escrito por Aníbal Montoya
miércoles, 08 de octubre de 2008
Corriente Socialista El Militante
El proyecto de Presupuesto de la Nación para el 2009 refleja un deslizamiento claro de la política económica del gobierno hacia la derecha, orientada a satisfacer como nunca los intereses de los empresarios y el capital imperialista a costa de los trabajadores y el gasto social.
Para empezar, los pagos de la deuda pública y externa se llevarán unos $24.000 millones ($10.000 millones más que hace dos años). Los subsidios y ayudas directas a las empresas se reparten y esconden en numerosos ítems resultando imposible cuantificarlos exactamente, pero basta decir que este año 2008 superarán los $35.000 millones (iECO Clarín, 20 julio). Sólo las empresas ferroviarias están llevándose 5 millones de pesos diarios; esto es, unos $1.800 millones al año.
El dinero público destinado a la importación de combustibles subirá en el 2009 hasta los $4.685 millones, cuando hace 5 años no existía este gasto. Se muestra así el grado de saqueo del país por las multinacionales petroleras, cuyas exportaciones de gas y petróleo, unido a la ausencia de inversiones en nuevas exploraciones, obligan al gobierno a importar para suplir el faltante. Estos $4.685 millones bien podrían destinarse a salud, educación, infraestructuras, transporte o a subir el salario de los empleados públicos, pero se malgasta así para mayor gloria de las multinacionales petroleras.
A estas partidas deben sumarse otros $24.000 millones que el estado dejará de ingresar por exenciones y reducción de impuestos a los empresarios ($3.300 millones más que en el 2008). De este dinero, $3.118 millones corresponde a las reducciones de las contribuciones patronales por zona geográfica y por las reformas laborales aprobadas en el 2000 y 2004.
El gobierno se ufana diciendo que habrá un aumento del gasto público de $31.600 millones y que el 80% del mismo se destinará a gasto social, educación e infraestructuras. En realidad, estos $31.600 millones suponen un incremento del gasto del 15,6%, por debajo de la inflación anual real estimada en el 25%. Es decir, el gasto real medido en poder de compra descendería casi un 10%.
Lo que el gobierno no puede ocultar es que estos presupuestos no contemplan aumentos salariales para los empleados públicos, lo que muestra de entrada el desprecio y la falta de respeto que este gobierno y sus funcionarios tienen hacia los trabajadores. Nadie duda de que habrá aumento salarial el año próximo, pero el gobierno tratará de que sea lo menos posible y sólo si los trabajadores se movilizan para conseguirlo. En cambio, todo es dispendio y generosidad cuando se trata de pagar la deuda externa a los grandes financieros nacionales y extranjeros, o de otorgar subsidios millonarios a los empresarios, o de entregar la obra pública al apetito voraz de las grandes constructoras.
Los sindicatos deberían encabezar una lucha seria contra estos presupuestos y el tope salarial que están proponiendo gobierno y empresarios, exigiendo el no pago de la deuda externa y ni un centavo en subsidios a los empresarios. Esta es la única manera seria de contar con recursos suficientes para salud, educación, jubilaciones, salarios e infraestructuras.
miércoles, 08 de octubre de 2008
Corriente Socialista El Militante
El proyecto de Presupuesto de la Nación para el 2009 refleja un deslizamiento claro de la política económica del gobierno hacia la derecha, orientada a satisfacer como nunca los intereses de los empresarios y el capital imperialista a costa de los trabajadores y el gasto social.
Para empezar, los pagos de la deuda pública y externa se llevarán unos $24.000 millones ($10.000 millones más que hace dos años). Los subsidios y ayudas directas a las empresas se reparten y esconden en numerosos ítems resultando imposible cuantificarlos exactamente, pero basta decir que este año 2008 superarán los $35.000 millones (iECO Clarín, 20 julio). Sólo las empresas ferroviarias están llevándose 5 millones de pesos diarios; esto es, unos $1.800 millones al año.
El dinero público destinado a la importación de combustibles subirá en el 2009 hasta los $4.685 millones, cuando hace 5 años no existía este gasto. Se muestra así el grado de saqueo del país por las multinacionales petroleras, cuyas exportaciones de gas y petróleo, unido a la ausencia de inversiones en nuevas exploraciones, obligan al gobierno a importar para suplir el faltante. Estos $4.685 millones bien podrían destinarse a salud, educación, infraestructuras, transporte o a subir el salario de los empleados públicos, pero se malgasta así para mayor gloria de las multinacionales petroleras.
A estas partidas deben sumarse otros $24.000 millones que el estado dejará de ingresar por exenciones y reducción de impuestos a los empresarios ($3.300 millones más que en el 2008). De este dinero, $3.118 millones corresponde a las reducciones de las contribuciones patronales por zona geográfica y por las reformas laborales aprobadas en el 2000 y 2004.
El gobierno se ufana diciendo que habrá un aumento del gasto público de $31.600 millones y que el 80% del mismo se destinará a gasto social, educación e infraestructuras. En realidad, estos $31.600 millones suponen un incremento del gasto del 15,6%, por debajo de la inflación anual real estimada en el 25%. Es decir, el gasto real medido en poder de compra descendería casi un 10%.
Lo que el gobierno no puede ocultar es que estos presupuestos no contemplan aumentos salariales para los empleados públicos, lo que muestra de entrada el desprecio y la falta de respeto que este gobierno y sus funcionarios tienen hacia los trabajadores. Nadie duda de que habrá aumento salarial el año próximo, pero el gobierno tratará de que sea lo menos posible y sólo si los trabajadores se movilizan para conseguirlo. En cambio, todo es dispendio y generosidad cuando se trata de pagar la deuda externa a los grandes financieros nacionales y extranjeros, o de otorgar subsidios millonarios a los empresarios, o de entregar la obra pública al apetito voraz de las grandes constructoras.
Los sindicatos deberían encabezar una lucha seria contra estos presupuestos y el tope salarial que están proponiendo gobierno y empresarios, exigiendo el no pago de la deuda externa y ni un centavo en subsidios a los empresarios. Esta es la única manera seria de contar con recursos suficientes para salud, educación, jubilaciones, salarios e infraestructuras.
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