viernes, 2 de julio de 2021

CONGRESOS, HISTORIA Y POLÍTICA: ¿QUÉ INDEPENDENCIA CONSTA EN ACTAS? ¿DE QUÉ LIBERTAD NOS HABLAN ¿QUÉ ERRORES COMETIERON NUESTROS PRÓCERES?

 

...Nuestros padres nos dieron una independencia material:

a nosotros nos toca la conquista de una forma de

civilización propia, la conquista del genio americano.

Dos cadenas nos ataban a Europa: una

material que tronó; otra inteligente que vive aún…”

JUAN BAUTISTA ALBERDI

Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho” (1837)


La Historia es la política pasada y la política es la Historia del presente. Claro que lo político no puede reducirse a la acción de un gobierno, de un liderazgo o de una disputa de partidos, pero ese aspecto institucional o instituyente de lo político es decisivo para la buena o mala vida de los pueblos. El 29 de Junio de 1815, el artiguismo desarrolló su Congreso de los Pueblos Libres en el Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay y en 1816, las denominadas Provincias Unidas -orientadas por Buenos Aires- se reunieron en el Congreso de Tucumán, que el 9 de Julio de ese año -y ante la presión de federalistas y sanmartinianos- declaró la independencia de la tutela política española. En nuestros días, comentaristas de la Historia discuten el carácter independentista del Congreso de Oriente, aduciendo que no hay actas o documentación que confirmen la intención política del mismo y afirmando que el verdadero congreso por la independencia es el realizado en Tucumán. Tenemos aquí un problema epistemológico, el problema de definir cómo validamos el conocimiento en la ciencia histórica y de qué sentido le damos al mismo.

Antes, durante y después del Congreso Federal tenemos documentación y hechos que muestran y prueban el carácter independentista de la política artiguista. Antes, durante y después del Congreso de Tucumán tenemos documentación y hechos que prueban el carácter contradictorio, especulativo y limitado de la declaración independentista de los congresistas en Tucumán. Podemos debatir la interpretación de los hechos y documentos, pero para ello debemos analizar justamente los hechos, los documentos y los procesos políticos y sociales concretos. La Historia debe ser algo más que un concurso folklorístico.

El artiguismo venía expresando públicamente su movilización política por la independencia, la república y el federalismo desde las Instrucciones que los diputados orientales llevaron, sin suerte, a la Asamblea de las provincias, reunidas en BsAs, en 1813. Contra el acuerdo del poder porteño con los españoles atrincherados en Montevideo se había organizado el extraordinario éxodo oriental a Entre Ríos en 1811. Entre 1813 y 1815, los federalistas habían afirmado sus posiciones en el Litoral derrotando los ataques del centralismo. A comienzos de éste último año, Artigas mandaba izar en su campamento la bandera federal y ordenaba lo mismo a sus compañeros y aliados de la Liga. José Luis Busaniche cita, en su Historia Argentina, una carta del Protector al Gobernador de Corrientes en Febrero de 1815 donde afirma con claridad que, “Buenos Aires hasta aquí ha engañado al mundo entero con su falsa política y dobladas intenciones. Éstas han formado siempre la mayor parte de nuestras diferencias internas y no ha dejado de excitar nuestros temores la publicidad con que mantiene enarbolado el pabellón español. Si para disimular este defecto ha hallado el medio de levantar con secreto la bandera azul y blanca, yo he ordenado en todos los pueblos libres de aquella opresión que se levante una igual a la de mi cuartel general: blanca en medio, azul en los dos extremos y en medio de éstos, unos listones colorados, signo de distinción de nuestra grandeza, de nuestra decisión por la República y de la sangre derramada para sostener nuestra Libertad e Independencia”.

SOSTENER LA INDEPENDENCIA, MÁS QUE SOSTENER LA PLUMA

En Paraná, esos listones darán paso a una diagonal roja, y en marzo de 1815, se izó en la actual capital entrerriana la insignia federal que después Artigas adoptará como definitiva. Idea de orientales y creación de entrerrianas y entrerrianos: nuestra bandera tricolor fue y es un emblema creado a dos bandas, como lo fue toda la política federal en épocas del caudillo oriental. Esta correspondencia del líder regional con el gobierno correntino expresa contundentemente el sentido de la lucha política que estaba llevando adelante. Unos meses después se reúne el Congreso de Oriente: ¿Artigas había dejado de ser independentista?. Sólo alguien obnubilado por su ideología puede perder de vista esta cuestión fundamental. Un año después, Artigas escribe al director supremo porteño Pueyrredón recordándole que la independencia ya estaba declarada en nuestra zona más de un año atrás. Y hay documentos que muestran la política que los representantes de Santa Fe traían al Congreso Federal: las dudas sobre la independencia quedaban sólo para los doctorcitos de Buenos Aires. El Protector recuerda en esta misiva a los correntinos que en la capital portuaria todavía ondeaba el pabellón español promediando 1815. El peligro de un ataque imperial hispano estaba latente, y el artiguismo siempre tuvo claro que la independencia real de los pueblos se sostenía con la lucha conjunta y solidaria, por eso se decidió enviar una misión de diputados desde Concepción del Uruguay a BsAs para tratar de arreglar las bases de un acuerdo. Los porteños estaban en otra cosa. Planeaban seguir atacando a los federalistas. Para el artiguismo, no se trataba sólo de declarar en un papel la independencia, se trataba de consolidar las bases políticas, sociales y militares para sostenerla. Hay más política independentista en la misión de los representantes del Congreso Federal a BsAs que en las especulaciones posteriores del Congreso de Tucumán.

