Para abordar el debate actual sobre el Poder Popular, desde una organización joven como lo es el Frente Popular Darío Santillán ( ), nos apoyamos en la reflexión sobre nuestra práctica, pero también abordamos críticamente las concepciones sobre el Poder que se impusieron, a lo largo de la lucha revolucionaria de nuestros pueblos, con más frecuencia en las organizaciones populares y de izquierda.
Es así que problematizamos las concepciones que insisten en limitar la lucha revolucionaria al objetivo excluyente de “la toma del poder”. Entendemos que teórica y prácticamente se ha puesto en evidencia que ni “el poder” ni “el Estado” pueden ser tratados como una “cosa” o simplemente como un “aparato” que podríamos arrebatar a la burguesía y poner a funcionar, de un día para el otro, al servicio de la revolución. Tampoco coincidimos con las concepciones que se han puesto de moda más recientemente, sobre la posibilidad de “cambiar el mundo sin tomar el poder”, porque vemos que esta posición deja de lado las mediaciones necesarias para enlazar la idea de la revolución con las exigencias de un combate efectivo contra el capital y su Estado, y porque se desentiende de la batalla por construir la fuerza o bloque social contrahegemónico que cuente con el poder necesario para lograr las transformaciones radicales que perseguimos y avanzar al socialismo. Estas delimitaciones que planteamos, nos ayudaron a focalizar una perspectiva distinta: ni limitar toda la estrategia revolucionaria al momento de la “toma del poder”, ni descalificar cualquier tipo de estrategia de poder. Desarrollar, en cambio, un proceso de construcción de poder desde el pueblo, hacer las experiencias prácticas en la lucha cotidiana y madurar la reflexión teórica que retroalimente la práctica. De esta forma llegamos al concepto de Poder Popular.
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