Esta capacidad de las asambleas ad hoc para legislar y ejecutar leyes, está condicionada a que previamente a la votación de una medida que se pretende elevar a la condición de Propuesta, esta contase con un informe jurídico que se encargaría de avalar que su aplicación efectiva fuese viable
La democracia directa requiere de organizaciones ciudadanas que la sustenten, y la premisa básica de esta democracia directa está fundamentada en el empoderamiento de los ciudadanos que se sustancia en las dinámicas asamblearias implementadas en el nivel local.
El espacio limitado por el barrio, el distrito, o el municipio, es entonces en el que se implementan las dinámicas asamblearias de participación abierta a toda la ciudadanía, hecho que implica que el ámbito local debe quedar exento de contar con dirección política permanente constituida por representantes en los que los ciudadanos han delegado su capacidad de empoderamiento.
Una dinámica de democracia directa y participativa debe conllevar el abandono del principio de delegación de la voluntad ciudadana como norma, pero no como complemento, de tal modo que la organización política se articula en dos niveles claramente diferenciados:
- 1.- El primer nivel es el local, e implica al barrio, al distrito, la aldea, al pueblo, la comuna, la tribu local, o la ciudad, y es en el cual la dirección política responsable de la toma de decisiones es asamblearia, es decir, parte de las dinámicas de participación ciudadana directa en las asambleas ad hoc.
- 2.- El segundo nivel es el supralocal, e implica la región, la nación, el Estado, la tribu-nación, o las organizaciones internacionales, donde la dirección política se delegada en representantes de la ciudadanía.
Al residir la dirección política de nivel local en la dinámica de las asambleas ad hoc es móvil y sin estructura fija, lo que implica que esta aparece y desaparece según lo requieran las circunstancias del momento. Es de resaltar que al implementar la dirección política de nivel local en la exclusiva dinámica de las asambleas ad hoc estamos sustanciando de manera real y efectiva un fundamente viable para la democracia directa.
El concepto de dirección política vigente en el viejo régimen desaparece en el nuevo paradigma político propuesto, pues ahora es el empoderamiento ciudadano que se expresa en la dinámica de las asambleas ad hoc que tienen lugar en el nivel local el que marca las pautas de las directrices políticas.
En el nivel supralocal se implementan órganos gestores constituidos por representantes de delegación ciudadana. El Órgano Gestor es una estructura funcional sin capacidad para tomar decisiones que no cuenten con el aval de las asambleas ad hoc.
Se establece así una simbiosis entre asambleas ad hoc y órganos gestores que no es superponible, pues las asambleas ciudadanas abiertas no se implementan en el nivel supralocal, ni los órganos gestores lo hacen en el local.
Esta estructura organizativa no implica que la relación entre el nivel local donde se articulan las asambleas ad hoc y el supralocal donde lo hacen los órganos gestores sea plebiscitarias, o sea, no hay una automaticidad que implique la obligación de parte de un Órgano Gestor de someter todas y cada una de sus decisiones a votación en las dinámicas asamblearias.
Derecho de Revocación de las asambleas ad hoc sobre el Órgano Gestor
Al establecerse por un lado un ámbito estrictamente local para el desarrollo de las dinámicas democráticas asamblearias que constituyen la base real del empoderamiento ciudadano, y por otro un ámbito exclusivamente supralocal para la dinámica de los órganos gestores, se entiende que los órganos gestores carezcan de capacidad legal para implementar decisiones si estas tienen en contra a las asambleas ad hoc...
El 15 de junio se cumplen 79 años de haber sido fundado el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP), por convocatoria del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
Squatwiki, una nueva herramienta para el movimiento okupa
Un grupo de okupas desde media Europa estábamos pensando que ya era hora de tener una pagina wiki dedicada a la ocupación. ¡Y lo hemos hecho! Se llama squatwiki.info y acaba de salir a la luz. La idea es construir la página entre todos los activistas interesados, y por eso hacemos un llamado a la participación. ¡Que corra la voz!
Las fuentes de donde emerge el trazo sencillo de Marcelino
El poeta Juan Manuel Alfaro produjo una minuciosa indagación en la vida y obra de quien supo ser un amigo entrañable suyo, más nombrado que conocido: el escritor Marcelino Román
“Es imposible repasarlo a Marcelino sin que uno reflexione sobre cómo es que está haciendo poesía”, sostuvo Alfaro.
Ya sería una nota destacada que un niño pobre, peón de campo en una pequeña villa (Antelo), en la vasta profundidad del paisaje entrerriano, hubiera llegado a ser periodista reconocido, secretario de redacción del principal diario de la provincia y escritor. Pero Marcelino Román, además de cultivado autodidacta y lector infatigable, construyó una obra de relieve, que trasciende la literatura comarcana y la proyecta, más allá de que por cierto es poco conocida incluso entre los que habitan estas tierras.
Esa paradoja, la del ilustre desconocido, empujó al poeta, narrador y docente Juan Manuel Alfaro, a estudiar y analizar la producción de Román como quien busca descifrar las claves de un legado que, en alguna medida, queda traslúcido en expresiones del tipo. “un poeta no es un malabarista que juega con las palabras, sino un hombre que se juega en las palabras”. Alfaro disfrutó de la vasta riqueza de Marcelino Román: su comprometido sentido de la amistad, el don de gente, la condición de exhaustivo observador del pueblo y de la naturaleza y su biblioteca. Ahora, para conformar un voluminoso libro, próximo a publicarse, le agregó a aquellos recuerdos el resultado de su experiencia de refinado lector. “Aún para los que quisieran contactarse con su literatura se toparán con una dificultad: sus libros no son fácilmente hallados”, dirá Alfaro, con pena.
No es la primera recuperación con la que Alfaro se involucra. Compiló y prologó la “Obra poética” de Carlos Alberto Álvarez y “El gozo y la elegía”, sobre la poesía de Héctor Jorge Deut. Además, es autor de “El Zurdo, la vida y el canto paranasero de Miguel Martínez”. “Muchos proyectos me generan satisfacción, pero este me llenó de felicidad”, explicará, y a su gesto lo envolverá en haz de amable ternura.
–¿Cómo se le ocurrió investigar sobre Marcelino Román?
–Ante todo porque es una deuda de gratitud que tengo con él. Fue el primero en publicar algo mío fuera de Nogoyá.
–Usted vivía allá…
–Sí, yo era un pibe de 17 o 18 años cuando él dirigía Letras, Autores, Ideas, la página literaria de El Diario, y tuvo a bien darle cabida a un poema mío. Más tarde vine a vivir a Paraná, nos frecuentamos, forjamos una intensa amistad.
De manera que indagar en sus papeles fue un reconocimiento a lo que fue como persona y como autor. En Marcelino no había diferencias entre lo que pensaba y lo que hacía. Además, su nombre es familiar para gran parte de los entrerrianos; y, sin embargo, son muy pocos los que han leído al menos algo suyo.
–¿Y en qué consiste?
–Consta de una primera parte, donde se presenta a Marcelino: es un corpus de artículos periodísticos que fui juntando durante los años. A posteriori, aparecen comentarios míos a partir de la lectura de sus libros, tanto de los poemas como de los materiales de investigación y crítica. La perspectiva que desarrollo no es la del crítico literario, sino la del poeta: desde ahí comento y me apoyo en fragmentos y poemas, para dar cuenta de que claramente Marcelino subordina la obra a un programa de trabajo: no escribe para regodeo propio ni para el aplauso. No en vano Marcelino planteaba que el pueblo debía circular por la poesía y la poesía debía circular por el pueblo, lo que lo llevaba a cantar opinando, como decía José Hernández, por y para todos.
DISTINCIAS
–El riesgo, actual, es confundir lo popular con lo facilongo o superficial…
–Marcelino fue un autodidacta, surgido de una familia muy pobre; desde chiquito fue peoncito de estancia, no debe tener más que un par de años escolarizado, pero resplandecía de una formación intensa. Consideraba que el aprendizaje debía ser permanente, clave para poder dar lo mejor. En eso encuentro conexiones con Yupanqui cuando decía que al pueblo siempre hay que darle lo que se merece. Y, luego de una pausa, completaba: o sea lo mejor. ..
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