por Jorge Zabalza
AMORTIGUADORES
Un ex-guerrillero tupamaro se colocará la misma banda presidencial que antes lucieron tantos prohombres del sistema, un hecho insólito realmente, con múltiples repercusiones, pues, por supuesto, significa una cosa para el pueblo asalariado que votó masivamente al Frente Amplio y otra, muy diferente, para los sectores que manejan la producción nacional, que sólo excepcionalmente lo votaron. Para otros, además, a la luz de la larga historia de la cofradía tupamara, el acontecimiento está preñado de significaciones muy personales y emotivas. Creo que deberé extenderme mucho más de lo permitido por los pocos medios escritos que pudieran publicar una columna de esta índole, no escribo por consiguiente para publicar el testimonio sino, simplemente, para lanzarlo a ese espacio donde Bill Gates hace su negocio y vigila la mirada atenta de la CIA, pero que permite sembrar gérmenes de herejía y escapar a panópticos y censuras criollas.
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