domingo, 22 de junio de 2014

Aquella democracia primitiva y regional

... Encarnación Benítez, le advierte que si a ellos, que habían puesto en riesgo su vida en la guerra, no les daban las tierras prometidas, se venía una revolución peor que la primera. Por lo que no hay tal manipulación, sino intereses que se cruzan, y hay alianzas. —¿Y ese Artigas, no fue demasiado inflexible a la hora de articular? Es decir, ¿puede pensarse que la derrota del artiguismo está vinculada a su opción intransigente por los sectores populares y las regiones, más allá de lo que consideramos Uruguay hoy?
—El radicalismo lo terminó aislando de ciertas alianzas con grupos de poder, pero esa radicalidad también explica que sobreviviera. Se le abrieron muchos frentes de guerra. Pero hasta la década del 20 quienes lo siguen son los que integran este ejército de campesinos, gauchos, amerindios.
El proyecto no es uruguayo en lo más mínimo, es, si se quiere, “litoraleño”...


Con Inés Cuadro Cawen


Todos sabemos que dijo aquello de “mi autoridad emana de vosotros”. ¿Pero la democracia artiguista significaba lo mismo que entendemos nosotros por tal? Desde la perspectiva de la historia conceptual, la historiadora Inés Cuadro despeja unas cuantas confusiones usuales.

—¿Qué novedades aporta la historia conceptual a la visión del Artigas “prócer de la democracia uruguaya”? ¿Lo consolida o ayuda a cuestionarlo?
—Sirve para problematizar, porque lo que la voz “democracia” evoca ha tenido cambios importantes entre el momento en que se construye al Artigas prócer y lo que significaba cuando Artigas vivió.
Lo más interesante, quizás, es que el artiguismo fue asociado con la democracia por sus contemporáneos desde una mirada negativa. 
Actualmente se da por sobreentendido que la democracia es la forma política más deseada, pero en tiempos de revolución aparece ligada a su significado más primario: la igualdad y la participación popular. En el Río de la Plata se la vinculó con la noción de democracia jacobina, que tenía sentido negativo para las elites, porque se asociaba al momento radical cuando los sectores populares se hacen del poder e imponen la igualdad por la fuerza. 
De todas formas, la voz “democracia” es muy poco usada por los documentos artiguistas. Sí lo hacen sus enemigos, con una significación peyorativa. Pues planteaba la igualdad de todos los pueblos, en función de la tradición hispana, y no respetaba las jerarquías coloniales. “Pueblo” incluía a un pago, a una villa, y a los pueblos de indios. Los sectores que habían quedado más al margen del sistema participaron dentro del movimiento artiguista, que se convirtió en portavoz de la plebe o el “bajo pueblo” de la época. Por otra parte, esta igualdad entre todos los pueblos refería a un proyecto de construcción estatal específico: el federalismo. 
—No con la democracia representativa.
—Para nada. En la década de 1810 la diferencia entre democracia y república empieza a marcarse por el lado de la representatividad, y la democracia se vincula a la participación directa. Cuando se construye la “leyenda negra”, autores como Sarmiento aluden a la “democracia bárbara”, porque la revolución habilitó una forma política nueva, con líderes vinculados al medio rural que querían imponer por medio de la fuerza una igualdad de los sectores más bajos. Una forma política desorganizada, incapaz de progreso, según ellos.
A fines del siglo xix los intelectuales y legisladores que quieren rescatar la figura de Artigas, como Carlos María Ramírez, lo que hacen es darle una visión positiva a esa vinculación con los sectores populares. 
Hay que tener presente que a fines del xix se está intentando disciplinar a esos sectores para que asuman la democracia representativa como forma política alternativa a la guerra civil. Pero ya no es la misma democracia, se genera una ingeniería electoral y la construcción de ciudadanía.
—¿De alguna forma las guerras civiles entonces eran democráticas en un sentido “artiguista primitivo”?
—Sí, cada revolución se presentaba como la legítima representación de lo popular. El tema es cuáles eran los mecanismos de participación reales que tenían los sectores populares...



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