martes, 17 de julio de 2012

¿Qué tiene que ver Artigas el Patriarca con Néstor el Tuerto? (por Rodolfo Leyes)


“En Buenos Aires ponen el grito en el cielo. Al este del río Uruguay, Artigas expropia tierras de la familia Belgrano y de la familia Mitre, del suegro de San Martín, de Bernardino Rivadavia, de Azcuénaga y de Almagro Díaz Vélez. En Montevideo llaman a la reforma agraria proyecto criminal (…) Para los dueños de la tierra, devoradores de leguas comidas por merced del rey, fraude o despojo, el gaucho es carne de cañón o siervo de estancia, y a quien se niegue hay que clavarlo al cepo o meterle bala. Artigas quiere que cada gaucho se haga dueño de un pedazo de tierra. El pobrerío invade las estancias. En los campos orientales, arrasados por la guerra, empiezan a brotar ranchos, sementeras y corrales. Se hace atropellador el paisanaje atropellado.”[1]
Eduardo Galeano: La Reforma Agraria.

Qué no entienden nada no es novedad. Se equivoca Goebbels, el cerebro de la propaganda nazi cuando dice que “miente, miente, que algo quedará”, quedará para los menos atentos –queriéndolo o no- pero lo cierto es que hay siempre alguno que no se come la mentira, aunque sea, porque la mentira ataca algo que le sensibiliza o simplemente le interesa. Por eso me tomo éstas líneas a tratar de fundamentar dichos falsos, que dificultan la comprensión histórica –y las dificultades políticas que eso significa, porque respeto una máxima de los profesores de Historia: Miramos el pasado, para comprender el presente, y cambiar el futuro. Y estas mentiras atacan aquella máxima.
Paso a contar a que viene esto. Con cierto horror, una compañera del trabajo, con tendencias progresistas, se me acercó a contarme sus impresiones sobre la charla sobre  el Artiguismo dado por Diego Fernández, periodista del Diario Uno y aprendiz de “historiador” revisionista[2]; en su relato, esta compañera hizo especial hincapié en la cuestión de tratar de mostrar - [forzar] una continuidad histórica[3]: “… Artigas, Perón…y Néstor Kirchner…”. 
La convocatoria llegó a las escuelas –no sé si a todas, sí a la que trabajo EET Nº2- desde Departamental de Educación, se eligió al azar a un curso, que (cómo estaba libre) fue agraciado con la concurrencia. Es lógica la respuesta de los directivos, ya que uno esperaría que desde Departamental se priorice la educación y no el proselitismo más burdo. Pero esto no es así, ya se sabe, y no es un problema de Colón, la educación cumple muchas más funciones que las que Foucault dice… por otro lado en estos tiempos K, las estructuras de las charlas son más o menos todas iguales, se trae a un cincuentón, con seguro pasado militante y discurso progre, a decir cosas más o menos coherentes, pero con un déficit epistemológico, historiográfico y teórico profundo (hay excepciones), algo así como que por ser para chicos, tiene que ser berreta.
La berretés no se mide porque este “compañero”, devenido en funcionario, sea acompañado por un veinteañero –muestra de la juventud bonita que acompaña “el  Modelo”… con aspiraciones a ser funcionario también- que se dedica a pasar las diapositivas –cosa que cualquier PPS lo hace sólo configurándolo- sino en mentir, o bien, hablar de cosas de las que no se sabe ni lo mínimo.
Empecemos por el objeto de la charla: El Artiguismo y la Liga de los Pueblos Libres.
Bueno, para los que no son de la provincia les cuento que el gobierno “progresista” ha descubierto “el Artiguismo”, como todo lo que toca el kirchnerismo no es “el” Artiguismo, es “su” Artiguismo, uno que hace lo que a ellos les conviene. Entonces desde hace algunas semanas están a full con el descubrimiento del líder de los orientales, y fieles a las ganzadas de Pacho O´Donell, rescatan este héroe “odiado”, ergo, rescatan ha Artigas, no al Artiguismo.
Antes de empezar quiero aclarar algo: puede parecer “flojo” hablar desde los comentarios de un tercero, pero eso es lo que lo hace más interesante, ya que, es “lo que quedó” de la charla, o sea, el mensaje que sedimento en el imaginario fue este, y es justo que discutamos el resultado. Preguntando por Factbook quién era el autor de la charla, otro compañero, docente también respondió lo siguiente: “si es la misma que dieron en tala... con foto comparativa entre urribarri, nestor y artigas... mejor que lo dejen oculto, antes que mal acompañado, pobre gervasio...”, vemos que fue tanto el humo que tiraron que sólo eso quedó, así que discutamos desde aquel punto.

