Luego de las intenciones
centralistas de la oligarquía porteña se llama a la Asamblea
Constituyente. Artigas convoca al Congreso de Abril donde se acuerda
impulsar la confederación como forma transitoria de construcción
nacional como forma de prevenir las pretensiones de Buenos Aires. Los
acuerdos con Rondeau parecen encaminar una salida pero los diputados
orientales son rechazados y las hostilidades continúan.
Éxodo, Ayuí y conflicto con el
triunvirato
El año de 1812 estuvo signado por
la experiencia del Campamento del Ayuí. Este sirvió de cohesionador
de los orientales, de democratizador de su experiencia revolucionaria
y de articulador de las fuerzas patrióticas y populares de la
región.
Dos dificultades ayudaban a esta
unificación. La primera fue la invasión portuguesa que con el
beneplácito de España, de Buenos Aires y, por sobre todo, de
Inglaterra, había tomado por entero el suelo de la Banda Oriental.
La segunda era la situación de Buenos Aires. La oligarquía porteña,
golpe de estado mediante, había desplazado a la Junta Grande y,
conformando un Triunvirato (ejecutivo de tres integrantes) tomó el
poder. Desplegando desde esa posición de fuerza un creciente
centralismo.
El Campamento del Ayuí, con el Jefe
de los orientales a la cabeza se transforma en un catalizador de las
fuerzas populares de las provincias que veían amenazados sus
intereses, y en un antecedente que cristalizará años más adelante
en la conformación de la Liga Federal.
El Triunvirato intentará
desarticular la organización de los orientales, pues representaban
un desafío de su poder pero por sobre todas las cosas porque eran la
punta de lanza de un proyecto federal de nación.
La tensión que se empieza a
vislumbrar no es entre una nacionalidad uruguaya y otra argentina
sino entre un proyecto de nación federal ligado a los intereses
nacionales y populares, y otro proyecto centralista ligado a los
intereses británicos y de la oligarquía porteña vinculada a ella.
Retiradas las fuerzas portuguesas,
gestión inglesa mediante, y tras los éxitos de Güemes en el norte,
se realiza el segundo sitio de Montevideo (bajo control español),
las vanguardias orientales por un lado, y las porteñas por otro.
Artigas y el resto de las tropas orientales se sumarán, en febrero
de 1813, tras la precisión del Yí y el retiro de Sarratea (agente
inglés) del lugar, quien dejara el mando a Rondeau.
Asamblea Constituyente e
Instrucciones de 1813
En este contexto llega desde el
gobierno de Buenos Aires la solicitud de que los orientales
reconocieran a la Asamblea Constituyente a desarrollarse en la
capital porteña.
El 21 de marzo Artigas hace circular
una convocatoria a todos los pueblos para que elijan y manden un
delegado a las puertas de Montevideo (sitiado) para participar en el
denominado Congreso de Abril por haberse desarrollado en los primeros
días del mes de abril de 1813.
Artigas recurre a la convocatoria
del pueblo para decidir sobre este asunto tan trascendente para el
futuro del pueblo oriental, de allí sus celebres palabras: “mi
autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia
soberana”. Y desarrolla los motivos de la convocatoria: “La
asamblea general tantas veces anunciada empezó ya sus sesiones en
Buenos Aires. Su reconocimiento nos ha sido ordenado. Resolver sobre
este particular ha dado motivo a esta congregación, porque yo
ofendería altamente vuestro carácter y el mío, vulneraría
enormemente vuestros derechos sagrados, si pasase a decidir por mí
una materia reservada sólo a vosotros”.
Los temas que se necesitaban
resolver eran tres. 1º: si se debía reconocer a la asamblea antes
de allanar las pretensiones de los orientales; 2º: proveer de mayor
número de diputados que sufraguen por este territorio en dicha
asamblea; 3º: Instalar en la Banda Oriental una autoridad que
restablezca la economía arrasada por la guerra y la invasión
portuguesa.
Sobre el primer punto el dilema
yacía en “reconocer la asamblea por obedecimiento o por pacto”.
Artigas era partidario de la segunda opción. En el marco del
centralismo porteño y de las hostilidades sufridas hasta ese mismo
febrero, era oportuno fijar condiciones del acuerdo constitucional
que fije la organización que se daría la nación naciente. Pero en
seguida aclara: “Esto ni por asomo se acerca a una separación
nacional; garantir las consecuencias del reconocimiento no es negar
el reconocimiento”. Los recaudos frente a la oligarquía porteña
no significaban un intento de separación sino por el contrario
expresaban una vocación de construir la nación contemplando a las
provincias todas.
