“La
soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y
ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad
federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino
de todo poder extranjero”
JOSÉ
ARTIGAS, 1815
“...No
se olvide que el interino Director en 1815 se la ofreció (la
independencia)
al
anarquista Artigas y la rechazó porque quería la Patria Grande,
pero
a su modo, como los demás montoneros”
DOMINGO MATHEU, Autobiografía, en
DOMINGO MATHEU, Autobiografía, en
OSCAR
R. TAVANI PEREZ COLMAN
Ramírez
y Artigas, una nueva interpretación
-¿Qué
entendemos por federalismo?:
“...Del
hecho de que un país haya constituido parte de un Estado, aunque se
hubiera agregado libremente a él, no se desprende de ningún modo la
obligación de quedar asociado siempre a ese Estado. Ninguna
obligación perpetua podría ser aceptada por la justicia humana, la
única que puede constituir autoridad entre nosotros, y no
reconoceremos nunca otros derechos y otros deberes que los que se
fundan en la libertad. El derecho de la libre reunión y de la
secesión igualmente libre es el primero, el más importante de los
derechos políticos; sin él la confederación no sería más que una
centralización enmascarada...”
MIJAIL
BAKUNIN
El
Federalismo (1868)
En 1820,
Ramírez abandona a su jefe Artigas y pacta con BsAs el Tratado del
Pilar, rompiendo la Liga Federal sudamericana revolucionaria. A
partir de allí, se iniciará un camino sinuoso de derrotas para
ambos y para todos los pueblos litoraleños, que hasta el día de hoy
pagan caro y con dolor esos errores políticos históricos.
Cientos de
páginas se han escrito sobre el lamentable enfrentamiento entre
Artigas y Ramírez, y no está mal hoy dar una vuelta de tuerca sobre
este asunto, en un contexto de rediscusión federalista latente,
aunque en un marco político e ideológico estrecho.
En 1820, la
Liga Federal se enfrentaba a los enemigos imperialistas -derrotados
los españoles, se había producido la invasión portuguesa desde el
Brasil a la Provincia Oriental y toda la mesopotamia corría peligro-
y a los enemigos centralistas porteños, que eran la otra cara de la
misma moneda neocolonialista, y que no sólo tenían acuerdos
permanentes con los poderosos de afuera, sino que muchas veces
atacaban al federalismo artiguista y a los pueblos con más saña y
ferocidad que los propios invasores extranjeros.
Era el artiguismo quién, desde 1813, proponía independencia en serio, autonomías con mayúsculas, república y federación -y democracia multicultural con reforma agraria integral, defensa de una tierra que no se puede vender y justicia social- para lograr la libertad verdadera y la felicidad de los pueblos del sur. Era el Congreso de Oriente artiguista el que el 29 de Junio de 1815 (1) ya había declarado la independencia y presionaba a las Provincias Unidas para que se definieran a favor de los valores de la libertad y la justicia, sin vueltas. Y fue en ese histórico congreso federal y americano, dónde se consagró nuestra bandera tricolor -que aquí llamamos Bandera de Entre Ríos- como el Pabellón de la Libertad (2).
Era el artiguismo quién, desde 1813, proponía independencia en serio, autonomías con mayúsculas, república y federación -y democracia multicultural con reforma agraria integral, defensa de una tierra que no se puede vender y justicia social- para lograr la libertad verdadera y la felicidad de los pueblos del sur. Era el Congreso de Oriente artiguista el que el 29 de Junio de 1815 (1) ya había declarado la independencia y presionaba a las Provincias Unidas para que se definieran a favor de los valores de la libertad y la justicia, sin vueltas. Y fue en ese histórico congreso federal y americano, dónde se consagró nuestra bandera tricolor -que aquí llamamos Bandera de Entre Ríos- como el Pabellón de la Libertad (2).
No lo quedó
otra al Congreso de Tucumán de 1816 que declarar la independencia,
aunque los diputados -con predominio de BsAs- no se privaron de
proyectar gobiernos monárquicos y centralistas, como así tampoco
perdieron tiempo y enviaron una misión secreta a lo que hoy es el
Brasil, para acordar con el imperio portugués la invasión de éste
a la Banda Oriental y el ataque conjunto, por todos los medios, a las
fuerzas revolucionarias artiguistas.
