lunes, 16 de septiembre de 2013

La economía argentina y el presupuesto para el 2014

¿Qué propone y que oculta? Los debates que necesitamos




El poder ejecutivo presentó al Parlamento el pasado jueves 12/9 el proyecto presupuestario para el 2014, incluyendo el pronóstico del cierre del 2013. El crecimiento previsto del PBI para este año es del 5,1% y para el próximo un 6,2%, con la hipótesis de mejoras en la economía de EEUU y Brasil, dos importantes socios comerciales del país. La inflación se supone en 10,3 para el 2013 y del 10,4 para el 2014, y el dólar se establece a un promedio de 6,33 pesos por dólar. Es verdad que cuesta creer en las cifras de evolución de precios para este año y el próximo, aunque en los próximos días puede presentarse una nueva metodología de medición de precios por el INDEC, según compromiso asumido por el gobierno con el FMI.
A priori señalemos que el presupuesto presentado al Congreso pone de manifiesto la continuidad de la política económica y de los instrumentos en curso, sea escamotear la verdadera inflación de precios con impacto en la ponderación de la medición de la propia actividad económica, como eludir los problemas que presenta el modelo productivo y la inserción internacional subordinada. En este último sentido destaca la hipoteca de la deuda pública, la gigantesca importación de combustibles y la sostenida fuga de capitales. Son datos que no favorecen el mentado objetivo de la inclusión social y la distribución del ingreso, mucho menos de la riqueza socialmente generada.

Superávit fiscal para seguir pagando deuda

El superávit fiscal primario establecido en el Presupuesto, es decir, antes de pagos por la deuda, alcanza a 83.889,3 millones de pesos, equivalentes a 14.614,8 millones de dólares (tipo de cambio= 5,74). Al mismo tiempo, el proyecto de presupuesto incluye 80.310 millones de pesos para hacer frente a compromisos de pago de intereses de la deuda pública, unos 13.991 millones de dólares al tipo de cambio actual. En definitiva, el ahorro previsto tiene destino en la cancelación de la deuda, un tema que estuvo en la entrevista de la Presidenta que difundió la TV pública el sábado 14/9.
Lo curioso es que CFK, a dos días de presentado el proyecto presupuestario, al historiar el endeudamiento del Estado Nacional, explica el fraude de la deuda, resaltando que la banca no pretende la cancelación de la deuda, sino la renovación, lo que explica que pese a pagos por más de 173.000 millones de dólares en una década, el país registre una deuda superior a los 209.000 millones de dólares. El argumento presidencial remite a que por más que se cancele deuda, el mecanismo es la refinanciación y la hipoteca estructural. Argentina es “pagador serial” de una deuda imposible de cancelar. Encima de ello, en el Parlamento, con voto mayoritario del oficialismo y la oposición sistémica, con muy pocos votos por la negativa, se reabrió el canje de deuda en forma “indefinida”. Un pronóstico nada halagüeño en el futuro del endeudamiento y compromisos públicos que postergarán una vez más demandas sociales de empleo, salud, educación, seguridad o promoción de un modelo productivo y de desarrollo alternativo.
Por eso, más allá de confiar en las discutibles y poco creíbles cifras presupuestarias, todo el superávit fiscal primario tiene destino en los acreedores de la deuda pública, por unos montos que superan y en forma a las previsiones de gasto para educación, cultura o salud, entre otros...

Rebelión - 16/9 - Leer Completo




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