Convocatoria
Entre el 27 de junio de 1973 y el 1º de marzo de 1985 el país padeció una dictadura cívico-militar cuyo poder despótico cercenó las libertades democráticas.
Durante todo ese período los uruguayos asistimos en forma cotidiana a niveles de represión, violencia y negación de nuestras tradiciones democráticas y republicanas, nunca antes conocidos.
Con el recurso del terrorismo de estado y la imposición de la lógica del miedo y la delación se intentó acallar toda expresión opositora y democrática.
Pero, en forma paralela y de modo igualmente perseverante, se desarrolló, en diversas formas, la resistencia democrática y la defensa de las libertades y los derechos humanos.
La resistencia comprendió desde las reacciones espontáneas surgidas de la idiosincrasia nacional hasta las formas organizadas de lucha clandestina. Se desarrolló en el plano político, social, cultural, sindical y estudiantil. Se expresó en diversas formas de comunicación: pintadas callejeras, boletines artesanales, canciones prohibidas siempre cantadas, libros censurados que circulaban de mano en mano, y llegó a latir -más o menos explícita- en medios masivos impresos, radiales y televisivos.
La resistencia fue una expresión crudamente individual de la mujer o el hombre encapuchados soportando la vejación y el dolor físico, pero también determinación colectiva y torrente anónimo, en hitos como el plebiscito de noviembre de 1980. Estuvo presente en la intimidad de las familias, en los gestos de solidaridad de los vecinos, en los actos de la vida cotidiana: creó nuevos lenguajes verbales y gestuales, estimuló la ironía y la imaginación popular y hasta impuso una nueva forma de entonar el Himno Nacional.
Así como la dictadura uruguaya optó por la práctica sistemática y masiva de la violencia, la detención, tortura y condena a largos años de cárcel a sus enemigos, desde su inicio -con la Huelga General- la resistencia se desarrolló por caminos no violentos y de la acción política capaz de involucrar a las mayorías, como en el "río de libertad" de noviembre de 1983.
La ética, la estética y la política de la resistencia se impusieron a la ética, la estética y la política de la dictadura. Pero, significativamente, este período de la vida nacional no ha recibido la suficiente y necesaria atención.
La historia de la recuperación democrática no es una sucesión de silencios ni la crónica de la negociación entre los elencos dirigentes en la agonía dictatorial.
De hecho, una buena parte de esa singular gesta colectiva permanece confinada al recuerdo de los propios protagonistas, o al copioso pero demasiado disperso y semioculto material impreso, grabado o filmado. Los detalles y las anécdotas de las variadas formas de la resistencia, las circunstancias de la persecución, los nombres de los personeros de la dictadura, esperan ser revelados. Ni siquiera la identidad de las uruguayas y uruguayos asesinados por la dictadura son todavía suficientemente conocidos.
Es necesario un esfuerzo ciudadano de rescate de memoria y de difusión de ese período singular como una contribución a la mejor identidad nacional, a la construcción de la democracia, homenaje a todos los protagonistas de la lucha democrática y tributo a las nuevas generaciones.
Todos estamos convocados a participar de este esfuerzo colectivo, abierto y en construcción: Proyecto Memoria de la Resistencia. 27 de junio de 1973 - 1º de marzo de 1985.
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