ROMA.- La Corte Europea de los Derechos Humanos declaró que la presencia de crucifijos en las aulas es una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y de la libertad de religión de los alumnos.
La medida generó una cautelosa reacción por parte del Vaticano, que evitó pronunciarse inmediatamente sobre ello, y un severo rechazo del gobierno italiano, que rápidamente anunció su decisión de recurrir la sentencia, que también obliga al gobierno de ese país a pagar una indemnización de 5.000 euros por daño moral.
La Gaceta-4/11-Leer
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