La alegría en la casa del SPD se debe más a que el plan A de la CDU, su alianza con el FDP, está en peligro que a una verdadera subida de sus fuerzas. |
Las elecciones regionales en Sarre, Turingia y Sajonia han dejado en evidencia, a menos de un mes de las elecciones generales, que la CDU de Angela Merkel tiene difícil conseguir la mayoría absoluta, mientras que la izquierdista Die Linke experimenta un crecimiento sostenido.
El domingo se acabó en Alemania el aburrimiento que hasta ahora ha dominado la campaña electoral en los comicios generales el 27 de setiembre. Aunque la reelección de la canciller Angela Merkel, a la sazón presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), no corre peligro, sus estrategas sí tienen que pensar en un plan B porque es muy probable que podrán faltar los votos necesarios para el deseado bipartito con el Partido Liberal Democrático de Alemania, el FDP. En su sede, la casa Konrad-Adenauer de Berlín, la CDU tiene que tener en cuenta que el tripartito será la forma de gobernar tanto a nivel federal como también en los estados federales. Ésta es la principal conclusión que hay que sacar de los comicios del domingo.
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