Entre 1816 y
1820, la diagonal roja de los pueblos confederados sangró más que
nunca en la lucha simultánea contra el imperialismo y el centralismo
cómplice de aquel, y al final entre un enfrentamiento fratricida
también. En esa época, Ramírez se consagró en las luchas como un
brillante combatiente de la causa federal revolucionaria, y Artigas
le tenía una alta estima, confianza y consideración, como se puede
apreciar en la correspondencia entre ambos (3).
Y estaba claro
para todos que la causa que defendían era la de los pueblos libres y
culturas libres confederados. No es ocioso recordar que la
organización revolucionaria se denominaba Liga de los Pueblos
Libres. Y es muy importante detenerse en ese concepto: el federalismo
libertario artiguista se construye desde abajo y horizontalmente
desde la extraordinaria noción histórica de Pueblos Libres. Es
decir, que cuando se hablaba de “autonomía de las Provincias” se
hablaba en un sentido absolutamente distinto al que le damos hoy a
esa expresión ahora instituída. Entre 1813 y 1820, Provincia se
escribía con mayúsculas y era la idea de que cada territorio era un
pequeño país, autogobernado, autodeterminado y solidario con los
demás pueblos, en un proyecto confederal que extendía su mirada no
sólo al gran territorio de las Provincias Unidas de Sudamérica sino
a toda Nuestra América multi e intercultural. Y por ésto, Artigas
no era presidente ni jefe supremo, sino Protector de los Pueblos
Libres.
Debemos
subrayar entonces que la matríz federal artiguista revolucionaria es
absolutamente distinta a la matriz constitucional alberdina y al
pacto hegemónico urquicista y mitrista (1853-1861), dónde los
pueblos pasan a ser, paso a paso, provincias con minúsculas cada vez
más dependientes del poder central.
Para nosotros, no puede haber homenajes a Artigas o relectura del proyecto político artiguista sin debate a fondo por un proceso constituyente revolucionario y emancipador, confederal, comunal, multidimensionalmente democrático, entrerriano, soberano, argentino y centro-suramericano, en camino a una Federación Democrática Global de los trabajadores y los pueblos (4).
Para nosotros, no puede haber homenajes a Artigas o relectura del proyecto político artiguista sin debate a fondo por un proceso constituyente revolucionario y emancipador, confederal, comunal, multidimensionalmente democrático, entrerriano, soberano, argentino y centro-suramericano, en camino a una Federación Democrática Global de los trabajadores y los pueblos (4).
El tipo de
relectura política que cada cual proponga de Artigas y el artiguismo
siempre mostrará, en un análisis crítico y sintomático de la
misma, los límites o potencias del ideario que anima esa relectura.
Para nosotros, Artigas vuelve con los que luchan.
En 1820
Ramírez abandonó ese proyecto. Artigas ya había sido traicionado
por su ex lugarteniente Fructuoso Rivera –que se había pasado al
bando portugués- y había sido derrotado en Tacuarembó. La
esperanza que le quedaba a la Liga Federal era el triunfo de Ramírez
contra los porteños en Cepeda, y éste triunfo federal llegó.
Ramírez tenía que salvar y repotenciar el proyecto federalista
sudamericano, obligando a los porteños a respetar el proyecto
político, a discutir su integración al mismo y a colaborar de una
vez para derrotar y expulsar al enemigo portugués.
Un futuro
promisorio esperaba a las Provincias Unidas del Sur y al federalismo
popular si se cumplían estas directivas de Artigas, pero Ramírez
acordó otra cosa con los porteños en el Tratado del Pilar -pacto
que hasta hoy algunos irresponsablemente festejan como parte de su
entreguismo- y abandonó el proyecto artiguista.