¿De qué Ismo hablamos?
José Artigas fue hijo de una familia acomodada de Montevideo. Él, para hacer la contra a sus padres que lo querían mandar a ser cura, se retiro al campo dónde aprendió las artes gauchescas. A los treinta y tantos ingresa al Ejército de Blandengues, a cuidar la frontera del aún Virreinato de Río de la Plata, que se encontraba al norte del río Negro. Dato no menor el de la frontera, a cuentas de que siendo él un guardia fronterizo, hizo lo que hace toda autoridad encargada de cuidar los límites, previene el contrabando y se dedica a el, y así se conoce toda la gente que tiene que vivir al margen de la ley, y a quienes lucran de aquella situación. Prontamente aquel soldado comienza su ascenso en la carrera militar, pero también comienza el ascenso como autoridad carismática entre los suyos. Conocedor de los montes, de los pasos de los ríos, de la gente de campo, de los más humildes, Artigas ve la vida del gaucho y se interioriza de su realidad material, de las levas, de las deudas, de la relación que existe entre el estanciero, el juez y el “gaucho”. Además, Artigas confraterniza con los indígenas charrúas que aun campeaban por las tierras orientales. Confraterniza tanto que hasta va a tener un hijo al que todos conocemos como “Andresito” Artigas con una indígena. Esta relación, que entabla Artigas con la plebe, hace que lo consideren de los suyos, y él, de ellos. Porque así era. Pero más allá de lo que uno se sienta, o de dónde uno venga, lo importante es lo que uno hace, no lo que dice.
Artigas, como muchos de su época, estaba empapado con el “igualismo” de la ilustración francesa, con el progreso de las colonias yanquis, con una idea que unía al Río de la Plata con Boston y París, es decir, ideas que eran propias de las burguesías que luchaban contra las tiránicas monarquías absolutistas. Muchos acusan a Félix de Azara –naturalista español en estas tierras- de haber ejercido el traspaso de aquellas ideas “exóticas” como diría algún gorilón afeitado hoy.
Es sabido que el hombre no hace la Historia como quiere, sino como puede. Es decir, está condicionado por su contexto. Pero existe momentos dónde se abre una coyuntura que puede hacer que la rueda de la Historia de otro giro, y eso es lo que pasó en 1810, aunque las cosas habían empezado en 1806[4].
El contexto de la Revolución de Mayo dio la oportunidad de cambiar las cosas totalmente –porque eso es una revolución, y ninguna otra cosa- y Artigas, en la banda oriental trata de hacer lo propio, lo que otros hacían de este lado del río de La Plata (o del Uruguay, que es el que prefiero como mi referencia). Así, y en aquel contexto, Gervasio “el yorugua” deserta del ejército y se dirige a la capital de la Revolución, Buenos Aires, y se ofrece como oficial. Ofrecimiento que es aceptado y por el cual vuelve a su tierra oriental a nuestro río, con hombres, armas y dinero, a poner la causa de la revolución en marcha, o a levantar lo latente...
A poco de encontrarse en su patria, la Junta de Buenos Aires declara el armisticio con los españoles, entregando la Banda Oriental. Los orientales –nombre con el que se denominaba a los habitantes del actual Uruguay- comenzaron a levantarse en contra, de hecho, los primeros lo hicieron en un pueblito a 15 km al sur de Paysandú, llamado Casablanca. Artigas no pudo más que acompañar aquel movimiento y comenzar el repliegue de los revolucionarios, abandonando Montevideo y empezando un recorrido épico que tomo más de dos meses, llamado “el éxodo oriental” o mejor por el nombre que le da su pueblo: “La Redota”[5]
Un éxodo, como el que haría Belgrano en Jujuy un año más tarde -¿habrá copiado la estrategia defensiva?- significa levantar todo lo que sirve para la marcha, fusilar a quién no acompaña bajo el cargo de traidor a la causa, y quemar lo que no se puede transportar, matar los animales que no se pueden llevar y envenenar los pozos de agua, detrás del pueblo que se retira tiene que quedar la nada misma, absolutamente nada que le sirva al enemigo, ni agua, ni animales, ni edificios… ni hombres: 16 mil personas, de todos los estamentos sociales, especialmente, de la plebe, los labradores, los pastores –todos mal denominados “gauchos”- los pequeños hacendados, los artesanos, y los esclavos que fueron abandonados, en sí, todos los que se no tenían nada más que perder, todos lo abandonados por las autoridades españolas y las relaciones sociales que estas imponían, en sí: el pueblo llano. A su marcha se suman, “indios amigos”, que acosados por los avances de los portugueses por el norte, deciden volver a unirse a su amigo de la frontera y serán su retaguardia. Decía el mismo Artigas, recordando cuales eran sus fuerzas “…toda la Banda oriental que me sigue en masa (…) y los indios infieles que abandonando sus tolderías inundan la campaña, presentándome sus bravos esfuerzos para cooperar a la consolidación de nuestro gran sistema”[6]. Más allá de la opinión de Artigas de que los indios apoyaban las ideas de republicanismo que no es lugar a discutir, aquel éxodo que empezó en Montevideo y terminó al norte de la actual ciudad entrerriana de Concordia, era verdaderamente el pueblo en marcha, el pueblo en armas y en marcha[7]. Se había logrado el bloque histórico propio de una revolución, con claras similitudes con la vanguardia radicalizada francesa de sans-culottes y jacobinos, pero en plena cuchilla oriental.