Esto se reflejará en las
instrucciones emanadas del Congreso de Abril para ser defendidas por
los diputados orientales en la Asamblea Constituyente que se
desarrollaba en Buenos Aires.
Del 5 de abril es el Acta con las
condiciones para aceptar dicha asamblea y los puntos centrales son
los siguientes: respaldo a Artigas y tropas orientales en general
frente a la conspiración dirigida por Sarratea, no levantar el sitio
puesto a Montevideo, enviar refuerzos desde Buenos Aires y no remover
al jefe actual del ejército auxiliador, devolución de armamento,
ser “reconocida y garantida la confederación ofensiva y defensiva
de esta Banda con las demás Provincias Unidas, renunciando
cualquiera de ellas la subyugación a que se ha dado lugar por la
conducta del anterior gobierno”, dar a la Banda Oriental la
libertad que corresponde a dicha confederación pero queda sujeta a
la constitución que emane del Congreso General de la Nación, y
reconocimiento de cinco diputados a la asamblea en lugar de dos.
Estas eran las condiciones.
La preocupación de los orientales
se centra en protegerse de las aspiraciones de la oligarquía porteña
de construir un enclave portuario con todo el país sometido a sus
intereses. Su estrategia de dos etapas: una confederativa por pacto,
y otra, para después de la guerra, federativa con un gobierno
central, responde a este desvelo de poder construir una nación que
exprese a todas las provincias.
El 13 de abril se redactan las
Instrucciones que defenderán los diputados orientales en la
mencionada asamblea. Los primeros capítulos de las mismas son
clarificantes en cuanto al espíritu de las mismas.
En el primero sostiene que “pedirá
la declaración de la independencia absoluta de estas colonias”.
Recordemos cuan valiosa es esta puntualización cuando en Buenos
Aires seguían anunciando la defensa de los intereses de Fernando VII
unos, mientras otros recorrían Europa buscando corona para seguir
siendo colonia. Por algo será recién en 1816 que el congreso de
Tucumán declarará la Independencia.
El segundo: “no admitirá otro
sistema que el de confederación para l pacto recíproco con las
provincias que formen nuestro estado”.
Tercero: “Promoverá la libertad
civil y religiosa en toda su extensión imaginable”. Este punto nos
habla de la inclusión, en las consideraciones, de las fuerzas
populares diversas que se expresaban en la voluntad oriental.
Otro asunto es el referido a la
relación entre la provincia y el gobierno de la nación. Cada
provincia formaría su gobierno además del de la nación. “El
gobierno supremo entenderá solamente en los negocios generales del
estado. El resto es peculiar al gobierno de cada provincia”.
A partir de aquí el nombre de esta
provincia sería Provincia Oriental.
También reclama que se habiliten
los puertos de Colonia y Maldonado para comerciar, evitando el
monopolio de Buenos Aires. A su vez, plantea la eliminación de tasas
y diferencias en el comercio entre provincias.
También señala el derecho de esta
provincia a organizar su defensa, señalando “que no podrá
violarse el derecho de los pueblos para guardar y tener armas”.
Otro asunto relacionado directamente
con la preocupación central de los orientales es que
“indispensablemente sea fuera de Buenos Aires donde resida el sitio
del gobierno de las Provincias Unidas”. Y nuevamente: que se
asegure a las provincias de las usurpaciones “que con la fuerza
armada intente alguna de ellas sofocar los principios proclamados”.
Con estas pretensiones los diputados
orientales fueron rechazados pero signaron para si y para las demás
provincias una forma particular para transitar en el arduo camino de
construir la nación.
Lejos de ser una copia a modelos
liberales importados es una formula adecuada a la peculiaridad
histórica del Río de la Plata donde se debía frenar el centralismo
porteño. No proviene del derecho abstracto sino que proviene de la
voluntad colectiva de un pueblo.
Acuerdos entre Artigas y Rondeau
durante el sitio
El 19 de abril, en pleno sitio a
Montevideo se firmaron tres pactos entre Artigas y Rondeau.
José Rondeau era el general en jefe
del ejército sitiador enviado por el Poder Ejecutivo desde Buenos
Aires.