CARAS Y CARETAS EN TUCUMÁN

El 9 de Julio de 1816, los congresistas designados bajo la influencia del poder porteño y reunidos en Tucumán, declaran formalmente la independencia de las Provincias Unidas de la América del Sur del dominio español. No estaban muy firmes en sus convicciones esos congresistas. Siguiendo las investigaciones y reflexiones de Busaniche, dice el historiador entrerriano Fermin Chávez en su “Historia del País de los Argentinos” que “sobre el Congreso de Tucumán gravitaron personas ajenas a dicho cuerpo y que toda la acción del mismo estuvo condicionada por la cuestión artiguista y por la invasión portuguesa. Grande fue el peso de las figuras de Belgrano y San Martín; ambos dispuestos a sostener la idea de una monarquía,en contraposición al republicanismo de un Tomás Manuel de Anchorena o de los caudillos del Litoral”. Obviamente Anchorena no tenía nada que ver con el artiguismo, pero lo importante aquí es decir que Belgrano había vuelto de una misión política a Europa acompañando a Rivadavia y Sarratea a buscar la protección monárquica inglesa, española o la que fuera. En sesión secreta del Congreso de Tucumán, el 6 de Julio, Belgrano afirmó la idea monárquica, pensó simbólicamente en algún nativo políticamente correcto -y más adelante se desdijo de esa idea- pero eso no fue lo decisivo y estratégico, sino que lo triste y lamentable de sus palabras fue que dijo que el Rey Juan de Portugal no era un enemigo sino que venía a ayudar a limpiar la infección...artiguista. A comienzos de 1816, el imperio portugués asentado en Brasil había invadido la Provincia Oriental con el acuerdo diplomático del gobierno de Buenos Aires y sus aliados reunidos en Tucumán. El Congreso de Tucumán seguía la política del director Pueyrredón que era una política de triple juego, como explica Busaniche, había una política pública, pero por otro lado había unas políticas centralistas reservadas y reservadísimas. La política pública era mostrar cierta solidaridad con el artiguismo, la reservada era contemporizar con la corte de Portugal, y la reservadísima era “echar el alma a la espalda y aceptarlo todo”. Es decir, entregar la Provincia Oriental a los portugueses y negociar una princesa o príncipe portugués, inglés, español o francés como jefe de las Provincias Unidas centralizadas en BsAs. San Martín cometió el mismo error político que Belgrano y se dejó llevar por malos comentarios sobre Artigas: llegó a decir que prefería a los portugueses como vecinos. “El instinto popular decía todo lo contrario de lo que decía San Martín -concluye Busaniche-. El mismo General de Mendoza se verá detenido en su gloriosa carrera y tendrá que volver desengañado a Europa por haberse encogido de hombros ante la tragedia argentina de 1816 y haber preferido la vecindad de Portugal a la vecindad de Artigas y de todo lo que Artigas representaba dentro del proceso histórico del Río de la Plata”.

LA LUCHA SEMIÓTICA

¿Qué independencia consta en acta entonces, en el Congreso de Tucumán? La independencia que reclaman las huestes de San Martin y sobre todo, la que impulsaban los pueblos de la Liga Federal. Debemos ver y pensar la lucha política, ideológica y social dentro y más allá del texto. Tenemos que estudiar y reflexionar sobre todos los hechos como parte del proceso político de debate y luchas por la independencia y la organización del estado que estaba naciendo. Hechos, documentos, significaciones, proceso, reflexión crítica y justicia hermenéutica, justicia interpretativa en base a pruebas y consecuencias de los hechos. Argumentación basada en hechos -en plural- y preocupada por la falsación, por la réplica fundamentada, para que sea una argumentación sólida y forje un consenso histórico diferente, serio, amplio y democrático. ¿Puede una/un docente entrerriana/o conmemorar simbólicamente con sus alumnas y alumnos el 29 de Junio como Día de lucha por la Independencia? Claro que si. Reflexionar sobre los dos congresos y todos los hechos, debates y luchas de esa época es mejor que repetir como loros la historia mitrista y liberal centrada insípidamente en el 9 de Julio. Analizar críticamente la historia no es destruir la historia ni destruir la nacionalidad, es madurar y fortalecer la reflexión histórica para forjar una nacionalidad más democrática.

