lunes, 3 de septiembre de 2012

"En Andalucía está creciendo una izquierda que apuesta por la lucha fuera de las instituciones"

La Haine entrevista a Manuel Navarrete, sindicalista del SAT y militante de Red Roja, quien valora las últimas acciones del SAT y la actualidad de la lucha social andaluza.
Los medios de comunicación llevan ya varias semanas hablando de las acciones que viene realizando este verano el Sindicato Andaluz de Trabajadores, entre ellas la ocupación de sedes bancarias, fincas burguesas o locales de grandes empresas. La que más impacto mediático ha tenido hasta ahora fue la expropiación de carros de comida a principios de agosto en supermercados de Mercadona en Écija (Sevilla) y de Carrefour en Arcos de la Frontera (Cádiz). Esto no sólo ha generado un debate sobre la necesidad de hablar de la cruda realidad que viven miles de familias cada día más empobrecidas en el Estado español y en especial en Andalucía. Además ha sacado a la luz la lucha de un sindicato combativo como es el SAT, el cual se abre paso al margen de los sindicatos mayoritarios y asume su rol en estos tiempos de recortes neoliberales.
Para hablar de la trascendencia política de las acciones del SAT así como para ir más allá y conocer la actualidad de la lucha social en Andalucía, La Haine ha entrevistado a Manuel Navarrete (a la derecha en la foto), sindicalista del SAT desde hace varios años y militante de Red Roja.
La Haine.- ¿Cómo valoras la respuesta social que se está dando en Andalucía a los medidas antipopulares del gobierno? Dado que la mayoría de la información estatal sobre las movilizaciones proviene de Madrid y Barcelona, ¿qué otras expresiones de lucha social se están dando en Andalucía?
Manuel Navarrete.- Bueno, desde Andalucía lo primero es recordar que nosotros estamos sufriendo los recortes de la Junta de Andalucía, gobernada por la coalición de PSOE e Izquierda Unida, que es la que tiene las competencias en sanidad y educación y la que podría, por ejemplo, incrementar los impuestos sobre el patrimonio para no recortar, pero no lo hace. Esto ha hecho que crezca una izquierda que no cree en ninguna de estas expresiones electorales y apuesta por la lucha desde fuera de las instituciones. Hace ya tiempo que viene creciendo la ocupación, pero no por parte de idealistas, punkis o desocupados, sino por parte de familias normales necesitadas que realmente le están perdiendo el respeto a la propiedad privada capitalista. Se ocupan edificios, como la Corrala de Vecinas “La utopía” en Sevilla, o tierras, como la finca de Somonte. El reto de la izquierda es olvidar sus disputas estériles y sus líderes de hace un siglo, dejar de teorizar y pringarse las manos en este tipo de experiencias con el fin de generalizarlas y construir poder popular desde abajo.
LH.- Ha tenido bastante repercusión mediática la acción del SAT de expropiación de comida en Mercado y Carrefour, si bien los medios de comunicación por lo general han puesto el grito en el cielo. ¿Cuál es el significado político de esta acción? Con relación a esta acción simbólica así como a la marcha obrera, ¿se han producido simpatías a nivel social y de movimientos sociales? ¿Cómo se han expresado?
MN.- Por regla general, si los medios de manipulación de la burguesía hablan mal de una acción, es señal de que la acción fue buena. La acción, para mí, tenía un sentido simbólico. Era una advertencia a los poderosos: “esto es lo que puede suceder si prosiguen vuestros abusos”. Y era un modo de agudizar las contradicciones, calentar más la olla a presión y provocar que la gente hable de lo que tiene que hablar. Algo similar a la convocatoria frente al Congreso del 25 de septiembre. Con respecto a la simpatía, deciros que ha sido sencillamente unánime. Todos los movimientos sociales nos han apoyado. Pero, lo que es más importante, la gente de a pie lo ve con simpatía. No así el líder nacional de Izquierda Unida y Vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, que dijo que apoyaba el fondo pero no la forma. Esa es la mayor estupidez que se puede decir en la vida, ya que lo característico de esta acción ha sido la forma. El fondo podría ser el mismo de cualquier manifestación que se haga, pero con este tipo de acciones se empieza a superar el mito de la mani pacífica, que desde luego ya no nos sirve...


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