Por Periódico Proceso de Venezuela - Sólo una lectura de la realidad desde la naturaleza esencialmente política –luego parabélica– de la comunicación social de masas y el periodismo contemporáneo puede enfrentar los abusos que se cometen en el marco de la guerra mediática en curso, asegurando el diseño de tácticas apropiadas a la intensidad del enfrentamiento.
Si seguimos actuando a partir de juicios de valor basados en la ilusión de la normativa del periodismo –“eso no es ético”, o “esperamos que el colegio de periodistas condene aquello”– seguiremos articulando estrategias de comunicación basadas en la narrativa deseable de los hechos, y no en la naturaleza de los hechos mismos.
Para los actores de la dominación capitalista, la política no es otra cosa que la extensión de la guerra en tiempos de paz, y su objetivo no es otro que imponer los intereses de clase, a costa de la dignidad – y si es necesario, del exterminio selectivo – de las mayorías y pueblos explotados. Así lo fundamentaron sus grandes filósofos, empezando por John Locke, quien legitimó un pensamiento liberal que se extiende, bajo formas más “amables”, hasta el día de hoy; y que está basado en la igualdad contractual de los propietarios y la legitimidad de la esclavitud y el exterminio de los no propietarios.
Prensa de Frente-Leer
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