LAS Y LOS HÉROES DE LA HISTORIA COMPLETA. EL RACISMO PEDAGÓGICO

El no tan independentista Congreso de Tucumán continuó sus sesiones en Buenos Aires. En 1819 redactó un proyecto de constitución monárquica para las Provincias Unidas. La política reservada se transformaba en política pública. El artiguismo barrió esa política en 1820, en la Batalla de Cepeda. La epopeya de Artigas termina ahí, como dijo el historiador oriental Juan Zorrilla de San Martin. Los portugueses se habían apropiado de la Banda Oriental, pero la convicción artiguista llegó con sus últimas fuerzas a Cepeda. Artigas ni nadie puede sólo: el triunfo de la idea de independencia, de república y de federación se lo debemos a las miles de almas de ese pueblo humilde que fue miliciano de Artigas, como otros iguales lo fueron de de otros líderes sudamericanos. Los negros y las negras no sólo vendían comida en las puertas de los cabildos, los nativos y las nativas no se preocupaban sólo en ver cómo les quedaba la vincha, los gauchos no se disfrazaban de gauchos: con las armas en la mano, ese pueblo multicultural se movilizó y dio su vida por la independencia sudamericana, la república, el federalismo y la justicia económica y social. Debemos superar el pensamiento pedagógico abismal, el racismo pedagógico, que nos impide vestir a nuestros gurises como subalternos revolucionarios. En 1820 se plantó la idea. No se trata de valorar la historia regional a la par de la historia nacional: esa es una mirada periféricamente mitrista. Se trata de repensar el proceso histórico sin excluir lo que estaba excluido y soslayado. El prócer es el pueblo humilde multicultural movilizado con un sentido político liberador. La Batalla de Cepeda y el Cruce de los Andes son la expresión práctica y revolucionaria de los ideales discutidos en los dos congresos. Las traiciones y derrotas que sufre el proyecto artiguista -y el exilio sanmartiniano- dejarán las ideas plantadas para que otras luchas las fecunden, siendo la independencia y la soberanía, la Patria Grande, la democracia, el federalismo, el desarrollo humano integral, la sustentabilidad sin sosteniblablá y la justicia tareas por discutir y por hacer todos los días, pensando en el bien común, los bienes comunes y la felicidad pública, no agitando la bandera o el discurso para defender intereses sectoriales vinculados a intereses foráneos.

CONCEPCIONES HISTÓRICAS E IDEOLÓGICAS DE LA LIBERTAD

¿De qué libertad nos hablaban Belgrano, Rivadavia y Sarratea en Europa? ¿De qué libertad y para quienes? ¿De qué libertad hablaban Rivadavia y los gerentes de la banca inglesa Baring Brothers?. Algunos de estos próceres militaron un gobierno de la princesa Carlota de Portugal en BsAs. La libertad era dar seguridad a sus negocios personales, a su status social y a sus especulaciones ideológicas, era una libertad liberal, individualista, formal, de clase alta, sin importar las consecuencias sociales de esa mirada política. Hoy, muchos en Brasil y en Argentina siguen fogoneando esa libertad en forma egoísta, irresponsable, destructiva y criminal, si contamos las víctimas del covid en el gobierno de Jair Bolsonaro. Agitar la bandera argentina un 9 de Julio para gritar libertad como los bolsonaristas es lo más parecido al grito liberal de los carlotistas entre 1810 y 1820. Necesitamos una reflexión sesuda, prudente, justa, equitativa, y un debate superador, pensando en forma colectiva. Eso sería realmente aprender de la Historia. Ni carlotistas, ni saavedristas ni morenistas: el artiguismo era y es otra cosa, sin sacar los pies de lo real en toda su complejidad pero sin empantanarse en lo real, tratando de ir más allá de lo real actual.

TRANSMODERNOS Y TRANSFORMISTAS. PUEBLOS LIBRES, HOY.

