lunes, 30 de noviembre de 2009

Un servicio educativo con déficit y mucha demanda

Estas cinco mujeres que están sentadas alrededor de una mesa en una sala asfixiante un acalorado viernes de noviembre son maestras, pero no: estas maestras no se ponen al frente del aula, no escriben en el pizarrón, no hacen formar fila a sus alumnos ni les piden que icen la bandera. Nada así.
Un día tienen dos alumnos, otro día, tres, algún día, hasta cuatro, aunque ningún aula: llevan la clase a domicilio.
Son maestras que tienen a cargo no más de cinco alumnos, de jardín de infantes hasta séptimo grado pero que no tienen aula. Dan clase a domicilio, cuando un chico debe faltar a clase por más de 15 días con prescripción médica, o porque están internados en una sala de hospital, por ejemplo en el área de Oncología del Hospital San Roque de Paraná. Estas maestras se suben a un auto, abordan un colectivo, y allá van con sus libros y carpetas a cuestas.

El Diario-30/11-Leer

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