Este hecho, el rechazar las tratativas de Buenos Aires, de acompañar al pueblo en marcha, generó dos situaciones, una interna y otra externa: sobre la primera, es la división de intereses, la salida del pueblo desde la capital hizo que se terminaran las ambivalencias, unos apoyaron, otros no, unos eran amigos, otros enemigos, o peor que enemigos: traidores. La diferencia es sustancial, porque el enemigo está en frente, pero el traidor, estaba con nosotros pero ahora cruzo de bando, lo cual es el pináculo de los enemigos. ¿Pero quienes fueron esos traidores? Los terratenientes, que siendo criollos, preferían apoyar al régimen monárquico español, y en especial, a su monopolio, en vez de la causa revolucionaria; es decir, preferir el capitalismo monopolizado al, capitalismo librecambista de los padres de la patria[8]. En los enemigos externos, se cuentan: los españoles (obvio), los portugueses que salieron de pesca en este río revuelto y finalmente los porteños. Otra cuestión que tuvo vital importancia en lo siguientes pasos tomados por Artigas, es que, a raíz de la decisión del éxodo, sucedió la polarización dentro de la sociedad vernácula, y una saludable radicalización impuesta por la circunstancia. Nuevos enemigos que requieren ser atendidos, significan mayores recursos para responder.
La solución para el pertrechamiento y el suministro en tiempos revolucionarios son una mezcla de expropiación formal e informal, por un lado el gauchaje en movimiento, cuando el hambre apretaba desollaba la vaca que se cruce, por otro lado, los capitanes de aquella marcha imponían la expropiación de ganados y armas a todo aquel hombre que no apoyase la causa revolucionaria. Esto es el nacimiento de un nuevo derecho, el derecho a tomar lo que el pueblo necesite, independientemente de su situación, y más si está en contra de su “voluntad”.
Una vez en esta costa del Uruguay, Artigas vuelve a su tierra cuando se rompe el armisticio, y las luchas requieren de su presencia. Mientras él encaraba la lucha apuntando a Montevideo, y miraba de reojo a Buenos Aires, encomienda la fundación de la capital rebelde en el cruce de los ríos Uruguay y Dayman, frente al “hervidero”, cerca del actual “Meseta de Artigas”. Allí, en “Purificación” –como se le llamo- recibió a diputados de la campaña y escribió lo que es la síntesis del artiguismo, un programa político en el que condensa la alianza variopinta que lo acompañaba: “La Banda Oriental dirigida por una alianza revolucionaria de pequeños y medianos hacendados y masas pobres del campo, negros e indios, era la cabeza radical de este frente”[9], ellos junto a él y su pluma, diagramaron las “Instrucciones del año XIII”, o mejor dicho, las instrucciones del artiguismo –esta alianza que como toda encuentra una figura individual que la represente, Artigas para el caso- en el congreso constituyente del año 1813 en Buenos Aires, dónde proponen la independencia y caminar hacia ser un república[10].
Independientemente de cual fue la suerte de las instrucciones de los diputados orientales (que no tuvieron cabida con sus propuestas) nos detendremos en ver qué se proponía, ya que en ello se basa la esencia del Artiguismo, eso pretendía ser, y eso fue (mientras pudo) el movimiento que se articuló a la vuelta de este personaje.
