lunes, 29 de julio de 2024

AGOSTI y GRAMSCI CONTRA LOS FANTASMAS DE LA MITOLOGÍA LIBERAL


...¿Nada le dice a usted todo esto? Pienso que la crítica liberal,

y advierta que parto siempre del supuesto de los liberales de buena fe

y no de los que simulan gárgaras de democracia tras de haber sido

ministros del fraude justista o de la dictadura uriburista…”

HÉCTOR P. AGOSTI, “El Mito Liberal” (1959)


I – HÉCTOR P. AGOSTI, SU OBRA Y SU CONTEXTO HISTÓRICO:


A) Un intelectual militante del Siglo XX: Cuando Agosti inició su militancia juvenil en el Partido Comunista Argentino, en los años ´30 del siglo que pasó, la Revolución Rusa llevaba un par de décadas y era una esperanza para millones de almas obreras en todo el mundo. Un estado fuerte, conducido por el partido de los trabajadores y campesinos, dueño solidario de las principales fuentes de riqueza nacional, para asegurar soberanía, trabajo para tod@s, salud, educación, ciencia, cultura, desarrollo económico propio y justicia social sin medias tintas fue el modelo político socialista -el modelo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- en esa época y en todo el siglo XX. Fue el modelo también para las luchas de liberación nacional que se dieron en todas las geografías del planeta, especialmente en la Revolución Cubana triunfante en 1959. Dejar el control de la economía a las grandes empresas monopólicas bajo el discurso tramposo de la “libertad” del mercado era abrir el gallinero a los zorros y generar hambre y sufrimiento al pueblo. Los hechos están a la vista. El denominado mundo comunista, es decir el conjunto de países que seguían el modelo soviético, se derrumbó con la caída del Muro de Berlín a partir de 1989 -o tal vez antes, con el desastre ambiental de Chernobyl en 1986- y desde allí, el capitalismo y las políticas neoliberales han avanzado -más allá de ciertos vaivenes coyunturales- sin miedo, como supo decir el historiador británico Eric Hobsbawn. Está claro entonces que, los estados benefactores en cualquiera de sus formas y los derechos sociales podían sostenerse o disputarse con cierto éxito gracias a ese contrapoder popular y a la utopía socialista concreta que se desarrollaba en cada país y en la geopolítica internacional. Cuando esa fuerza declina, los tiburones del capital, avanzan saqueando economías y destruyendo derechos. La construcción de poder popular, unido en la diversidad, gremial, social y político es imprescindible para pensar unos niveles mínimos de democracia y de dignidad humana.

Agosti sufrió persecuciones, cárcel y exilio durante la denominada década infame de la historia política argentina en los años ´30 y ´40, década larga hegemonizada por políticos oligarcas y conservadores y militares afines, socios en el fraude y la explotación servil a los intereses del imperialismo británico. En un exilio montevideano, el intelectual militante argentino conoció e hizo gran amistad con Rodney Arismendi, líder y referente del Partido Comunista del Uruguay durante tantos años. Esa época nefasta de fascismo y conservadurismo anticipó el anticomunismo que vendría después con la Guerra Fría, esa gran competencia política, económica, ideológica, militar y tecnológica que a nivel mundial llevaron adelante los Estados Unidos como baluartes del capitalismo y la Rusia soviética con la bandera roja del socialismo revolucionario. La obra de Agosti, como militante comunista se desarrolló en este contexto: no era fácil plantear ciertos debates, lecturas nuevas o aperturas más allá de la ortodoxia partidaria que nunca dejaba de ser solidaria con la revolución rusa. A los debates internos que Agosti daba respetuosa pero activamente dentro de las lógicas partidarias -que en 1956 reciben el baldazo de agua fría de las denuncias contra los crímenes y la violencia política de José Stalin en la Unión Soviética-, se sumaban las discusiones externas, las que daba con intelectuales y dirigentes liberales y tambíen, por supuesto con figuras notables del pensamiento nacional y popular como Juan José Hernández Arregui. Las relaciones entre comunismo y peronismo fueron complejas, complicadas, chocantes muchas veces y contradictorias. Hubo un desencuentro largo de estos dos universos políticos -cada uno tiene su parte de responsabilidad, y en cualquier caso el resultado ha sido trágico para el país- como hubo también encuentros: los diálogos entre la filosofía marxista-leninista y el pensamiento nacional – popular va a producir las grandes obras de la historiografía y la ensayística argentina. El debate, los acuerdos, desacuerdos y matices que se dieron, por ejemplo, entre Agosti y Hernández Arregui fueron uno de los puntos más altos de nuestra conciencia histórica y política. Arregui aplaudía el nacionalismo de los trabajos de Agosti. Esos libros, esos trabajos tienen mucho para decir todavía, especialmente si los actualizamos con toda la rica producción académica y crítica que se viene dando en nuestras ciencias sociales. Hay que decir, que en los años ´70, peronismo, comunismo y otras fuerzas hablaban políticamente de liberación nacional aunque sin terminar de entenderse. El tiempo gremial fue, en ese momento, más consciente, solidario y lúcido que el tiempo político: el liderazgo pluralista y democrático que el “gringo” Agustín Tosco llevó adelante junto a la clase obrera en Córdoba fue una lección que la dirigencia política y partidaria nacional no pudo, no supo o no quiso aprender y emular.

