrupaciones dan respuestas
limitadas, aisladas, focalizadas. Por ahí nos sentimos en retirada,
batiéndonos sí, pero en retirada, y vienen compañeras y compañeros
como Damián, Rafael y Nora a alentarnos, a decirnos que las
leyes del sistema nos tienen que encontrar en la resistencia.
Desobedecer cuando toquetean la genética, desobedecer cuando
patentan semillas, cuando ponen en riesgo los embriones, cuando
atacan a los árboles, al río, a las abejas; desobedecer cuando
asechan la soberanía alimentaria, cuando inventan mega obras sin
licencia social, cuando represan los ríos, y cuando concentran las
propiedades en manos de unos pocos y echan a las personas de sus
hogares para convertirlas en sobras. Desobedecer al sistema que nos
ataca por estos y otros flancos.
TRES
TESTIMONIOS. Damián Verzeñassi
explicó en La Haya los tormentos del régimen agrícola impuesto.
Ayudó a ver la magnitud del ecocidio y el genocidio, y con sus pares
sigue visitando nuestros pueblos para conocer y prevenir. El juicio a
Monsanto, en el que nos representó, fue un ejercicio para la
emancipación. Y así como le decimos no a Monsanto y sus aledaños,
decimos sí a la vida plena, la agricultura familiar, el equilibrio,
los alimentos sanos.
Rafael
Lajmanovich
nos despertó hace décadas para señalarnos las malformaciones que
estaba observando en nuestros campos. Cada año nos entrega con sus
pares nuevas herramientas para prevenirnos del ecocidio, y para
apuntar que algunos gobiernos que se dicen distintos coinciden en el
aliento a la economía de escala y las tecnologías que convienen al
régimen.
Ellos
escuchan las campanas de alerta y nos cuentan. Con ellos tomamos nota
de las fuentes de apuros, deseos ficticios, falsas soluciones. Con
ellos nos inclinaremos ante la Pachamama a confesar nuestra
ignorancia.
Todos
tenemos en el río un hermano. Para escuchar sus mensajes sabemos que
debemos cerrar los ojos.
Juntos
vamos tomando conciencia de que el paisaje está quebrado sin esas
ranas, sin esos niños, sin esos trinos, sin esos silencios, esas
melodías y esos tambores donde habita la amistad. Que sean dos
entrerrianos desplegando sus conocimientos en Santa Fe y todo el
litoral, es un símbolo de la continuidad de la nunca muerta Liga de
los Pueblos Libres.
Nora
Cortiñas
y las Madres amplían la mirada restringida de los derechos humanos
occidentales. Su acompañamiento a los pueblos originarios, y al
admirable acampe de la localidad de Malvinas Argentinas en repudio a
los transgénicos y su tecnología, son testimonios vitales. Ellas
nos llaman a prestar atención a la biodiversidad y a esos pueblos
aplastados por el sistema, como nos alientan a levantarnos y
resistir, con independencia de la partidocracia y otros intereses
sectoriales. Estar, siempre estar con los rebeldes.
Para
Nora y las Madres (como para nosotros) los derechos humanos no deben
ser herramientas al servicio de valores occidentales para seguir
imponiendo miradas dominantes, sino contribuciones para un despertar;
perspectivas que contribuyan a los rebeldes a dar la lucha para poner
algunos valores nefastos –el racismo en todas sus formas, el
sexismo, el androcentrismo, el eurocentrismo, por ejemplo– bajo una
prohibición perpetua, y para recuperar el lugar del humano junto al
resto de los seres, como hermano y no como dueño y señor.
Donde
el poder no escucha, las Noras son todo oído; donde el poder
embiste, cavan trincheras; donde el poder hace desaparecer, alumbran
y cobijan; donde el poder fragmenta y compra voluntades, amasan el
pan común. Ser compañero, y no aceptar las tentaciones de los
ladrones de riquezas y sueños: ese es el legado de las Noras. Y
hacer del dolor más hondo la conciencia más noble y colectiva, con
un sencillo pañal de bebé en la cabeza, hecho pañuelo y bandera.
“Todos son nuestros hijos”.
