martes, 18 de noviembre de 2008

Uruguay: AVANZA DIGITAL Nº 14

El Presidente Vázquez "abortó" la Ley de Seguridad Sexual y Reproductiva

"Acá encontramos una especie de pensamiento tipo franquistas, musolineano, de esa índole, con un lenguaje más moderno pero el principio de autoridad sigue siendo el mismo".

Demógrafo Guillermo Macció


El pasado 13 de noviembre el Presidente de la República, junto a la Ministra de Salud, María Julia Muñoz, firman el decreto por el cual vetan varios capítulos de la ley de Seguridad Sexual y Reproductiva, en los que se establecen la despenalización del aborto. El demógrafo Guillermo Macció, realiza una serie de puntualizaciones en lo que respecta a sus derivaciones políticas, ideológicas y filosóficas, que son expuestas en el Diario La Juventud, del pasado domingo 16 de noviembre y que reproducimos para nuestros lectores.
"Si no recuerdo mal Vázquez proviene de un partido socialista y fue elegido en una lista del Partido Socialista. Quiero recordar que todos los partidos socialistas prácticamente desde su fundación, en el mundo y los países socialistas, todos han incorporado la práctica de la interrupción del embarazo como un servicio público de salud casi irrestricto. Es decir que la postura socialista que adopta el presidente contraviene una línea ideológica e histórica que nace en el siglo XIX en todo el mundo socialista. Quiere decir que tenemos acá una innovación ideológica. Yo me pregunto cuantos de los verdaderos socialistas que aún sobreviven en el país van a manifestar su opinión respecto de esta ruptura de una postura partidaria de principio que ha estado siempre vigente. El segundo enfoque, es que me parece que el veto del Sr. Presidente es una verdadera burla a la bancada parlamentaria del partido de gobierno, porque a pesar de amenazarlos y saber, se ríe y se sienta en la autoridad presidencial para dictar una disposición que fue largamente discutida que para mí está lejos de ser un texto jurídico claro y contundente, pero que supuso el esfuerzo de años de la gente que hizo de eso y otra, la de los partidos más de derecha, como el Partido Colorado y del Partido Nacional que se opusieron cosa que ya era sabida.Hay una conjunción de fuerzas adversas que yo calificaría de oscurantistas que el presidente hace suyas, argumentando con adjetivos y cuando uno argumenta con adjetivos la argumentación pierde mucha fuerza. El tercer punto de reflexión es, que él en un momento lo escuché en una aparición pública- decía que él se oponía no como ciudadano si no como médico. Más allá del acto de arrogancia que esto significa, cualquier pensador, cualquier estudioso, albañil, demógrafo, jurista, filósofo, tienen la misma fuerza argumental que un médico, porque un médico no conoce más de aborto por ser médico que cualquier otro estudioso. Allí veo un argumento de arrogancia académica y de autoridad en la que no se puede sostener porque era el mismo argumento de la inquisición de que los curas condenaban porque ellos tenían la verdad de dios. Ninguna de las argumentaciones valen y es demostrativo de que el presidente y sus elenco no han estudiado a fondo las vertientes doctrinales desde Santo Tomás y San Agustín para acá respecto al aborto. Quiero recordarle que en la iglesia cristiana de la Edad Media el aborto estaba permitido hasta los 40, 60 días de embarazo según fuera un feto femenino o masculino y que solo una decisión pontificia de 1863 lo convirtió en hominización instantánea. Es decir estamos trabajando y argumentando con verdades sobre dogma y sobre dogma la sustentación es el acto de fe. Ha sido vetada una ley por un acto de fe del Sr. Presidente de la República, no es distinto a un juicio de la inquisición del siglo XVI o XVII. En cuarto lugar, coloca al Uruguay otra vez en una situación bastante esotérica, extraña, ridícula porque en el mundo hoy el tema doctrinal en materia de aborto está zanjado, salvo por los fundamentalistas de vieja estirpe sobretodo de Europa y en, los Estados Unidos, pero la legislación sigue avanzando porque la decisión de la sociedad contemporánea, humana, se inclina más por el derecho de libre decisión de la mujer y la pareja. En consecuencia acá encontramos una especie de pensamiento tipo franquistas, musolineano, de esa índole, con un lenguaje más moderno pero el principio de autoridad sigue siendo el mismo. Y también me pregunto por último, cuantos verdaderos principistas de izquierda, , socialistas, comunistas, comunistas de la vertiente ex soviética que son la que predominan hoy en el espectro político uruguayo, inspirados en la revolución cubana, en la revolución sandinista, en los movimientos progresistas del mundo, y cuantos de esos, y como se sentirán hoy ¿van a enjuiciar al presidente por un acto de reversión ideológica o se van a ir de sus bancas? Van a renunciar, van a protestar, ¿qué van a hacer? Porque es un acto de autoridad, yo diría infamante, y que deja en muy mala posición a todo el cuerpo de legisladores, comisiones, delegados partidarios, pensadores que han aportado su esfuerzo y su talento para esta decisión. Creo que hay una consecuencia entre este acto de gobierno y la traslación de las figuras del monumento a un Papa en vida que se colocó en el atrio de la iglesia de Br. Artigas y Goes, Iglesia que pertenece al Opus Dei y luego se convierte en monumento público tomando una posición ideológica y dogmática que consagra la perpetuidad una cruz, y resulta el monumento más prominente de Montevideo y recuerda o da fe de la presencia fugaz de un Papa que se caracterizó precisamente por su postura reaccionaria y subversiva a todo lo que era la Encíclica de Juan XXIII y lo que eran los movimientos de la Iglesia para la Liberación en América Latina. Así que quien no se ubique en el contenido, en el sustrato de esta actitud presidencial es precisamente porque no la quiere ver. Y los laicos como yo, los libres pensadores como nuestros ciudadanos tenemos que estar muy fastidiado y muy frustrados y buscar vías cívicas para contrarrestar este bochorno nacional e internacional en que el Presidente nos ha sometido".