B) Agosti en Entre Ríos. Agosti y los entrerrianos del palo: En 1964 Héctor P. Agosti estuvo presente en Paraná, en una asamblea de la SADE, la Sociedad Argentina de Escritores, que lo contaba como un animador muy activo, tal como lo explica Alexia Massholder en su libro “El Partido Comunista y sus intelectuales”. Escritores, periodistas y poetas de la talla de Juan L. Ortiz, Luis Gudiño Kramer y Amaro Villanueva firmaban con Agosti y otras figuras los manifiestos de la SADE. Villanueva colaboró en los Cuadernos de Cultura que Agosti dirigió en su madurez. En los trabajos de estos escritores entrerrianos claramente puede percibirse una intención dialéctica, aportar a la transformación del sentido común popular en sentido crítico, en buen sentido, en conciencia política de pueblo trabajador frente a la explotación, la alienación y los discursos de resignación a lo poco o nada posible. Es destacable el trabajo a pulmón de Amaro Villanueva: sus estudios sobre el lenguaje del mate y el arte de cebar, sobre José Hernández y el Martin Fierro, sobre los milicianos federales, como también sobre la cultura del lunfardo, pueden señalarse como un anticipo extraordinario de lo que más adelante se denominará semiótica y lo que hoy son los estudios de la subalternidad en las ciencias sociales contemporáneas. Es un lindo desafío releer y actualizar estas investigaciones y estos ensayos.

C) La introducción del pensamiento de Gramsci: En los años ´40, Agosti va a promover la traducción y edición de los trabajos del pensador revolucionario italiano Antonio Gramsci. En nuestros días los libros de Gramsci o sobre Gramsci abundan en las universidades y en los estudios sociales y culturales críticos y profundos. Las categorías gramscianas de hegemonía y contrahegemonía, sentido común y buen sentido, lucha prefigurativa, guerra de posiciones y otras, forman parte del panorama educativo, intelectual, periodístico. Muchas veces nos encontramos con un Gramsci leído con chucker, edulcorado sin mucho compromiso político y social concreto, es decir, un Gramsci no gramsciano. Agosti nos dio el ancho de espadas del análisis filosófico, ideológico, político, pedagógico y cultural: el problema es con una carta sola no se gana el partido. Puede leerse en internet los insultos nerviosos de ciertos militantes ultraliberales contra Gramsci: es la sombra terrible que los persigue y que paradójicamente los inspira para su construcción ideológica legitimadora del saqueo económico, el empobrecimiento, el hambre y la destrucción de derechos sociales. El pensamiento de Gramsci debe ser muy bueno y muy positivo: mirá el desastre que hacen los que lo critican.

