sábado, 3 de mayo de 2014

La olla de presión puede estallar



Lejos de ser una imagen apocalíptica de un militante radical, es la lectura que hizo el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, al salir el martes 29 de un encuentro con movimientos sociales en Río de Janeiro, donde fue increpado y abucheado por militantes contrarios al Mundial de Futbol. El ministro aceptó que una parte de la sociedad piensa de ese modo, pero que se trata de una pequeña vanguardia. Agregó que las críticas son la olla de presión que explota (O Estado de São Paulo, 29/4/14).

En el gobierno hay preocupación por lo que pueda suceder durante el Mundial. El nivel de rechazo al encuentro deportivo ha venido creciendo de forma sostenida. Según la empresa de opinión pública Datafolha, éste fue apoyado por 79 por ciento de los brasileños en 2008, cifra que cayó a 48 por ciento en abril (datafolha.folha.uol.com.br, 8/4/14). La mayoría de la población afirma que no volvería a postular al Brasil como sede de un Mundial.
Las razones son muchas: desde el despilfarro de dineros públicos en las obras de los estadios, que benefician a un puñado de grandes constructoras mientras escasean recursos para salud, educación y transporte, hasta la expulsión de miles de personas de sus barrios para ampliar aeropuertos, autopistas y estadios, a lo que se agrega la legislación que impone la FIFA, que impide la venta ambulante en las cercanías de los estadios, y un conjunto de disposiciones sentidas como agravios por buena parte de la población.
Pero el dato central es la rebelión que se propaga desde las favelas, sobre todo en Río y en São Paulo. En los últimos meses el activismo en las favelas crece a la par de la violencia policial, y por momentos se desborda hacia el asfalto. Podemos observar, en el último año, tres momentos en este creciente activismo.
El primero se registró un año atrás, en la coyuntura creada por las manifestaciones de junio. Pese a la dura represión (balas de goma en el asfalto y balas de plomo en la favela), las movilizaciones de los favelados comenzaron a crecer. En julio se multiplicaron por la desaparición del albañil Amarildo de Souza en la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de la favela Rocinha. El hecho se convirtió en símbolo de las torturas y asesinatos de la policía militar.
En diciembre y enero fueron los rolezinhos, la salida masiva de jóvenes de las favelas para divertirse, bailar funk y cantar en los grandes centros comerciales. Este fenómeno se produjo sobre todo en São Paulo, llegando a congregar hasta 6 mil adolescentes que fueron recibidos con insultos por clientes y empleados, y a golpes por la policía y los guardias privados de los shoppings. En Brasil el funk es considerado un género emparentado con el narcotráfico y suele ser perseguido...



Río de Janeiro aceptará manifestaciones, “pero no violencia”, durante el Mundial

El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, presentó el manual de funcionamiento de la urbe durante la próxima Copa del Mundo de fútbol

Río decretará festivos los días en que se celebren partidos en la ciudad

Manifestantes en una protesta en Copacabana, el 24 de abril / A. LACERDA (EFE)


El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, presentó esta mañana el manual de funcionamiento de la ciudad durante la próxima Copa del Mundo de fútbol, tras otra noche en la que se registraron tiroteos en una de las favelas supuestamente ‘pacificadas’ por la policía, Rocinha, que dejaron como balance un muerto y varios heridos. Ante el rebrote reciente de disturbios en Río, y preguntado sobre la posibilidad de que se reproduzcan las manifestaciones celebradas durante la Copa Confederaciones, hace un año, Paes señaló que Brasil es “una democracia consolidada”, por lo que los ciudadanos “tienen y tendrán derecho” a realizar protestas en las calles, pero recalcó que si se repiten episodios de violencia las fuerzas de seguridad “actuarán para reprimirla”. El mandatario quiso recordar el caso de Santiago Andrade, cámara de televisión muerto tras ser alcanzado por una bengala lanzada por manifestantes durante una protesta el pasado mes de febrero en el centro de la ciudad. “Eso es inaceptable”, remachó...

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