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La evolución de las finanzas públicas del primer trimestre del año fue una demostración del manejo fiscal del Gobierno nacional a las puertas de un proceso electoral: más plata para sostener -con subsidios al sector privado- las tarifas de los servicios públicos privatizados y menos dinero discrecional para las provincias. A ello debe sumarse la pérdida de autonomía fiscal que tienen, en particular, los distritos del NOA, más dependientes de los fondos que distribuye la Nación. Una realidad histórica que cuesta modificar.
El “yuyo” salvador
La gestión de la presidenta Cristina Fernández arrancó este año electoral haciendo caja, es decir, cuidando el dinero para afrontar el proceso eleccionario hacia octubre sin ningún contratiempo. Y las provincias pagaron los platos rotos. Recibieron un 3,3% menos de fondos discrecionales durante el primer trimestre, según un reporte de Economía & Regiones. Sin embargo, esta situación se compensó con el mayor envío del Fondo Federal Solidario, con el que los gobernadores ejecutan obras. Se repartieron $ 1.171 millones en el primer trimestre.
LA RELACIÓN FISCAL NACIÓN-PROVINCIAS
La soja vuelve a impulsar la obra pública
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