sábado, 19 de diciembre de 2009

Crisis de fin de año, con estrés y en familia

Ansiedad, insomnio, dolores en el cuerpo, a veces angustia, desasosiego. El fin de año no es, necesariamente, una etapa de desahogo, bienestar y plácidas reuniones familiares.
La acumulación de obligaciones, la acelerada carrera de compras, los balances que no cierran, cierran mal o delatan cuentas pendientes y hasta la incertidumbre con respecto al futuro, muchas veces asocian las fiestas de fin de año con el agotamiento y el estrés. Si a ese escenario se suman las impostergables reuniones con parientes, que no siempre redundan en un espacio de contención y cariño, sino que en ocasiones suman tensión y malestar, el cierre del calendario y sus celebraciones terminan por delinear una situación de crisis que deriva en afecciones y dolores concretos.

El Diario-19/12-Leer

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