OJALÁ

EDUARDO GALEANO

Buenos Aires, 06/11/08 (Página/12).-
¿Obama probará, desde el gobierno, que sus amenazas guerreras contra Irán y Pakistán fueron no más que palabras, proclamadas para seducir oídos difíciles durante la campaña electoral?

Ojalá. Y ojalá no caiga ni por un momento en la tentación de repetir las hazañas de George W. Bush. Al fin y al cabo, Obama tuvo la dignidad de votar contra la guerra de Irak, mientras el Partido Demócrata y el Partido Republicano ovacionaban el anuncio de esa carnicería.

Durante su campaña, la palabra leadership fue la más repetida en los discursos de Obama. Durante su gobierno, ¿continuará creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo, tóxica idea que comparte con casi todos sus colegas? ¿Seguirá insistiendo en el liderazgo mundial de los Estados Unidos y su mesiánica misión de mando?


Ojalá esta crisis actual, que está sacudiendo los cimientos imperiales, sirva al menos para dar un baño de realismo y de humildad a este gobierno que comienza.

¿Obama aceptará que el racismo sea normal cuando se ejerce contra los países que su país invade? ¿No es racismo contar uno por uno los muertos invasores en Irak y olímpicamente ignorar los muchísimos muertos en la población invadida? ¿No es racista este mundo donde hay ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría, y muertos de primera, segunda y tercera?

La victoria de Obama fue universalmente celebrada como una batalla ganada contra el racismo. Ojalá él asuma, desde sus actos de gobierno, esa hermosa responsabilidad.

¿El gobierno de Obama confirmará, una vez más, que el Partido Demócrata y el Partido Republicano son dos nombres de un mismo partido?


Ojalá la voluntad de cambio, que estas elecciones han consagrado, sea más que una promesa y más que una esperanza. Ojalá el nuevo gobierno tenga el coraje de romper con esa tradición del partido único, disfrazado de dos que a la hora de la verdad hacen más o menos lo mismo aunque simulen que se pelean.

¿Obama cumplirá su promesa de cerrar la siniestra cárcel de Guantánamo?

Ojalá, y ojalá acabe con el siniestro bloqueo de Cuba.

¿Obama seguirá creyendo que está muy bien que un muro evite que los mexicanos atraviesen la frontera, mientras el dinero pasa sin que nadie le pida pasaporte?

Durante la campaña electoral, Obama nunca enfrentó con franqueza el tema de la inmigración. Ojalá a partir de ahora, cuando ya no corre el peligro de espantar votos, pueda y quiera acabar con ese muro, mucho más largo y bochornoso que el Muro de Berlín, y con todos los muros que violan el derecho a la libre circulación de las personas.

¿Obama, que con tanto entusiasmo apoyó el reciente regalito de setecientos cincuenta mil millones de dólares a los banqueros, gobernará, como es costumbre, para socializar las pérdidas y para privatizar las ganancias?

Me temo que sí, pero ojalá que no.

¿Obama firmará y cumplirá el compromiso de Kyoto, o seguirá otorgando el privilegio de la impunidad a la nación más envenenadora del planeta? ¿Gobernará para los autos o para la gente? ¿Podrá cambiar el rumbo asesino de un modo de vida de pocos que se rifan el destino de todos?


Me temo que no, pero ojalá que sí.

¿Obama, primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, llevará a la práctica el sueño de Martin Luther King o la pesadilla de Condoleezza Rice?

Esta Casa Blanca, que ahora es su casa, fue construida por esclavos negros. Ojalá no lo olvide, nunca.

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