Los avances en la lucha protagonizada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores, que les ha llevado a ocupar tierras baldías para ponerlas a producir y últimamente a entrar en supermercados para recuperar alimentos, además de absolutamente legítima, tiene un enorme valor de ejemplo para las organizaciones de clase del conjunto del Estado. Sirven para extender la convicción de que la tarea central para superar la crisis social a que nos ha condenado el capitalismo es la construcción sin más dilaciones del poder popular.
Cuando la desesperación y el hambre se extiende a toda velocidad entre millones de trabjadorxs, luchas como las del SAT muestran un hecho decisivo: es preciso señalar directamente a burgueses, oligarcas y banqueros y a su sacrosanta propiedad privada de la tierra, de los recursos y de los medios de producción – en definitiva al sistema capitalista – como responsables directos de esa tragedia diaria de la clase obrera y sectores populares que llega a su paroxismo en tiempos de profunda crisis sistémica como los que vivimos. O ellos, o nosotrxs.
Nos indican también que SÍ SE PUEDE. Frente a un sindicalismo corrompido, atrincherado en la lógica del sistema y alimentado por los sobornos del poder, desde el SAT se refuerza la voluntad de combate del sindicalismo de clase y de diferentes movimientos sociales que ya se abre camino, irguiéndose sobre la apatía y la impotencia, convencidos de que las armas de la dignidad y de la voluntad de lucha son suficientemente poderosas para enfrentar la barbarie y la muerte colectiva que nos tienen reservada.
La brutal criminalización y la represión (400.000 euros en multas, fianzas y sanciones, 300 militantes obreros procesados o multados y peticiones de cárcel que ascienden a 41 años y 9 meses) que están cayendo sobre el SAT forman parte de la lucha ideológica de la burguesía contra la lucha obrera y popular. Aplastándoles pretenden ahogar la mecha de esperanza y el valor del ejemplo que ya está prendiendo en el pueblo. La persecución contra los militantes del SAT forma parte de una extensa represión preventiva contra todxs nosotrxs. Como nunca antes, nuestro futuro inmediato se juega en el propio terreno de la solidaridad con nuestrxs compañeros de clase represaliadxs.
A todas las organizaciones de clase y al movimiento popular nos corresponden las imprescindibles tareas de contribuir a que la clase obrera y los pueblosasuman como propias luchas como la que está protagonizando el SAT y de desenmascarar a los auténticos criminales:
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