A las palomas grandes, del tipo de las mensajeras, que anidan en edificios y sectores de espacios verdes, principalmente de la zona céntrica de la ciudad, se les vienen sumando otras, más pequeñas, que viven preferentemente en los árboles. Se trata de una especie nativa, conocida como paloma del monte, que emigra a la ciudad, asediada por el avance de las fronteras agrarias y el corte de árboles.
Como respuesta a esta situación, que viene ganando terreno en Paraná, se sancionó este año una norma que crea un programa de control, que propone el ahuyentamiento mediante aves rapaces y la reubicación en un palomar. Se trata de la ordenanza 8.873, que quedó promulgada el 30 de octubre pasado, que busca atender la problemática. Es que el avance de estas aves es cada vez más notorio en edificios y árboles: se las puede observar en las cornisas y recovecos de las construcciones, caminado en el suelo de plazas –casi al alcance de la mano- y en sectores de la Peatonal San Martín. También, se advierte la presencia masiva a través del excremento que queda en bancos, sectores de la fuentes y que, en ocasiones, forma una fina capa debajo de las copas de los árboles de la Plaza 1 de Mayo.
El Diario-19/12-Leer
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