sábado, 20 de diciembre de 2008

EL INICIO DE LA ESPERANZA - 2 notas del 2001

A 7 AÑOS DEL ARGENTINAZO - MARCHA DE CONGRESO A PLAZA DE MAYO

16:30 HS. – sábado 20 diciembre 2008

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Argentina, diciembre 2001:

el inicio de la esperanza

(Dos notas de aquellos días)

por Alberto a. Arias


Estas dos notas fueron publicadas en el número 46 (de enero 2002) del periódico Redes Norte (Gran Buenos Aires, zona norte).


[1]: Cómo el pueblo los echó de la Quinta de Olivos

Para la crónica de los sucesos del 19 de diciembre [de 2001]

Muchas más que 5.000 personas se movilizaron en la rebelión popular que se instaló alrededor de la Quinta de Olivos durante horas, a partir de las 23:00 del miércoles 19. Muchos miles más acompañaron: desde los balcones repletos, desde los autos y colectivos que pasaban, y las veredas de la avenida Maipú llenas de simpatizantes de ese desfile popular que se acercaba a la Quinta para echar a De la Rúa y a todos sus ministros, coreando con rabia y entusiasmo consignas de unidad y rebelión.

Muchos estuvimos en esa autoconvocatoria popular desde el primer momento, frente al portón de la Quinta, acompañando y acompañados por incontables manifestantes. Las primeras pintadas en los muros fueron: Fuera De la Rúa-Cavallo y No al Estado de Sitio, aprobadas por todos. Luego, los primeros carteles, trazados con aerosoles y que terminaron pegados arriba del portón principal: «No al Estado de Sitio», «Fuera De la Rúa-Cavallo», «Asamblea Popular Constituyente» y «Huelga General». Un quinto cartel lo propuso y pintó una vecina: «Menem no vuelvas nunca más».

A esa altura, una enorme columna marchaba a copar también la habitual entrada de la calle Villate.

Pero lo que nunca relatarán los grandes medios es que durante un largo rato innumerables manifestantes cantaron: «Te cortamos las rutas, te paramos el país, asesino de obreros te tenés que ir». Al día siguiente, todos verían que ese gobierno que debutó encarcelando y matando obreros y luchadores, en su ocaso se cargaría treinta jóvenes vidas.

Algunos llorando de emoción, la mayoría con una alegría incontenible, bailes improvisados, el empuje de algunos redoblantes que se habían incorporado, bronca que crecía, el permanente coro de cacerolas, palmas y bocinazos, de tanto en tanto el himno nacional... Y la guardia de la Quinta, pidiendo instrucciones sin saber qué hacer ante ese gigantesco piquete popular, avasallador y autocontrolado.

Después, cuando ya había caído Cavallo y la gente decía «ahora nos falta voltear al otro», muchos nos planteamos ir, con el nuevo día, a la Plaza de Mayo.

Y la multitud, revulsiva, siguió muchas horas coreando: «Que se vayan», «...el Estado de Sitio se lo meten en el culo», «El que no salta es un militar», «Chupete botón...», «Cavallo compadre...», «Paredón a los que hundieron la nación», «El pueblo unido...», «El pueblo no se va», etc.

El pueblo no se fue, y al gobierno saqueador del pueblo lo fuimos.

(23 diciembre 2001)

(Publicado en la columna "De poco un todo", de Redes Norte,

Nº 46, enero-febrero de 2002.)


[2]: Diciembre del 2001: El inicio de la esperanza

Los acontecimientos de diciembre del 2001 pueden ser considerados como el inicio pleno de una etapa de auténtica esperanza para la población trabajadora de este país, en el sentido de revertir el saqueo de tantas décadas.

Hay que recordar que tales acontecimientos no nacieron de un repollo, son el fruto de miles de huelgas, de cortes de calles y rutas, de asambleas, de tomas de edificios, de huelgas de hambre, y de decenas de marchas multitudinarias y de puebladas que los precedieron desde, por lo menos, 1995-96. La noche del 19 de diciembre del 2001, todas esas experiencias se unieron en un solo haz contra buena parte de los centros del poder saqueador de la Argentina.

Segundo, implican una expresión consciente, lúcida (es decir, a la luz del día y con argumentos políticos e intelectuales) de un cambio que se opera en las clases sociales oprimidas y explotadas, en el sentido de identificar a sus enemigos y a los aliados y servidores de sus enemigos.

Cuando decimos enemigos, decimos enemigos: artífices políticos de millones de jubilaciones ofensivas y de salarios (si así se los puede llamar) de apenas centavos por hora; de millones de no-salarios, puentes a la indigencia; de la destrucción de la educación y la salud; del aplastamiento y quiebra de los medios y fuerzas de producción; de la destrucción de las conquistas de los trabajadores (a manos de partidos políticos que siguen recitando como zombis sus vacuas promesas y consignas «populares»); de la represión contra el mismo pueblo que los vota; de récords en mortalidad infantil y en desocupación laboral; de la ostentación imbécil de ricos y famosos; entre otras bondades. Panorama terrible, aunque hemos mencionado apenas unos pocos ingredientes de nuestra realidad.

