Una de las grandes sorpresas que habían deparado los levantamientos populares en el mundo árabe es que habían dejado momentáneamente fuera de juego a todas las fuerzas islamistas y muy especialmente, claro, a la más sospechosa y extremista, Al-Qaeda, marca comercial de oscuro contenido largamente instrumentalizada para sostener dictadores, reprimir toda clase de disidencia y desviar la atención lejos de los verdaderos campos de batalla. Con indicaciones de amplio espectro, como la aspirina, Ben Laden reaparecía cada vez que hacía falta atizar la “guerra contra el terrorismo”; se le mantenía con vida para agitar su espantajo en encrucijadas electorales o para justificar leyes de excepción. Esta vez la situación era demasiado grave como para no usarlo por última vez, en una orgía mediática que eclipsa incluso la boda del príncipe Guillermo e introduce efectos muy inquietantes en el mundo.
Cuando parecía relegada al olvido, definitivamente arrinconada por los propios pueblos que debían apoyarla, reaparece Al-Qaeda. Un desconocido grupo, en nombre de esa patente, asesina a Arrigoni en Palestina; días después, en plena efervescencia de las protestas antimonárquicas en Marruecos, una bomba estalla en la plaza Yamaa Fna de Marrakesh; ahora reaparece Ben Laden, no vivo y amenazador, sino en toda la gloria de un martirio aplazado, estudiado, cuidadosamente escenificado, un poco inverosímil. “Se ha hecho justicia”, dice Obama, pero la justicia reclama tribunales y jueces, procedimientos sumariales, una sentencia independiente. Más sincero ha sido George Bush: “Es la venganza de los EEUU”, ha dicho.
Rechazan trabajadores hondureños el modelo
neoliberal - Prensa Latina - 2/5
LIBROS PARA EL CAMBIO SOCIAL
Poder, Poder Popular y Hegemonía
INTRODUCCIÓN
En este trabajo nos proponemos analizar la noción de Poder Popular, en relación con los conceptos de doble poder, hegemonía, Estado y autonomía. Nos valdremos para nuestro análisis del bagaje teórico y experiencia histórica de las clases oprimidas, las organizaciones que se identifican con ellas y los pensamientos de sus intelectuales orgánicos. Utilizamos principalmente la categoría
clases oprimidas y no pueblo, clase trabajadora o simplemente oprimidos porque nos permite delimitar mejor al sujeto de nuestro estudio. Las situaciones que en este texto serán definidas como de “poder popular” no son exclusivamente obreras, en muchos casos tampoco son predominantemente obreras ni abarcan sólo el campo de lo económico. Pese a ello la categoría clase nos permitirá precisar mejor la naturaleza de los grupos que aparecen como antagonistas al dominante y ver si expresan algún tipo de contrahegemonía y de qué tipo es.
Soja sí, indígenas no - D.Aranda - Leer
Caso Pérez Becerra, una reflexión desde la Argentina
Por Guillermo Cieza - Aporrea - Indymedia
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