Joaquim Barbosa, clave en el juicio del "mensalão", asumió ayer el cargo; su increíble historia de superación lo convirtió en un modelo social
RÍO DE JANEIRO.- Es una señal más de la gran transformación que lleva adelante Brasil. Joaquim Barbosa, juez instructor del reciente juicio del caso del "mensalão", se convirtió ayer en el primer negro en asumir como presidente del Supremo Tribunal Federal en una histórica ceremonia en Brasilia.
Hijo de un obrero de la construcción y de una empleada doméstica, Barbosa, de 58 años, había sido designado miembro de la Corte en 2003 por el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Eso no impidió que actuara con total independencia y severidad al condenar a la ex cúpula del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) por el pago de sobornos a legisladores opositores entre 2003 y 2005, en el caso del "mensalão".
Su historia de superación personal y su protagonismo en el llamado "juicio del siglo" lo convirtieron en los últimos meses en una suerte de ídolo justiciero de la sociedad.
Por ir siempre vestido con su toga negra, los humoristas lo comparan con Batman, inspiró una canción de samba, su rostro ya está en máscaras para el próximo Carnaval, y en las redes sociales ya hay campañas que anuncian una improbable candidatura presidencial para 2014.
Por todo ello, la ceremonia de asunción como presidente del Supremo Tribunal Federal fue seguida con lágrimas por muchos habitantes de este país, donde el 51% de la población es de color. Sentado al lado de la presidenta Dilma Rousseff y frente a su anciana madre, Benedita Gomes, Barbosa abogó por un Brasil más igualitario y justo.
DISCURSO
"Hay un gran déficit de justicia entre nosotros. No todos los brasileños son tratados con igual consideración cuando buscan el servicio público de la justicia -afirmó Barbosa-. La noción de justicia es inseparable de la noción de igualdad. Cuando se asocian justicia e igualdad, emerge el ciudadano."
"Es necesario reforzar la independencia del juez, alejarlo desde temprano de cualquier influencia", resaltó Barbosa en su discurso, transmitido en vivo a todo el país.
Nacido en 1954 en el pueblo de Paracatu, en el estado de Minas Gerais, Barbosa es el primogénito de ocho hermanos que ayudaban a su padre a fabricar ladrillos y entregaban leña para ganarse unas monedas.
En los años 70, se mudó solo a Brasilia para estudiar, y se mantuvo trabajando como limpiador en los tribunales y también en la imprenta del Senado. Ya graduado en derecho de la Universidad de Brasilia, comenzó su carrera en el Ministerio Público Federal y luego fue fiscal en Río de Janeiro.
Estudió varios idiomas -además de portugués, habla español, inglés, francés y alemán-, realizó un doctorado en la Sorbona, enseñó en las universidades de Columbia y California, y hoy, pese a sus crónicos problemas de cadera y espalda, sigue tocando el piano y el violín en sus ratos libres.
"Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España, es y debe ser totalmente disuelta."
"Art. 2 - No admitirá otro sistema que el de Confederación para el pacto recíproco con las provincias que formen nuestro Estado."
"Art. 3 - Promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable."
"Art. 4 - Como el objeto y fin del Gobierno debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y de los Pueblos, cada Provincia formará su gobierno bajo esas bases, a más del Gobierno Supremo de la Nación."
"Art. 5 - Así este como aquel se dividirán en poder legislativo, ejecutivo y judicial."
"Art. 6 - Estos tres resortes jamás podrán estar unidos entre sí y serán independientes en sus facultades."...
La pureza de mi conducta debe ser la norma de los demás subalternos. De lo contrario ellos serán responsables de sus defectos y yo no podré mirar con indiferencia su castigo. Al tenor de las cabezas se mueven los miembros del cuerpo político y según sus virtudes son la trascendencia a la sociedad.
No hay que invertir el orden de la justicia. Mirar por los infelices y no desampararlos sin más delito que su miseria. Es preciso borrar esos excesos del despotismo. Todo hombre es igual en presencia de la ley. Sus virtudes o delitos los hacen amigables u odiosos. Olvidemos esta maldita costumbre, que los engrandecimientos nacen de la cuna; córtese toda relación, si ella es perjudicial a los intereses comunes. La Patria exige estos y mayores sacrificios y ya no es tiempo de condescendencias perjudiciales.
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