El primero llamado “Pretensiones
de la Provincia Oriental” recoge muchas aspiraciones ya enunciadas
en las Instrucciones. Entre ellas que no se levantará el sitio, que
se reconozca la legitimidad de Artigas, de sus tropas y del pueblo
oriental, que se devuelvan las armas y soldados.
El segundo: “Pretensiones de las
tropas orientales”. Este pacto refiere a un tema delicado y
crucial. Prevenir que las tropas de Buenos Aires no se transformen en
ejército de ocupación. Por eso se dispone que a las fuerzas
enviadas desde Buenos Aires se les llame ejército auxiliador, así
como las tropas orientales son auxiliadoras de las demás provincias.
Y solicitan que “se les llame Ejército de las Provincias Unidas
sobre dicha plaza”. Y para garantizar la voluntad de los orientales
expresan que “militarán bajo las órdenes inmediatas del
ciudadano José Artigas”.
Y la última: “Convención de la
Provincia Oriental”. Aquí se incluyen otros aspectos señalados en
las mencionadas Instrucciones. Aclara que es “parte integrante del
estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata”, mediante
pacto de confederación. Todas las provincias tendrán igual derecho
y ninguna podrá subyugar a otra. Además se vuelven a incluir los
cinco diputados elegidos por los orientales.
Cuerpo municipal y juramento de
la independencia
Recordando otro de los temas
pendientes el 21 de abril se resuelve la conformación de un cuerpo
municipal “que entendiese en la administración de la justicia y
demás negocios de la economía interior del país” para revertir
la dura situación luego de dos años de constante tensión bélica
que viene conmoviendo a todo un pueblo.
Pero en particular debe destacarse
la manifestación frente a las ambigüedades porteñas de jurar la
vocación de independencia en estas palabras: “por derecho debe ser
un estado libre, soberano e independiente y que debe ser reprobada
toda adhesión, sujeción y obediencia al rey, reina, príncipe,
princesa, emperador y gobierno español y a todo otro poder
extranjero cualquiera que sea”. Saliendo al cruce de los que
saltaban de Francia, a Inglaterra y luego a Portugal pidiendo la
protección de su reinado, ya evidenciando su impotencia para
construir una nación, conformándose con ser socio menor de las
potencias, adelantando el camino que seguirían nuestros países. Los
orientales con grandeza asumían la voluntad de un pueblo de ser
nación.
Rechazados los diputados orientales
a la Asamblea, estando cercados en el Uruguay y el Paraná por
fuerzas porteñas, Artigas escribe al gobierno de las Provincias
Unidas para manifestándole abiertamente que desista en su plan de
subyugar a las provincias y que entre con ellas en la confederación.
Para concluir esas gestiones se envía a Dámaso Antonio Larrañaga.
Esta situación crítica que vive la
Provincia Oriental al nacer el nuevo estado Provincias Unidas del Río
de la Plata es una situación compartida por las demás provincias.
Están en cuestión las dos formas de construir la nación, antes
mencionadas, y no por capricho formalista, sino por los intereses que
se expresan, o los de la oligarquía porteña ligada a Inglaterra, o
los del pueblo de la nación naciente.
Revista Patria Libre - R.O.del Uruguay
Para el Foro Artiguista Entrerriano
Ya está disponible Patria Libre Nº 7 Invierno 2013
Sumario:
Editorial: – Resistir el saqueo. Defender la soberanía.
- El movimiento nacional y su base social.
Tierra: – Una historia preocupantemente repetida, por Confederación de Pueblos Costeros.
- Tierra y soberanía, por José Rocca.
- Razones de una lucha IV, por Julián Cabrera.
Barrial: – El Parque automotor crece y lo pagamos todos aunque andemos a pie.
- Campamento particular se destaca por armonía ejemplar.
Educación: – “La educación pública, la vuelta a la calesita y la defensa de la soberanía”.
Patria Grande: – Entrevista exclusiva a Juan Contreras, de la Coordinadora Simón Bolívar, sobre la situación en Venezuela.
Internacional: – El conflicto olvidado. La heroica lucha del pueblo saharaui, por Federico Cantera.
Historia: – Instrucciones de 1813: entre el estatuto colonial de enclave y la nación entre todas las provincias.
Cultura: – Argo: una nueva operación de Hollywood al servicio de la política estadounidense.
Para comunicarse: patrialibre@adinet.com.uy
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