viernes, 5 de abril de 2013

Planificando la catástrofe


Las intensas lluvias que desencadenaron el colapso de La Plata, Capital y GBA, ponen al descubierto el nefasto rol del Estado capitalista en la producción del espacio urbano. Para el sentido común, el rol del Estado es el de regular a favor del “bien común y el interés general”; ante las consecuencias de las catástrofes naturales, muchos señalan que en parte la causa es la ausencia del Estado y reclaman su intervención. Sin embargo, en el capitalismo, el Estado nunca está ausente, sino que interviene activamente para generar las condiciones que necesita el capital para expandirse, realizando grandes obras de infraestructura como autopistas, puertos o aeropuertos, entre otras. Este desarrollo nunca es armónico, ya que está atravesado por las disputas entre distintos sectores de la burguesía y, fundamentalmente, de ésta contra la clase obrera y los sectores populares.
Mientras las constructoras se llenan los bolsillos, el déficit habitacional crece a ritmo galopante, la crisis del transporte se profundiza y los problemas de infraestructura afloran ante cada fenómeno climático. En La Plata, la ciudad más afectada por el último temporal, se vierten los desechos cloacales en los arroyos Rodríguez y Gato, que pasan por áreas habitadas por familias pobres que no tienen agua potable, hoy mayormente inundadas por la falta de inversión en obras hidráulicas. Tolosa sufre hoy las secuelas de que la concesionaria vial Coviares no realizara las obras hidráulicas necesarias al construir la autopista Buenos Aires-La Plata, para ahorrar dinero.
Después del temporal, los urbanistas, arquitectos y politólogos buscaron diferentes explicaciones al desastre y plantearon posibles soluciones. “En los últimos 20 años hubo un crecimiento en las construcciones que no fue acompañado por un crecimiento en el sistema de desagüe pluvial. Se sumó que cayó lluvia en exceso en muy poco tiempo y por algún lado tanta agua tiene que salir: produjo inundaciones” (Clarín, 04/04/2013). Seguro. “Ya no se puede planificar la ciudad sin tener en cuenta lo que pasa en el conurbano. Los problemas que tenemos son los mismos, por eso el abordaje tiene que ser metropolitano” (Infobae, 18/11/2012). Estamos de acuerdo. Muchos otros elementos que plantean son reales. Pero estas visiones, hasta la más progresiva de ellas, argumentan que los problemas se deben mayoritariamente a malas gestiones del espacio metropolitano, o a una mercantilización excesiva de éste. El problema consiste en pensar que, dentro del sistema capitalista, se puede administrar “eficientemente” por fuera de los intereses económicos que existen tanto entre los empresarios como entre los funcionarios que se ocupan de garantizar las ganancias de esos empresarios, y por ende sus propios beneficios.




La tormenta es natural… las muertes y el desastre no. Solidaridad con las victimas




De necesidad y urgencia: ¡Que el estado se haga cargo e incaute todas las mercaderías necesarias de las grandes empresas, para resolver el sufrimiento de los inundados!




La Década Nadada

Vivir en Argentina no es para cualquiera. Pagar revalúos fiscales todos los años para que, por si fuera poco, te empomen mes a mes con la inflación, no es algo que se pueda tolerar fácilmente. Que tus impuestos no sirvan para otra cosa que para mantener a la Asociación Ilícita que detenta el poder, mientras vos tenés que hacerte cargo del resto, si te da el cuero, es algo que, seguramente, el Consejo Cardenalicio Vaticano tuvo en cuenta a la hora de elegir al nuevo Sumo Pontífice. Como si todo esto no alcanzara, una lluvia "imprevista" te libra a tu suerte. 

No existen lluvias imprevistas. No son terremotos, son fenómenos meteorológicos que el ser humano estudia desde que se le ocurrió caminar en dos piernas. Lo que sí existe es la negligencia y el vaciamiento del Estado. Puedo discutir si La Plata necesita o no una mejora urgente en su sistema hídrico, si es tan excepcional la tormenta -nadie se plantea un sistema antisísmico en Buenos Aires, dado que hubo un sólo terremoto en siglos- pero no se pueden discutir otras cosas. 

Si algo dejó al desnudo el desastre de las últimas horas, es que en este país no existe una contraprestación en ese bendito contrato social entre ciudadanos que ceden sus libertades a un Estado a cambio de que este lo proteja de sucesos en función del bienestar común. Acá se paga por educación en los impuestos, y por educación privada para suplir lo que el Estado se niega a garantizar. Se abona por salud, y al mismo tiempo se sacrifica buena parte del salario para tener una calidad de vida digna para los parámetros del siglo XXI, dado que el Estado tampoco puede garantizar que uno entre a un hospital por una gripe y no salga con una septicemia. También se paga para que el Estado garantice nuestra integridad física y patrimonial, pero al que le da el cuero, se banca un buen sistema de seguros, cámaras y vigilancia privada, y al que no, se despide de la familia hasta para ir al almacén a buscar cien de mortadela. 