En todo el mundo se desarrollan lecturas de Gramsci, en diálogo con otras y otros autores, en forma interdisciplinaria, para tratar de comprender en profundidad los tiempos que corren e impulsar alternativas políticas y sociales en medio de los discursos y las redes del individualismo, del resentimiento, del odio, de la meritocracia, del racismo, de la frustración, de la depresión permanente y de la culpa en todas sus formas. Ahí están por ejemplo las obras del sloveno Slavoj Zizek sobre la ideología, las del italiano Paolo Virno sobre la impotencia resentida y las pasiones tristes y tantas otras. Los trabajos actuales y los clásicos como “El Medio Pelo en la sociedad argentina” de Arturo Jauretche, tienen mucho para decir, leídos con cuidado y no para profundizar grietas entre sectores populares, sino para establecer puentes de diálogo y entendimiento que nos saquen de la dispersión y la fragmentación que nos dejan siempre en el peor escenario de supervivencia y de lucha. Lo importante es aquí no olvidar una de las máximas de Gramsci: una hegemonía nunca es absoluta.

La ilusión de la juventud peronista en los ´70


II – CLAVES DE EL MITO LIBERAL:

...De tanto dejarse estar

estamos donde nos llevan.

Pero ninguno se dice

si es por maulas o trompetas…”

AMARO VILLANUEVA

Escolástico Junco”


A) El liberalismo real: En su libro El Mito Liberal, publicado en medio del transformismo frondizista que giraba de nacionalista a liberal desarrollista, Agosti realiza una caracterización histórica del liberalismo, afirmando que esta ideología se organiza como dogma político contra el avance del proceso generado por la revolución francesa. Agosti marca la diferencia entre el liberalismo burgués y conservador por un lado y el auténtico espíritu democrático por el otro. Los hechos históricos muestran que las políticas liberales se desarrollaron desde el siglo XIX contra las demandas y las iniciativas democráticas de los trabajadores y los pueblos. El liberalismo real nace contra las ideas de Rousseau y de los jacobinos, explica el intelectual comunista argentino, en un libro que está escrito en forma de una Carta Abierta a un Demócrata Honesto. A nuestro autor tampoco se le escapa discutir, deconstruir diríamos hoy, palabras, ideas y conceptos como “hombre” y “libertad” contra los significados ideológicos engañosos que construyen sobre estas expresiones ciertos partidos o intelectuales orgánicos del poder hegemónico. Años después, el filósofo argentino radicado en Europa, Ernesto Laclau, planteó el desafío que generan los significantes flotantes, las palabras y discursos lanzados a la esfera pública y que se transforman en significados hegemónicos por las operaciones ideológicas gestadas en las usinas de la clase dominante. El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos explica en nuestros días el pensamiento abismal de los discursos eurocentrados: el abismo de silencios, negaciones, exclusiones e injusticias que puede haber cuando alguien desde el poder dominante y desde la colonialidad occidental habla de libertad, desarrollo, justicia, igualdad, progreso, democracia y/o civilización. Por lo demás, Agosti anticipa las diferencias que más adelante realizará el politólogo italiano Norberto Bobbio entre democracia formal y democracia sustancial, cuando discuta la democracia formalmente aplicada. El militante argentino escribe indignado, varias veces, contra las gárgaras que los liberales se hacen con la libertad y la democracia y propone el debate y la movilización de ideas y fuerzas por una Nueva Democracia. Organizaciones sociales de nuestro país, como el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, en el primer cuarto del siglo XXI y ante el fracaso trágico de la democracia liberal, hablan de luchar por una Nueva Democracia. El pensamiento dialéctico está más vivo que nunca. En 2023, la Revista Digital Jacobin publica una entrevista al filósofo francés Etienne Balibar -discípulo de Louis Althusser- donde se explica las diferencias entre las concepciones individualista y democrática de la libertad. Es un camino similar al que había emprendido Héctor P. Agosti.