Mucho se ha
escrito sobre los “asesores” de Ramírez y sobra sus propias
intenciones políticas, pero más allá de eso, varios no se cansan
de decir que había que “buscar un poco de paz y recomponer las
fuerzas, y que ya no daban las condiciones para seguir la guerra
antiimperialista y anticentralista”. Estos mismos que no lo exigen
a Ramírez haber dado continuidad a la coherencia, no dicen nada
cuando Artigas no ahorró en sacrificios, ayudando con hombres, armas
y vidas a independendizar a Entre Ríos del centralismo en el combate
del Espinillo de 1814. Tampoco dicen nada del éxodo oriental
anterior y de la hermandad confederal que se potenció en el Ayuí,
en Concordia, y que era la unión de los pueblos oriental y
entrerriano en lucha contra el dominio español -todavía amenazante
en la región en ese tiempo- y contra la traición de BsAs que le
había entregado la Banda Oriental y Entre Ríos a los godos
atrincherados en Montevideo.
Y que nadie
se olvide que el enviado porteño al Ayuí para dividir a las
milicias populares artiguistas había sido Sarratea, el enemigo
número uno de la independencia verdadera de los pueblos y del
federalismo. Con el mismo Sarratea, Ramírez firmó en 1820 el
Tratado del Pilar, que el mitrismo genocida festeja como base de la
argentinidad estatal.
Artigas no
dudó en enfrentarse a la traición con el objetivo permanente de
salvar y reconstruir el proyecto federal americano revolucionario. En
la Batalla de Las Guachas, en Tala, la mayoría de los entrerrianos y
litoraleños estuvo del lado del Protector y Ramírez fue derrotado.
Pero en el combate siguiente y que sería el definitivo, en Las Tunas
-cerca de Paraná- Ramírez recibió ayuda porteña y portuguesa y
derrotó así al movimiento artiguista. Persiguió con saña a su
anterior jefe y a los pueblos y culturas artiguistas, y Artigas tuvo
que exiliarse al Paraguay, donde murió pobre y Karai Guasú en 1850
(5).
La supuesta
transición a un federalismo pactada por Ramírez con BsAs no se dió
nunca, y el propio Ramírez volvió sobre sus pasos -ya sin Artigas,
y con una Banda Oriental en manos de los portugueses- e instituyó la
República de Entre Ríos, de corta duración, porque sus ex aliados
de BsAs y de Santa Fe le mostraron sus grandes dientes, y lo
terminaron derrotando y asesinando en 1821. Y no sólo eso, sino que
su ex compañero Estanislao López ordenó que le cortaran la cabeza
y la expusieran públicamente.
Ahí está el
resultado político de abandonar y quebrar la Liga Federal
artiguista. ¿Y si Ramírez hubiera seguido siendo el gran
combatiente federalista del Saucesito (1818)? ¿Y si Ramírez hubiera
afirmado en 1820 el proyecto federal artiguista sudamericano?.
En el corto
tramo temporal en el que fué Jefe Supremo, y en el que tal vez, en
algún momento, tomó conciencia de lo que venía haciendo, Ramírez
promovió una república entrerriana a la que integró forzadamente a
correntinos y misioneros. La República de Entre Ríos fué la forma
política posterior al Pueblo Libre Entrerriano confederado, y su
afirmación autónoma es tan contradictoria como innegable. Pero ni
Artigas ni Ramírez pudieron darle forma global a sus proyectos
republicanos y federalistas y sus históricos esbozos no pueden ser
traducidos historiográficamente como antecedentes del pacto
feudo-federal-unitario alberdino -más allá de la inteligencia
analítica e historicista del más brillante pensador del
conservadurismo argentino que seguramente fue Juan Bautista Alberdi-,
urquicista y mitrista.
La
República de Entre Ríos sin estrategia y sin política
revolucionaria se quedó sin cabeza y sin futuro. La república
entrerriana artiguista quedó latiendo como hipótesis del devenir.
19 de Junio: Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal Sudamericana de Artigas
“¿Vendrá
el federalismo universal?”
AMARO
VILLANUEVA
Desde el 19
de Junio de 2010, y ante el planteo de Agmer María Grande y del Foro
Artiguista Entrerriano, entre otros sectores y organizaciones
comprometidos, se empezaró a conmemorar en todas las escuelas
entrerrianas el Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal
de Artigas (que nació un 19 de Junio de 1764), y que fué la Bandera
de Ramírez también. Es un momento propicio no sólo para repasar
nuestra historia y nuestra genealogía política y cultural a fondo,
sino también para pensar las luchas soberanistas y federalistas a
nivel global, y los desafíos de los trabajadores y el pueblo
entrerriano.