LA CLASE POLITICA NI SIQUIERA GARANTIZA LA VIDA
Los episodios vividos tras el temporal del día lunes y martes en toda la zona urbana de Capital federal y el Gran Buenos Aires, donde habitan más de 14 millones de personas, los cuales costaron la vida de más de 30 compatriotas, constituyen otra infamia mas, pertrechada a la dignidad del pueblo argentino.

Mas de 40 muertos por un temporal es una masacre (al igual que lo ocurrido en la estación del ferrocarril en Once), en tanto y en cuanto se fundamenta no en un dato meteorológico o un fenómeno natural, sino en la más humana desidia y corrupción de una clase política que a esta altura deja en claro que no sólo no puede garantizar, siquiera concebir, una calidad de vida digna y próspera para nuestro pueblo, sino que por lo que ha ocurrido, tampoco garantiza la vida en su aspecto puramente biológico.

Hoy más que nunca queda muy en claro como es y cómo funciona una clase dirigencial, que se dedica pura y exclusivamente a la perpetuación personal o grupal en pos del usufructo de la renta que produce el acaparamiento de cargos públicos y el manejo de la caja estatal, como características de esta corporación. Mientras que el pueblo trabajador, paga impuesto a los alimentos, al transporte, al salario, engrosando las arcas que luego detentan en su propio beneficio, se le veta el acceso a la vivienda, salud y educación dignas y de calidad. Lo sucedido recientemente, es de una gravedad extrema, por cuanto supone que esta clase política que viene gobernando hace 30 años, no puede dar respuesta alguna a los problemas de la gente a pie.

La prueba de que no es un problema de bandos, sino de concepción de la política que se tiene y de la lógica que opera en su accionar corporativo, es que las responsabilidades cruzan todo el arco político e institucional.

Mientras la ciudad colapsaba, ante la inactividad del ejecutivo de la C.A.B.A, Macri estaba de vacaciones en Brasil, lo que sin dudas constituye una provocación y una ofensa a todos los vecinos de la ciudad. Por si esto fuera poco, en el barrio Mitre en Saavedra, donde murieron al menos 2 personas, se vivió otra situación insólita: El shopping DOT, propiedad del grupo IRSA conducido por Eduardo Elzstain, desagotó el agua de sus cocheras, provocando la inundación y posterior evacuación de todo el barrio y la muerte de dos laburantes. Otro hecho que deja a la vista el funcionamiento de la alianza político-empresaria, que hunde al país en la miseria. Sin dudas las muertes del barrio Mitre, de comprobarse la responsabilidad de la acción empresaria, constituyen un crimen, un asesinato que no debe quedar impune. El grupo IRSA, quien mantiene cuantiosos negocios inmobiliarios y de todo tipo con el apoyo expreso del Macrismo, pero también los negocios en la isla Demarchi fogoneados nada menos que por la mismísima presidente Cristina Kirchner. Cuando se trata de negocios, la clase política cierra filas y las diferencias ideológicas se diluyen, sólo importa la auto-preservación y en esto; el pueblo SIEMPRE sale perdiendo.

En la ciudad de La Plata, el favorito del establishment, ex menemista y vicepresidente de Nestor Kirchner, actual gobernador cristinista Daniel Scioli, confirmó que hay por lo menos 40 muertos en la ciudad de La Plata y alrededores. Pero no sólo en la Plata afectó el temporal, sino en miles de barrios de la Matanza, Lomas de Zamora y la zona norte, donde no sólo deben sufrir con menos recursos y ante la desprotección absoluta del estado, los efectos de la tormenta, sino que además padecen día a día las consecuencias del modelo económico que condena a la penuria diaria a millones de compatriotas. ¿Cuál es la diferencia entre Macri y Scioli o el gobierno Nacional, a la hora de resolver el problema de la gente?
Ha quedado demostrado, que no sólo no se preocupan (sino que obran directamente en contra) de la calidad de vida de la gente, sino que ni siquiera son capaces de garantizar su supervivencia. Las obras que no se hacen o se hacen mal y la falta de ayuda y contención ante la situación, dan muestras de que este modo de gestionar el estado (en cualquiera de sus orbitas) es imposible de garantizar el bienestar colectivo de la población.

Hasta que el pueblo trabajador no sea capaz de estructurar un proyecto de nación alternativo, a largo plazo, que contemple entre sus principales premisas, la Justicia Social, la Independencia económica, la Soberanía política y la Participación Popular como eje de toda construcción, lo que decantaría en la desaparición de la clase política profesional y su lógica, que sostienen la dependencia, debemos seguir estando atentos al clima, porque si llueve mucho, sabemos que ningún estado reaccionará por nosotros.

No se trata de cambiar de dueño, sino de dejar de ser esclavo.

La historia nacional y latinoamericana, nos muestran que hoy es más que nunca correcto, afirmar y poner en práctica eso de que:
SOLO EL PUEBLO, SALVARÁ AL PUEBLO.

MOVIMIENTO PERONISTA AUTENTICO - MESA NACIONAL

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