Como
en el amor, estas gauchadas no se miden.
PACHAMAMA
Gracias
a la generosidad de nuestras comunidades y nuestros pensadores y a la
resistencia de los saberes guardados del huracán invasor, hoy
podemos saludar en agosto a la Pachamama; podemos hablar de
precaución, de peligro, y analizar nuestros propios vicios en la
colonialidad, es decir: en esa subordinación naturalizada.
Con
este reconocimiento llamado “Conciencia Abya yala” nos proponemos
señalar modelos, estimular el conocimiento y el encuentro. Así lo
hicimos antes con la frescura de los jóvenes que navegan nuestros
ríos a remo para conocer y generar conciencia ecológica; con la
valentía de los luchadores haitianos que nos marcan un camino de
dignidad desde hace siglos; con la dignidad de los pueblos
originarios en los que hallamos fuentes de saber ocultadas por el
sistema y tradiciones que hacen al ser humano compatible con su
entorno, pidiendo permiso al monte, al río; con la serenidad de las
familias pescadoras y orilleras y esa forma tan natural de darse y
compartir lo poco y vivir en la naturaleza; con la lucha de los
trabajadores y ecologistas, y con el talento solidario de los
artistas, que se dan la mano para recuperar la armonía y estar
pertrechados de honduras.
Inspirados
en esa conciencia, hace años declaramos al maíz “semilla
venerable e inviolable”. El maíz, como alimento ancestral y
manifestación de las ciencias del Abya yala al servicio de la vida,
expresa a todas las semillas. Hoy nos encontramos con estas semillas
que dicen a muchas otras, y que esperamos abonar conociendo sus
aportes.
Compañeros
Rafael, Nora, Damián: no hay mejor distinción que escuchar bien, y
en eso estamos. Gracias.
Junta
Abya yala por los Pueblos Libres –JAPL-
Paraná,
1ro. de octubre de 2017.
Juan
Antonio Vilar Alberto Dorati
Presidente
JAPL Vicepresidente JAPL
Abel
Schaller
Américo
Schvartzman
Andrés
Petric
Antonio
Tardelli
Carlos
Alberto Godoy
Carlos
Andrade
Carlos
Natalio Ceruti
Carlos
Weber
César
Baudino
César
Pibernus
Claudio
Puntel
Daniel
Tirso Fiorotto
Elio
Kohan
Fortunato
Calderón Correa
Gustavo
Lambruschini
Haydeé
Orrantia
Hugo
Luis Rivas
Ignacio
González Lowy
Jorge
Villanova
Juan
José Rossi
Julio
Barbagelata
Julio
Majul
Lucrecia
Brasseur
Luis
Lafferriere
Marcelo
Perini
María
José López Ortiz
Mario
Alarcón Muñiz
Mario
Daniel Villagra
Mario
Escobar
Mario
Leonardo Londero
Martha
Bader
Martín
Barral
Mauricio
Castaldo
Mercedes
Fiorotto
Oscar
Milocco
Pedro
Aguer
Ricardo
Bazán
Roberto
Bereciartúa
Santiago
Fiorotto
Sergio
Daniel Verzeñassi
Silvina
Suárez
Víctor
Hugo Sartori
viernes, 30 de junio de 2017
Bellas y crudas historias del pueblito, alrededor del árbol
Versos, chamamé y rebeliones populares, una propuesta distinta para los relatos lugareños en la pluma del profesor Mauricio Castaldo. Su obra es digital, gratuita, y reúne aspectos poco difundidos o ignorados del pasado mariagrandense.
por Tirso Fiorotto
Historia sostenida en testimonios del pueblo, con sus luchas civiles sin medias tintas, y no basada solo en hechos sino mechada de poesías, canciones, personajes, lugares, organizaciones, y una detenida admiración por los árboles y plazas que toman por derecho propio el centro de la escena.
Al decir María Grande, Mauricio Castaldo dice Entre Ríos, dice litoral. Y no mezquina reflexiones críticas de su propia comunidad que van a servir, sin dudas, para sacar a luz los pareceres mejor guardados por los parroquianos en el departamento Paraná.
Oficios, gustos, anécdotas, y como centro la avenida con su arboleda en una bella variedad que convoca a los poetas.
Castaldo no cierra su historia al ejido, no topa en los límites impuestos, ve a María Grande en el Abya yala (América), y tampoco reniega de los aportes de muchas familias viajeras para constituir la identidad.
El árbol y el loro
"Historias de María Grande y su gran Avenida de los Árboles" se titula esta entrega del profesor Castaldo, tan útil para los alumnos de las escuelas como para los mayores y con una conclusión esperanzada, que invita a recuperar la alegría...
Historias de María Grande y su gran Avenida de los Arboles
Al final del índice está el enlace para la descarga directa y libre de las historias y las imágenes completas en formato pdf
-INDICE-
“...Rama de sauce soy sensible a las preguntas
del pájaro, en la tarde que ya es un hado extraño…
Rama de sauce soy a cuyos pies el tiempo
es un baile de hadas que hacia la noche ondula...”
JUAN L. ORTÍZ, “Rama de Sauce”
del pájaro, en la tarde que ya es un hado extraño…
Rama de sauce soy a cuyos pies el tiempo
es un baile de hadas que hacia la noche ondula...”
JUAN L. ORTÍZ, “Rama de Sauce”
I- LA MEMORIA DE LOS EUCALIPTOS Y DE LOS LOROS, DE LAS BOLEADORAS Y EL MATE
-LOROS Y BOLEADORAS.
-MATES Y METAMORFOSIS.
-ARBOLES DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO.
II – LOS REBELDES DE MARÍA
-CAMINO REGIONAL AL EXILIO Y AVENIDA ARTIGAS.
-TOMÁS CÓCERES, EL CAUDILLO REBELDE DE MARÍA GRANDE.
-EL BATALLÓN DE MARÍA GRANDE, EN EL EJÉRCITO GRANDE DE URQUIZA.
-LUCHA FEDERAL Y LUCHA EDUCATIVA.
-TRONCO, BARBA Y MELENA JORDANISTA, COMO AGUARIBAY DEL MONTE: LANZAS Y BALAS EN EL TALITA.
III – DEL PAGO DE MARÍA AL PUEBLO DE MARÍA GRANDE:
-FRANCISCO CASTALDO, DE NÁPOLI A MARÍA GRANDE, Y LAS DISTINTAS FORMAS DE CURAR.
-LOS JUEGOS EN LA CALLE Y LA PLAZOLETA DE LA AVENIDA ARGENTINA.
domingo, 4 de junio de 2017
Contra la desnutrición por falta de alimentos y de paisaje - Por Daniel Tirso Fiorotto*
El
autor muestra la necesaria complementación entre
las luchas contra la desnutrición, y aquellas por un ambiente amplio
y una comunidad, para que los niños crezcan en relación con la
naturaleza, a salvo del hacinamiento y sus enfermedades y del
individualismo. Por la salud y la libertad.
Al
Gran Bonete se le ha perdido un pajarillo y lo busca en la rueda de
gurises que se hacen los distraídos: nadie lo tiene. Estamos
perdiendo la biodiversidad, y cada cual se agota en acusar al vecino.
¿Yo señor? ¡No señor!
Esta
entrega pretende ser un alegato por la nutrición integral, con
alimentos sanos y en un paisaje.
Aquella
libertad de vientres que generó expectativas en los esclavizados nos
inspira, dos siglos después, una segunda libertad de vientres para
devolver la vida a los hacinados.
No
estamos solos. Son muchas personas y no pocas instituciones las que
colaboran en la conciencia. La prédica para curarnos de la
desnutrición es fundamental, y se complementa a la perfección con
la necesaria libertad de vientres con la esperanza de que nuestros
niños recuperen el ritmo de la naturaleza.
El
amontonamiento es una desnutrición que achica el corazón.
La
comunidad es nuestro ámbito, la comunidad con los humanos y las
demás especies, además del suelo, la arena, la piedra, con el sol
en el centro. El barrio hacinado no es sinónimo de comunidad, es
sinónimo de sobra, cuando al lado hay diez mil hectáreas vacías de
humanos y vacías de árboles, abiertas al saqueo.
Mundo
en guerra
En
materia ambiental vamos llenos de soberbia hacia la autodestrucción.
El mundo ya no da abasto con los requerimientos de la humanidad
capital/consumista, y sin embargo las noticias dan cuenta de
amenazas, ultimátum, bombas atómicas de alcance insospechado, todo
eso cuando nos debemos serenidad, diálogo, sólo posibles en la
medida en que bajemos el copete.
Bajar
el copete ante nuestros hermanos de especie y ante la naturaleza,
allanarnos a los ritmos del paisaje, volver a enamorarnos de un
amanecer. De eso se trata, pero nuestro empecinamiento va por los
bombarderos y los portaviones. Esa es la noticia del día.
Trump,
Putin, Xi Jinping, May, Merkel y varios por el estilo son apenas
manifestaciones de la soberbia humana atropelladora, siempre
amenazadora, colonialista, la humanidad que saquea su propia vecindad
y está poniendo al planeta al borde del colapso.
Los
países periféricos suelen esperar que las soluciones provengan de
la fuente de los problemas, y así nadie toma el toro por las astas.
Lavarse
las manos
Concentrados
como estamos en los acuciantes problemas del día, nuestras
instituciones, las nuestras, tienen cerrados los caminos a las
fuentes. Como resultado, vamos tapando agujeros siempre renovados,
atacando los efectos y ni eso.
Preocupados
más por las emergentes que por sus orígenes, nos encontramos en
retirada y a la defensiva, o levantando el índice y acusando a los
demás.
Como
en el juego del Gran Bonete, muchos tenemos de alguna manera el
pajarillo pero nos negamos a confesarlo. Señalamos siempre al otro.
Cuando la mala suerte o un error nos delaten, entonces pagaremos una
prenda o trataremos de zafar como se pueda.
La
humanidad se empecina en empujarnos a la destrucción de la vida y
son escasas e insuficientes las instituciones que toman conciencia,
cuando de esa conciencia podrían derivar necesarias decisiones
prácticas (acciones o no acciones) para revertir el proceso.
Los
países periféricos como la Argentina suelen descansarse en lo que
hagan los más poderosos (en términos de economía capitalista); y
las regiones dependientes dentro de nuestros países (como Entre
Ríos) se descansan por su lado en lo que hagan las metrópolis y los
gobiernos centrales. Así, como los principales responsables del
cataclismo no responden, no hay respuesta. Y en parte se debe a un
complejo de inferioridad que nos atormenta y nos maniata.
No
vemos que la debacle ya está entre nosotros, sea con la dependencia
de tantos, la reducción a servir o a mendigar, sea con el encierro
en barrios desprovistos de espacio, de sol.
Resistencia
Los
pueblos del litoral tenemos condiciones para echarnos a la espalda el
problema y brindar respuestas muy nuestras. No se basarían en
experimentos de laboratorio sino en la recuperación de saberes
siempre vigentes. Nuestras tradiciones dicen armonía del humano en
la naturaleza, complementación, diálogo sereno, resistencia a la
invasión, comunidad, reciprocidad de bienes y palabras, intercambio
auténtico, inclinación ante la Pachamama. En cada lugar y en cada
época con sus condimentos, claro está.
¿Por
qué estamos en condiciones, en el litoral?
Es
que la resistencia a la invasión occidental genocida, esa
resistencia practicada durante trescientos años, nunca desapareció
por completo y por eso podemos regar hoy aquellas raíces para que
broten hojitas tiernas. Occidente se instaló en las instituciones y
el Abya yala (América) quedó en las grietas, como en un desensillar
hasta que aclare.
Hoy
Occidente hace agua porque ya está claro que el individualismo, el
antropocentrismo, el capitalismo, el cientificismo, la acumulación,
el consumismo, que son sus fuertes, nos han puesto al borde de otro
ismo: el abismo. Entonces emergen aquellos saberes ocultados,
sepultados, pisoteados, y nos alumbran desde la selva, el altiplano,
las orillas, la Patagonia, sea en comunidades que no murieron, sea en
símbolos que guardan su verdadera esencia para los momentos
propicios, como la banda roja de nuestra bandera federal, o el sol de
la bandera nacional.
Cuando
hablamos de resistencia decimos charrúas, artiguismo, o decimos
comunidad, ayllu, tekoá. El litoral se ha guardado algunas
prevenciones con el centralismo y el gran capital, y por algún lado
se abre a la cuenca, a la relación indisoluble de nuestros pueblos a
través de la red de ríos y arroyos convertidos artificiosamente en
fronteras cuando son fuentes de unidad y encuentro.
Lavado
de cabeza
Muchas
veces se vio, desde adentro y desde afuera, a la región como
encabezando una probable sublevación. Hay en el litoral una
irreverencia muy natural. En tiempos del ataque a Paysandú, del
asesinato de Peñaloza, de la guerra al Paraguay, fue notable la
resistencia del pueblo, la resistencia activa, y estamos hablando de
una historia muy reciente. La traición de la clase rica dirigente no
opaca esa verdad.
Un
proceso de lavado de cabezas ha pretendido distorsionar nuestra
conciencia, nuestro arraigo, nuestra mirada amplia, regional. Pero
los resultados son dispares.
El
destierro de tantos, sea en migraciones internas para amontonarlos en
las grandes ciudades o hacia provincias poderosas, permitió que el
gran capital tomara nuestro territorio como zona de sacrificio donde
el humano molesta, y molestan también los montes, los humedales.
Hemos
mezquinado a los gurises los alimentos del cerebro y del corazón.
Sin
embargo, en esa calamidad podríamos encontrar grietas para revertir
el proceso, inspirados en nuestros suelos vertisoles, invertidos,
revueltos, revolcados, que sugieren desde la naturaleza misma un
jubileo.
Lo
que está arriba pasa abajo y viceversa. Un jubileo, claro: otra
oportunidad.
Estamos
en condiciones, también, de ofrecer una respuesta porque el litoral
sufre como muy pocos lugares del mundo una sangría permanente de los
propios hijos de la tierra. Humanos, animales, árboles. Es una
región expulsora, país de taperas, pueblos fantasmas, erosión del
suelo, desertización. Ese flagelo ha sido denunciado por décadas y
en algún momento le daremos respuesta.
Parasitismo
Por
ahora, la propaganda del sistema (difundida por los medios más
diversos) anestesia las conciencias como ocurre con ciertos parásitos
que impiden que el hospedante ejerza sus facultades para la
inmunidad.
Así,
cada familia de desocupados que emigra del territorio litoral baja
los índices de desocupación. Un engaño. Y le sirve al gran
capital, porque el gran capital necesita el territorio libre de
molestias, libre de humanos, para usar el suelo y el subsuelo a
escala y con sus maquinotas, sin obstáculos.
Algunos
planes llamados “sociales” sirven del mismo modo al gran capital,
le hacen pagar a todo el pueblo pobre (incluso con impuestos a los
alimentos o recortes en las jubilaciones) los subsidios a esa gran
masa de excluidos, para que se queden en los barrios y no molesten
los negocios del gran capital. Con algunos mendrugos, las familias
prefieren el hacinamiento, sumidas en un caldo de enfermedades bien
ocultadas por el sistema, antes que disputar lo que les pertenece: un
lugar donde trabajar, cultivar sus alimentos, compartir, interactuar
con la naturaleza.
Antes
debieron ser extirpadas, convenientemente, de la conciencia referida
a la simbiosis del humano en la naturaleza.
El
mundo declina, el calentamiento derretirá masas de agua congeladas y
aumentará la altura de los mares; de una u otra forma nuestro
territorio será nuevamente zona de sacrificio porque tiene vastos
espacios muy cercanos hoy al nivel del mar. ¿Esperaremos soluciones
desde los mismos responsables de esta debacle?
Naturalizar
el régimen
El
sistema ha logrado encarnarse en muchos, convencidos de que este
sistema es el único posible. Esa es la mayor victoria del sistema.
Nos
encadenamos a un mundo productivista, consumista, depredador,
concentrado, desarraigado, que desoye todas las luces de alerta. Las
instituciones corporativas no son permeables a los cambios
necesarios, pero incluso organizaciones del pueblo como lo sindicatos
están apegados al sistema y sus dirigentes se han convertido (en
general) en tremendos reaccionarios, cuando no demagogos,
cortoplacistas, exitistas, enredados en disputas menores.
Escuchamos
a diario a sectores llamados “progresistas”, inclusive, con
discursos keynesianos que fueron superados hace décadas pero suenan
bien al oído de los desprevenidos. Cuando el planeta ya dio muchos
mensajes de alerta porque este sistema se fagocita el planeta, así
de sencillo.
Claro,
mientras no queremos ver el témpano, el Titanic sigue navegando y la
fiesta parece interminable.
Pero
existen (existimos) los que esperan poco y nada del imperialismo,
venga de donde venga; los que no dan la vida para experimentos del
gran capital; los que poco esperan de los gobernantes socios del gran
capital, gobernantes que se auto adjudicaron el derecho de
representarnos y decidieron que el pueblo “no delibera ni
gobierna”. Existen (existimos) los que no creen en la bajada de
línea desde el imperio y tampoco en la bajada de línea desde las
metrópolis socias del gran capital; los no se sientan encima de la
naturaleza, ni frente al paisaje, sino que se saben miembros de la
naturaleza, dentro del paisaje. Los que están advertidos sobre los
vicios y peligros del industrialismo y el consumo irresponsable de
energías no renovables y la contaminación del agua y el aire.
Bien,
mientras vamos regando esos brotes de conciencia, nos encontramos
viviendo en esta zona de sacrificio, de donde fueron desterrados
tantos hermanos. Tomar conciencia del estado de cosas, del estado de
colonialidad en que nos desenvolvemos, y del privilegio de vivir en
estas bellas zonas todavía, esa conciencia ya es un paso adelante.
Vemos
que a pesar de la erosión del suelo disparada por la acción humana,
a pesar del desmonte agresivo, el gran capital no logró matar todo
aún. Estamos a tiempo.
Entonces,
antes de que el gran capital cope todos nuestros ríos y arroyos,
antes de que destruya por completo nuestros montes, pastizales,
humedales, antes de que nos prive de todo como ya nos privó del
paisaje, del trabajo, de la deliberación y el gobierno, antes de ser
arrastrados por un sistema que no perdona la vida, podemos iniciar el
camino que nos permitirá revertir el proceso. ¿Cómo?
Semillas
patentadas
Si
tomamos conciencia, con lo que dicen y repiten desde hace siglos
nuestros pueblos antiguos y vigentes, que el humano no puede
desplegar sus aptitudes sino es en la malla de la vida, en relación
de reciprocidad con el entorno, en diálogo con las aves, los
árboles, el río, las diversas manifestaciones de la vida, y
reconociendo en una barranca, una piedra, una lomada, una mariposa a
un compañero, un hermano, una manifestación de una unidad superior,
entonces miraremos con otros ojos el estado de cosas.
¿Despliega
una comunidad sus aptitudes en un barrio de hacinados, donde la
aurora y el ocaso son ignorados, donde los niños no saben lo que es
el lucero del alba ni distinguen los gorjeos y confunden un eucalipto
con un algarrobo? ¿Hay libertad en una familia que no tiene un lugar
para las gallinas, para plantar unos zapallos, para conocer las
cuatrocientas variedades del maíz, y en cambio viven dependientes de
una semilla patentada por una multinacional?
Los
entrerrianos, y más, las mujeres y los hombres del litoral, podemos
y debemos salvarnos del hacinamiento. Cuidar la naturaleza y en la
naturaleza, el humano.
Si
no tenemos las armas para revertir el proceso de una, podemos
imaginar, sí (mientras organizamos otras cosas paralelas) la
protección de las orillas a través de una red de reservas que
abarque las cuencas de los ríos y humedales para asegurar a los
animales una continuidad, y al mismo tiempo imaginar a nuestros niños
liberados de las rejas impuestas por el sistema que los amontona como
sobras.
No
hay una sino muchísimas formas de asegurar una libertad de vientres,
para que los niños no sean condenados por el sistema que oprime a
sus padres y abuelos. En esa liberación va también la liberación
de padres y abuelos porque verán una luz para los niños y eso
alimentará sus expectativas, sus ganas, sus sueños.
La
liberación de la niñez es un tema que genera intercambios en
ámbitos vinculados a derechos humanos, pueblos originarios,
asambleas ambientales, universidades, pero no mueve el amperímetro
en partidos y sindicatos patronales y obreros ligados al sistema, y
por eso reaccionarios.
Contra
la desnutrición
La
cooperadora de la nutrición infantil llamada Conin resulta por demás
atractiva en el plano concreto para asegurar un niño con todas sus
potencialidades, es decir, para no arruinarlo desde el pimpollo. Se
ha desarrollado en Chile como en la Argentina.
Tienen
razón sus impulsores. De ellos aprendimos que el niño necesita en
partes iguales una buena alimentación y un buen entorno. Mimos,
dicen, y nosotros nos permitimos agregar: paisaje. Mimos del monte,
las flores, las mariposas, el silencio, la armonía, la comunidad.
Ese
plan es complementario de la necesaria libertad de vientres que
sostenemos, la relación del niño con su entorno, los árboles, los
alimentos sanos, los mensajes de la Pachamama. Entonces: un niño
completo en libertad.
Nutrición
infantil y libertad de vientres van de la mano. Niño sano en
ambiente sano. Cerebro completo en un paisaje, sin muros, sin esas
pesadas mochilas del hacinamiento.
La
desnutrición priva al niño del cerebro, el hacinamiento lo priva de
su condición humana tejida con fibras de la naturaleza.
Una
vida plena requiere de un desarrollo orgánico y del sol, con todo lo
que eso significa: aire puro, horizonte sin obstáculos, cielo
estrellado. El apuro y el ruido y la violencia y otros atropellos
también arruinan. “Volver al tiempo del sin apuro”, añora la
conocida chamarrita.
El
niño en su lugar, con espacio adecuado, con sus murmullos, sus
silencios, sus trinos, el niño en relación natural con el resto de
sus compañeros de viaje asumirá naturalmente los vínculos, los
juegos de la vida, el respeto al otro porque se verá a sí mismo en
el otro, se sabrá en una urdimbre con el río, la piedra, las
hierbas.
Para
el individuo, un cerebro, para la persona, un entorno, otro que lo
complemente: humano, árbol, mariposa.
Nuestros
pueblos dicen que la persona se adquiere en la relación con el otro,
en el encuentro. Chachawarmi, pronuncian. Es un encuentro fundador.
Nuestros
pueblos afirman que, si no es con el árbol, el suelo, si no es con
el amanecer, el humano no desplegará sus alas. Si no es pidiendo
permiso al río, al monte, se calzará una corona y dirá esto es mío
y querrá ganar. No ya compartir sino ganar. Si hay que saquear,
saquear. Si hay que bombardear, bombardear.
Roberto
Santoro
En
junio se cumplirán 40 años de la desaparición de Roberto Santoro
que escribió un poema inspirado en el Gran Bonete. “A mi país se
le han perdido muchos habitantes/ Y dicen que algún cuerpo de
ejército los tiene/ ¿Yo señor?/ Sí señor/ No señor/ ¿Pues
entonces quien los tiene?”
Con
su permiso, diremos que a nuestro país se le van perdiendo
habitantes, árboles, suelo fértil, pájaros, niños, vida en fin, y
dicen que el sistema los tiene. ¿Yo señor?
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Publicado en UNO
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Zona
de sacrificio donde el humano molesta, y molestan los montes.
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De
alguna forma nuestro territorio será nuevamente zona de sacrificio.
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Lectura para el análisis crítico y el debate militante:
COLECCIÓN CLACSO COEDICIONES
CLACSO -MUELA DEL DIABLO -COMUNA
Forma valor y forma comunidad
Aproximación teórica-abstracta a los fundamentos civilizatoriosque preceden al Ayllu UniversalÁlvaro García Linera“Qhananchiri”
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