Por Encuentro por la Unidad Latinoamericana - Sunday, Jan. 25, 2009 at 9:30 PM
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Mientras los militares volvían a arremeter contra la democracia, mientras la oposición justicialista encabezada por Carlos Saúl Menem conspiraba junto a los carapintadas y preparaba la entrega total del país al paradigma neoliberal, mientras el gobierno radical acorralado realizaba las más vergonzosas concesiones en contra de la voluntad popular (obediencia de vida y punto final), la mañana del 23 de enero de 1989 un grupo de compañeros, militantes políticos y sociales vinculados al Movimiento Todos por la Patria, decidieron enfrentar una vez más los embates autoritarios y hacer valer la consigna que simbolizaba la historia de lucha de nuestro pueblo: "Al miedo y al golpe los paramos entre todos".
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20 años después del copamiento del cuartel de la Tablada, el tiempo ha logrado aclarar muchos de los interrogantes sembrados en su mayoría por los propios servicios de inteligencia, por una lado para tergiversar los motivos que llevaron a nuestros compañeros a tomar tan dramática decisión y por el otro, para encubrir las atroces violaciones a los derechos humanos perpetuadas en la recuperación del cuartel, comprobadas por la mismísima Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y que renovaron el accionar del terrorismo de Estado en nuestro país.
Para comprobar la veracidad del proceso de deterioro democrático por parte de sectores golpistas y la inminencia de un nuevo levantamiento carapintada basta con remitirse a las crónicas periodísticas de la época. Sin ir mas lejos, el diario Pagina/12 publicó el mismo 22 de enero declaraciones de Eduardo Duhalde y del general Cáceres refiriéndose a la posibilidad de una nueva crisis militar:
"El primero en hacer pública esta inquietud fue el candidato a vicepresidente Eduardo Duhalde, quien comentó a los periodistas que incluso tenía una fecha del posible alzamiento militar: precisamente este fin de semana". El general Cáceres, en charla con Julio Mera Figueroa y el Diputado Miguel Ángel Toma (PJ) anticipó "la posibilidad de un nuevo remezón militar que ubicó en el calendario para este mes".
La denuncia del pacto que sellaron Menem y Mohamed Ali Seineldín reeditando la base de sustentación de todos los golpes de estado en el país desde 1930 hasta la actualidad, y que fue la principal razón por la cual nuestros compañeros decidieron actuar, también fue corroborada por el mismo Seineldín y por el entonces vicepresidente, Víctor Martínez en un reportaje publicado en el diario La Nación el 11 de diciembre de 1993:
"El ex vicepresidente Víctor Martínez informó que recibió ofrecimiento para sustituir a Raúl Alfonsín en la titularidad del ejecutivo, formulados por "personas de distinto rango de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia y de otros sectores", a lo que agrega, en el mismo sentido que, "lo que sucedió fue que personas de las FFAA y de la Iglesia me sugirieron que se podría sustituir al presidente por el vicepresidente".
La represión desatada por la locura militar, que incluyó la tortura, la ejecución de prisioneros, la desaparición de personas, la utilización de bombas de fósforo blanco y la vejación y mutilación de cadáveres, también habla de la grave situación política que vivía nuestro país en la época. Y Aun hoy no entendemos como un presidente democráticamente electo es capaz de pasearse sobre los cuerpos carbonizados de los que pocos días antes le advertían sobre la inminencia de un nuevo alzamiento militar, sin ni siquiera atreverse a cuestionar el accionar militar.
La parodia de juicio que sufrieron los sobrevivientes y que les costó 13 años de prisión en total irregularidad demuestra el grado de ensañamiento y el poder que aun hoy ostentan los personeros y cómplices del terrorismo de Estado, gran parte de ellos civiles, hoy travestidos defensores de la democracia.
A 20 años de La Tablada, el recuerdo de nuestros hermanos caídos en la lucha contra el autoritarismo es el más hermoso ejemplo de compromiso y ética revolucionaria. Como los 30 mil desparecidos, ellos dieron sus vidas para que la patria viva y sembraron con su entrega la posibilidad de construir en democracia un país soberano, con justicia social, imbuido del más genuino espíritu latinoamericanista. Ese es nuestro legado y a ellos se lo debemos.
Síntesis del informe de la CIDH
http://www.derechos.org/nizkor/arg/doc/cidhsum.html
Sobre la situación actual de la causa por las violaciones a los derechos humanos
http://www.unidadlatinoamericana.org/leer.php/8272540
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