B) Debates intensos y actuales sobre nuestra historia, nuestra política y nuestro modo de producción: Agosti discutía con los historiadores y ensayistas del nacionalismo y del peronismo la interpretación de la historia argentina. El PC Argentino reivindicaba la tradición liberal de Mayo de 1810 como primer paso de una revolución democrática frustrada y cuestionaba como feudal el poder de los caudillos políticos del siglo XIX. El nacionalismo -federal y católico- reivindicaba a esos caudillos y criticaba fuertemente el servilismo neocolonial de la ideología liberal en todas sus formas. El gran historiador peronista entrerriano Fermín Chávez discutía el “mayismo” de los escribas liberales y también del PC. Agosti tomaba en cuenta parte de estos argumentos para procesarlos dialécticamente. Habla por un lado, en El Mito Liberal, del conflicto dramático que se desata con la Revolución de Mayo y que probablemente no tendrá una resolución cercana. Y por otra parte, cuando el intelectual comunista repasa el problema de la tierra en Argentina, escribe que Moreno, Rivadavia y Echeverría por lo menos plantearon el tema, y subraya “bien o mal”. Hay aquí una apertura en el análisis que está evitando cualquier interpretación esquemática y cerrada como también cualquier simplismo. ¿Cómo leer estos aportes y debates junto a toda la buena producción historiográfica y académica de los últimos años?. La tarea es interpelante y estimulante.

Los fantasmas de la ideología liberal argenta siguen rondando en los discursos de la clase dominante y sus gerentes: en 2024, el gobierno derechista lanza su “Pacto de Mayo” dónde se vuelven a expresar las políticas de Rivadavia, de Mitre, de Juárez Celman, de la cambalachesca década infame -¿no es la Ley Bases una caricatura del Tratado Roca-Runciman?-, de Krieger Vasena, de Martínez de Hoz y de Cavallo. ¿No es el neolibertario Caputo una versión tragicómica de Bernardino Rivadavia?…

El problema de la concentración de la tierra en pocas manos, y en manos de la especulación, el saqueo y el extractivismo, sigue siendo motivo de debates y luchas en toda Nuestra América – Abya Yala. En este mes de Julio de 2024, leímos en el twitter -la red X- del Partido Comunista Colombiano dos noticias muy destacables del proceso político de ese país hermano. Por un lado, el Presidente Petro, insta al nuevo Ministro de Educación Daniel Rojas -quien antes estaba a cargo del ente nacional encargado de las expropiaciones a los narcotraficantes- a “romper dentro de su ministerio y de la educación superior las deficiencias de la misma, que convierte a los colombianos en obreros y obreras de un sistema en dónde unos hacen las ganancias y los demás trabajan para ellos”. Por su parte, la Ministra de Agricultura y Desarrollo Agrario Martha Carvajalino, afirma al entregarle tierras expropiadas a cien familias campesinas en el marco de Reforma Agraria que, “la hoja de coca fue su sustento, hoy siembran alimento de verdad”, y convoca a todos a “asumir la reforma agraria para una Colombia Potencia Alimentaria y Potencia Mundial de la Vida”. Redistribución justa de la tierra en un marco político y educativo popular, multicultural, originario, afro criollo, feminista y ecologista como parte de un proceso difícil y complejo de revolución democrática -atacado permanentemente por los medios y las redes sucias del poder dominante resentido-: Agosti, Arismendi, Gramsci, el Che, Rosa Luxemburg y tantos otros deben estar en algún lugar poético sonriendo con satisfacción.

Héctor P. Agosti

Contra los gobernantes argentinos actuales que no nos representan y que faltan el respeto a los pueblos hermanos de Latino – Latidoamérica, saludamos y abrazamos a esos pueblos, aplaudimos su lucha y trabajamos todos los días porque Argentina vuelva a ser política, cultural y ambientalmente latino – latidoamericana. Una Confederación soberana, una Patria Grande sincera y solidaria, una CELAC de las y los trabajadores y los pueblos es, más que nunca el horizonte de la esperanza y de la Segunda Independencia.



Prof. Mauricio Castaldo

Equipo Directivo CEFMA Filial Entre Ríos


Intervención realizada en Concepción del Uruguay,

Entre Ríos, el 26/7/2024 en el marco del relanzamiento

del CEFMA -Centro de Estudios y Formación Marxista

Héctor P. Agosti- a nivel provincial.

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