Partes de la Guerra Social (PGS) nº 30
Viejas Épocas, de negocios compartidos
El miércoles 2/9/09, Marcelo Bonelli, en “A 2 SOBRES”, le preguntó al subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, “¿Dónde hay monopolios en los medios?”, “¿Dónde?”. Mientras le había servido una mesa envenenada con Gustavo Silvestre y dos dirigentes partidarios opositores. Cuatro contra uno. ¿Igualdad de cantidad de participantes defendiendo posiciones encontradas?, ¡Nah!, ¡pavadas!, ¡detalles insignificantes! Así entiende el periodismo democrático de Todo Noticias, o Todos Nosotros, la libertad de [em]presa. Perdón Bonelli y Silvestre, a nosotras y nosotros no nos incluyan, porque nunca le delegamos nuestra voz. O sea, que para nosotros, Todo Noticias, son Todos Ustedes.
Marcelo Bonelli, vos, ¿nos tomas por estúpidos? Acá va esta ayuda memoria, para que cuando vuelvas a preguntar sobre los monopolios mediáticos, cosas que vos bien conoces, tengas este gráfico a mano.
¿Clarín estas nervioso?¿Vila estas nervioso? Muchachos, esto es apenas el comienzo. Les va llegando la hora de pasar del pedestal a la picota. ¿Qué se creían, que iban a ser intocables para siempre?
Los medios y sus periodistas estrellas de la Nueva Clase, cómplices de la dictadura, lobbistas de los empresarios, oligopolios de la información, adalides del mal trato al personal en sus propias firmas, y propagandistas de los intereses del Capital amparados en la fachada del bien común y“Las políticas de Estado”[burgués]. Inventores de la inexistente independencia política de los medios y la objetividad informativa. Combatientes de la antagonía de clase Capital-Trabajo, para encubrirla tras el falso consenso entre la corporación política y los empresarios. Un pacto entre zorros y comadrejas para repartirse el corral de las ovejas domesticadas.
Sostenedores de la economía de guerra radical, propagandistas de las privatizaciones de los ’90, impulsores de la devaluación del peso en los 2000. Colaboradores con el golpe parlamentario contra De la Rúa, que le abrió las compuertas a la devaluación pactada con la Confederación General del Trabajo, la Unión Industrial Argentina, los peronistas y los radicales, Duhalde y Alfonsín. Todos ellos les salvaron sus empresas de la quiebra, licuando, por 3, el valor del peso. Pulverizando a su favor, como en beneficio de todo el bloque patronal, los ingresos fijos de los asalariados y jubilados.
Clarín, estigmatizadores de los piqueteros, perseguidores de las comisiones obreras antiburocráticas, descalificadores del cerebro colectivo que se despliega en Internet, propaladores paranoicos de la inseguridad, abogados del Capital-Parlamentarismo, ignorantes de la sabia abstención electoral de la Multitud contra los elencos estables de la política, enemigos del asambleísmo constituyente y la acción directa anticapitalista, y encubridores de la pobreza mientras hacían pingües negocios con el matrimonio “K”.
Clarín, para vos, te regalamos este título de tapa. Digno de Julio -¿Azúcar o Sacarina?- Blanck:
"La crisis de Clarín causó 2 nuevas muertes: la de la Multicracia oligopólica y la de la Nueva Clase periodística”.
Tesis 45.- La constitución del Partido Unico del Capital. Las instituciones políticas del Capital son formas constituidas del poder social del mercado y funcionan de manera abstracta, más allá de la concreta voluntad de cada ser humano. No es un problema de buenas o malas personas, sino de que el PUC es una de las instituciones garantes del genocidio en democracia. La NC está compuesta por, y se sirve de, entre otros y otras: Periodistas: Especialistas de la información que, bajo los canales de difusión de la moribunda modernidad, fungen de privilegiados mediadores de las noticias y la línea editorial del Capital-Periodismo. Al ser los sumos sacerdotes de los medios, que disponen del secreto de la información como poder, y de ser los elegidos por las empresas periodísticas para expresarlos, crean sentido común, forman opinión, y en el camino se dan un baño de vanagloria al poder firmar con su nombre. Con las nuevas tecnologías de la información queda derrocada su autoridad y se baten en retirada. Especie en extinción. Los periodistas de los Grupos Multimediáticos son simuladores de la realidad, censores por ocultamiento, estigmatizadores de las luchas sociales y tenaces enemigos del comunismo. Los diarios en papel están quebrados, caen sus ventas, porque cada vez se los lee menos, porque cada vez se les cree menos y, por lo tanto, han perdido su carácter de masivo dispositivo preformativo y propagador del orden social patronal. Sus sepultureros provendrá de la contrainformación autónoma, que los medios quieren falsificar como periodismo ciudadano; la construcción común del saber; la gratuidad de las plataformas de transmisión de contenidos multimedíaticos en manos de los insumisos; el periodismo independiente del Estado-Capital; la Web3.0; las enciclopedias de construcción colectiva; los media de los combatientes; la comunicación elaborada por los propios movimientos sociales, grupos y colectivos, y de cada singularidad de la multitud, que antagoniza contra el Capital-Periodismo como totalizador de la agenda política. Sea de la mass media o la contrainformación vendida, los multimedia son el nuevo ejército de ocupación de las conciencias. Los media, o mass media, la multimedia, o Medios Masivos de Información y Entretenimiento (MMIE): radio y televisión, prensa en papel y digital, cine y video, fotografía e internet, actúan como los dadores de sentido para tolerar la injusticia hecha ley. Dando significado al deseo de creer en las mejoras del sistema mercantil, frente a la cotidianeidad que lo desmiente, y la superabilidad infinita de las crisis capitalistas, para que la multitud no afronte la necesidad de tener que cambiarlo todo para poder vivir. Un universo simbólico justificante, que se contradice antagónicamente con la realidad. Una empatía con lo peor del sentido común de la multitud que, ante la angustiante fractura del imaginario dominante, prefiere la repetición conservadora, como destino displacentero insuperable, que desplegar el deseo placentero de la revolución. Optando, la multitud, por un sentimiento compulsivo que reprime el deseo de dar muerte al trabajo y adhiriendo a la preferencia de morir trabajando. Manteniendo al trabajo como pulsión de muerte, en lugar de abrazarse eróticamente al deseo de liberarse del trabajo. Los MMIE proceden como moduladores de representaciones consumistas, hacen de la ciudadanía una clientela y actores de los políticos, empresas de los partidos y gerentes a los gobernantes. Oficiando como los clérigos del mercado, con rotativas y publicidad, fibra óptica y satélites.
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