En 1980, durante la inauguración de la planta, los Zanón festejaban con discursos plenos de halagos hacia el gobierno militar vigente. Arengando al orden y a la seguridad que el Golpe de 1976 había traído a la Argentina. Así la familia empresaria continuó agradeciendo al poder político por las facilidades que gobiernos como el nacional de Carlos Menem, o el Jorge Sobisch en la provincia, quienes con subsidios y créditos blandos devolvián gentilezas, hasta llegar al 2001 cuando los Zanón condujeron la fábrica a la quiebra.
Prensa de Frente-Leer
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