La V Cumbre de las Américas que culminó este domingo en Trinidad y Tobago deberá ser analizada en profundidad en los próximos días, y en especial habrá que verificar los pasos venideros de los principales protagonistas del encuentro. Mientras tanto se pueden anotar algunas señales iniciales. Por un lado, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama parece haber salido airoso a fuerza de mostrarse como un igual ante el resto de los mandatarios del continente, lo más lejos posible de la soberbia de su antecesor, George W. Bush. Aunque sus definiciones posteriores indican que cualquier acercamiento será trabajoso. La misma asincronía entre señales y palabras se verifican en una posible nueva relación entre Estados Unidos y Venezuela. ¿Hay lugar para que la cordialidad de las sonrisas en las fotografías derive en un diálogo constructivo y marque el final de maniobras injerencistas?
20/4-Leer
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