Una hermenéutica del proyecto artiguista nos permite ver hoy tres líneas filosóficas y políticas dentro de la pluralidad y heterogeneidad social de ese movimiento federal original. Está el republicanismo federalista y el laicismo liberal por un lado, pero también están el cristianismo social forjado por las misiones jesuiticas y está la sabiduría de nuestros pueblos originarios, a quienes se convocó a participar soberanamente en el Congreso de Oriente. La más amplia libertad civil y religiosa, proponían las Instrucciones del XIII: era una clara hermenéutica política y social pluralista, una fe común, que se completaba con una distribución de tierras y un proteccionismo comercial y económico. En 1816, Artigas escribía a los cabildos de Montevideo y Corrientes apurando la distribución de vacunas contra la viruela -con especial preocupación de que le llegue a los entrerrianos-, junto con indicaciones (tutoriales, aplicaciones), cartillas de estudios y un libro de Historia de EEUU para pensar el federalismo. Ilustración federalista sí, razón científica moderna sí, pero en un marco políticamente prudente, plural y equitativo. Podemos leerlo como una prefiguración de lo que el filósofo argentino Enrique Dussel denomina una hermenéutica transmoderna. Tan ilustrados como valientes era la consigna. Subrayamos el “como”.

Claro que no todos los artiguistas estaban convencidos de ese camino. Sobre los federalistas de ayer y de hoy podemos decir lo que un viejo león herbívoro dijo de sus partidarios en los años ´70: los hay ortoxos y heterodoxos, apresurados, retardatarios y también contemplativos. A veces, muy contemplativos. De todas maneras, esa pluralidad y equidad convergentes se perdieron en 1820 y se deconstruyeron hasta nuestros días. En todo el subcontinente se movilizan estas filosofías y estas fuerzas, pero en pocos lugares o momentos se han vuelto a encontrar. ¿Qué textos, ideas, propuestas y luchas hoy, de Argentina, de Nuestra América-Abya Yala y del mundo, actualizan las propuestas de esas corrientes de pensamiento y organización social?. ¿En qué condiciones discutir un diálogo democrático y un consenso básico de ideas?. Hay mucho material teórico y práctico para estudiar.

La noción de Pueblo Libre, en 1815, implicaba la doble independencia, municipal y provincial de los poderes externo e interno, y se le sumaba a ésto la inclusión de las naciones originarias con sus representantes. Al incipiente desarrollo institucional de la Liga de los Pueblos Libres se lo sostenía con la movilización permanente de esos pueblos para sostener sus derechos políticos y la frontera móvil de avance de los derechos sociales, dentro del contexto de la época. Hoy, podemos pensar el concepto de Pueblo Libre como Pueblo Autosustentable en términos multidimensionales, es decir en términos, económicos, ecológicos, políticos, culturales, energéticos, éticos y alimentarios. Más libres serán los pueblos si pueden avanzar en la transición a una vida social auténticamente sostenible en todos los órdenes. La libertad como autosustentabilidad compartida es un desafío enorme en era del capitalismo biotecnológico y financiero ecocida. Estamos corriendo contra reloj en ese desafío.

Prof. Mauricio Castaldo

María Grande, Entre Ríos

NOTAS:

La cita de JOSE LUIS BUSANICHE de esa carta esclarecedora de Artigas, en su “Historia Argentina”, BsAs, Solar/Hachette, 1965, p.352. El triple juego del Congreso de Tucumán en el mismo trabajo, p.379 y la reflexión sobre San Martín y los portugueses en la p.383. El repaso de FERMÍN CHÁVEZ, en su “Historia del País de los Argentinos”, BsAs, Arturo Peña Lillo Editor, p.1967, pp.133-147. La posición antiartiguista de Belgrano, el 6/7/1816 en “Los debates al interior del Congreso de Tucumán – Julio de 1816”, Página web de El Historiador, en https://www.elhistoriador.com.ar/los-debates-al-interior-del-congreso-de-tucuman-julio-de-1816/, la de San Martin en el trabajo del Prof. JUAN ANTONIO VILAR, “Revolución y lucha por la organización. Primera y segunda décadas de la revolución 1810-1829”, Paraná, Eduner, 2014, p.119. Sobre Belgrano, escribe Vilar: “tan injusto y equivocado estaba Belgrano, enceguecido contra los federales. Era un gran hombre, patriota, honesto y sacrificado, pero compartía con los porteños su ruin política. Estaba a su servicio” (p. 132 del mismo trabajo). El bello libro clásico de JUAN ZORRILLA DE SAN MARTÍN, “La Epopeya de Artigas”, Barcelona, Luis Gili, 1916. En esa obra del historiador oriental, las cartas de Artigas a los cabildos montevideano y correntino, pensando en vacunas, educación y estudio federalista, en la p.643. Versión en internet de este volumen centenario, por ejemplo en https://autores.uy/obra/3255. La imperdible producción “Autosustentables” del Canal Encuentro, en https://www.youtube.com/watch?v=k-NKljNPAB8. Sobre el pensamiento abismalmente racista, eurocentrado, que debemos superar, ver BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS, “Descolonizar el saber, reinventar el poder”, Montevideo, Trilce, 2010, en http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/Descolonizar%20el%20saber_final%20-%20C%C3%B3pia.pdf

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