domingo, 28 de febrero de 2010

Galarza rinde su homenaje a Tilo Wenner, desaparecido en 1976

Galarza decidió que la memoria y la vida le ganaran una vez más a la muerte. A esa larga y oscura muerte que reinó entre 1976 y 1983, cuando los creadores e ideólogos de la más dura y sangrienta dictadura padecida en Latinoamérica se adueñaron del país, de su gente, de su cultura. De su vida.
Un trabajo conjunto de la agrupación cultural Renacer y la biblioteca popular Luz de Provincia hecho libro, recupera el nombre de Tilo Wenner, nacido en Galarza en 1931 y desaparecido el 26 de marzo de 1976, sólo dos días después del inicio de la oscuridad procesista. Y lo recupera de la manera que más hubiese aprobado Wenner. Con un libro donde sus vecinos, gente común, sueltan su imaginación a través de poesías, relatos, a los que se suman dibujos de los chicos, para que ellos también sepan quién fue su vecino, para demostrar que los otros perdieron.
Que a pesar de su crueldad y su plan sistemático, fueron derrotados.
La prueba, una de las tantas que recorren el país, es ese libro de 90 páginas, cuyo simple nombre es Homenaje a Tilo Wenner.

Su historia. Tilo Wenner nació en 1931, en General Galarza, donde trabajó junto a su padre en tareas rurales. Por ese trabajo sufrió un accidente en el que perdió el brazo izquierdo, luego se trasladó con su familia a Escobar.
En tierras bonaerenses desarrolló una gran actividad intelectual que lo llevó a ser narrador, poeta y dibujante, potenciado por su tarea de tipógrafo en una imprenta de esa localidad. Cursó dos años en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires hasta llegar a la Facultad de Filosofía y Letras, acaso la carrera más afín a sus inquietudes literarias y humanas. Recorrió Chile y Bolivia hasta que recaló en Francia, en pleno apogeo de las revoluciones intelectuales que se daban en el Viejo Continente a mitad del siglo XX.
Se dio tiempo para fundar la revista Serpentina y el periódico El Actual cuando ya estaba casado con Eliana Naón, con quien tendría dos hijas.

La verdad. En El Actual, cuyo slogan era Libre por principios y por propensión, mi estado natural es la libertad, denunció varios hechos de corrupción y firmó la nota que sería el principal motivo de su desaparición a manos de un escuadrón de Luis Patti. Amo, señor y asesino de Escobar en esos años.
Tres años antes del golpe, Patti fue acusado de asesinar a tres jóvenes que se encontraban en la confitería Barrio Lambertucci, de Escobar, luego de recibir falsos informes que acusaban a los pibes de asaltar y violar a una mujer.
Los tres chicos, cuyas edades eran de 16 y 17 años fueron baleados en el mismo lugar donde los encontró, comprobándose luego que no tenían ninguna relación con el hecho del que se los acusaba.
El asesinato cometido por Patti y su patota sólo se publicó en El Actual de Wenner.
Si necesitaba una excusa para asesinar, Patti ya tenía una.
En la madrugada del 26 de marzo del 76, Tilo Wenner fue secuestrado y desaparecido.
Fue visto por última vez en la Superintendencia de Seguridad Federal, en la sede central de la Policía Federal.

Al rescate. Luego de 33 años y de la interminable búsqueda de su familia, sus restos fueron encontrados en el cementerio de Escobar por el Equipo de Antropología Forense, que constató su identidad en abril de 2009.
Una historia, una de las 30.000 que aún duelen en el país, rescatada hace poco tiempo en los pagos de su nacimiento e infancia.
Tilo Wenner recuperó su identidad en la memoria de los suyos, de su pago, recuerdo hecho papel y tinta, como le gustaba a él.

Días difíciles
Hay días que tengo todo el plomo de la tierra en la cabeza.
Entonces los ángeles de un paraíso totalmente imaginario lloran enloquecidos.
En mi garganta se arremolinan densos cúmulos de angustia.
Grito en silencio hacia los cuatro puntos cardinales.
Las respuestas que recibo son incendios.
Grandes mayúsculas llenan mi boca.
Pequeñas explosiones taponan mis oídos.
Es como si la música se congelara en un tiempo expectante.
Estoy solo y sin embargo alguien comprende eso.
Cuando dos tenazas aprietan mi cerebro me quedo quieto y espero.
Siempre llegan las dos manos que me liberan.
Los jeroglíficos más inverosímiles van adquiriendo el sentido como de mansa lluvia.
Hay días que me dan ganas de romper el amor para seguir amando.
Tilo Wenner

UNO-28/2-Leer

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