10/12/2012
Dos guerras mundiales sembraron la tragedia en los pueblos provocado por las violaciones, los campos de exterminio y las muertes de millones de seres humanos y la destrucción de bienes y recursos. Ese drama llevó a la comunidad internacional a generar un código de conducta, estableciendo bases éticas y principios jurídicos dando nacimiento a la Declaración Universal por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Los Estados miembros se comprometieron a respetar y hacer respetar esas instancias, la mayoría de los países firmaron los diversos instrumentos jurídicos, pero algunos no los han ratificado y se han agrupado para desconocerlos y enmascarar sus intenciones intervencionistas en la vida de otros pueblos.
La humanidad está llegando a un punto de inflexión y cambios profundos y a la necesidad de revisar y fortalecer las bases de los acuerdos establecidos entre las naciones para el cumplimiento de los Derechos Humanos y de los Pueblos. En esa dirección fue la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de la ONU en Viena en el año 1993, profundizando los derechos de los Pueblos sobre la autodeterminación, el Medio Ambiente y el Desarrollo.
Queda un largo camino por recorrer para encontrar alternativas en la lucha contra el hambre y la pobreza, en la preservación del Medio Ambiente y el derecho de los pueblos a la paz.
Los últimos gobiernos argentinos asumieron como política de Estado la bandera de los Derechos Humanos escuchando el reclamo histórico de nuestros organismos y del pueblo, por lograr la nulidad de las leyes de impunidad y por dar lugar al derecho de Verdad y Justicia, para llevar adelante los juicios contra los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar.
Sin embargo, vemos que esto no es suficiente frente a la grave situación de derechos vulnerados que viven los pueblos originarios, hoy reprimidos para arrebatarles sus territorios, y llevados a la marginalidad y la pobreza.
Vemos que esto se relaciona con la expansión de las fronteras de monocultivos y sus agro-tóxicos, que provocan contaminación y la destrucción de la biodiversidad, expulsando a los pobladores o afectando su salud.
Y que también se persigue y reprime a los pobladores de las zonas mineras, que los gobiernos provinciales no quieren escuchar ni respetar, porque privilegian el capital trasnacional de las empresas mineras, y porque no tienen presentes los daños a la salud de los pobladores y la destrucción de sus producciones regionales por la contaminación del aire y del agua.
Lamentablemente vemos que no se comprenden los derechos humanos desde su integridad, sino que se los acota a la época de la dictadura militar desde el 76 al 83.
Hoy las organizaciones sociales asumen la defensa del medio ambiente y reclaman políticas públicas nacionales y provinciales, que deben ser respetadas y no reprimidas como los casos concretos en la provincia del Chubut, donde los movimientos sociales fueron recientemente reprimidos, o como en Andalgalá y en Famatina, violando el derecho de los pueblos.
Las organizaciones sociales hoy también reclaman que la Ley de Medios sirva para ayudar a los medios pequeños sin fines de lucro, como las televisoras y radios comunitarias.
Porque así como el Grupo Clarín, con apoyo de la Sociedad Interamericana de Prensa, monopoliza y mercantiliza la palabra para defender los intereses de unos pocos presentándose como la "prensa libre", la Ley de Medios debe ser una herramienta para todos los argentinos, que se aplique sin dañar el equilibrio de poderes y de forma integral, para que realmente democratice la palabra y no reemplace un monopolio por otro.
Todos tenemos derecho a enriquecernos y aprender de las diversas voces de nuestro país y continente.
Por eso este 10 de diciembre, a 64 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebramos por un lado los pasos positivos de la humanidad y por otro asumimos el desafío de generar conciencia crítica y valores, en la educación y en preservar la vida y la dignidad de nuestros pueblos.
Los derechos humanos son espacios a construir como valores indivisibles de la democracia.
Adolfo Pérez Esquivel es Premio Nobel de la Paz
Los Estados miembros se comprometieron a respetar y hacer respetar esas instancias, la mayoría de los países firmaron los diversos instrumentos jurídicos, pero algunos no los han ratificado y se han agrupado para desconocerlos y enmascarar sus intenciones intervencionistas en la vida de otros pueblos.
La humanidad está llegando a un punto de inflexión y cambios profundos y a la necesidad de revisar y fortalecer las bases de los acuerdos establecidos entre las naciones para el cumplimiento de los Derechos Humanos y de los Pueblos. En esa dirección fue la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de la ONU en Viena en el año 1993, profundizando los derechos de los Pueblos sobre la autodeterminación, el Medio Ambiente y el Desarrollo.
Queda un largo camino por recorrer para encontrar alternativas en la lucha contra el hambre y la pobreza, en la preservación del Medio Ambiente y el derecho de los pueblos a la paz.
Los últimos gobiernos argentinos asumieron como política de Estado la bandera de los Derechos Humanos escuchando el reclamo histórico de nuestros organismos y del pueblo, por lograr la nulidad de las leyes de impunidad y por dar lugar al derecho de Verdad y Justicia, para llevar adelante los juicios contra los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar.
Sin embargo, vemos que esto no es suficiente frente a la grave situación de derechos vulnerados que viven los pueblos originarios, hoy reprimidos para arrebatarles sus territorios, y llevados a la marginalidad y la pobreza.
Vemos que esto se relaciona con la expansión de las fronteras de monocultivos y sus agro-tóxicos, que provocan contaminación y la destrucción de la biodiversidad, expulsando a los pobladores o afectando su salud.
Y que también se persigue y reprime a los pobladores de las zonas mineras, que los gobiernos provinciales no quieren escuchar ni respetar, porque privilegian el capital trasnacional de las empresas mineras, y porque no tienen presentes los daños a la salud de los pobladores y la destrucción de sus producciones regionales por la contaminación del aire y del agua.
