“...El colectivo de la
línea 295 que atropellara a Gatica a la salida de la cancha de
Independiente lo manejaba un tal Cirigliano, y era propiedad de esa
misma familia. Sus herederos pasaron de aquel modesto colectivo a ser
dueños de un inmensurable poder económico. Una de sus empresas,
Trenes de Buenos Aires (TBA), sería años después protagonista
indudable de otro gigantesco dolor colectivo: la muerte de más de
cincuenta personas y centenares de heridos, en la terminal
ferroviaria de Plaza Once, el 22 de Febrero de 2012. Trágico
entrelazamiento, medio siglo después, de dolores multitudinariamente
compartidos...”
ROBERTO PERDÍA
“Montoneros. El
peronismo combatiente en primera persona”
BsAs, Planeta, 2013
Pags. 59-60
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