19 y 20
Junio pasan ahora a ser los días de nuestras banderas y hay que
llenar de contenido histórico, político, pedagógico y cultural
esas conmemoraciones. Hay que disputar en serio el sentido de la
historia y del futuro, afirmándonos en nuestra memoria.
Está en
nosotros hacer pedagogía de la autonomía teórica y abstracta o
afirmar una pedagogía de la anticipación y de la esperanza con la
memoria profunda de nuestra tierra y de nuestra cultura. Está en
nosotros hacer entrerrianismo simpático y turístico o federalismo
simbólico y romántico, o pelear desde abajo por un futuro político,
económico, social, cultural y ambiental distinto.
Está en
nosotros hacer de la soberanía pedagógica parte de la lucha por la
soberanía política y la emancipación social y cultural, en el
contexto de las historias de nuestra tierra y de las condiciones
actuales, que hay que superar.
Es hora de
empezar a dar vuelta la página y salir de nuestra pedagogía y
nuestra didáctica instituída, tradicional. No podemos pedirle a los
hijos de los trabajadores -nuestros alumnos- y la clase trabajadora
en general el compromiso y la conciencia que nosotros no tenemos o no
forjamos. No podemos construir educación pública y popular en serio
y conciencia movilizada con un sentido profundo de la Tierra, la
Democracia y la Justicia si nosotros mismos no nos movemos en ese
sentido. Si nuestras prácticas pedagógicas, nuestra didáctica y
nuestros actos escolares van a seguir girando sobre el caudillo,
sobre un prócer de mármol o sobre imágenes burguesas como un
Cabildo o una Casa de Tucumán y no sobre la reflexión crítica y
creadora de procesos de lucha colectiva pasados y presentes, vamos a
seguir girando como trompos didácticos en la educación formal
conservadora y tradicional.
Si enseñamos falsa verticalidad política en el aula o en los actos, no podemos pedir conciencia movilizada masiva y horizontal. Si nuestra semiótica política e histórica es una imagen burguesa y no la o las imágenes de la multi e interculturalidad que ha luchado y lucha en Nuestra América-Abya Yala y el mundo, no podremos salir de una semiótica y una didáctica colonizadas, no saldremos de la colonialidad del poder y del racismo epistemológico. Y necesitamos hacerlo, necesitamos debatir, intercambiar y forjar, colectivamente, autonomía en movimiento y soberanía pedagógica, epistemológica, política, cultural y ambiental. Nuestro nuevo horizonte de sentido y praxis actual debe co-fundarse sobre la necesidad de generar contrahegemonía actualizada, contrapoder, antipoder, poder popular para una democracia protagónica y una economía política de los trabajadores, los pueblos y la Tierra. (6).
Si enseñamos falsa verticalidad política en el aula o en los actos, no podemos pedir conciencia movilizada masiva y horizontal. Si nuestra semiótica política e histórica es una imagen burguesa y no la o las imágenes de la multi e interculturalidad que ha luchado y lucha en Nuestra América-Abya Yala y el mundo, no podremos salir de una semiótica y una didáctica colonizadas, no saldremos de la colonialidad del poder y del racismo epistemológico. Y necesitamos hacerlo, necesitamos debatir, intercambiar y forjar, colectivamente, autonomía en movimiento y soberanía pedagógica, epistemológica, política, cultural y ambiental. Nuestro nuevo horizonte de sentido y praxis actual debe co-fundarse sobre la necesidad de generar contrahegemonía actualizada, contrapoder, antipoder, poder popular para una democracia protagónica y una economía política de los trabajadores, los pueblos y la Tierra. (6).
Está en
nosotros salir del estrecho corcet ideológico en el que nos quieren
meter los nacionales y populares extractivistas y sus supuestos
mediáticos adversarios sojeros, que en el fondo son sólo la otra
cara de la misma moneda.
En todo el
mundo, los trabajadores y los pueblos luchan a su manera contra la
concentración, el ajuste y la centralización política y
económica, estatal y capitalista, con su correlato de degradación y
precarización social, ambiental y vital.
Más 5.000 pueblos,
naciones y culturas luchan a nivel global contra 200 estados
unitarios, tal como lo dice el historiador y militante vasco Karlo
Ravelli (7). Tal los ejemplos de Escocia, Irlanda del Norte, el País
Vasco, Catalunya, Galicia, los Kurdos y Palestina, que no deja de
sangrar y de sufrir. Y el debate sobre autonomía, independencia,
plurinacionalidad, federalismo, democracia directa y emancipación
social y cultural renacen en Nuestra América, en Europa y en todo el
mundo -donde los pueblos originarios, como los mapuches y los
quechuas replantean el concepto de confederación, donde los
zapatistas hacen historia reafirmando la autonomía política y
social, y dónde el pueblo boliviano se co-instituye como
plurinacional y comunitario-, donde en Venezuela las organizaciones
populares batallan por transformar el proceso de revolución política
bolivariana en una democracia socialista comunal.
Tenemos que
seguir estudiando, luchando y explorando distintas experiencias y
caminos de lucha, para tensar el unitarismo estatal argento y reabrir
un camino de libertad, justicia y confederación real argentina y
sudamericana. Miremos la Confederación Suiza, con ejecutivo y debate
confederal, con prácticas permanentes de democracia directa, y con
libertad a sus cantones, provincias autónomas y estados, para
relacionarse entre sí y para relacionarse con los pueblos de la
denominada Unión Europea.
Cambiemos
la mirada y pensemos distinto para luchar mejor. Los trabajadores
vascos y sus organizaciones sindicales soberanas -por ejemplo-
avanzan con planes de lucha contra el ajuste neoliberal, a pesar de
las dudas y transas de la burocracia sindical española y
centralista. Miremos y apoyemos a los trabajadores catalanes,
aplaudamos a la militancia obrera y popular, clasista, solidaria y
soberanista, andaluza de la CUT-BAI (Corriente de Unidad de los
Trabajadores, Bloque Andalucista de Izquierda).
Está muy
claro que no podremos salvar el planeta si no logramos colectivamente
una nueva práctica teórica de la emancipación social (8).
La
independencia de clase de todos los trabajadores en la lucha -la
autonomía política activa-, la soberanía política y cultural y el
federalismo libertario vuelven a ser, y más que nunca, una
plataforma fundamental para luchar contra la concentración y el
saqueo capitalista, y para que no sea normal que un gobierno le llame
“ley de pago soberano” a una ley que sigue entregando nuestros
recursos, nuestra riqueza y nuestro sacrificio, cuando está muy
claro que la única deuda del Estado argentino y del Estado
entrerriano es con el pueblo trabajador.
Prof.
Mauricio Castaldo
María Grande-Entre Ríos
Trabajo
presentado para las
Primeras
Jornadas del Pensamiento Latinoamericano
Resistencia Estudiantil – UADER
Universidad Autónoma de Entre Ríos
Dibujo de Nito de Mercurio
Periódico Nueva Zona - Gracias
actividadentrerios.blogspot.com
(Foro
Artiguista Entrerriano)
Facebook:
Mauricio Castaldo
Twitter:
@paisentrerriano
BIBLIOGRAFÍA,
PÁGINAS WEB Y NOTAS:
(1)
Para el análisis de las Instrucciones del XIII, del Reglamento de
Tierras de 1815 y la política de la Liga Federal, ver ENRIQUE MENDEZ
VIVES, “Artigas y la Patria Grande”, Montevideo, Ediciones
Tauro, 1972, pp.43-95. En internet, las Instrucciones del XIII pueden
verse, por ejemplo, en
http://www.artigas.org.uy/fichas/artigas/artigas_instrucciones_04.html
y el Reglamento de Tierras, en
http://www.chasque.net/vecinet/regl1815.htm
(2)
Sobre la semiótica política de nuestra Bandera Federal, ver TIRSO
FIOROTTO, “Eso de Pintarle una banda Roja. Banda Roja a Dos
Bandas”, en
http://columnaartiguista.blogspot.com.ar/2009/06/eso-de-pintarle-una-banda-roja.html
(3)
Sobre Artigas y Ramírez, se puede ver, críticamente y a veces a
contrapelo del autor, OSCAR R.TAVANI PEREZ COLMAN, “Ramírez y
Artigas, Una Nueva Interpretación”, Colón, ER, Birkat Elohym,
2007.