Las instrucciones son un grito a la revolución, pero no cualquier revolución, la revolución burguesa. Son las medidas para que se alcance el capitalismo, sistema mucho más avanzado que el feudalismo tardío que aún se sostenía por estas pampas: “La protección del trabajo nacional, el desarrollo de las fuerzas productivas mediante el asentamiento de las masas gauchas en el acceso a la tierra, el desarrollo del comercio libre de trabas provinciales, tales fueron las banderas económicas del frente federalista encabezado por la Banda Oriental y dirigida por Artigas. Defensa de la soberanía nacional, lucha sin cuartel contra el dominio extranjero, democracia política, forma republicana de gobierno, proclamación irrestricta de la independencia nacional.”[11] ¿Quedan dudas de que se trata de un programa capitalista? Pero a no tener miedo, es lo más progresista para aquella época, es lo más a la izquierda (si excluimos el socialismo utópico, que hasta dónde sabemos no había hecho pie en estas latitudes) que se podía estar. Era la tarea de la época.
Pero el Artiguismo se sostiene hoy día en la subjetividad colectiva especialmente por una cuestión que allí se menciona, que es la reforma agraria. Y es la reforma agraria, la razón por la que miles acompañaron al Artiguismo, y es la misma razón por la que se sostiene en el tiempo, como el origen del pueblo oriental. Pueblo al que se le habría negado su propia tierra[12]. Pero más allá del tono poético de esto, y en un plano bastante más terrenal, la repartición de las tierras a manos de productores, es decir: privatizar la tierra y entregarla, fue la idea de convertir en propietarios a labradores y pastores que la demandaban.
La repartición de la tierra se produce como un aliciente para las masas que acompañaban a Artigas, que en un marco de guerra revolucionaria, y a sabiendas de la destrucción de fuerzas productivas que esto significa, empujó al patriarca a la reforma como manera de cohesionar a las tropas con la tierra por la que luchaban, aumentar los tributos, los suministros y las lealtades[13]. ¿Cuánto se repartía? El Artículo 16 del Reglamento provisorio de la provincia oriental, que entró en vigencia en 1815, dictaba que las “suertes de estancias” debían tener siete kilómetros de frente por unos diez de fondo… eso sí es repartir la tierra![14] La razón de semejantes extensiones, algo así como 7.500 hectáreas, está dado por el tipo de producción, especialmente pastoril de ganado vacuno extensivo[15]. 
¿De dónde sacarían esa tierra? A ello lo responde el Artículo 12: en primer lugar de los terrenos disponibles, en segundo lugar de los europeos (“Malos europeos”) que hayan abandono la campaña y no hayan sido indultados, y en tercera instancia de los hacendados criollos (“Peores americanos”) bajo la misma condición que sus pares europeos. Y es aquí cuando el Artiguismo asume su rostro más profundo en cuanto revolución social, que se diferencia de las “Instrucciones…” por atacar directamente la base económica sobre la que se sostenían sus enemigos –de adentro y de afuera de la Banda- y propone como solución un capitalismo de propietarios rurales en un marco de democracia rousseiana[16].
Entonces a la pregunta de qué es el Artiguismo, la respuesta es: Un movimiento de varias castas o proto-clases, comandadas por la burguesía librecambista, que logró una unidad histórica para enfrentar a los enemigos, a la vuelta de un programa radical-burgués basado en el fomento de la democracia, la industria y la propiedad de la tierra, todo en un marco de libre comercio. ¿Cuál es el elemento “popular” en el programa? La reforma agraria, el reconocimiento legal en términos burgueses –el título de propiedad- al uso de la tierra. ¿Cómo podemos saber que es eso y no otra cosa? Primariamente porque es el eje central del programa de organización de la banda oriental. Reglamento Provisorio de 1815 habla especialmente de ello; segundo, porque es el elemento que al día de hoy, los sectores populares uruguayos aún reivindican cuando hablan de “Artiguismo”, es decir, dónde –a pesar de ser principalmente obreros- creen que existen intereses materiales propios[17].
El segundo punto del análisis es, qué es eso de la Liga de los Pueblos Libres (¡Alto nombre pegó!)
