Fue erigida en la Villa Quila Quina, con donaciones de Perez Companc; la comunidad mapuche la rechaza; la Iglesia apela a un acuerdo.
Soledad Maradona
Enviada especial
SAN MARTIN DE LOS ANDES.- Una estatuilla de la Virgen de Luján sobre el altar de madera posa sola en el enorme salón. Las puertas de la capilla en la Villa Quila Quina están cerradas. Nunca se abrieron. Un conflicto entre la Iglesia Católica y la Comunidad Mapuche Curruhinca aún espera una solución y el edificio, poder ser utilizado.
La capilla está situada en un lugar paradisíaco, a 18 kilómetros de San Martín de los Andes, en la Villa Quila Quina, a menos de 200 metros de la costa del lago Lácar, con un muelle a la vista y, de fondo, una imponente montaña boscosa. Alrededor hay una docena de casas de veraneo con grandes parques, que, generalmente, en esta época, permanecen cuidadas por caseros y, a 50 metros, un alambrado determina que allí comienza el territorio mapuche.
El problema se remonta al 8 de diciembre de 2008 cuando referentes de la comunidad Curruhinca, encabezados por el lonco Ariel Epulef, impidieron el ingreso en la capilla construida por donaciones del empresario y vecino Gregorio Perez Companc. Ese día, evitaron la celebración de misa y la bendición que iba a realizar el obispo de la diócesis de Neuquén, monseñor Marcelo Melani, quien encabezaba la peregrinación de fieles para conmemorar el Día de la Inmaculada Concepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario