Tejer una red artesanal para pesca requiere de una inusitada habilidad y durante mucho tiempo fue una tarea que generaba ingresos en las familias de pescadores de las costas entrerrianas, aunque este oficio, que se transmite de generación en generación, tiende a desaparecer ante el avance de la fabricación industrial y la merma de la pesca, afirmó a AIM el pescador César Galetto, quien sostuvo que “hace un tiempo se vendían entre 10 y 15 redes por año, pero ahora es imposible vivir de la actividad”. Además, consignó que cada malla “lleva entre 10 y quince días” de labor.
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