domingo, 25 de octubre de 2009

Maradona: un verdadero Dioniso peronista



“¡Que la chupen, que la chupen y la sigan chupando!”, no se cansaba de bramar dando esperpénticos saltos, abrazado a otro freak llamado Carlos Salvador Bilardo entre lágrimas y jugadores. Desafiante como si acabara de descubrir los secretos de la piedra filosofal, desagraviado como si efectivamente hubiera ganado el próximo Mundial de Sudáfrica. La obsesión por la oralidad genital volvió a surgir en la misma conferencia de prensa luego del partido. Absortos, los cronistas, aún no habían visto lo peor. Un periodista argentino hizo una pregunta y Maradona le aclaró como un verdadero Kinsey: “vos también la tenés adentro.” La Argentina populista-deportiva pasó en un instante mágicamente del “Creer y Saber” de Hegel, al pedestre y cabaretero “Chupar o Creer” del Dios-Diego. Un espectáculo posthegeliano indigno del Olimpo, ni siquiera los caprichosos dioses griegos se permitirían rebajarse a un nivel tan soez y desconcertante. Si eran dioses, había que comportarse como dioses. Los antiguos griegos ya habían reconocido el impulso inaudito y bizarro por decir malas palabras e insultos, le llamaron con sabiduría κόπροςλαλία , literalmente “balbucear heces”. Cuando con la Modernidad llegó el control social de mano de la psiquiatría y el psicoanálisis se etiquetó al trastorno como “Síndrome de Tourette”.

El hybris de Maradona, ese impulso incontrolable, lejos de ser una rémora de una infancia pobre y desclasada es un atributo bien porteño. Ya reconocía Borges la obsesión de los habitantes de Buenos Aires por la Coprolalia: “El hombre de Corrientes y Esmeralda adivina la misma profesión en las madres de todos, o quieren que se muden en seguida a una localidad muy general que tiene varios nombres…” Muchos editorialistas vieron en este mandato humillante a la felación una metáfora que representa la lógica política autoritaria del matrimonio presidencial de los Kirchner. El populismo autoritario lo invadiría todo, penetrando y degenerando todo aquello que toca. Maradona, elegido por el sabio dedo electoralista del Poder Ejecutivo, sería una pieza más en el mecanismo de la hegemonía clientelística del Peronismo y pertenecería a los arcana imperii del estado.

Rebelión-25/10-Leer Completo

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