miércoles, 1 de julio de 2015

Los federales hoy, a 200 años del Congreso de Oriente


ARTIGAS SE APOYA EN LOS PANZAVERDES

En una brillante exposición sobre la revolución, el profesor Mauricio Castaldo mostró cómo José Artigas hizo espaldas en Entre Ríos.
 
 Tirso Fiorotto - Diario UNO de Entre Ríos - 28/6/2015



Artigas hizo espaldas en Entre Ríos, dice el profesor Mauricio Castaldo, es decir, el oriental se apoyó en el pueblo entrerriano que luego lo elegiría de Protector, mientras que Buenos Aires le dio la espalda, lo traicionó.
Es sabido que, después de la revolución de Mayo, Buenos Aires pactó con España y acordó que la Banda Oriental y parte de Entre Ríos quedaran en manos de los europeos. Eso incendió al pueblo, a dos bandas.
Pero empecemos esta columna por algunas preguntas. ¿Seguiremos recordando la revolución de Mayo con nuestros niños vestidos de galera y de dama antigua, y los negritos aguateros y las negritas mazamorreras, después de escuchar a Mauricio Castaldo, a Juan Vilar, a Mario Alarcón Muñiz?
¿Fueron los señores de galera y bastón y las damas de la alta sociedad quienes le pusieron el cuero a la revolución? ¿O allí encontraremos, mejor, a quienes siguieron buscando príncipes desocupados, como dice Juan Vilar, para coronarlos en el suelo argentino?
A la revolución la hicieron los paisanos, los indios, los negros, los gauchos con las armas en las manos, no los políticos de saco y corbata”, comentó Mauricio Castaldo el jueves pasado en el colegio Leandro Alem de Paraná, durante una charla con  un auditorio repleto de estudiantes y docentes de tres establecimientos.
Emancipación

Escuchamos al profesor Castaldo, de María Grande, hablar de José Artigas, con la excusa del aniversario 200 del Congreso de Oriente que se cumple este lunes 29 de junio. El tema: “Entre Ríos en el pensamiento emancipador artiguista”.
El estudioso que integra el Foro Artiguista Entrerriano mostró un Artigas tan entrerriano como oriental. Ubicó a nuestra provincia en la banda oriental del Paraná y se detuvo en su integración histórica con la actual República Oriental del Uruguay, o mejor, en el seno de la Liga de los Pueblos Libres.
Dijo que el caudillo sudamericano con cuna en Montevideo nació a la revolución bandeando el río Uruguay, y mostró a Artigas haciendo espaldas en Entre Ríos, después, sea en el éxodo hacia el Ayuí, o en el izamiento de la bandera de la banda roja, como en las columnas guerreras de Francisco Ramírez. Más allá del final inesperado que tuvo esa relación.

Bartolomé Zapata

El docente entrerriano planteó momentos históricos de encuentro de Artigas con los panzaverdes. No todos felices, claro está, pero sí centrales y fundacionales en la revolución federal.
Dijo que Artigas entró al territorio entrerriano como jefe colonial de  los blandengues a fines de 1810 y se volvió decididamente revolucionario después de cruzarse con los rebeldes que lucharon en la banda entrerriana con Bartolomé Zapata. A partir de allítoda la construcción política de Artigas y del movimiento federal va a forjarse a dos bandas y se va a extender después.
A propósito, apuntó que por mucho tiempo se ha menospreciado y hasta olvidado la importancia de los cincuenta jinetes de Zapata en el sur entrerriano recuperando comunidades que estaban tomadas por el poder europeo.
Recordó que el caudillo oriental pasó de ida y de vuelta por Entre Ríos para ofrecer sus servicios a la Junta de Buenos Aires en 1811, y que se conectaba con la revolución oriental desde nuestro suelo.
La tierra panzaverde fue la espalda política del Protector, insistió.

Del Ayuí a la bandera
 
Habló del éxodo en el Ayuí, y de la “autodefensa federal revolucionaria, y apuntó una frase del historiador Pivel Devoto: el centro de la conmoción artiguista fue Entre Ríos”.
Se refirió a la batalla del Espinillo con la alianza entrerriano oriental en el campo de guerra, para defendernos de la invasión de Buenos Aires que mandaba matar a Artigas, y a los combates para defender las Instrucciones constituyentes e independentistas de 1813.
Hizo alusión a “la creación y recreación a dos bandas” entre Artigas y Hereñú de nuestra banderafederal, y puso de relieve la organización del Congreso de Oriente no en Montevideo (“ciudad con cuyos cabildantes burgueses Artigas estaba en tensión permanente) sino en el Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay, en 1815.
Horas antes de ese primer Congreso por la independencia hoy bicentenario, Artigas rechazó la propuesta porteña de independizar solo la Banda Oriental, reafirmando para nosotros que el caudillo es tan entrerriano como oriental y federal.
Luego enumeró episodios de la resistencia entrerriana, mayoritaria junto a Artigas frente al avance portugués o porteño, y consideró que la actitud de Francisco Ramírez traicionó el ideario revolucionario.
Al final, destacó el espíritu interpelante” de la banda roja a dos bandas que izamos en Uruguay y en Entre Ríos, y en otras provincias de la Liga (en los colores), y sostuvo que hay una continuidad en las luchas subalternas “que deben profundizarse, hasta hoy.
 
Vilar y Alarcón

El historiador Juan Antonio Vilar presentó a Castaldo y realizó intervenciones fundamentales, en torno de la importancia de la revolución federal, que diferenció de la línea más conocida de nuestra historia, la porteña, que no exhibió voluntad independentista, dijo, y buscó reyes en Europa durante una década para coronarlos en la Argentina.
Durante diez años los porteños siguen negociando protectorados, en Inglaterra, en Portugal, en Francia, hasta en Estados Unidos y Rusia”, afirmó Vilar, que publicó una obra denominada “Revolución y lucha por la organización”, cuya segunda edición acaba de anunciar la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos, y se refiere precisamente a las dos primeras décadas de la revolución.
Allí podemos leer en la página 158: “Buenos Aires careció de una clase revolucionaria porque no existió una verdadera burguesía capaz y transformadora. El poder quedó en manos de conservadores monárquicos e ineptos”.
El artiguismo no fue una mera ‘disidencia’… ni un movimiento anárquico de bandoleros. Fue una masiva expresión popular de campesinos, criollos pobres, mestizos, gauchos, indios, y hasta negros, conducidos por el Jefe de los Orientales, que lucharon por un país independiente, republicano, federal e igualitario”, se lee de la obra de Vilar.
A lo que agrega Castaldo en un ensayo reciente: “la burguesía porteña fue aliada, en cada tiempo, de españoles y portugueses, porque era aliada, socia y apéndice del imperio capitalista mayor, que era Gran Bretaña –todos los caminos del poder burgués conducían al embajador británico Lord Strangford en Río de Janeiro-: el artiguismo tuvo que enfrentar a un triple imperialismo unitario.
Hay que decir que para estos estudiosos poco ha cambiado desde la derrota de Artigas.
En el encuentro del jueves, Vilar se explayó también en torno de la unidad regional que promovía Artigas, en contra de la división que finalmente se impuso, y sobre las experiencias del artiguismo en la distribución de tierras.
El periodista Mario Alarcón Muñiz tuvo intervenciones en el encuentro, con explicaciones sobre la bandera de la banda roja oficializada en 1987 durante la primera gobernación del radical Sergio Montiel, pero que ya era de uso popular desde los tiempos de Artigas, y apuntó otros pormenores del pasado nacional, y los artistas Jorge Méndez y Lucrecia Brasseur entonaron canciones en homenaje a José Artigas.
La movida fue organizada por el colegio Alem. Su rector es el profesor de historia César Baudino, que dio la bienvenida a los expositores y artistas, y realzó la importancia de la reunión de alumnos de distintos establecimientos con estudiosos de la historia y la identidad nacional.


