domingo, 10 de abril de 2011

Federación Sindical Mundial: el llamado a los jóvenes

Por Roberto Hernández, enviado especial
Ceremonia de inauguración del 16º Congreso Sindical Mundial en Atenas
Atenas, 9 abr (PL) Unidad y el necesario relevo generacional que abra las puertas a los jóvenes son las expresiones más mencionadas en Atenas a punto de correrse las cortinas del XVI Congreso Sindical Mundial.

En diferentes idiomas, con distintos tonos y rostros son reiterados los llamados a renovar la Federación Sindical Mundial (FSM), fundada en octubre de 1945, para, a decir de directivos y participantes, continuar defendiendo los derechos laborales.

Miguel Sierra, jefe de prensa del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Industria de Materiales de Construcción de Colombia, aseguró a Prensa Latina que no debe existir miedo para el cambio de generación. Sierra manifestó que lo importante será garantizar la preparación ideológica de los bisoños para mantener el rumbo de la FSM en la defensa de los intereses de los trabajadores.

Al hablar sobre lo más significativo de la reunión, iniciada el miércoles pasado en la capital griega, el sindicalista alabó la actitud de muchos colegas por luchar en defensa de los derechos clasistas.

Para Christian Alliaume, secretario federal de la Federación Agroalimentaria y Forestal de Francia, la presencia de tantos jóvenes en este congreso habla por si sola de la comprensión de la organización de prepararse el futuro.

Lamentó, sin embargo, que el sindicalismo sea tan débil en el trabajo con las mujeres, que encuentran siempre mayores dificultades para practicar la afiliación.





Fundamentos de una estrategia ecosocialista

Viento Sur


Contrariamente a lo que sugiere la falsa pero muy popular metáfora de la Isla de Pascua propuesta por Jared Diamond [1], las degradaciones medioambientales actuales no son comparable a las que se produjeron en otros períodos históricos. Las diferencias no son sólo cuantitativas (la gravedad y la globalización de los problemas ecológicos) sino, sobre todo, cualitativas: mientras que todas las crisis medioambientales del pasado se derivaban de tendencias sociales a la sub producción crónica, del temor a la penuria, los problemas actuales tienen su origen en la tendencia inversa: a la superproducción y al sobre consumo, propios de un sistema basado en la producción generalizada de mercancías. Por ello, hay que concluir que el término crisis ecológica es erróneo. No es que la naturaleza esté en crisis, sino que lo que está en crisis es una relación históricamente dada entre la humanidad y el medioambiente. Esta crisis no se debe a la naturaleza de la especie humana sino al modo de producción que se impuso hace ahora aproximadamente dos siglos: el capitalismo, y al modo de consumo y movilidad que derivan de él. Los graves daños que sufre el ecosistema (cambio climático, contaminación química, declive acelerado de la biodiversidad, degradación de los suelos, destrucción de los bosques tropicales, etc.) forman parte de la crisis sistémica global. Todas ellas, en su conjunto, expresan la incompatibilidad entre el capitalismo y el respeto a los límites naturales.







IAR Noticias

Los expertos (del sistema) que escribieron sobre las causas estructurales de la crisis financiera se han dado cuenta que les faltaba un capítulo: El impacto de la "crisis financiera" en las finanzas del Estado . O sea, el costo (económico y social) que demandará a los Estados capitalistas (empezando por EEUU y las economías centrales) el salvataje (con dinero público de todos los contribuyentes) de los grandes conglomerados bancarios y empresariales que hicieron estallar la "burbuja" del colapso financiero a escala global en 2008.


Un nuevo actor emerge en la economía mundial: La "crisis fiscal" (producto de los déficit siderales que aquejan a los Estados de las economías centrales) que sucede a la "crisis financiera" en la debacle de la economía capitalista globalizada.





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