Bueno, se podría resumir en que se trata de extender por toda la geografía de esa alianza militar defensiva, el programa que unía al bloque artiguista. Dice Bernasconi, que una de las razones por la cual el Artiguismo tuvo tanto apoyo en Entre Ríos, y con él, a pancho Ramírez (lugarteniente de Artigas hasta que lo traiciona), fue por su política de tierras, que daría legitimidad a las ocupaciones que, de hecho los labradores del oriente entrerriano venían realizando –y que finalmente Urquiza liquidaría favorablemente para al bando burgués exclusivamente desde 1860 en adelante- y en contra de las cuales se venían levantando desde tiempos de la colonia, o más atrás, cuando se fundaron las tres villas históricas y debieron luchar contra los hacendados porteños que los corrían de sus posesiones[18].
Y resulta lógico y coherente que en un contexto de revolución, dónde lo que se está jugando es el futuro de un programa político que se convertirá en “patria” después, uno busque extender la revolución más allá de las fronteras del sistema anterior, y esto es lo que hizo Artigas.
Además de expandir la revolución, su revolución, la que entendía ese partido de hecho que se había formado en combates y marchas, era que uniendo las provincias del muerto Virreinato, dejaba a Buenos Aires, su enemigo, sin las provincias más ricas y aislada prácticamente del resto de las ex colonias. Así mismo, cuidar toda la cuenca del río Uruguay, era parte de una necesidad económica, ya que este río servía desde tiempos de jesuitas como ruta comercial y por ende, como ruta de riquezas e intereses comunes para todos los pueblos que se habían constituidos de un lado y de otro de esta columna vertebral hídrica[19].
Así que la víbora se muerde la cola, ni se puede entender Artigas sin la reforma agraria, ni tampoco la Liga de los Pueblos Libres.

Las vaquitas son ajenas… la tierra también.
A la pregunta que dispara todo este trabajo, la respuesta sería: Qué ambos militaron para su clase social (la burguesía) y para su sistema social (el capitalismo). Pero hay que hacer una salvedad.
La burguesía como clase cumplió un papel importante en la Historia, que fue despertar la ciencia, desarrollar las fuerzas productivas como nunca antes se había hecho, destruir los lazos con la mitología (la judeo-cristiana para nuestro caso) cambiar por formas embrionarias de gobiernos del pueblo. De todo aquello, Artigas fue partícipe, y por ello, él, en su contexto fue progresista. En cambio, San Néstor del Calafate, cumplió otro papel, pero siempre para la misma clase. Si el Artiguismo fue la alianza que, como concesión para las clases subalternas dio tierras, el kirchnerismo es la alianza que se dedico a concentrarla cada vez en menos manos.
El movimiento “natural” del capitalismo para existir, es necesario ser competitivo y eficiente, de lo contrario se desaparece. Realmente se desaparece en cuanto a ser dueño de algún medio de producción; medio de producción que pasará a manos de algún otro burgués que ampliará su capital a costa de explotar ese medio eficientemente, y a los trabajadores que para el laboren. El movimiento de la propiedad de la tierra en la Argentina K ha seguido el movimiento general de la economía capitalista a la centralización y concentración. Veamos escuetamente: Se esperaría del gobierno que levanta banderas nacionales y populares que se imponga contra la concentración por un lado –que va en detrimento del acceso popular a la tierra- y de la extranjerización –que ataca la esencia misma de la riqueza nacional y gira miles a los centros del capitalismo mundial.
No he tenido acceso al censo agrícola 2011 –aún, no culpo ninguna conspiración de la SIDE, simplemente no busqué bien- pero en cuanto lo encuentre podré hacer un cuadro de doble entrada de esos que tanto me gusta hacer para poder explicitar mejor como se ha dado la relación global del movimiento de la propiedad de la tierra, pero ahora me tengo que contentar en reproducir lo que dicen otros trabajos.
Es curioso, pero como dije, no pude encontrar fuentes fidedignas sobre el tema tierra. Me hubiera gustado encontrar algo que muestre el movimiento de la propiedad de la tierra, y que de ser posible, exponga el origen del propietario; así veríamos dos cosas obvias a esta altura, por una lado el movimiento hacia la concentración de la propiedad de la tierra, y por el otro, en manos de quién se queda, ya qué, el kirchnerismo ha tratado de efectivizar una ley que lucha contra la “extranjerización” pero de ningún modo contra su concentración. Dicho más fácil, impedir que capitalistas extranjeros se apropien directamente –lo harán a través de testaferros- de pedazos de tierra que se podrían apropiar capitalistas argentinos. Una ley hecha a la medida de la necesidad de tierra del capital nacional y el boom de los commodities.