(4)
Para repensar la lucha federalista, regional, continental y global,
recomendamos primero, AMARO VILLANUEVA, “¿Vendrá el
federalismo universal?”, en Obras Completas, Vol.III, Eduner,
Paraná, 2010, p.589; MICHEL PABLO, pensando una República
Autogestionada Mundial, en “Ser Marxista Hoy”, ensayo
publicado en el libro “La liberación de Marx”, de VV.AA,
Editorial Tierra del Fuego, BsAs, 1992, pp.29-41; y MIKHAIL BAKUNIN,
“El Federalismo”, en
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/socialismo_federalismo/bakunin2.html
(5)
Para analizar la relación entre Artigas y los pueblos nativos, desde
una visión multicultural, antieurocéntrica y anticolonial, ver
GONZALO ABELLA, “Artigas, el resplandor desconocido”, en
http://www.chasque.net/vecinet/abella00.htm
(6)
Sobre la colonialidad del poder, por supuesto, ANÍBAL
QUIJANO, “Cuestiones
y Horizontes.
De la Dependencia Histórico-Estructural a la Colonialidad/Descolonialidad del Poder”, en http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=871. Por lo demás, ya JORGE ABELARDO RAMOS, planteó clara y profundamente que el artiguismo era “la Nación (multicultural) en Armas”. Cfr J.A.RAMOS, “Las Masas y las Lanzas”, BsAs, Plus Ultra, 1974, pp.79-101. Nosotros planteamos, en otro trabajo, “Volvamos a darle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos”, en http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-6/bicentenario-demosle-las-armas-los-negros-los-pobres-y-los-pueblos. Sobre el contrapoder y el antipoder en movimiento, ver JOHN HOLLOWAY, “Cambiar el Mundo sin Tomar el Poder”, en http://www.argentinawarez.com/ebooks-gratis/1611879-cambiar-el-mundo-sin-tomar-el-poder-john-holloway-libro-pdf.html
De la Dependencia Histórico-Estructural a la Colonialidad/Descolonialidad del Poder”, en http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=871. Por lo demás, ya JORGE ABELARDO RAMOS, planteó clara y profundamente que el artiguismo era “la Nación (multicultural) en Armas”. Cfr J.A.RAMOS, “Las Masas y las Lanzas”, BsAs, Plus Ultra, 1974, pp.79-101. Nosotros planteamos, en otro trabajo, “Volvamos a darle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos”, en http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-6/bicentenario-demosle-las-armas-los-negros-los-pobres-y-los-pueblos. Sobre el contrapoder y el antipoder en movimiento, ver JOHN HOLLOWAY, “Cambiar el Mundo sin Tomar el Poder”, en http://www.argentinawarez.com/ebooks-gratis/1611879-cambiar-el-mundo-sin-tomar-el-poder-john-holloway-libro-pdf.html
(7) Ver KARLO RAVELLI, “¿Autodeterminación o derecho de
autodeterminación?”, en
http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=12011,
“Cuestión
indígena, cuestión nacional mundial”,
en
http://argentina.indymedia.org/news/2009/06/674780.php
y “Clase
obrera e internacionalismo indígena”, en
http://argentina.indymedia.org/news/2009/06/677691.php
(8)
Recomendamos aquí, “No
podemos pensar en salvar el planeta si no pensamos la emancipación
social”, reportaje en Página 12 a ULRICH BRAND, donde se
analizan los conceptos de Postdesarrollo y Buen Vivir, en
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-192462.
Y para profundizar en la necesaria, urgente y estratégica propuesta
de un movimiento eco-político pedagógico por la emancipación, ver
PETER MC LAREN, “Objeción admitida: la praxis pedagógica
revolucionaria como fuerza de ocupación”, en
http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-14/objecion-admitida-la-praxis-pedagogica-revolucionaria-como-fuerza-de-ocupacion
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