En estos días se ha escuchado a algunos (no caracterizados precisamente por estar a la vanguardia de la movilización contra el saqueo) referirse con displicencia a «los que ahora salen a la calle porque les tocaron el bolsillo». Hay que recordarles, como certeramente se ha dicho, que «los que desprecian a la clase media porteña porque sale a la calle cuando se trata de la defensa de sus ahorros, olvidan que para ello esta clase media reclama la disolución de la Corte y el derrocamiento del conjunto del régimen político explotador, es decir que se coloca en el terreno de la lucha por una reorganización completa del régimen social» (Prensa Obrera, 4/1/02).

Lo cierto es que está en la calle, latente, el corazón y la sangre del levantamiento popular. Domina la certeza de que el «gobierno de transición» es incapaz de responder a los reclamos del levantamiento popular.

El movimiento de quienes empiezan a deliberar en sus lugares de trabajo, en sus hogares y en los vecindarios, debe fructificar en asambleas populares que tomen en sus manos la responsabilidad de decir qué se quiere y para qué, cómo se lo lleva adelante y se lo conquista, en definitiva, qué sociedad se desea y se hace.

Los que abogan por el Orden abstracto abogan por el camposanto de una Argentina en la que medran y festejan y brindan los que acumulan riquezas y después se fugan con ellas. El confuso Desorden que se ha visto en las calles es la expresión del cansancio y el agobio, del no soportar más, del no querer soportarlos más, de la ruptura de un falso orden, de querer otra cosa. En el debate, en la deliberación, en la acción conjunta contra los verdaderos saqueadores de la población trabajadora argentina, las clases sociales superexplotadas deberán encontrar las respuestas reales y prácticas, es decir auténticamentre políticas, para esa salida de la que siempre se dijo “no la hay”.

(enero 2002)

(Publicado en Redes Norte, Nº 46, enero-febrero de 2002.)

Alberto a. Arias

VER EN:

www.signosdeltopo.com.ar/diciembre2001-2notas.htm

www.signosdeltopo.com.ar


MARCHA A PLAZA DE MAYO

SÁBADO 20 DE DICIEMBRE 2008

DE CONGRESO A PLAZA DE MAYO

16:30 hs.



1) Que la crisis la paguen las patronales, los banqueros y
terratenientes.

2) Prohibición de despidos y suspensiones. Reparto de las horas de trabajo

sin afectar el salario. Eliminación del IVA a los productos de
consumo popular. Apertura de los libros contables para garantizar la rebaja
de los precios y control de precios y abastecimiento por las organizaciones
obreras y populares.

3) Ocupación, expropiación y puesta en producción bajo gestión obrera
de toda fábrica que cierre. Apertura de libros al control obrero. Elección
de delegados en todos los lugares de trabajo.

4) Salario mínimo equivalente a la canasta familiar. 82% móvil para las
jubilaciones. Reapertura de paritarias. Doble aguinaldo. Universalización y
equiparación a la canasta básica alimentaria de los planes sociales.

5) No al plan anticrisis kirchnerista basado en el subsidio a los
banqueros y capitalistas, los tarifazos, la devaluación monetaria y el
congelamiento salarial.

6) No al FMI. No al Club de París, no al canje con los fondos buitres,
no al pago de toda la deuda externa ilegítima, fraudulenta y usuraria.
Nacionalizació n de la banca y control de cambios para terminar con la fuga
de capitales.

7) Apoyo a la lucha de los obreros rurales por salarios y la
liquidación del régimen de trabajo agrario de la dictadura; a la lucha de
los pueblos aborígenes por la tierra; contra la expulsión de las tierras a
los campesinos; por la expropiación sin pago de la propiedad terrateniente
nacional y extranjera y de los pooles de siembra, por impuestos progresivos
a las grandes fortunas.

8) Triplicación de los presupuestos de salud y educación.

9) Aparición con vida de Jorge Julio López. Juicio y castigo a los
represores de ayer y de hoy. Libertad a los presos políticos y
desprocesamiento o amnistía de todos los luchadores populares. Derogación de
la fascista ley antiterrorista. Cárcel a los responsables políticos y
materiales de los caídos el 20 de diciembre y de todos los luchadores
populares.

10) Monopolio estatal del comercio exterior. Reestatizació n sin pago de YPF
y de todas las privatizadas, bajo control de los trabajadores.

11) Fuera las tropas argentinas, uruguayas, brasileñas y chilenas de Haití.
Fuera el imperialismo de América Latina. Juicio y castigo a los asesinos de
Richard Gallardo, Luis Hernández, Carlos Requena, dirigentes obreros e
impulsores de la lucha antiimperialista venezolana. Repudio a la masacre
contra la movilización campesina de Pando en Bolivia. Saludamos la victoria
de la huelga general estatal contra el gobierno de Bachelet. Solidaridad
activa con la rebelión de los trabajadores y jóvenes griegos.

12) Paro activo nacional y plan de lucha contra los despidos y por el
salario.

13) Por la defensa del cuerpo de delegados de los subterráneos y de todas
las direcciones sindicales combativas atacadas por las patronales, el
gobierno y la burocracia sindical. Por la coordinación de todas las luchas.

14) Que se vayan todos.

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