Los principales pregoneros contra la concentración de la tierra han sido los miembros de la FAA, razón obvia en cuanto será su sector, el de los pequeños productores rurales[20], el que verá cerrarse los caminos al crecimiento y quedará inevitablemente en el camino trazado por Marx, la proletarización efectiva de la pequeña burguesía: "La concentración de la tierra avanza de una manera lamentable y formidable. La pobreza rural sigue siendo pobreza rural. Y la pequeña y mediana burguesía va camino a la extinción"[21]. El agrario pone el grito en el cielo cuando el juego al que apostó le toca el bolsillo, pero lo cierto es que la concentración de la tierra parece avanzar.
Supongamos que uno desconfía de la palabra del gaucho-at-ranger, y se decide por consultar otra fuente secundaria, vemos que –casualidad o no- el diario oficialista Tiempo Argentino, decía: “Los casos que registramos en nuestro estudio son solamente la punta del iceberg de un proceso mucho más profundo de acaparamiento y concentración de la tierra en manos de capitales internacionales” citando las palabras del productor de la noticia, que informaba que “en los últimos tiempos” (puede ser tres mandatos de gobierno como 20 mil años, así de ambiguo puede ser el “últimos tiempos”) casi un millón de hectáreas estaban en manos de extranjeros, finalmente el entrevistado recomendaba: “Lo que realmente necesitamos es un cambio profundo en nuestro modelo agrícola que contemple como mínimo: una ley que ponga freno al desalojo de comunidades campesinas e indígenas; la reorientación de la producción agrícola hacia la soberanía alimentaria y un debate profundo sobre la función social de la tierra que nos encamine hacia la posibilidad de una reforma integral” exponiendo los límites de la Ley de Tierras del gobierno, que es fácilmente salteado con un buen testaferro[22], porque para los negocios siempre habrá buenos amigos dispuestos a poner la cara en representación de uno, y a cambio de algún billete, lo sé porque vivo en Colón.

En las dos opiniones, se apunta al mismo “problema”, que sería la concentración de tierra y peor aún, su extranjerización. Resulta llamativo que en la misma tribuna de los que se quejan más de la extranjerización que de la concentración, se encuentre Clarín, usando su perspicaz lógica e invocando a la FAO/ONU insistiendo en que el 10% de la tierra está en manos gringas[23]. Nuevamente, el problema para ellos es que la tierra está en manos de extranjeros, y reclaman el derecho a comprar la tierra para “los argentinos”, y no sé ustedes, pero yo con suerte si puedo comprar tierra para una maceta, después ese derecho se diluye en la realidad de que se trata de un “derecho” para los capitalistas locales. De nuevo, todos con las banderitas en la mano festejando la fiesta de la burguesía.
Lo más cercano a un dato cuantitativo es el siguiente: “La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) da cuenta de las consecuencias: hay 80 mil propietarios en la región pampeana, sólo 1.250 acaparan el 35% de la tierra (9.000.000 ha). Los 50 principales propietarios cuentan con 2.400.000.”[24]
Pero si se me permite, la “ajenidad” de la tierra, no está dado tanto por el origen del propietario, sino por la existencia misma de uno. Dicho más sencillamente, la tierra no es ajena porque la tenga un gringo, sino porque no es nuestra, no nos pertenece al pueblo, aunque sea quienes la trabajemos. El principal problema del argumento nacional y popular es poner el acento en la “cuestión nacional”, no en la social, y da igual si el capitalista es argentino o noruego, para el pueblo, para los trabajadores, siempre significa un robo a la riqueza socialmente producida.
Si queremos llevar el problema de la tierra, nuevamente a posiciones progresistas debemos prepararnos y militar por expropiar a quienes expropiaron a los trabajadores de su trabajo, a otros burgueses de su tierra mediante la concentración, debemos prepararnos para la expropiación de los expropiadores por los expropiados. Y eso, el Kirchnerismo no lo hará, porque camina en el camino inverso, militando para los capitalistas nacionales –y extranjeros- el derecho de explotar a quienes vivimos dentro de estos límites fronterizos y a los recursos naturales que en el existen, todo, claro, en beneficio propio.

