Publicado originalmente en la revista El Viejo Topo, nº 24, septiembre de 1978.La autonomía obrera, como alternativa revolucionaria, supone un planteamiento radicalmente nuevo en todos los campos de la lucha emancipadora, desde el teórico al práctico y al organizativo. Planteamiento nuevo que, respetando y asumiendo la historia del Movimiento Obrero y sus logros teóricos y organizativos más decisivos, asume, desde una perspectiva integral, los nuevos campos de lucha que el desarrollo del capitalismo y la lucha de clases abren. Con el presente texto se pretende desarrollar, esquemáticamente, esa interpretación de la alternativa de futuro en el Movimiento Obrero.
I. El eje de la alternativa: La constitución de los trabajadores como clase en sujeto revolucionario
La historia del Movimiento Obrero muestra claramente cómo, hasta ahora, la revolución social ha sido siempre derrotada por unos u otros medios. A veces lo ha sido por los enemigos de clase de los trabajadores, las clases dominantes: caso de las revoluciones de 1848, de la Comuna. Otras veces lo ha sido por enemigos internos de la propia clase, el reformismo, el vanguardismo, la propia incapacidad obrera: URSS, rtvoluci6n de consejos en Alemania, Italia, revolución española... De esta permanente derrota de la clase obrera entresacamos dos datos decisivos...
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