sábado, 23 de enero de 2010

Convivencia en las aulas (Debate)

La conflictividad cotidiana en el escenario escolar
Por Gabriel Noel
UNSAM
234 Páginas
$ 42


Cuando en 1940, un tribunal inglés le preguntó si el nazismo era pura maldad, el austríaco Eric Wolf respondió: "Es más complicado que eso". En La conflictividad cotidiana en el escenario escolar. Una perspectiva etnográfica , el antropólogo Gabriel Noel se apropia de esa respuesta para aplicarla a su objeto de estudio: sostiene que la conflictividad en las escuelas es más complicada de lo que los rótulos de "crisis educativa" o "violencia escolar" dejan entrever.

Desde una perspectiva etnográfica que permite rescatar los puntos de vista de los actores y sumergirse en la lógica de su vida diaria, Noel -docente e investigador en la Universidad Nacional de San Martín y de Flacso- analiza los conflictos en la cotidianeidad de las escuelas públicas primarias en barrios populares. Según cuenta -la referencia a las vivencias del investigador es una constante bienvenida en el texto-, realizó su trabajo de campo en tres escuelas de dos localidades bonaerenses, entre 2003 y 2005.

El texto reconstruye la vida escolar. En ella, directivos, docentes, alumnos y padres se ven empujados a una convivencia marcada por el desfase de expectativas de unos sobre otros, que se dibuja en la tensión entre intentar enseñar o limitarse a contener que marca la tarea docente. Noel propone una tipología de la relación escolar, e identifica docentes "normativos" -que defienden los valores tradicionales- y "pragmáticos" -partidarios de flexibilizar normas y prácticas-. Distingue familias "transicionales", con altas expectativas de que la escuela dé educación de calidad, y "emergentes", preocupadas porque la escuela provea algunos bienes, como comida o ropa.

La caracterización sirve para ver a esos actores en acción. Los conflictos permanentes, que sólo se acallan pero nunca se resuelven, aparecen con una dinámica propia. El retrato de los docentes no es demagógico, como a veces ocurre en cierta sociología de la educación, pero provee un sentido cultural profundo al presentar docentes asustados, impotentes, inflexibles o inteligentes para manejar las crisis.

El autor critica la corriente sociológica que subraya la impotencia de una escuela que se habría quedado sin sentido ni recursos ante alumnos de entornos sociales problemáticos, y que "propone como solución a la presunta imposibilidad de producir los efectos deseados la renuncia explícita a producirlos". Hoy se espera, alerta, que la escuela se transforme ante estas nuevas subjetividades, "mientras que durante mucho tiempo se supuso que la escuela constituía un proyecto irrenunciable al que estas subjetividades debían plegarse".

La Nación-ADN-23/1

No hay comentarios: