El Programa Argentina Trabaja parece ser, desde el discurso y la concepción, una buena respuesta a la situación social de los desocupados y excluidos: conformación de cooperativas, obra pública y comunitaria, capacitación laboral, ingreso que se acerca a la canasta básica, un universo inicial de más de 100 mil desocupados. El problema es que nada de eso sucede. Las cooperativas, en este programa, son meras excusas jurídicas para el manejo desde arriba y desde los despachos de los funcionarios de los trabajadores: para el plan oficial, no existen las asambleas de trabajadores: las autoridades cooperativas las designa, a dedo, cada intendente. El ministerio de Desarrollo Social, por orden directa de Alicia Kirchner, “prohibió” que integrantes de las organizaciones sociales independientes sean designados como coordinadores o electos en roles de representatividad de las cooperativas. También D Elía se refirió a esto, cuando afirmó: “que me expliquen cual es el argumento legal para que un movimiento social formado por un grupo de argentinos no pueda acceder a un plan por cooperativa, no pueda formar una cooperativa, a ver cual es el impedimento legal. Ninguno”.
Prensa de Frente-Leer
No hay comentarios:
Publicar un comentario