La importancia de saber Historia (para no hacer el ridículo)
Finalmente, con respecto a la charla, no es un dato menor que entre la bibliografía recomendada para el concurso sobre el artiguismo que se proponía se nombraba exclusivamente autores Nac.&Pop.: Galasso, O´ Donnell (?), mi tocayo Puiggros, Ramos, etc. Pero la curiosidad es que no existen autores uruguayos, lo que en primera instancia se puede leer como una cuestión de disponibilidad –los autores uruguayos no se conseguirían aquí- pero no deja de ser una muestra de este artiguismo de última hora tiene mucho de improvisación circunstancial. Propongo que, sería hora que la imprenta de la provincia se dedique a renovar lo mejor de la historiografía uruguaya, ya que el objeto de estudio está bastante más trillado de aquel lado del Uruguay. Y si se me permite, después que la Editorial de la Provincia reedite, haga un paquete con todos los libros de esta temática y se la manden a Diego Fernández, así aprende que fue el Artiguismo.
El oportunismo de algunos no tiene vergüenza, y esto es lo que sucede cuando a la cabeza de un curro nuevo se pone a una veleta que gira para donde van los nuevos vientos. El Instituto del Revisionismo inventado por algunos kirchneristas es más bien el rejunte de personajes que no tienen cabida en las universidades, y no sólo por la condición elitista que en algún sentido existe, sino porque son verdaderos mamarrachos. No soy yo, sos vos…[25]
Pacho O´Donnell defenestra una historiografía mitrista oponiéndole su contratara: si uno toma una media soquete y la da vuelta, sigue siendo una media soquete. El ex funcionario menemista intenta explicar la historia a partir de un personaje, prestando más importancia al individuo que al colectivo que representa, piensa que el pueblo consagra a un personaje, y no que se llega a ese personaje después de muchos cambios de representantes, y de razonamientos propios de seres humanos y no de masas-amasables, esa visión, que gira en torno a la vida de una persona que todo lo sabe es lo que Mitre hizo, y Pacho O´ Donnell viene a reeditar, por ello, ambas son visiones burguesas, ambas son miradas de la persona y no del pueblo que lo sostiene, verdadera baluarte de los cambios.
El pueblo es un sujeto colectivo en los tiempos de revolución. Cuestionar estas visiones es medular para un verdadero destino nacional y popular, para el único destino que concrete las demandas de nuestro pueblo: el socialismo.
Cuando ví en la foto de la convención por el 197 aniversario del Congreso del Arroyo de la China, y en el ha un montón de figurines y figurones, con el ploter de fondo que dictaba que “los más infelices sean los más privilegiados”, mi cabeza tiro automáticamente aquella otra fantástica oración con la que Artigas jugaba todo el tiempo, y que tiene plena vigencia, aquella que recomienda cuidarse de los malos europeos, pero más, de los peores americanos…
 

[1] Galeano, Eduardo, Memorias del Fuego: Las caras y las Máscaras, Buenos Aires, Catálogos, 2004, p. 138.
[2] http://sdecolon.blogspot.com.ar/2012/06/artiguismo-pasado-presente-y-futuro-de.html le respondí en sus términos a la convocatoria, ya que también larga con una frase de Galeano…
[3] “Continuidad histórica”, se le llama a lo que popularmente diríamos: “Levantar la bandera de…”, a la muerte de Artigas ¿quién continúo?
[4] Ver: Harari, Fabián: Hacendados en Armas, Buenos Aires, RyR Ediciones, 2009.
[5] Hay una película con ese nombre, búsquenla.
[6] “Oficio de Artigas a Elías Galván, Cuartel General del Arroyo Negro, 14 de noviembre de 1811” en Reyes Abadié, Washington (y otros), El ciclo Artiguista, Tomo I, Montevideo, CEAL, 1968, p.211.
[7] Recomiendo escuchar la canción que se pega más abajo, una síntesis musicalizada del éxodo: “1811” de la murga Falta y resto: http://www.youtube.com/watch?v=epXNgMmT6fk 
[8] Recomiendo para una mejor lectura del contexto, otro de Harari: La contra, y en la misma línea, Mariano Schelz: “Dios, monopolio y rey”, todos de RyR ediciones y me los pueden encargar.
[9] De La Torre, Nelson (y otros), Artigas: Tierra y Revolución, Montevideo, Arca, 1967, p.24.
[11] De La Torre, Nelson (y otros), Artigas: Tierra y Revolución… Op. Cit., p. 24.
[12] Nuevamente recomiendo en la canción de la Falta que se escuche con atención el énfasis en la Reforma Agraria que hacen estos representantes de la “Murga combativa” montevideana. Nobleza obliga, hay más combativas según mi Gurú murguero.
[13] Abadie Reyes, Washington, Artigas y el federalismo en el Río de la Plata, Buenos Aires, Hyspamerica, 1986, p. 248.