Lamentablemente vemos que no se comprenden los derechos humanos desde su integridad, sino que se los acota a la época de la dictadura militar desde el 76 al 83.
Hoy las organizaciones sociales asumen la defensa del medio ambiente y reclaman políticas públicas nacionales y provinciales, que deben ser respetadas y no reprimidas como los casos concretos en la provincia del Chubut, donde los movimientos sociales fueron recientemente reprimidos, o como en Andalgalá y en Famatina, violando el derecho de los pueblos.
Las organizaciones sociales hoy también reclaman que la Ley de Medios sirva para ayudar a los medios pequeños sin fines de lucro, como las televisoras y radios comunitarias.
Porque así como el Grupo Clarín, con apoyo de la Sociedad Interamericana de Prensa, monopoliza y mercantiliza la palabra para defender los intereses de unos pocos presentándose como la "prensa libre", la Ley de Medios debe ser una herramienta para todos los argentinos, que se aplique sin dañar el equilibrio de poderes y de forma integral, para que realmente democratice la palabra y no reemplace un monopolio por otro.
Todos tenemos derecho a enriquecernos y aprender de las diversas voces de nuestro país y continente.
Por eso este 10 de diciembre, a 64 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebramos por un lado los pasos positivos de la humanidad y por otro asumimos el desafío de generar conciencia crítica y valores, en la educación y en preservar la vida y la dignidad de nuestros pueblos.
Los derechos humanos son espacios a construir como valores indivisibles de la democracia.
Adolfo Pérez Esquivel es Premio Nobel de la Paz
10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos
El conjunto de los derechos humanos no es inmutable ni se establece de una vez para siempre, sino que posee una dimensión y un carácter históricos, por lo que a través del tiempo se producen modificaciones e innovaciones en su concepción, interpretación y aplicación. De este modo, reflejan el grado de conciencia y de consenso logrados en un momento determinado, dando respuesta a una problemática y unas circunstancias históricas concretas, en torno al ideal de justicia social. En este sentido, las generaciones de derechos humanos constituyen no sólo nuevos derechos reconocidos, sino también etapas o fases históricas en cuanto a la manera de concebir, interpretar y aplicar los derechos hasta entonces reconocidos. Así, por ejemplo, en lo que se refiere al hecho de incluir entre los derechos de primera generación a los derechos políticos, lo cierto es que derechos como el sufragio universal no sólo masculino, sino también femenino, no han sido reconocidos en muchos textos constitucionales hasta bien entrado el siglo XX. Sin embargo, la principal cuestión que se plantea aquí y ahora es: ¿pueden los derechos humanos hacer frente al capitalismo y sus crisis? Más aún: ¿son compatibles dichos derechos con el régimen económico actualmente imperante?Las “generaciones” de derechos humanos
Se suelen citar como derechos de primera generación a los derechos civiles y políticos, o derechos de libertad, por ser principalmente de esta naturaleza los derechos proclamados en las primeras declaraciones de derechos humanos, entonces también denominados derechos "naturales". Son derechos proclamados frente a los regímenes despóticos y monárquicos. Así, por ejemplo, el inicial y parcial reconocimiento de la libertad de cultos fue en principio decisivo para acabar con las guerras que tomaron como pretexto la religión en la Europa renacentista. Sin embargo, en el fondo subyacían las reivindicaciones de la burguesía emergente frente a las trabas al libre comercio procedentes de los regímenes estamentales y semifeudales que se remontaban a la Edad Media, destacando el "sagrado" derecho a la propiedad privada.
Rebelión - 10/12 - Leer
El pueblo griego calumniado
La Haine
Se suelen citar como derechos de primera generación a los derechos civiles y políticos, o derechos de libertad, por ser principalmente de esta naturaleza los derechos proclamados en las primeras declaraciones de derechos humanos, entonces también denominados derechos "naturales". Son derechos proclamados frente a los regímenes despóticos y monárquicos. Así, por ejemplo, el inicial y parcial reconocimiento de la libertad de cultos fue en principio decisivo para acabar con las guerras que tomaron como pretexto la religión en la Europa renacentista. Sin embargo, en el fondo subyacían las reivindicaciones de la burguesía emergente frente a las trabas al libre comercio procedentes de los regímenes estamentales y semifeudales que se remontaban a la Edad Media, destacando el "sagrado" derecho a la propiedad privada.
Rebelión - 10/12 - Leer
El pueblo griego calumniado
La Haine
uninomade.org
Una intervención en el seminario Uninomade en Roma 26/10/2012. Traducción de Nemoniente. |
Organizaré mi intervención en tres puntos fundamentales. Intentaré definir inicialmente la convención financiera actualmente dominante y como la misma ha modificado la relación entre privado y público. En segundo lugar intentaré analizar como lo privado y lo público fueron fijados en la constitución de 1948, pero sobre todo como se presentan en la constitución europea. Finalmente, trataré de pensar cómo, en nombre del común, pueda romperse la convención constitucional que nos sujeta, oponiendo dispositivos antagonistas al ejercicio del poder financiero, construyendo una “moneda del común” – en fin, qué significa, dentro/contra la actual convención financiera europea, proceder a la construcción del común.
Rebelión - Leer
1.1
La convención colectiva que hoy domina la relación constitucional es una convención financiera. Donde existía el valor-trabajo como norma reguladora y medida de la actividad social y productiva, ahora está presente la regla financiera.Rebelión - Leer
La resistencia de los pañuelos y la cultura | |
Durante tres días, más de 300 referentes sociales y militantes de Argentina y América Latina se congregaron en Pompeya para reflexionar sobre las "resistencias a la recolonización” y la "herramienta política” de una nueva izquierda en gestación. Por Agustín Fungi, paraMarcha. Foto: ANRed.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario