En horas de la madrugada del domingo 13, el Juez Calcagno, a cargo de la causa por los saqueos de diciembre pasado, ordenó otra serie de allanamientos y detenciones en los barrios pobres de Bariloche, cumpliendo así con las órdenes del gobierno de Cristina Fernández de perseguir y encarcelar a los referentes de esos sectores.
En uno de esos allanamientos fue detenido en su domicilio Miguel “Mohicano” Mansilla, de la Cooperativa 1 de Mayo, en conjunto con su esposa y un menor. Se lo acusa de haber ingresado al supermercado Chango Mas en el momento del saqueo, cuando, en realidad, está filmado dando una entrevista a los medios periodísticos en las afueras del supermercado, permaneciendo ajeno, en todo momento, a esos hechos. Por otra parte, también en horas de la madrugada pero en el Centro Cívico, donde la Cooperativa estaba realizado un acampe en protesta por las persecuciones, se desató una cacería para apresar a José Paredes, vocero de la organización, quien estaba acampando en el lugar.
La resistencia de los demás compañeros terminó en choques con la policía que se prologaron durante varias horas en varios sectores del centro barilochense, con vidrios y autos dañados y precarias barricadas ardiendo frente a la comisaría local. En los hechos fueron golpeadas y detenidas otras tres compañeras (Haydee Grande, Catalina Lineros y Giselle Poblete) acusadas de resistencia a la autoridad y daños. No es una casualidad que la represión kirchnerista pegue un salto en medio de la enorme crisis política de la provincia y la Ciudad, en la que el oficialismo se tira la pelota ardiendo de la responsabilidad sobre el estallido social mientras preparan un golpe institucional para destituir al intendente de Bariloche.
En un escrache realizado este viernes ante la Casa de Rio Negro en Buenos Aires por las ASAMBLEAS DEL PUEBLO y CONVERGENCIA SOCIALISTA denunciamos lo que estaba preparando el gobierno de CFK y su sirviente, Sergio Berni, a cargo del operativo represivo. Lo que acaba de suceder confirma lo que denunciamos: quieren silenciar el grito de los desesperados, quieren escarmentar a los oprimidos, quieren que se mueran de hambre en el Alto y en los barrios pobres pero que no molesten los negocios de la burguesía y las clases medias en la temporada turística.
Artigas siempre vuelve:
Crece el rechazo al fracking en la región
Continúan las reuniones en el marco de la lucha contra el fracking en la región, un método altamente contaminante para obtener hidrocarburos no convencionales. En Colón, se encontraron vecinos de esa ciudad, de Concepción del Uruguay, Paysandú, Concordia y San José. Advierten sobre la “inminente amenaza” y convocan a la movilización social “en defensa del derecho humano básico de convivir en un ambiente de sano”, se informó a AIM.
A partir de la convocatoria realizada por la Asamblea Popular Ambiental Colón-Ruta 135, en el marco del proceso de organización colectiva de lucha contra la aplicación del fracking en la región, un método experimental para obtención de hidrocarburos no convencionales altamente contaminante y con graves antecedentes de inducir terremotos, se realizó una reunión el sábado pasado en la Escuela de Educación Técnica 2 de Colón.
Al encuentro pudieron darse cita representantes del Grupo Paysandú Nuestro, la Asamblea contra el Fracking de Concordia, Asamblea Ambiental Ciudadana de Río Gallegos, Asamblea Popular Ambiental Colón-Ruta 135, Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay y Asamblea Ciudadana Ambiental de Colón, además de vecinos de Concordia y de San José.
icea
Una propuesta de acción y de investigación para el movimiento libertario en estos convulsos inicios del siglo XXI ha de incorporar necesariamente un diagnóstico breve de la situación. Un diagnóstico que se resume en una sola palabra: crisis. |
Crisis de un sistema de dominación y de un modo de producir sustentado sobre la explotación y la violencia. Crisis, también, de los paradigmas clásicos que se le enfrentaban, que lo empujaban a limitarse y le hacían vascular entre la represión y la reforma.
No olvidemos ese segundo aspecto de la crisis. Los movimientos sociales (y más, los de ámbito global) han mostrado en las últimas décadas las huellas de una gran derrota, la de la primera oleada revolucionaria, que se extendió desde 1871 hasta 1989. Las cicatrices dejadas por esa batalla pueden observarse hasta el día de hoy. Y, es más, los subproductos tóxicos generados por el intento de metabolizar la resistencia por parte del sistema, al verse victorioso, casi forman parte del ADN de aquello que ha sobrevivido y que, ahora sí, encara la más que probable emergencia de un nuevo ciclo de luchas, francamente esperanzador.
El movimiento libertario no es una excepción. Estos años de derrota y marginalidad le han cargado con múltiples lastres y han incorporado a su figura numerosos rasgos oscuros que debemos despejar si queremos se constituya en una herramienta sólida y útil en las manos de quienes quieren derrocar el actual estado de las cosas.
Por eso, y al hilo de ciertos debates actuales, voy a intentar desatar algunos nudos que las dinámicas presentes tratan de apretar sobre nuestras prácticas y propuestas. Aquí van algunas tesis para su discusión pública y fraterna, en la búsqueda de una recomposición de la insurgencia libertaria que empieza ya a anunciarse un poco por todas partes:
Primera tesis:- El nuestro es un movimiento social. El movimiento libertario es un movimiento que trata de transformar la realidad. Así de simple. Cambiar el mundo es modificar los usos y las estructuras de conjunto que sustentan la forma de vida dominante, es decir, el capitalismo.
Eso quiere decir que la nuestra no es una búsqueda espiritual más (una suerte de nuevo cristianismo a la caza y captura de ayunos y penitencias) sino una tentativa revolucionaria.
Rebelión - 15/1 - Leer
No olvidemos ese segundo aspecto de la crisis. Los movimientos sociales (y más, los de ámbito global) han mostrado en las últimas décadas las huellas de una gran derrota, la de la primera oleada revolucionaria, que se extendió desde 1871 hasta 1989. Las cicatrices dejadas por esa batalla pueden observarse hasta el día de hoy. Y, es más, los subproductos tóxicos generados por el intento de metabolizar la resistencia por parte del sistema, al verse victorioso, casi forman parte del ADN de aquello que ha sobrevivido y que, ahora sí, encara la más que probable emergencia de un nuevo ciclo de luchas, francamente esperanzador.
El movimiento libertario no es una excepción. Estos años de derrota y marginalidad le han cargado con múltiples lastres y han incorporado a su figura numerosos rasgos oscuros que debemos despejar si queremos se constituya en una herramienta sólida y útil en las manos de quienes quieren derrocar el actual estado de las cosas.
Por eso, y al hilo de ciertos debates actuales, voy a intentar desatar algunos nudos que las dinámicas presentes tratan de apretar sobre nuestras prácticas y propuestas. Aquí van algunas tesis para su discusión pública y fraterna, en la búsqueda de una recomposición de la insurgencia libertaria que empieza ya a anunciarse un poco por todas partes:
Primera tesis:- El nuestro es un movimiento social. El movimiento libertario es un movimiento que trata de transformar la realidad. Así de simple. Cambiar el mundo es modificar los usos y las estructuras de conjunto que sustentan la forma de vida dominante, es decir, el capitalismo.
Eso quiere decir que la nuestra no es una búsqueda espiritual más (una suerte de nuevo cristianismo a la caza y captura de ayunos y penitencias) sino una tentativa revolucionaria.
Rebelión - 15/1 - Leer
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