[14] Documento original del reglamento provisorio: Art. 16, 10 de setiembre de 1815http://www.quehacer.com.uy/Uruguay/JoseGervasioArtigas/reglamento_provisorio.htm
[15] Giberti, Horacio, Historia Económica de la Ganadería Argentina, Buenos Aires, Sola, 1986, pp. 47 y ss. Y Abadie Reyes, Washington, Artigas y el federalismo en el Río de la Plata… Op. Cit., 252.
[16] De La Torre, Nelson (y otros), Artigas: Tierra y Revolución… Op. Cit., p. 99.
[17] Hay recorrer la cultura “popular” uruguaya, especialmente en la música, desde el “folclore de izquierda” de Zitarrosa con su “A José Artigas” o “Triunfo Agrario”, Viglietti y su “A desalambrar” y especialmente recomiendo los documentos de la guerrilla Tupamara para conocer como la izquierda revolucionaria uruguaya insiste en un programa agrario revolucionario, basado en la repartición de la tierra - con elementos de economía socialista- se puede consultar el punto uno de su programa político: Programa Revolucionario del MLN-Tupamaros,  http://www.cedema.org/ver.php?id=122 . Nota no tan al margen, es que el movimiento sobre el que se va articular el “coordinador” –organización en la que va decantar el futuro MLN-T- comenzó en el norte uruguayo exigiendo la expropiación y repartición de una estancia de 30 mil hectáreas bajo la consgina reformista latinoamericana “Tierra para quién la trabaje”.
[18] Bernasconi, Alejandro: “Sin Dios, sin Rey y sin Ley...” Las clases subalternas rurales al sur del Entre Ríos colonial. Formación, disputa por la tierra y luchas de clases (Borrador Inédito) Y SCHMIT, Roberto, “Transformaciones jurídicas de la propiedad de la tierra y conflicto social en Entre Ríos 1820-1870” en: XI Jornadas Interescuelas / departamento de Historia, Tucumán, Mesa Temática 116 2007. Autores como Schmit, Djenderedjian y otros proponen que la muerte de Urquiza en 1870 estuvo vinculado a la respuesta de los labradores que en un acto de respuesta a la privatización en términos capitalistas que se realizaba de sus tierras, deciden atacar al “padre de todos los entrerrianos” dándole muerte. Sospechamos que esta hipótesis corresponde a Fermín Chavez, y los autores no lo mencionan.
[19] POENITZ, Erich L. W. Edgar. "La ruta Oriental de la yerba. Navegación y comercio en el Alto Río Uruguay", en Cuaderno de Estudios Regionales 1, Concordia, 1981. Para una idea más general de la importancia de ER, Corrientes, Misiones, Santa Fe y Córdoba en los planes de Artigas, ver: Reyes Abadié, Washington (y otros), El ciclo Artiguista… T. 3, pp. 5 y ss.
[20] Recomiendo ver: Sartelli, Eduardo, Patrones en la ruta, RyR Ediciones, 2008, para tener una idea general de en qué anda nuestro agro y los porqué de la 125 y la oposición burguesa. También, porque “el pequeño” en el campo está por encima de las 200 hectáreas y eso representa un capital importante si reconocemos que en la pampa húmeda la hectárea vale por encima de los 10 mil dólares.
[21] Buzzi: "La concentración de la tierra avanza de una manera lamentable y formidable", Martes 01 de mayo de 2012,http://www.lanacion.com.ar/1469498-buzzi-la-concentracion-de-la-tierra-avanza-de-una-manera-lamentable-y-formidable
[22] “Denuncian la concentración de tierras”, 30.04.2012, http://tiempo.infonews.com/2012/04/30/argentina-74438-denuncian-la-concentracion-de-tierras.php 
[23] “Para la FAO el 10% de la tierra está en manos de extranjeros”, 5 DIC2011http://www.ieco.clarin.com/agronegocios/FAO-tierra-manos-extranjeros_0_603539674.html
[24] Recomiendo leer todo este articulo, es concluyente: “Breve cartografía de la distribución de la tierra”, en Año 3. Edición número 137. Domingo 02 de enero de 2011, http://sur.infonews.com/notas/breve-cartografia-de-la-distribucion-de-la-tierra
[25] Recomiendo leer esta excelente nota que salió mientras yo estaba escribiendo: Que vuelva el Rey. El Instituto Histórico Dorrego y el revisionismo kirchnerista EL AROMO - El Aromo n° 67 - "Fuimos"

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