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Los engrandecimientos
no nacen de la cuna
Durante la charla en el colegio Alem, el profesor Mauricio Castaldo leyó fragmentos de una carta escrita por José Artigas en Paraná, en 1815:
"No hay que invertir el orden de la justicia. Mirar por los infelices y no desampararlos, sin más delito que su miseria. Es preciso borrar los excesos del despotismo, todo hombre es igual en presencia de la ley. Sus virtudes o sus delitos los hacen amigables u odiosos; olvidemos esa maldita costumbre: que los engrandecimientos nacen de la cuna; córtese toda relación, si ella es perjudicial a los intereses comunes..."
(Carta de José Artigas a José de Silva, gobernador de Corrientes, 9/4/1815, desde el Cuartel General del Paraná).
En vísperas del bicentenario del Congreso de los Pueblos Libres, desde distintos organismos oficiales hubo manifestaciones en memoria de aquel encuentro, y también se conocieron análisis críticos desde centros de estudios independientes de la región, dedicados a conocer y difundir la gesta artiguista.
En cuadro aparte, fragmentos de la Payada de un federal que escribió el uruguayense Raúl Fernández en 1942.
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Payada de un federal


(Raúl Fernández. 1942 - Fragmento)



Fue Artigas, el argentino
-y lo fue como el mejor-
que por el Plata y su honor
jugó fiero su destino.

De Artigas somos paisanos
y decirlo el alma agranda:
los de ésta y de la otra banda
fuimos y somos hermanos.

Artigas, el protector,
aquellas ansias colecta,
las conforma y las proyecta
cual grandioso reflector.

No importa que alguien blasfeme
porque esparce claridad;
él marcha con libertad
y así "ni ofende ni teme".

Lleva una rúbrica franca
la proclama de su empresa:
roja banda que atraviesa
la bandera azul y blanca.

Rojo, color de pasión
de protesta justiciera,
hoy la universal bandera
de la humana redención:

Con tu brochazo de fuego,
cruzó el gaucho el patrio emblema,
porque era un eco su lema
del inmenso humano ruego.

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Todo el aire se caldea
como en una fragua inmensa,
hasta que al fin se condensa
el anhelo de una idea.

¿En qué cerebro cuajó?
¿Qué mortal tuvo esa gloria?

¿Le da su lugar la historia


Fue Artigas. Su gran figura,
en la década inicial,
por tierras del litoral
con su espíritu fulgura.

La escribió con sangre viva
y enastó su decisión;
montaraz reencarnación
de la eterna rediviva;

Que aparece natural,

clara, pura, vigorosa,

desnuda, como la diosa
de la selva maternal.

Esto es, floración humana
del hombre que allí se cría
y ama y trabaja y porfía
en la brega cotidiana.

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Ondean como en un vuelo
las horrendas llamaradas,
son manos ensangrentadas
que intentan asir el cielo.

Así nace el artiguismo
en las tierras litorales;
sus legiones federales
asombran con su heroísmo.

El artiguismo, fundido
en crisol de carne humana,
es ánfora americana,
de precioso contenido.

El artiguismo, tal cual
es teoría y es acción,
él es la Revolución
de Mayo en su faz social.

A sus diez años terribles
infamados por la inquina,
cubrieron a la Argentina
de glorias inmarcesibles.

Y su caudillo, en quien sacia
su hambre de maldad el odio,
fue como el ángel custodio
de la inicial democracia.

Y sus héroes, mis paisanos,
vejados en forma indigna,
cumplieron bien la consigna
de azotar a los tiranos.

En célebres Instrucciones
de Artigas, el año trece,
el litoral aparece
marcando sus direcciones.

"Independencia absoluta
de España y de los Borbones".
Hacen falta nuevos guiones
al iniciar nueva ruta.

"No admitirá otro sistema
que el de confederación".
No se quiere otro mandón
tenga plumas o diadema.

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